Alma Rosa Conde
La alpinista mexicana Karla Wheelock también quiere hacer historia en el Everest.
Días después de que Elsa Carsolio le arrebató la ilusión de convertirse en la primera latinoamericana en conquistar la cima de la montaña más alta del mundo (8 mil 848 metros), Karla ha puesto su mira en otra meta: convertirse en la primera mexicana en ascender por la cara norte, la más peligrosa y de mayor grado de dificultad.
De lograrlo se convertiría también en la cuarta mujer en la historia en ascender por esa ruta —antes ´solo lo han conseguido las tibetanas Phatong (1975) y San Gui, y la rusa Ivanova Ekaterina (ambas en 1990)— y lo haría en sólo su segundo intento.
En 1998, la joven nacida en Coahuila se quedó a 80 metros de alcanzar la cima del Everest por falta de cuerdas para el último paso. Ahora, con mejor equipo y repaldada por una inversión de 50 mil dólares, aspira también a ser la primera en lograr una conferencia telefónica desde el llamado techo del mundo, gracias a la tecnología del teléfono Iridium.
Con ocho años en el alpinismo —hizo cumbre en el Aconcagua (Argentina, a 6 mil 962 metros), en 1993; en el Chimborazo (Ecuador a 6 mil 310 metros, en el punto más alejado de la Tierra [sic]), en 1994, y en el Cotopaxi (Ecuador, a 5 metros 898 metros [sic]), en ese mismo año. Wheelock via telefónica con unomásuno desde el Everest, a 6 mil 400 metros de altura, dijo que intentará atacar la cumbre entre los días 20 y 25 de este mes.
“Ya instalamos los campamentos a 7 mil 800 y 8 mil 300 metros, pero estamos recuperando peso y en espera de mejor clima —hay rachas de viento de hasta 120 kilómetros por hora—; tengo noticias de que Elsa Carsolio ya hizo cumbre, pero espero ascender por el lado norte y ser la primera en lograrlo en esta nueva temporada”.
La alpinista confió que se inclinó por esta ruta porque “es más técnica y más complicada a partir de los 7 mil 800 metros en que el terreno es mixto, con roca, mucha roca y terrenos casi verticales lo que implica mayor riesgo, concentración y mejor técnica que por la cara sur. Estamos hablando de que lo más difícil está en los últimos tres escalones, ya casi para llegar a la cima, en donde además existe el riesgo de que ocurran avalanchas”.
Whellock (sic), quien forma parte de una expedición ruso-búlgara y en la que figuran cinco latinoamericanos —tres mexicanos, un argentino y un ecuatoriano— confió en que, al igual que Carsolio, alcanzará la cima del Everest.
“Traigo conmigo una bandera de México y quiero dejarla en lo más alto de la montaña; me encanta ser mexicana”.
A una temperatura de tres grados bajo cero —“casi casi de playa” describió, en los momentos en que esperaba ver salir el sol—, Karla comentó que su ilusión al llegar a la cima es “ver la curvatura de la Tierra, disfrutar la plenitud de la cordillera del Himalaya y entablar una conferencia telefónica desde allá para compartir con todo México mi aventura, aquí en la montaña, la soledad es muy dura y la comunicación difícil, por eso quiero compartir el triunfo”.
Unomás uno
Mayo 8 de 1999
