follow me
Montañismo y Exploración
EXPLORACIÓN EN LA BARRANCA DE PIAXTLA O MIRAVALLES

El proyecto En busca de un mundo olvidado, iniciado en el estado de Chihuahua por Carlos Lazcano, trascendió a Durango, donde están barrancas más inaccesibles aún, donde una excelente técnica es imprescindible para llegar a los lugares. Este es uno de los relatos de una exploración llevada a cabo en las barrancas por un equipo de exploradores italianos y espeleólogos universitarios en noviembre del 2003. Fotografías de Paolo Petrignani.







  • SumoMe
DÍA CUATRO, "PERDIDOS Y SIN COMIDA" La comida comenzó a terminarse y eso era bueno para mí porque me había tocado cargarla. Teníamos que apurarnos porque llevábamos tres días y no habíamos avanzado "nada". Veíamos la carta topográfica y nos faltaba más de la mitad por recorrer. Apretamos el paso, superamos otro gran derrumbe entre rápidos, caídas, tiros y saltos. Creíamos haber avanzado bastante pero después de seis horas en el río volvimos a ver la carta. Nuestro punto de referencia era la confluencia con "piedra parada". Mirábamos a lo lejos y podíamos apreciar cómo el cañón da vuelta a derecha y luego a izquierda. Teníamos la esperanza de que una de esas vueltas fuera la "confluencia", así que cada curva que veíamos tratábamos de llegar a ella lo antes posible. Pero no era fácil pues el terreno se había tornado complicado. Pero aén así avanzábamos y cuando por fin llegábamos a la inalcanzable curva y nos dábamos cuenta que no era la confluencia, nos invadía una decepción infinita. Caminamos más de ocho horas. Ya no teníamos barras energéticas y teníamos que esperar hasta la hora de la cena, que era nuestra énica comida pues el desayuno consistía en sólo cafecito caliente. Esa noche vi con otros ojos las huellas que a menudo encontrábamos de algén animal pequeño cerca del río, pues tuvimos que empezar a racionar la comida, que no fue agradable ni divertido. Estábamos muy cansados, el agua nos robaba demasiada energía y nos sentíamos algo perdidos, los GPS se quedaron por error en el campo base. Todos los días intentábamos comunicarnos por radio con el campo base pero sin resultado alguno pero cuando Chicho por fin lo logró fue un momento histórico. De repente ya no tenía más cansancio ni hambre, la energía me regresó de inmediato al cuerpo y nunca olvidaré el momento en el que Tullio habló con nosotros. Pensaba dentro de mí: "Tullio lo puede todo, ya no tengo de que preocuparme". Y no estaba equivocada, después me enteré que una vez que cortamos comunicación y le dijimos que teníamos dos raciones de comida para cuatro personas y nos faltaban dos o más días por llegar, se puso en contacto con el helicóptero para sacarnos de ahí por si hacía falta. Claro, que no fue necesario.

Páginas: 1 2 3 4 5 6 7



 



Suscríbete al Boletín

Google + Facebook Twitter RSS

 

Montañismo y Exploración © 1998-2023. Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con SIPER
Diseño por DaSoluciones.com©