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Montañismo y Exploración
Orientación y lectura de mapas
1 septiembre 2000

Es lamentable la poca importancia que se le suele dar al legendario mapa y a su compañera la brújula. En tal sentido pude comprobar que la mayoría de las personas desconocen las más elementales normas para interpretar y leer un mapa que contiene valiosa información.







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GENERALIDADES

Todas las temporadas en la amplia geografía de Sudamérica, salen al monte o a la montaña miles de cazadores, pescadores o turistas de aventura. Lo más normal es que regresen agotados y satisfechos de haber logrado sus propósitos. Pero también otros volverán defraudados por una suerte adversa, aunque debemos reconocer que las situaciones de peligro que se presentan en la naturaleza en un 90% dependerá de nosotros evitarlas.


Saber orientarse en cualquier región es una virtud tan remota como la misma humanidad. Normalmente las personas cuando se trasladan lo hacen por el conocimiento de la zona y algunas por instinto, lo que no suele ser muy seguro. Ud. habitante de la gran ciudad, puede caminar por un alejado paraje boscoso, disfrutando de una diáfana mañana hasta que al intentar regresar no puede encontrar la senda original. Inmediatamente busca ubicar el cerro que tenía a su espalda pero ahora ve dos más. "Alguien puso otro" masculla con fastidio. Empieza a pensar que las sucesivas vueltas que dio lo han desorientado. Quiere regresar apresuradamente. "Tal vez ésta sea la huella...; no, mejor intento por aquella otra." Sólo se confunde más y comprueba que está definitivamente perdido. Pasan los minutos y la preocupación inicial se convierte en angustia. ¡Se viene la noche!


La ignorancia asociada con la imprudencia hace que de vez en cuando aparezcan en los diarios noticias sobre personas extraviadas en alejados parajes. Sin duda, es una situación muy desagradable que paraliza y hasta puede generar pánico especialmente en personas habituadas al "asfalto". Naturalmente esa sensación de temor se acentúa con la llegada de la noche, el frío y al tomarse conciencia de la considerable distancia que nos separa de la civilización.


Es lamentable la poca importancia que se le suele dar al legendario mapa y a su compañera la brújula. En tal sentido pude comprobar que la mayoría de las personas desconocen las más elementales normas para interpretar y leer un mapa que contiene valiosa información. Por lo general los individuos que viven en las grandes urbes con enormes edificios, desconocen la ubicación de los puntos cardinales y si uno de improviso les pregunta ¿dónde está el norte? Es muy probable que no sepan como responder. Es obvio que ellos no lo necesitan conocer; pues en las ciudades se estila llegar a un determinado punto por medio del conocimiento de las calles o preguntando. Pero esta circunstancia cambia abruptamente y hasta podría pagarse muy caro cuando se transita por terrenos desconocidos y solitarios.


Las posibilidades que tiene una persona de extraviarse o verse imposibilitada de regresar, son bastante altas en los departamentos de algunas provincias argentinas. En especial aquellas que tienen una muy baja densidad de población y están en zonas limítrofes. Para dimensionar mejor esto, sólo diré que casi 900.000 Km2 de la Patagonia están considerados como semidesierto. Para comprender mejor la vastedad de los enormes territorios que posee Sudamérica, únicamente mencionaré que existieron casos de aviones extraviados que aparecieron luego de más de 30 años y otros aún son buscados. Pero no es necesario alejarse tanto para desorientarse. Hace algunos años en Sierra La Ventana (Provincia de Buenos Aires), se perdió un nutrido grupo de escolares con sus profesores. Por fortuna fueron rescatados dos días después sin consecuencias. Cuando sucede algo así, la irresponsabilidad con la ignorancia van tomadas de la mano. No existen excusas.




CÓMO PERDERSE



  • No saber identificar puntos de referencia en el terreno.

  • No llevar una brújula ni mapa de la zona o no saber emplearlos.

  • Estar desinformado de las características del terreno.

  • Desconocer los horarios diurnos del lugar.

  • Brusco cambio de las condiciones climáticas.

  • Perder el dominio emocional.

  • Accidente.


LECTURA DE MAPAS

Un mapa es la representación gráfica de una porción de la superficie terrestre. Para un cazador, deportista, etc. Lo mejor para orientarse son las cartas topográficas que imprime el Instituto Geográfico Militar Argentino. Estas cartas constituyen maravillosos planos de precisión, son elementos primarios de orientación y si se saben usar, juegan un papel vital. En ellas encontramos signos convencionales llamados topográficos que asocian características de diversas representaciones y están indicados en los márgenes de la hoja. El conocimiento de estos símbolos cartográficos nos permitirá leer un mapa con absoluta facilidad asociando dichos símbolos convencionales con casas, caminos, montañas, etc. Básicamente se dividen en dos grandes grupos:



  1. Los elementos planimétricos, que representan caminos, egetación, hidrografía y construcciones.

  2. Los elementos altimétricos, que representan los desniveles del suelo. Para representar las alturas (montañas), el mejor sistema es el de curvas de nivel y consiste en líneas representadas en el papel que unen puntos terrestres de una misma altura. Una verdadera carta topográfica debe expresar la planimetría y la altimetría del terreno que representa.


Estas cartas topográficas, poseen una red de cuadrículas formadas por líneas que corren de norte a sur y de este a oeste. La distancia entre esas líneas representan 1000 o 4000 metros según la escala de que se trate y nos permiten señalar un determinado lugar geográfico. No es serio un mapa que carezca de escala. Para definirla podemos decir que es la permanente relación de la distancia real del terreno con la correspondiente en el papel. Esto nos ayudará a determinar distancias. Sólo los mapas y las cartas topográficas tienen escalas precisas que aparecen al final de la hoja, lo que no ocurre con algunos folletos de rutas. Aquí debo reconocer que los mapas de caminos que edita el Automóvil Club Argentino, por ser específicos, están más actualizados con relación a las rutas y caminos, pero no son precisos topográficamente.







a. Serranía.






b. Estribación

Vista panorámica de un terreno y su representación en una carta topográfica



Con la escala gráfica, podemos medir directamente distancias del terreno sobre el propio mapa. Simplemente habrá que medir la distancia que se desea y luego transportarla sobre la escala gráfica para obtener la distancia. En cambio la escala numérica, aparece escrita con números arábigos. Por ejemplo: 1:25.000 significa que, un metro en el papel equivale a 25.000 metros en el terreno. El desdoblamiento de una escala consiste en dividir el metro (1:...), en centésimas y milésimas partes simplificando. Supongamos una escala de 1: 100.000. Para desdoblarla debemos proceder de la siguiente manera:


Medir 1 m. en el mapa equivale a 100.000 metros en el terreno.

Medir 1 dm. en el mapa equivale a 10.000 metros en el terreno.

Medir 1 cm. en el mapa equivale a 1000 metros en el terreno.

Medir 1 mm. en el mapa equivale a 100 metros en el terreno.




La localización de dos puntos, la toma de mediciones entre ellos y el cálculo de tiempo que demandaría un recorrido es fundamental previo a cualquier excursión. Pero qué pasaría si en esa trayectoria existiera un cordón montañoso. Esa irregularidad terrestre deberá ser interpretada y comprendida la configuración de cada cerro, como así su altura. Es decir, mediante estos símbolos convencionales Ud. podrá leer un mapa, sea este impreso en Japón, EE.UU. Alemania, Argentina o cualquier otro país. Como se comprenderá esto adquiere una importancia fundamental.


Si Ud. sabe leer, podrá disfrutar con la lectura de un buen libro. Lo mismo ocurre con los mapas; los signos cartográficos a que hemos hecho referencia conforman un conjunto de información que, para quien pueda interpretarla son de inestimable utilidad. El aprendizaje para leer un mapa debe ser progresivo y con la ayuda de alguien que sepa. Al principio puede ser algo aburrido pero no difícil. ¡Animo! Primero la teoría y luego con la práctica. Para ello compremos una carta topográfica de una zona ya conocida por nosotros, de forma tal que no nos podamos perder. Tracemos un itinerario en el papel. Luego poco a poco iremos avanzando, reconociendo y asociando las distintas características del terreno con las que leemos en el papel. Es importante hacerlo despacio, manejando la brújula y la carta topográfica con cuidado para asimilar la enseñanza. Esta práctica, muy útil por cierto, nos permitirá leer de un "vistazo" cualquier mapa y recorrer terrenos desconocidos por nosotros sin cuidado de extraviarnos. Es verdaderamente fascinante salir de un apuro gracias al simple hecho de saber aprovechar la valiosa información que siempre nos brinda un mapa. No intente ninguna travesía sin conocimientos de topografía y de orientación. ¡Recuérdelo...!


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