La Procuraduría General de la República solicitó el apoyo de un grupo de peritos especializados en espeleología para revisar el equipo de los británicos que estuvieron atrapados en las grutas de Cuatzalan, haciendo a un lado un aspecto fundamental, que éstos colaboran desde hace 18 años en las investigaciones que los militares europeos realizan en esa zona.

“A nosotros nos pidieron la opinión sobre las actividades y equipo que traen los exploradores, los cuales certificamos que efectivamente es equipo de espeleología y que su actividad era de exploración turística de las cavernas de Cuetzalan”, señaló el presidente de la Sociedad Mexicana de Exploraciones Subterráneas, Ramón Espinasa Pereña.

Aseguró que tienen tan buena relación con los británicos que estos les informaron que la embajada de su país en México les prohibió expresamente hacer cualquier declaración para evitar que el incidente diplomático creciera.

Además, señaló que eran tan conocidas las actividades de este grupo que hasta nombre tenía la expedición “Cuetzalan Tiger 2004” y que durante las casi dos décadas de actividades, los especialistas mexicanos han tenido una participación constante.

Los especialistas que fungieron como peritos son Javier Vargas, jefe de la Asociación de Montañismo de la Universidad Nacional Autónoma de México, Gustavo Vela Turcott, director de la Sociedad Mexicana de Exploraciones Subterráneas, y Ricardo Torres Nava, primer mexicano en llegar a la cumbre del Everest.

Espinasa Pereña, explicó que el Ministerio Público de la Federación solicitó su presencia, junto con otros especialistas, como peritos en geología y espeleología para declarar y revisar el equipo que portaban los 13 extranjeros de origen británico.

El especialista consideró que “está muy bien” que se haya hecho esta investigación para que quedara claro -según ellos-, que los 13 militares británicos sólo estaban haciendo actividades de turistas y que su equipo es de espeleología normal.

El también maestro en Ciencias, con especialidad en geología, confirmó que ocho de los 13 exploradores son militares que se encontraban de vacaciones para participar en el proyecto de espeleología denominada “Cuetzalan Tiger 2004” y tenía como objetivo la conexión de Alpazat, resurgencia del sistema, con el sistema Cuetzalan, de 35 kilómetros con el sistema San Andrés de 11 kilómetros.

“Cabe aclarar que durante los 18 años que ha durado el proyecto, la participación de mexicanos ha sido constante, además que desde los años 90, junto con varios clubes ingleses, se ha llevado a cabo este proyecto que fue abandonado en los 80”, recordó.

El espeleólogo explicó que la mitad de los británicos había venido en otras ocasiones a las cuevas de Cuetzalan, “por lo que conocían las condiciones y la zona desde hace muchos años”.

Los exploradores

Ramón Espinasa Pereña señaló que desde hace tres semanas, se inició esta nueva expedición, la cual estaba al mando de Gustavo Vela, de la SMES, y de otros espeleólogos de Cuetzalan, los cuales instalaron un campamento subterráneo, conectado a la superficie con un cable telefónico, alimentos para más de 10 días, así como lámparas y bolsas de dormir.

“Las medidas se tomaron en previsión de que algunos miembros del grupo pudieran quedar atrapados en caso de un aumento en el nivel del agua en el sifón cercano a la entrada, el cual es un serio obstáculo para la exploración porque sólo se abre después de muchos días”, señaló.

Incluso, dijo, la llegada de los dos espeleobuzos británicos, los cuales están reconocidos a nivel mundial como los mejores, estaba previamente planeada en caso de que hubiese personas atrapadas al acercarse el fin de la exploración. En torno a que los británicos iban a extraer uranio y radón, el especialista aclaró que la zona de Cuetzalan es de roca caliza en la que no hay ningún tipo de nacimiento de minerales.

“Como geólogo, yo lo puedo afirmar tranquilamente, no hay nada de minerales”.

Ramón Espinasa Pereña reveló que la embajada británica ordenó a sus 13 ciudadanos no declarar ante los medios de comunicación para aclarar sus actividades.

“Les prohibió expresamente hacer declaraciones para evitar engrandecer el incidente diplomático”, señaló.

Los permisos

En una carta entregada a MILENIO por Ramón Espinasa Pereña, se explica que respecto a los requisitos migratorios para explorar cavernas en México, en el comunicado número 007122 de la dirección general de Servicios Migratorios de la Secretaría de Gobernación y enviado a la Unión Mexicana de Agrupaciones Espelológicas el 8 de junio de 1992, se establece que “bajo la calidad migratoria de turista, se prevé la internación a territorio mexicano de un extranjero con fines de recreo o salud para actividades artísticas, culturales o deportivas, no remuneradas ni lucrativas con una temporalidad de seis meses”.

En virtud, agrega, que las oquedades naturales forman parte de la riqueza del país y tratándose de la extracción de algún material de las mismas, se solicitará la autorización de la Secretaría de Minas e Industria Paraestatal y para el caso de la exploración se comunicará a la Secretaría de Desarrollo Social indicando rutas y actividades a realizarse.

“Es muy claro, mientras no se extraigan materiales de las mismas, y no se encuentren en zonas del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas, es perfectamente legal que espeleólogos extranjeros penetren en ellas habiéndose internado al país con una simple visa de turista, y ese es el caso de la cueva de Alpazat y de estas expediciones”, explicó.

En torno al permiso en el poblado de Cuetzalan, Ramón Espinasa señaló que han sido de manera “verbal y siempre nos han dicho para que piden permiso, si ya saben que siempre han podido entrar”.

Rosa Emilia Porras

Milenio