El 2 de marzo de 1958, un grupo británico al mando de Vivian Fuchs llegaba a la base Scott, en Rose Island, después de realizar la primera travesía (unos 3,453 kilómetros) de la Antártida en 99 días. Habían partido el 24 de noviembre de 1957 de la base Shackleton y llegado al Polo el 19 de enero de 1958.

Esta travesía había sido el sueño de Sir Ernst Shackleton, pero su barco naufragó entre los hielos y a partir de entonces su objetivo fue sobrevivir, en una de las hazañas épicas más importantes de la Antártida. Después de Shackleton, el proyecto permaneció dormido hasta que Vivian Fuchs lo llevó a la práctica. La travesía fue realizada a bordo de "snow-cats", vehículos especialmente diseñados y construidos para tal expedición y no con trineos, como era la idea original de Shackleton.

Aunque al grupo pertenecía también el neozelandés sir Edmund Hillary, quien en 1953 ascendiera, junto con Tenzing Norgay, el Everest, Hillary no participó en la travesía sino que sólo sirvió de apoyo al equipo de Fuchs, pero aún así realizó el viaje de ida y vuelta al Polo y todavía ayudara al equipo transantártico en su reconocimiento cuando se acercaban a su base.

Por este logro, Vivian Fuchs fue nombrado Lord por la reina Isabel II, pero continuó sus exploraciones e investigaciones en la Antártida y su equipo fue el primero en detectar el agujero en la capa de ozono de la atmósfera sobre ese casquete polar.

Vivian Fuchs fue también presidente de la Sociedad Glaciológica Internacional y de la Royal Geographical Society y, a los 82 años, hizo recuento de su vida en A time to speak, publicada en 1990. Este gran explorador británico murió el pasado 11 de noviembre, a los 91 años y con él se pierde a uno de los grandes exploradores.