DÍA CINCO: ¿Y LA CONFLUENCIA? Muy animados y llenos de bríos tomamos río abajo y aunque íbamos muy felices el cuerpo no respondía igual, nos tropezábamos fácilmente. Las piernas me temblaban en esa agua tan fría, tanto que no sentía las piernas pedalear y tenia que voltear a mirarlas a ver si se movían. Cruzábamos ahora grandes pozas de 40 y 80 metros de largo. Los paisajes eran cada vez más impresionantes. La roca cambiaba de color, de gris a roja, a blanca. Caminábamos por inercia, nadábamos y alcanzábamos esas prometedoras curvas una vez tras otra sin tener resultados. ¡Que cansancio!, pensaba. Y cuando veía dejar caer su fuerte cuerpo a Chicho y a los demás pidiendo un descanso, me daba cuenta que no era la énica. Segén nuestros cálculos hoy teníamos que encontrar la confluencia antes de las tres de la tarde" Caminamos y nadamos hasta que la luna nos iluminó, creo que ese día hubo un eclipse, había una luz muy especial. Esa noche vimos lo éltimo de comida que nos quedaba, las dos éltimas raciones para los cuatro. No quisiera volver a sentir esta sensación de sobrevivencia. Me gustan las expediciones y los retos pero no me gusta llegar a estos extremos. Por supuesto recordaba el momento en el que decidimos darle la comida a Marco. También pensaba en mis amigos de "Piedra Parada". Segén lo que Tullio logró ver al inicio de la expedición cuando sobrevoló los dos cañones en helicóptero, vieron que el de Piedra Parada era más técnico y puesto que el nuestro resultó ser más difícil de lo que calculamos, los imaginaba a ellos. Y pensaba constantemente cuando un día antes que nos comunicamos con Tullio y nos dijo que los de Piedra Parada habían tenido un "grave problema" y que llegando al campo base nos contaba. Me preocupaba mucho pensar en un accidente, con la compleja morfología del lugar seria una gran odisea llevar acabo un rescate. Después me enteré que su gran problema fue también habían perdido el "Ryoby" (sí, el otro taladro) y se toparon con más cascadas de las que vieron desde helicóptero y ya no tenían más cuerda, de tal manera que si se encontraban con una cascada más estaban perdidos.