Apreciar la belleza natural, superar mis límites físicos y alcanzar la cima de las montañas y volcanes serían mi inspiración para introducirme al bello deporte del montañismo. Mis primeras experiencias en montaña y volcanes no fueron muy alentadoras que digamos. Tuve varios intentos fallidos en alcanzar las cumbres aun siendo estas pequeñas porque mi condición física no era la ideal y terminaba devastado en cada intento. La inexperiencia que conlleva perder el camino, lesionarte, pasar hambre, sed, frio y calor extremo. Además, sabía que al conquistar la cima ni siquiera habría publico que te aplaudiera o al menos te felicitara.

Christian Rodríguez ante el lago de Atitlán desde la cumbre del Volcán del mismo nombre en marzo de 2007.

Pero nada de eso fue suficiente para desanimarme: intenté una, otra y otra vez hasta que por fin sentí esa sensación indescriptible de lo que era estar parado en la cima de una montaña.

Luego de varios años acompañado de amigos o dirigiendo a mis alumnos del Colegio Bilingüe Lourdes —donde laboro como profesor de informática desde hace siete— subí la mayoría de volcanes y muchas montañas de Guatemala. Aprendí que no hay que subestimar las montañas por pequeñas que parezcan, no es la más alta la más difícil, las montañas pequeñas en ocasiones tienen tantas sorpresas que superan con creces a las más grandes.

Lo que comenzó como un reto de practicar deportes extremos terminó siendo un estilo de vida.

Cima del Cerro Chirripó el punto más alto de Costa Rica, enero 2008. Esta sería la última de las cumbres Centroamericanas en conquistar por Christian Rodríguez.

Pronto, la idea de subir volcanes en otros países siempre sonó en mi cabeza. Parecía ser algo inalcanzable o hecho sólo para grandes deportistas y personas con suficientes fondos económicos: había muchos obstáculos. Pero estaba decidido y necesitaba dar el primer paso. Así, casi sin darme cuenta, en poco tiempo ya he alcanzado las cumbres de ocho países además de varios volcanes en cada uno de ellos: tres en El Salvador, tres en Honduras, tres en Nicaragua, uno en Costa Rica, otro en Panamá, cinco en México, cinco más en Ecuador y más de 37 en nuestras hermosa Guatemala varias en repetidas ocasiones.

El Salvador

Los volcanes Santa Ana, Izalco y el Cerro el Pital (2,730 metros).  Esta cumbre es la más sencilla de Centro América, la vista es buena, pero desafortunadamente las facilidades de acceso lo hacen demasiada visitada. Cientos de personas suben en auto muy cerca de la cima donde hay varios restaurantes y el ruido de la multitud te hace sentir que estás más en un parque de diversiones que en una montaña. Subirlo a pie no representa mayor reto, al menos no para personas que acostumbran hacer algo de ejercicio.

Douglas, Siomara Pineda y Christian Rodríguez fue el equipo encargado de conquistar la cumbre del Volcán Cotopaxi en Ecuador el pasado enero 2008. Este volcán tiene el titulo de ser el volcán activo más alto del mundo.

Honduras

Los volcanes de El Tigre y Zacate Grande en el Golfo de Fonseca cuentan con unas vistas increíbles, se puede apreciar desde sus cumbres el océano pacifico, varios ríos, montañas, manglares y volcanes de Nicaragua, El Salvador y el mismo territorio hondureño. Ambos volcanes se elevan justo en medio del mar, para llegar a ellos se toman pequeñas lanchas que te llevan a las playas que rodean los volcanes, desde ese punto se comienza la caminata y el sofocante calor le agrega un toque de aventura extrema muy agotadora.

La cumbre del país se encuentra en la montaña Celaque, está ubicada dentro de un parque nacional de inigualable belleza entre bosques húmedos, ríos, pantanos y gran cantidad de flora y fauna. Con la compañía del gran deportista Arturo Andrade disfrutamos del reto de conquistar sus tres agotadoras cumbres: El Gallo, Guatemalillo y Las Minas, que es el punto más alto del país (2,849 metros).

Al fondo el Volcán Iliniza Sur, imagen captada durante el ascenso al Volcan Iliniza Norte, la primer cumbre conquistada en Ecuador en enero 2008 por el equipo guatemalteco de deportes extremos K’ashem.

Nicaragua

Volcán Maderas, junto a mi querida Nekane disfrutamos de su vasta flora y fauna.  Un sitio sin igual, se ubica dentro del segundo lago más grande de América, cuenta con una gran laguna en su cráter y la caminata la hicimos inmersos en el sonido de cientos de aves y ranas, más la oportunidad de ver monos y serpientes de gran tamaño justo en medio del sendero.

Anteriormente ascendería acompañado únicamente con unos cazadores que serían mis guía a las cumbres del Cerro Santa María y al Cerro Mogotón, esta última es la cumbre más pequeña de los países centroamericanos, irónicamente resultó ser la más peligrosa y difícil de conquistar hasta la fecha.  Tuvimos que esquivar la custodia del ejercito ya que está prohibido el ingreso y para ello me hice pasar como campesino del lugar, mi equipo era únicamente una mochila vieja con agua, panes, machete y una pequeña bandera de Guatemala.

El guía me recordaba constantemente que la montaña está minada. Para evitar pisarlas tuvimos que escalar enormes rocas sin ningún equipo de seguridad.  Y entre tantas dificultades ya de regreso soy presa de arenas movedizas, afortunadamente mi guía tenía conocimientos de cómo salir de ellas. Pocas personas en el mundo han llegado hasta su cumbre, se mencionan ocho únicamente incluyéndome a mí, el único guatemalteco a la fecha en alcanzar el punto exacto donde se encuentra el mojón 59 que marca la cima del país (2,107 metros).

Christian Rodríguez en la cumbre del Volcán Iliniza Sur.

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