En 1947, un hombre llamado Thor Heyerdahl se hacía a la mar en una balsa de madera desde el puerto del Callao, en Perú, con el propósito de demostrar que los viajes transoceánicos eran posibles con esas embarcaciones en el tiempo de los incas y que su hipótesis de que las islas de la Polinesia francesa habían sido habitadas por gente del Perú. Ahora, su libro es un clásico y la Kon-Tiki permanece en un museo en Noruega. El cambio que este viaje supuso fue más allá de los límites de comprobación científica o personales, sobre todo si se tiene en cuenta la época en que se realizó. La Expedición de la Kon-Tiki marcó un nuevo rumbo en las exploraciones no sólo marítimas, pues se más que el mismo viaje era una barrera lo que había que destruir. Lo lograron.
A principios de 1981, aparecía en España una revista con el tema de montaña: Desnivel. Como todo principio editorial, el primer número fue modesto y en blanco y negro. Desnivel se situaba entonces entre una más de muchas revistas de montañismo que pretendían llegar a los montañistas. Hasta entonces, ninguna había tenido la fortaleza de perdurar, al menos en idioma español. Ahora, Desnivel (la revista) cumple 20 años, pero no se ha quedado sólo una revista, sino que se ha convertido en una editorial que publica importantes libros de montañismo, que otorga un premio anual a la literatura de montaña, que tiene una Página Web de alta calidad y que ha producido dos revistas más. A lo largo de esos veinte años se ha convertido en la revista de montañismo más importante en lengua española.
Lo que significa cumplir 20 años de labor editorial se puede apreciar no sólo en la cantidad de publicaciones que emite, sino en algo más importante aún: el cambio de mentalidad con que los montañistas ven hoy nuestro deporte. A diferencia de los montañistas previos, los de hoy tienen una fuente de información en la que se nutren y se homogeneizan, tienen encuentros con autores a quienes admiran o de quienes disienten. El grado de seguridad en el montañismo ha aumentado y esto es lo principal.
Durante el V Congreso Nacional Mexicano de Espeleología, en noviembre de 2000, Eric Sanson, uno de nuestros invitados extranjeros sorprendió a todos los presentes con un dispositivo diminuto que traía en la frente. Al principio, nadie lo tomaba en cuenta porque parecía sólo un adorno más y uno no pregunta qué significa eso que trae pegado el invitado. Hasta la noche, vimos que ese artefacto emitía luz y pasó de mano en mano para que todos lo conociéramos, sorprendidos. Se trataba de uno de los primeros prototipos que Petzl había lanzado al mercado con una nueva tecnología para iluminación: LED, que en inglés quiere decir: Diodos de Emisión de Luz. El aparatito resultó sorprendente porque podía iluminar con una luz azul ("fría") durante muchísimo más tiempo que cualquier carburera y sólo pesaba 70 gramos con las baterías incluidas.
El cambio que esto supone para los espeleólogos, cuya mayor preocupación es no quedarse sin luz artificial dentro de las cavernas, fue evidente: se eliminaba peso, se ahorraba dinero de baterías y volumen del aparato. Esa noche, el tema de plática rondó en torno a los pasos que marcan el montañismo. Se habló de Casteret, de la conquista del Everest, de Messner y de las cuerdas estáticas o la invención de los
crampones. Las linternas LED eran en ese momento el artefacto que iba a cambiar completamente al mundo y no sólo el de quienes vamos al campo, sino las industrias de baterías, la iluminación en el hogar y el cuantioso ahorro energético que ello conlleva.
¿Cuál será el siguiente paso que marque decisivamente el montañismo?
Gracias a Thor Heyerdahl, quien hizo comprender a una generación entera que los sueños pueden llevarse a buen término con sólo creer en ellos y en uno mismo. Gracias a y felicidades al equipo que hizo y hace posible la aparición de Desnivel. Gracias a la tecnología LED, que muy pronto (de eso estamos seguros) cambiará al mundo.