El 12 de noviembre de 1957, Warren Harding, Wayne Merry y George Whitmore terminaban el primer ascenso a La Nariz, en el Capitán, una ruta que pronto se hizo famosa y, después, popular. Años después, Jim Bridwell y dos compañeros más, lo subirÃan en el sorprendente tiempo de 17 horas, constituyéndose en el primer ascenso a La Nariz en menos de 24 horas. Hoy, La Nariz es un escenario único: ahà se desarrolla una competencia de velocidad y han rebasado con mucho las 17 horas de Bridwell. El 15 de octubre, Dean Potter y Tim O'Neill habÃan logrado bajar el tiempo a menos de cuatro horas (3:59) y a partir de esa escalada, ha surgido la competencia abierta donde están quedando sólo dos participantes: Hans Florine y Dean Potter. La tabla de resultados es la siguiente:
1999
Dean Potter 2h 59 min. (La Nariz y Regular)
2001
Hans Florine y Tommy Caldwell 4h 31 min.
2001
Dean Potter y Tim O'Neill 3h 59 min (15 de octubre)
2001
Hans Florine y Jim Herson 3h 57 min (28 de octubre)
2001
Dean Potter y Tim O'Neill 3h 54 min (2 de noviembre)
(Información de www.desnivel.com)
Uno se pregunta a qué viene este tipo de competencias en la escalada. Hay que recordar que no es la primera vez que se dan rivalidades deportivas en el montañismo y que en escalada se ha perseguido desde hace varios años escalar con rapidez, sobre todo a partir del contacto de los estadounidenses con los Alpes, donde se escalan vÃas largas en un dÃa por razones de seguridad. Pero Yosemite, considerado la Meca de la escalada en roca, no habÃa visto un enfrentamiento de este tipo, aunque ya varios escaladores han roto mitos, como la liberación de rutas donde habÃa pasos en artificial, como la Salathé.
La pregunta queda sin respuesta, aparentemente y los montañistas de antaño recordarán las crÃticas hacia los "maratones" en la montaña o romper una marca establecida. Cabe aclarar que esta no es una competencia que se lleve a cabo en la montaña por gente no preparada, como los maratones de carrera en alta montaña donde todo está servido a la gran cantidad de participantes apoyados por firmas comerciales, sino una competencia realmente deportiva donde se encuentran los mejores especialistas, aunque por su lado, sin duda, tengan patrocinadores.
No hay nada de extraño que se esté produciendo este tipo de competencia, pues el deporte es en esencia competitivo y los escaladores lo son más aún; el que esta competencia se haya hecho antes de manera velada no implica que no haya existido. Todo era cuestión de tiempo y el tiempo ha llegado.