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Montañismo y Exploración
UN RECORRIDO EN BICICLETA DE MONTAÑA

Andar en bicicleta por la montaña es una de las actividades que están cobrando auge. Este es un recorrido para realizarlo.







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Fecha: Domingo 7 de Diciembre de 1997

Ruta: De Tepotzotlán a Villa Nicolás Romero

Distancia recorrida: 48 kilómetros

Tiempo: Tres horas y media

Iniciamos nuestra salida desde la Cruz Roja de Cuautitlán Izcalli. Nuestro equipo estuvo conformado por 3 personas. Dos de nosotros teníamos ya cierta expreriencia en las bicis y para otras dos chicas era su segunda vez (eso si: ¡guapísimas! ;) ). Iniciamos nuestra ruta a las 8 de la mañana.

El primer punto de llegada es el rancho "Cuatro Milpas", propiedad de la UNAM. Para llegar allá tuvimos que rodar un tramo entre las calles de Cuautitlán, atravesando el famoso "bordo" del canal que nos atraviesa a un lado de los campos de entrenamiento del "Necaxa", no muy emocionante (no soy futbolero, así que no me importa ). Lo realmente bonito es llegar al rancho de la UNAM. Para darle una reconocida, lo rodeamos por toda la orilla de uno de sus establos principales. Es realmente impresionante ver todo lo que se tiene para lo de ciencias agrícolas. Mucho ganado, muchos establos pintados de azul y oro, y muchos trabajadores moviéndose. Como dirían por ahí: "Esto también es la Universidad" (ni modo, yo soy de aquí también).

Después, llegamos a una casa muy grande y bonita en medio de los campos. Ahí, si se tiene un poco de suerte, se pueden comprar algunos quesos y crema de los que se producen en el rancho. No nos perdimos la oportunidad de comprar algunos, para botanear en el camino. Los trabajadores nos dijeron que la casa tan grande que menciono es de la UNAM también, y está ahí para que viva el director del campus. ¡Qué vida!, ¿eh?

Desde este punto parte una vereda hacia el noroeste que nos lleva hacia un grupo de pueblitos, entre campos de magueyes y maíz. Llegamos así muy cerca de Tepotzotlán, casi a la carretera que lleva hacia "El Vidrio". De ninguna manera seguimos la carretera, pues es romper la regla de oro de las bicis de montaña: Nada de asfalto.

Nos internamos de nuevo hacia el oeste hasta llegar a una presa, de la que nadie nos supo decir el nombre. La vereda hacia ese punto es plana y ancha, con algunas subidas que para los dos ciclistas más regulares no fue ningún problema, pero que les causó bastante cansancio a nuestras acompañantes. Aún así, no se rajaron.

Pare llegar a esta presa, es necesario atravesar una cantera de rocas que se usan para la construcción. Ahí tuvimos algunos accidentes: dos resbalones y una llanta ponchada. Una roca aguda y filosísima se incrustó entre la llanta y el rin de mi amigo Diego y se reventó. Afortunadamente llevamos lo necesario para estos detalles. Nos sirvió para tomar un descanso.

Desde la mencionada presa se ve una colina. Que es el punto más visible del lugar. Hay un camino ancho que la rodea, pero encontramos que es más divertido subirla de frente. Pasamos entre muchos árboles de tejocote, y uno que otro matorral espinoso. El camino es plano y fácil, si no se toman en cuenta los raspones.

Al llegar a la cima de la loma se superó la parte difícil del camino. Desde ahí, a lo lejos, se ve una hacienda de color blanco. Es el pueblo de "Lanzarote", Punto medio del camino. La distancia que hay entre la cima de la colina y Lanzarote se cubre en un terreno totalmente plano, y no nos aguantamos las ganas de aventarnos una pedaleada entre los arenales del tipo "Vieja el último". Y por supuesto las dos damas nos mandaron por un tubo en nuestra competencia.

En nuestra carrera sufrimos un accidente más: hay una porción pantanosa que aparentemente es inofensiva, pero al pasarla de golpe nos atascamos terriblemente. Se trata de un vado de barro que nos hizo tener que caminar un buen trecho cargando la bici hasta que la pudimos lavar.

Lanzarote es el sitio donde vale la pena permanecer un rato. En el centro hay un enorme ahuehuete y en sus raíces brota agua. Dicen los que viven ahí que antes salia mucho más que ahora, pero hubo un temblor, y al parecer se cerró parcialmente. De todas formas está muy bonito el lugar y no sé si es porque ya teniamos mucha hambre pero hacen unas quesadillas sabrosísimas.

Continuando el viaje hacia el oeste nos encontramos con el descenso de la sierra de "Monte Alto", que es precisamente la que lleva al Municipio de Villa Nicolás Romero. La bajada es divertida, llena de vados con agua sobre piso sólido y se puede ir a toda velocidad sin problemas. Casi llegando hasta San Pedro hay una colonia que se llama "Jiménez Cantú", que nos hizo temer por lo fea y porque la gente se ve con malas intenciones. Para evitar esto, sería mejor desviarse un poco al norte, y en lugar de llegar a San Pedro, llegar a Progreso Industrial, un pueblo famoso por su fábrica de papel �ahora desmantelada� y que se encuentra a quince minutos de San Pedro por la carretera a Villa del Carbón.

Nosotros llegamos directamente a San Pedro, donde ya nos estaba esperando la gente que nos recogería. Ya eran como las dos de la tarde cuando llegamos, así que aprovechamos para dirigirnos en los autos a Tlazala de Fabela. Y ese fue un fin de semana delicioso.



Publicado originalmente en Xtreme: the Outdoors in Mexico Home Page, 1997.




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