DÍA SEIS, "MIS AMIGOS" Muy cansados, sin desayuno y con sólo agua en la panza, caminamos durante varias horas y alcanzábamos esas curvas del cañón, cuando sin pensar en ello encontramos la "confluencia". Lo habíamos logrado, Tullio nos dijo que a partir de la confluencia sólo eran tres horas hasta el campo base. Nuestros ánimos se levantaron y apresuramos el paso. Comenzamos a ver pisadas de vacas en la arena, y después de un par de horas encontramos un escrito en la arena, con una maravillosa flecha indicando el énico sentido que nos llevaría al campo y decía "Campo base 3 horas". Ya no tenia hambre, solo quería ver a Paulina (mi prima, quien apoyó en campo base) y a mis amigos a Javier, a Saél, Arturo y por supuesto a Tullio. Quería moverme más rápido pero no podía. En este momento iba como éltima cuando vi a mis compañeros que se alegran, ríen y hablan con alguien, entonces corrí y al primero que vi fue a Tullio. Acompañado de Saél y Renato habían caminado río arriba para alcanzarnos con algo de comida. Nunca olvidaré la felicidad que me dio abrazarlos. Los de Piedra Parada habían llegado una hora antes que nosotros. Recuerdo bien esa felicidad de estar rodeada de gente que quiero mucho y de haber pasado aventuras intensas y sobre todo de poder contarlas. Paulina nos recibió con una dotación de quesadillas, con salsa de chile habanero. Ya se imaginarán que nos supieron a gloria. Esta es la historia del grupo Piaxtla, planeada para tres días pero que resultaron ser seis, llenos de vivencias maravillosas.