Hace un trío de décadas, uno podía ir a una pared y encontrarse con pocos escaladores. La técnica, aunque no ha cambiado mucho, permitía que sólo la pudieran dominar unos cuantos a ciertos niveles. Así, los fines de semana en una pared se volvían auténticos días de descanso donde uno alternaba con los pocos escaladores que había y veía, ocasionalmente y en las paredes y rutas más fáciles, a quienes estaban aprendiendo.
Hoy todo eso ha cambiado. La tecnología ha puesto al alcance de muchos rutas que entonces eran sólo para unos pocos. La proliferación de muros artificiales, el fácil acceso a equipo y el tremendo empuje de los medios de difusión para colocar a la escalada como "extremo", ha ocasionado que las paredes sean prácticamente asediadas no sólo durante el fin de semana, sino incluso en los días laborales. Llamar "extremo" a un deporte que tiene más de cien años practicándose no es más que un truco publicitario donde ha caído la mayoría.
Pero nada ha cambiado en esencia: las paredes y las dificultades son las mismas y las reglas de seguridad siguen inmutables. Lo que ha cambiado es que la mayor afluencia de "usuarios de pared" tienen distintos objetivos y a veces se escala hasta debajo de otra cordada o pasando por alguien que está ascendiendo a duras penas con cuerda desde arriba. Hay quienes no soportan esta aglomeración y van a buscar una nueva zona de escalada, abren unas cuantas rutas y pocos meses después se encuentran con que esa zona donde nadie antes había estado es ahora tan popular como las anteriores.
Y mientras los "usuarios de pared" acuden a ellas, la probabilidad de accidentes aumenta considerablemente. ¿Qué hacen los escaladores cuando ocurre un accidente? Eso nadie lo sabe: depende de la preparación y la personalidad de cada individuo, de las circunstancias, del estado de ánimo y mil otros factores. Pero la mayoría se queda atenta y mirando, prácticamente sin hacer nada.
¿Qué es un accidente? Desde un punto de vista, una desgracia, pero visto como un escalador que no estuvo en el lugar de los hechos, representa una oportunidad de aprender de los errores cometidos. Excelentes ejemplos de ello son Seguridad y Riesgo, de Pit Schubert, y la serie anual Accidents in North American Mountaineering, editados por el American Alpine Club y el Alpine Club de Canadá.
En el Foro Xtremers, el día 15 de mayo, apareció un mensaje que daba noticia sobre un accidente sucedido en una zona de escalada en la Ciudad de México. Los comentarios que se sucedieron fueron de lo más variado, pero nadie de los participantes hizo preguntas adicionales sobre el mismo con el objetivo de aprender. Aquí presentamos los mensajes que se emitieron al respecto.
Completamente diferente es el accidente ocurrido a un espeleólogo en el Sótano La Joya, en el estado de Guerrero. Es de resaltar la rapidez de movilización de espeleólogos que acudieron a ayudar. Esto se debe a dos factores importantes que deben mencionarse: en primer lugar, la existencia del foro Iztaxochitla, fundado por Juan Montaño Hirose, que es el medio donde los espelólogos se enteran de todo lo relacionado con su deporte. Es gracias a los numerosos contactos que se tienen en ese foro que la noticia llegó en breve tiempo a mucha gente.
El segundo aspecto es la existencia de lo que ahora se conoce como "Espeleorrescate México", una agrupación de espeleólogos de diferentes grupos del país que se unen exclusivamente en casos como éste. Como se recordará, en diciembre de 1999 se realizó el rescate de un grupo de espeleólogos canadienses en la Sierra de Puebla. Posteriormente, como parte del V Congreso Nacional Mexicano de Espeleología (2000) se impartió un curso de espeleorrescate para las personas más capacitadas. Esto ha dado su fruto ahora que ese grupo tuvo un accidente real y funcionó de la mejor manera. En unos días, el informe del rescate será colocado en nuestro sitio web.
Un accidente es una desgracia. No importa por qué sucedió, es preciso averiguar las causas, pues si ya pasó una vez, es probable que suceda de nuevo. Pero también es necesario poner todo el empeño en afinar el sentido de solidaridad, pues ninguno somos inmunes a un accidente. La creación y funcionamiento de Espeleorrescate México es una prueba de que sí se puede lograr. Como montañistas responsables, tenemos la responsabilidad de aprender de esos errores, al mismo tiempo que de los propios.
Si quieres emitir tu opinión, puedes suscribirte al Foro Xtremers o escribir a opinion@montanismo.org.mx