Sobre la Antártida se ha escrito mucho, pero las imágenes más vívidas son las del Polo Sur y la gran mayoría de la gente evoca esas imágenes, desde los pioneros hasta quienes hacen el recorrido hoy en día. Pero todos nos habíamos olvidado que con el paso del tiempo las cosas cambian.

Werner Herzog se llevó su cámara a la Antártida y produjo un documental donde no se ven a héroes que van al Polo Sur, sino a los personajes que viven en las distintas estaciones fijas en la Antártida y sus labores cotidianas, desde el conductor de un autobús de pasajeros hasta el investigador en biología celular que se sumerge en el océano para tomar muestras y seguir sus estudios.

Son hombres y mujeres que han decidido vivir en condiciones un poco rudas para continuar haciendo ciencia. ¿Bases estables, con comodidades como la televisión, un concierto de guitarra o un show en donde una mujer es metida a un bolso? Sí, una base en la Antártida y los entretenimientos siempre han sido bien acogidos desde la época de los primeros exploradores. Pero eso es lo que causa más impacto: en la mente se tiene a la Antártida como un continente helado, blanco, descrito con palabras y fotos de principios del siglo XX, pero ya no es así: son ciudades bien hechas, acordes al clima en que viven, con camiones, aviones, motonieves, helicópteros...

En algún momento, uno de los entrevistados dice: “nos encontramos aquí porque aquí nos teníamos que encontrar”. Filósofos que reparan camiones, lingüistas encargados del jardín que produce verduras en la base, viajeros que pasaron por varios países hasta llegar a una base de la Antártida donde hacen de todo, sin importar su profesión original. Un pueblo de pioneros. Y de hecho la música es más bien country y refuerza esa sensación.

El documental tiene preguntas planteadas en el momento y la persona correctas y uno termina por conocer lo que se estudia en la Antártida: neutrinos, la erupción de volcanes, el estudio de animales y también la toma de un pingüino que se aleja solo de su tribu para meterse más adentro del continente, adonde no hay nada, en un acto que parece suicida porque se dirige a su propia muerte.

Werner Herzog no quiso hacer “otra película de pingüinos” y el resultado fue este. Ha sido nominado a varios premios, incluyendo el del mejor documental para el Oscar este año. El narrador es el mismo Herzog y es curioso escuchar su inglés con un fuerte acento alemán y de vez en cuando parece que está hablando en alemán solamente.

Ficha Técnica

Título original: Encounters at the end of the world.
Escrita: Werner Herzog
Dirigida: Werner Herzog
Estreno: 2007
Género: Documental
Duración: 99 minutos
País: Estados Unidos
Idioma: inglés
Locaciones: Antártida
Discovery Films