El tres de febrero pasado [1980], el proyecto largamente anhelado por el montañismo mexicano comenzó a hacerse realidad. El Grupo de Alta Montaña de la Universidad Nacional Autónoma de México partió con destino a Kathmandú, capital de Nepal. La meta final: conquistar la cumbre del Kangchenjunga Oeste, a 8420 metros sobre el nivel del mar, en la legendaria cordillera del Himalaya.

Que una expedición mexicana intente por primera vez ascender una montaña de más de ocho mil metros no es, sin embargo, un hecho aislado, como tampoco es una coincidencia que haya correspondido a nuestra Máxima Casa de Estudios preparar toda la infraestructura organizativa y administrativa para que el evento fuera una realidad.

La expedición Pumas al Himalaya se inscribe dentro los festejos del Cincuentenario de nuestra Autonomía y es la respuesta universitaria a una práctica deportiva que se caracteriza fundamentalmente por el trabajo en equipo y la ausencia de carácter competitivo. Constituye, también, el epílogo de un arduo trabajo de preparación que incluyó, además del acondicionamiento físico y psicológico, exitosas ascensiones a las Montañas Rocallosas y a la Cordillera de los Andes, así como al Monte McKinley, en Alaska.

En la conferencia de prensa realizada el primero de febrero en el Palacio de Minería de esta ciudad, los expedicionarios respondieron a las preguntas formuladas por representantes de los medios de información y público en general. Con la presencia del Director General de Actividades Deportivas y Recreativas, y del señor Eduardo Luna, presidente de la Federación Mexicana de Montañismo, se hizo la presentación final de los universitarios que intentarán la conquista de uno de los gigantes asiáticos:

• El profesor Manuel Casanova, jefe de la expedición y pasante de la licenciatura de Historia.
• El ingeniero Antonio Cortés, subjefe y profesor del Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Naucalpan.
• Lucio Cárdenas y Alfonso Medina Rubio, estudiantes de ingeniería y geología, respectivamente, tienen a su cargo el equipo y las comunicaciones.
• Hugo Saldaña, estudiante de ingeniería, tiene bajo su responsabilidad la alimentación.
• Hugo Delgado, también estudiante de ingeniería, es el encargado del equipo de oxígeno.

En la conferencia de prensa, el profesor Casanova mostró al público asistente una cápsula metálica, herméticamente cerrada, que contiene el documento donde se hace constar la presencia de México en el Himalaya, mismo que quedará en la cumbre conquistada. La cápsula tiene grabados la bandera mexicana, el escudo de la Universidad y el logotipo del Puma.

En esta velada se hizo también la presentación del libro Expedición al Himalaya 1980: Kangchenjunga, donde los integrantes del equipo puma y quienes participaron en los trabajos de apoyo y preparación, nos ofrecen un relato vívivo de sus experiencias, del funcionamiento del equipo, de las necesidades alimentarias, alimenticias y habitacionales que requiere una expedición de este tipo, descripciones físicas de los diversos terrenos explorados, información que fue sucintamente desglosada por los escaladores universitarios en la conferencia de prensa.

La duración de la expedición será de tres a cuatro meses en total, dependiendo de las condiciones climáticas que se presenten.
Al momento de cerrar esta edición, los expedicionarios estarán emprendiendo la marcha de acercamiento, que se realiza en 16 días aproximadamente, desde la población de Dharan hasta el campamento base, en el glaciar de Yalung, a 5250 metros. Para el transporte del equipo se contratará a 150 porteadores y para la ascensión a un grupo de sherpas, que son porteadores de altura. El campamento base será el centro de operaciones y allí se realizarán asimismo los programas de aclimatación. Aproximadamente un mes más tarde, desde el campamento V, que se instalará a 7,900 metros, se realizará en ataque final a la cumbre.

Todo lo anterior puede proporcionarnos una idea del grado de dificultad que requiere una hazaña de esta clase y la necesidad de que el trabajo en equipo sea armónico e integral. Como se explica en el libro aludido, la selección para la subida al Kangchenjunga fue rigurosísima, incluyéndose tanto pruebas físicas como cuestionarios de conducta, aclimatación, comportamiento de grupo, todo lo cual confirma el carácter universitario de este evento. Igualmente, en el libro se destaca la labor organizativa.

El jefe de la expedición viajó a Kathmandú para tramitar los permisos necesarios y contratar a los sherpas, pues para el gobierno de Nepal las montañas tienen un doble carácter: por un lado constituyen un patrimonio y, por el otro, tienen un carácter sagrado. Así, obtener un permiso para ascender a uno de los montes en el Himalaya es todo un triunfo, pues la solicitud debe ser hecha con tiempo adecuado y sólo se obtiene un número determinado por cada elevación.

La expedición Pumas al Himalaya cerrará así los festejos deportivos del Cincuentenario de la Autonomía y llenará una página de honor en los anales de la historia del deporte mexicano y en particular de la alta montaña.

Como universitarios debemos sentirnos de una u otra manera partícipes de esa expedición y considerar la aventura como un signo inequívoco de la permanencia del hombre sobre la Tierra.