…nos habíamos propuesto el objetivo de subir el Everest, pero habíamos acordado firmemente no hacerlo por la ruta fácil. Esto no estaría a la altura de la “ética” moderna del montañismo mundial ya que escalar el Everest por su ruta normal no es hoy en día ningún desafío para el montañista de alto rendimiento.
El verdadero montañero es el hombre que intenta nuevas ascensiones. No importa que tenga éxito o que fracase, encuentra su goce en la fantasía o en el juego de la lucha.
…hemos aprisionado nuestros valores del montañismo en una mentalidad corporativa, y la manera en la que vemos desarrollarse la acción y los eventos de montañismo se ha domesticado o, peor de todo, convertido en una plática de cantina.
Siempre me habían parecido muy discutibles las ventajas d sacrificar los años activos de la vida en aras al ideal de una ancianidad digna y confortable. A mayor abundamiento, uno de mis consejeros (el más revolucionario) me aseguró que las cosas acababan siempre por arreglarse, para las personas que saben bien lo que se quieren.
Crees conocer a un hombre en el llano, y después de quince, veinte días o un mes con él en la montaña, te das cuenta de que es otro completamente diferente.
Vive tu vida como si subieras una montaña. De vez en cuando mira la cumbre, pero más importante es admirar las cosas bellas del camino. Sube despacio, firme, y disfruta cada momento. Las vistas desde la cima serán el regalo perfecto tras el viaje.
Vive tu vida como si subieras una montaña. De vez en cuando mira la cumbre, pero más importante es admirar las cosas bellas del camino. Sube despacio, firme, y disfruta cada momento. Las vistas desde la cima serán el regalo perfecto tras el viaje.