{"id":14557,"date":"2011-10-14T00:00:00","date_gmt":"2011-10-14T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=14557"},"modified":"2012-03-16T21:48:29","modified_gmt":"2012-03-17T03:48:29","slug":"en_el_largo_aprendizaje_en_la_montana","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2011\/en_el_largo_aprendizaje_en_la_montana\/","title":{"rendered":"En el largo aprendizaje en la monta\u00f1a"},"content":{"rendered":"<p><script language=\"javascript\">function imgGrandeChica_old(nombreImagen, formato, ancho, alto){\tdocument.write('<a href=\"javascript:;\" onClick=\"window.open(\\'..\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_g.'+formato+'\\',\\'nombreImagen\\',\\'width='+ancho+', height='+alto+'\\')\"> <img decoding=\"async\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_k.'+formato+'\" border=\"0\" \/><\/a>')\t}<\/script><\/p>\n<div align=\"justify\">\n<p><strong>C&oacute;mo se camina hacia los  sue&ntilde;os<\/strong><\/p>\n<p>A los 21 a&ntilde;os de edad, estudio una carrera y tengo una educaci&oacute;n de  emprendedor, pero tambi&eacute;n tengo una pasi&oacute;n por la escalada. &iquest;Qu&eacute; puede hacer un  joven como yo cuando ha subido los volcanes nevados de M&eacute;xico, en donde se dice  que no hay escaladas t&eacute;cnicas? Por supuesto, so&ntilde;ar con otras monta&ntilde;as, como nos  pasa a todos. Pero si realmente quer&iacute;a ir, deb&iacute;a hacer algo y no s&oacute;lo quedarme  con sue&ntilde;os. As&iacute; aprend&iacute; que el primer paso para acercarse a un sue&ntilde;o es  aterrizarlo, domar las fantas&iacute;as y darle una secuencia l&oacute;gica.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-01', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>Momento de paz en el Campo I, Canad&aacute;, en el AconcaguaFotos:      Diego Monta&ntilde;oClick para agrandar.<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n<p>S&iacute;: esas monta&ntilde;as comenzaron para m&iacute; en un papel y en un esfuerzo  cotidiano por entender todo lo que engloba una expedici&oacute;n al extranjero:  log&iacute;stica, financiamiento, entrenamiento, alimentaci&oacute;n y muchos m&aacute;s factores  que se deben tener en cuenta desde el momento en que se piensa en ir. Las  monta&ntilde;as no se empiezan a escalar desde su campo base ni tampoco desde el  momento en que abandonas la c&oacute;moda familiaridad de la seguridad de tu hogar.  Empiezan en tu cabeza.<\/p>\n<p>Pasaron meses de investigaci&oacute;n y al final pude desglosar una log&iacute;stica  y darle una secuencia para seguirla. Despu&eacute;s lo redact&eacute; en un formato comercial  y busqu&eacute; el apoyo financiero de empresas privadas y p&uacute;blicas. Todo esto es tan  dif&iacute;cil como la dificultad m&aacute;xima hallada el d&iacute;a de llegar a la cumbre.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-02', 'jpg',620,820)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>El doctor Jos&eacute; Cruz, parte del CAM, llegando a la Cueva del Inca.<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n<p>Apunt&eacute; al Aconcagua por dos razones: siendo estudiante, no sab&iacute;a qu&eacute;  tanta disponibilidad tendr&iacute;a para viajar y porque quer&iacute;a experimentar los  cambios en mi cuerpo provocados por una monta&ntilde;a m&aacute;s alta que las que ya hab&iacute;a  subido. Por eso fui por la m&aacute;s alta. Por otro lado, ser&iacute;a dif&iacute;cil encontrar  financiamiento si iba al Artesonjraju, por ejemplo, un nombre que casi nadie  conoce.<\/p>\n<p>As&iacute; fue como consegu&iacute; la oportunidad de conocer otras monta&ntilde;as. Para  m&iacute;, el monta&ntilde;ismo es algo tan puro que venderlo de esta manera se justificaba  s&oacute;lo para pagar las cuentas.<\/p>\n<p><strong>Mirada desde la cumbre del Aconcagua<\/strong><\/p>\n<p>Los monta&ntilde;istas argentinos Hugo Teves y Marcelo Nikov ser&iacute;an mis  compa&ntilde;eros. Para mi buena suerte un grupo del Club Alpino Mexicano, dirigido  por Salvador Delgadillo, se hab&iacute;a retrasado y coincidimos en el itinerario.  D&iacute;as despu&eacute;s una tormenta nos atrap&oacute; en Nido de C&oacute;ndores (5,400) por cuatro  largos d&iacute;as. Intercambiamos comida y gas y al final decidimos partir juntos hacia  el campo Berl&iacute;n. Para este momento, mis dos compa&ntilde;eros argentinos hab&iacute;an  descendido de la monta&ntilde;a por mala aclimataci&oacute;n y s&oacute;lo pude seguir gracias a que  todos nosotros est&aacute;bamos enteros y juntos.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-03', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>Con Salvador Delgadillo en la cumbre del Aconcagua.<\/em><\/p>\n<p>En la tarde del 12 de enero, los cinco mexicanos hicimos cumbre en el Aconcagua.  Ah&iacute;, de pie en la cima de la monta&ntilde;a m&aacute;s alta de Am&eacute;rica un a&ntilde;o despu&eacute;s de  haber comenzado toda la planeaci&oacute;n, me di cuenta que las monta&ntilde;as, cualquiera,  no son para personas excepcionales, sino para todos aquellos que est&aacute;n dispuestos  a trabajar por ellas, a convertir su sue&ntilde;o en realidad&hellip; con trabajo.<\/p>\n<p><strong>Interludio: del por qu&eacute; ser m&aacute;s observador<\/strong><\/p>\n<p>Regres&eacute; a casa emocionado y con ganas de m&aacute;s. Alejandra Nieto me  convenci&oacute; de volar a Bolivia para Semana Santa y ascender el Peque&ntilde;o Alpamayo  por la ruta directa: una expedici&oacute;n veloz y, sobre todo, barata. Pero sucedi&oacute;  algo que me hizo comprender que deb&iacute;a ser m&aacute;s observador: Alejandra se encarg&oacute;  de conseguir mis boletos hacia La Paz. La idea era encontrarnos all&aacute; (ella vive  en Chile).<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-04', 'jpg',620,820)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>Camino al campo base de la regi&oacute;n del Condoriri en la  laguna de Chiarakota<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n<p>Una semana despu&eacute;s me encontraba en el aeropuerto corriendo para que el  vuelo no me dejara. Document&eacute; mi equipaje, me sub&iacute; al avi&oacute;n y cuando despeg&oacute; me  di cuenta que no &iacute;bamos en la direcci&oacute;n correcta y para cuando sobrevol&aacute;bamos  el Mar de Cort&eacute;s, comenz&oacute; a ser razonable la cantidad de acentos norte&ntilde;os:  vol&aacute;bamos a la Paz, en Baja California, no en Bolivia. No pod&iacute;a creer lo que  pasaba. &iquest;Qu&eacute; pod&iacute;a hacer? Una vez en La Paz equivocada, tom&eacute; el primer vuelo de  regreso a casa.<\/p>\n<p>Nuestra expedici&oacute;n se hab&iacute;a venido abajo por una equivocaci&oacute;n en el  destino del avi&oacute;n y como el precio de ambos vuelos era similar, no pensamos en  confirmarlo. Por llegar tarde al aeropuerto no revis&eacute; el itinerario ni me  preocup&eacute; de los detalles en el check in. Fue c&oacute;mico y deprimente a la vez. Como  dif&iacute;cilmente podr&iacute;a conseguir otro financiamiento en poco tiempo, pens&eacute; en  viajar de nuevo, pero hasta el siguiente a&ntilde;o. Para mi sorpresa, mis  patrocinadores del Aconcagua comenzaron a ver resultados en su publicidad por  mi ascenso y me refirieron a nuevos contactos. Con ellos negoci&eacute; mi segundo  viaje.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-05', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>Con Dami&aacute;n en la cumbre del Tarija<\/em><\/p>\n<p><strong>Diferencias en la monta&ntilde;a<\/strong><\/p>\n<p>Quer&iacute;a hacer escaladas t&eacute;cnicas, de esas que se dice ya no existen en  M&eacute;xico. Alejandra y yo pusimos nuestra mirada en el Peque&ntilde;o Alpamayo por la  ruta directa, el Condoriri por la arista suroeste y el Huayna Potos&iacute; por la v&iacute;a  francesa. Un amigo argentino se uni&oacute; a nosotros y ser&iacute;amos tres: Dami&aacute;n  Parmuchi, Alejandra y yo. <\/p>\n<p>Camino al Peque&ntilde;o Alpamayo ascendimos al Tarija pero por peque&ntilde;as  diferencias nuestro itinerario ideal se ve&iacute;a retrasado y cuando llegamos a las  tres de la tarde al Tarija, el sol calentaba ya la pared de hielo y se  desvaneci&oacute; nuestra oportunidad de escalar la v&iacute;a directa. A&uacute;n as&iacute; decidimos  escalar por la ruta normal pero en el campo base otros monta&ntilde;istas nos hab&iacute;an  dicho que no necesitar&iacute;amos las estacas en la cumbre del Tarija y las dejamos  pensando en cargar menos.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-06', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>Alejandra en la bajada del Tarija<\/em><\/p>\n<p>Al llegar a lo m&aacute;s inclinado de la pared, el viento soplaba fuerte y  sacamos la cuerda. Nuevamente diferimos en el modo. Dami&aacute;n lo quer&iacute;a hacer  largo por largo y nosotros como ensamble. La discusi&oacute;n se prolong&oacute; y el sol continu&oacute;  calentando la nieve. Para cuando comenc&eacute; a subir, la nieve era tan inestable  que todo se derret&iacute;a a mi lado. Me asust&eacute; porque ten&iacute;a ya todo un largo de  cuerda y sin protecciones. Confiar en esa informaci&oacute;n dada de buena fe fue otro  error brutal porque las estacas nos hubieran sido muy &uacute;tiles.<\/p>\n<p>En esas condiciones no pod&iacute;a armar una reuni&oacute;n para recuperar a mis  compa&ntilde;eros y decid&iacute; subir un poco m&aacute;s hasta encontrar un sitio donde poner un  hongo de nieve como reuni&oacute;n. Les comuniqu&eacute; lo que har&iacute;a y cuando alcanc&eacute; ese  sitio estaba a s&oacute;lo 20 metros de la cumbre. De todos modos hice la reuni&oacute;n y  recuper&eacute; la cuerda pero pronto descubr&iacute; que no hab&iacute;a nadie encordado al final  de ella. Hab&iacute;a subido m&aacute;s de 70 metros y as&iacute; no les fue posible alcanzar la  cuerda. Vi la cumbre a tan s&oacute;lo 20 metros pero tambi&eacute;n notaba que todo estaba  derriti&eacute;ndose y que comenzaba a resbalar. Era el momento adecuado para  descender.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-07', 'jpg',620,820)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>Ante el peque&ntilde;o Alpamayo<\/em><\/p>\n<p>Tras varios intentos in&uacute;tiles de hacer un buen anclaje para rapel,  decid&iacute; que la &uacute;nica manera de bajar era como hab&iacute;a subido: con piolets y  crampones y cay&eacute;ndome nieve todo el tiempo. A cada paso sent&iacute;a que el siguiente  paso ser&iacute;a tan fr&aacute;gil que podr&iacute;a caer. Para mi sorpresa, a la mitad encontr&eacute; a  Ale. Preocupada por m&iacute;, hab&iacute;a subido a buscarme sin importar las condiciones de  la arista. Descendimos lo m&aacute;s r&aacute;pido que pudimos y cuando llegamos a la base,  Dami&aacute;n ya no estaba: hab&iacute;a regresado al Tarija pensando que yo los hab&iacute;a  abandonado y hab&iacute;a ido por la cumbre yo solo. Ale y yo est&aacute;bamos felices de  haber salido ilesos de todo esto y ese detalle no nos pes&oacute;.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-08', 'jpg',620,820)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>El Condoriri y su Ala izquierda<\/em><\/p>\n<\/div>\n<p><!--nextpage--><script language=\"javascript\">function imgGrandeChica_old(nombreImagen, formato, ancho, alto){\tdocument.write('<a href=\"javascript:;\" onClick=\"window.open(\\'..\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_g.'+formato+'\\',\\'nombreImagen\\',\\'width='+ancho+', height='+alto+'\\')\"> <img decoding=\"async\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_k.'+formato+'\" border=\"0\" \/><\/a>')\t}<\/script><\/p>\n<div align=\"justify\">\n<p><strong>Recuento de da&ntilde;os<\/strong><\/p>\n<p>Lo cierto es que no nos acomod&aacute;bamos como cordada: lleg&aacute;bamos tarde y  por lo tanto la monta&ntilde;a ya no estaba en condiciones, el exceso de confianza nos  alent&oacute; a continuar aunque fuera por la ruta normal y hab&iacute;amos confiado  ciegamente en lo que otros nos hab&iacute;an dicho, aunque de buena fe, sin pensar en  que podr&iacute;amos necesitar las estacas. Tener diferencias en tu cordada es  comenzar con el pie equivocado. Pero Dami&aacute;n no es mala persona. Sucede que no  tenemos la misma visi&oacute;n, eso es todo. Pero segu&iacute;amos siendo amigos los tres. Lo  m&aacute;s importante fue que la ruta normal del Peque&ntilde;o Alpamayo me dio el susto de  mi vida y eso mismo me hizo valorarla m&aacute;s.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-09', 'jpg',620,820)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>En la cumbre del Austria Norte<\/em><\/p>\n<p><strong>Receso<\/strong><\/p>\n<p>Decidimos tomar un d&iacute;a para relajarnos y replantear la estrategia para  el Condoriri. Yo decid&iacute; que era demasiado pronto para meterme de nuevo en una monta&ntilde;a  donde hab&iacute;a secciones en las que pod&iacute;amos meternos en situaciones similares.  Simplemente se me hac&iacute;a absurdo salir de una muy dif&iacute;cil para entrar a otra  igual. As&iacute; que no fui al Condoriri. A veces es bueno controlar esos impulsos &nbsp;y darnos cuenta que no somos infalibles ni  invulnerables sino simples mortales ante gigantes inmortales. Me sent&iacute;a triste  pero seguro de mi decisi&oacute;n. Abandonar el Condoriri sin siquiera intentarlo es  la decisi&oacute;n m&aacute;s madura que he tomado en monta&ntilde;a y quiz&aacute; en mi vida.<\/p>\n<p>Decid&iacute; salir a caminar por la ruta normal del Pico Austria y part&iacute; s&oacute;lo  con bastones y agua, pensando en tranquilizarme pero a los 20 minutos me sent&iacute;  en ritmo y termin&eacute; por subir al Austria y al pico que est&aacute; al sur y que termin&eacute;  bautizando como Austria Sur, pues nadie que conoci&eacute;ramos sab&iacute;a su nombre. Eran  dos cincomiles y deb&iacute;a hacerlos en un d&iacute;a para regresar al campo base.<\/p>\n<p>Sub&iacute; a uno y baj&eacute; corriendo despu&eacute;s de ver el Lago Titicaca desde la  cumbre; sub&iacute; el segundo y nuevamente de bajada a toda velocidad. Cuando llegu&eacute;  al campo base hab&iacute;an pasado s&oacute;lo cuatro horas, estaba exhausto y decid&iacute; hacer  la cena para mis amigos que regresar&iacute;an m&aacute;s tarde del Condoriri. <\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-10', 'jpg',620,820)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>Pir&aacute;mide Blanca<\/em><\/p>\n<p><strong>Pir&aacute;mide Blanca<\/strong><\/p>\n<p>En la noche, un grupo de argentinos del campamento aleda&ntilde;o se acerc&oacute; a  platicar. Franco Filippini y yo nos reconocimos: &eacute;l hab&iacute;a trabajado como  porteador en el Aconcagua cuando yo estuve ah&iacute;. Es peque&ntilde;o el mundo de los  monta&ntilde;istas pero es gigante el mundo para los monta&ntilde;istas. Pasamos horas  bebiendo mate y t&eacute;, platicando y riendo. Al d&iacute;a siguiente regres&aacute;bamos a La Paz  porque Dami&aacute;n deb&iacute;a regresar a Argentina. Ale y yo deb&iacute;amos reaprovisionarnos.<\/p>\n<p>Entonces Franco me invit&oacute; a intentar por la madrugada una monta&ntilde;a bella  con pasos de escalada mixta: Pir&aacute;mide Blanca. No pude rehusar la oferta: antes  del amanecer. Hab&iacute;amos cruzado el glaciar del Tarija y enfil&aacute;bamos a la arista  del Pir&aacute;mide Blanca. Despu&eacute;s, las verticales rampas de hielo por tres largos de  cuerda, una f&aacute;cil escalada en un colador mixto y a las ocho de la ma&ntilde;ana  est&aacute;bamos en la cima. Fue una escalada veloz y audaz. Nos entendimos a la  perfecci&oacute;n como alpinistas y amigos. Ese mismo d&iacute;a llegamos a La Paz.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-11', 'jpg',620,820)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>Franco Filippini en el ascenso al Pir&aacute;mide Blanca<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n<p><strong>Huayna Potos&iacute;<\/strong><\/p>\n<p>Ale y yo regresamos a la monta&ntilde;a porque ten&iacute;amos poco dinero y muchos  d&iacute;as por quemar. Fuimos al Huayna Potos&iacute;, s&oacute;lo por ver qu&eacute; podr&iacute;amos hacer. Ah&iacute;  hay un lujoso refugio que hace que la monta&ntilde;a se haya convertido en un destino con  atractivo tur&iacute;stico. Decenas de personas no entrenadas intentan diariamente la  cumbre. Nosotros no pod&iacute;amos darnos el lujo de pagarlo y llegamos a &eacute;l cargando  casi 30 kilos de equipo y comida para una semana a la espalda.<\/p>\n<p>Quer&iacute;amos subir hasta el campo argentino (5,600) para estar m&aacute;s cerca  de la v&iacute;a francesa, pero las nevadas ya hab&iacute;an dejado dos metros de nieve en la  zona. Armamos el campo junto al refugio mientras algunos gu&iacute;as bolivianos  preguntaban si llev&aacute;bamos aletas y snorkel, pues eran imprescindibles en la v&iacute;a  francesa.<\/p>\n<p>Un d&iacute;a escalamos en una arista cercada al Glaciar Viejo: una escalada  divertid&iacute;sima con nieve dura y algunos pasos mixtos en s&oacute;lo dos largos de  cuerda. A la siguiente noche fuimos invitados a hospedarnos en el refugio. El  guarda nos adopt&oacute; y nos present&oacute; con el resto de los gu&iacute;as. Lo curioso de todo  esto es que cuando comenzamos a quedarnos sin comida fue cuando comimos mejor  que nunca, por la hospitalidad de los buenos amigos que hicimos.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-12', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>Franco y yo en la cumbre del Pir&aacute;mide Blanca<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n<p>La monta&ntilde;a segu&iacute;a llen&aacute;ndose de nieve y cansados de la espera,  decidimos ir por la ruta normal. Ese d&iacute;a ning&uacute;n grupo estaba en la monta&ntilde;a. Salimos  de noche pensando que podr&iacute;amos seguir la huella hasta la cumbre y que al salir  el sol el tiempo mejorar&iacute;a al menos un poco, pero despu&eacute;s de un par de horas,  comenz&oacute; a nevar y las nubes nos cubrieron por completo y la visibilidad era  escasa. Pronto perd&iacute;a la huella. Solos en una monta&ntilde;a que no nos era conocida,  decidimos que lo m&aacute;s prudente era regresar.<\/p>\n<p>Dar la vuelta era regresar a casa pero me sent&iacute; aliviado porque hab&iacute;a  terminado de escalar. En la noche oscura, perdimos nuestra propia huella y  comenzamos a sortear grietas y caminar por enormes pendientes. Fue una noche  larga pero poco antes del amanecer logramos encontrar el camino de regreso.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-13', 'jpg',620,820)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>Nuestro&nbsp; hermoso  campo alto en el Huayna Potos&iacute;<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n<p><strong>Recapitulaci&oacute;n<\/strong><\/p>\n<p>Nos quedaba un d&iacute;a m&aacute;s en la monta&ntilde;a y fuimos a escalar al Glaciar  Viejo. Pasamos el d&iacute;a reflexionando y escalando. No me sent&iacute; mal de no alcanzar  la cumbre. Sent&iacute; una felicidad interna porque hab&iacute;a ido tan lejos en busca de  cumbres y consegu&iacute; algo m&aacute;s valioso: conocimiento, madures y una perspectiva  que no tiene nada que ver con la cumbre, sino con el recorrido. Entonces me di  cuenta que la cumbre es el pretexto para todo lo vivido en el camino. S&iacute;,  hab&iacute;amos cometido errores pero los problemas surgidos los hab&iacute;amos solucionado.  Quiz&aacute; no volvamos a escalar con Dami&aacute;n, pero no por eso deja de ser nuestro  amigo. Y tambi&eacute;n hicimos muchos amigos y valoramos m&aacute;s nuestra vida. Pero de  entre todas las lecciones aprendidas, me quedaba claro que las monta&ntilde;as son  para cualquiera que logre domarse a s&iacute; mismo y logre interactuar con ellas. Tal  vez as&iacute; se vuelva uno un poco m&aacute;s humano.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-14', 'jpg',620,820)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>Alejandra  en la tormenta en el Huayna Potos&iacute;<\/em><em>.<\/em><\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-15', 'jpg',620,820)<\/script> <\/p>\n<blockquote>\n<p align=\"center\"><em>Con Alejandra  luego de abandonar el intento de cumbre del Huayna Potos&iacute;<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('3446-aprender-16', 'jpg',820,470)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>Escalando  en el glaciar viejo<\/em><\/p>\n<\/div>\n<div align=\"right\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" width=\"15\" height=\"14\" src=\"\/images\/upload\/puma.gif\" alt=\"\" \/><\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<table width=\"100%\" cellspacing=\"2\" cellpadding=\"2\" border=\"0\" summary=\"\">\n<tbody>\n<tr>\n<td width=\"329\">\n<p align=\"justify\">La monta&ntilde;a es algo m&aacute;s que la cumbre pero eso s&oacute;lo se aprende cuando se ha estado en la monta&ntilde;a y se ha vivido experiencias que no se pueden repetir. Diego Monta&ntilde;o platica su experiencia y todo lo que se puede aprender.<\/p>\n<\/td>\n<td width=\"129\">\n<div align=\"center\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" width=\"110\" height=\"100\" align=\"center\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/k_3446-aprender.jpg\" alt=\"\" \/><\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n<p> <a href=\"https:\/\/montanismo.org\/2011\/en_el_largo_aprendizaje_en_la_montana\/\"><\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1358,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":""},"categories":[1015],"tags":[],"jetpack_featured_media_url":"","jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p51GhY-3MN","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/14557"}],"collection":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1358"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=14557"}],"version-history":[{"count":2,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/14557\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":17444,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/14557\/revisions\/17444"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=14557"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=14557"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=14557"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}