{"id":14018,"date":"2010-01-31T00:00:00","date_gmt":"2010-01-31T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=14018"},"modified":"2012-03-30T13:58:44","modified_gmt":"2012-03-30T19:58:44","slug":"el_dolor_una_herramienta_para_vivir","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2010\/el_dolor_una_herramienta_para_vivir\/","title":{"rendered":"El dolor: una herramienta para vivir"},"content":{"rendered":"<p><script language=\"javascript\">function imgGrandeChica_old(nombreImagen, formato, ancho, alto){\tdocument.write('<a href=\"javascript:;\" onClick=\"window.open(\\'..\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_g.'+formato+'\\',\\'nombreImagen\\',\\'width='+ancho+', height='+alto+'\\')\"> <img decoding=\"async\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_k.'+formato+'\" border=\"0\" \/><\/a>')\t}<\/script><\/p>\n<div align=\"justify\">\n<p>Estaba en completo trance despu&eacute;s de  nadar en mar abierto. Era una ma&ntilde;ana sin nubes. Parec&iacute;a que hab&iacute;an pasado s&oacute;lo  unos instantes desde que son&oacute; la se&ntilde;al de salida, cinco kil&oacute;metros atr&aacute;s. El  silencio y la concentraci&oacute;n en la que me encontraba de repente se rompieron.  Turbulencia y burbujas, la sensaci&oacute;n ingravidez y del tiempo detenido, todo de  repente se convirti&oacute; en arena rasposa, porras y aplausos. <\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('dolor-01', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>Bah&iacute;a de Acapulco, el d&iacute;a del Marat&oacute;n Guadalupano<br \/>\n  Fotos: C&eacute;sar S&aacute;nchez.<br \/>\n  Haz click en las im\u00e1genes para agrandarlas<\/em><\/p>\n<p>Me incorpor&eacute; y corr&iacute; hacia la meta, en  medio la griter&iacute;a. La alarma que marcaba el fin de mi marat&oacute;n acu&aacute;tico son&oacute;.  Mir&eacute; el reloj. Hab&iacute;a roto mi marca personal, el mejor tiempo de mi vida en un  marat&oacute;n de aguas abiertas. Estaba muy feliz y no repar&eacute; en las caras  descompuestas de mis acompa&ntilde;antes, que era arrastrado por mi medalla, que me  tomaban de los hombros y me llevaban a recostarme bajo una palapa. Mi amiga,  con cara de espanto, me preguntaba constantemente si estaba bien, me hablaba en  todo momento. Mi entrenador, que me conoce de m&aacute;s de 20 a&ntilde;os, le dio un  pa&ntilde;uelo.<\/p>\n<p>Me di cuenta que sangraba de los o&iacute;dos  y record&eacute; unas horas atr&aacute;s, justo al amanecer, cuando se dio la se&ntilde;al de  salida: la multitud, el pataleo, la gran cantidad de espuma y la arena  revuelta. Un sonido sordo y una especie de aguijoneo en la cabeza. Al salir, la  presi&oacute;n del agua sobre la cabeza puede ser tal, que si no te has colocado bien  la gorra de silic&oacute;n protegiendo tus o&iacute;dos, te puedes reventar los t&iacute;mpanos. Fue  lo que me pas&oacute;.<\/p>\n<p align=\"center\"> <script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('dolor-03', 'jpg',820,620)<\/script> <\/p>\n<p align=\"center\"><em>Bah&iacute;a de Acapulco. En espera de la salida.<\/em><\/p>\n<p>En este momento estaba recostado en  una palapa en la playa. Mi sentido del equilibrio estaba trastornado y pr&aacute;cticamente  no pude caminar hacia la meta a la playa y pr&aacute;cticamente no ten&iacute;a audici&oacute;n.  S&oacute;lo entonces empec&eacute; a sentir dolor. Pocas cosas duelen de una manera tan  desesperante como los t&iacute;mpanos rotos.<\/p>\n<p>Dolor. Algo que no queremos enfrentar  pero inevitable y poco comprendido. Es el dolor que la naturaleza y la  evoluci&oacute;n de los seres vivos ha dise&ntilde;ado como una herramienta para vivir. El  ser humano le ha dado significados m&aacute;s elaborados, pero existe en el plano  biol&oacute;gico por una raz&oacute;n: la sensaci&oacute;n del dolor en los seres vivos es una  herramienta que da protecci&oacute;n y fuerza. Ayuda a la toma de decisiones. Dirige  la socializaci&oacute;n y, m&aacute;s importante, protege la integridad y asegura la  continuidad de la especie. El dolor no existe como un castigo divino.<\/p>\n<p>Conviene analizar lo que la evoluci&oacute;n ha perfeccionado con este  mecanismo y porqu&eacute; funciona as&iacute; en las especies.<\/p>\n<p align=\"center\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" width=\"400\" height=\"472\" border=\"0\" align=\"middle\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/dolor-12.jpg\" alt=\"\" \/><\/p>\n<p>Nos ense&ntilde;aron desde ni&ntilde;os que eran cinco los sentidos: tacto,  vista, o&iacute;do, gusto, olfato&#8230; Sentir, mirar, o&iacute;r, probar, oler. Sencillo pero  impreciso. El sistema nervioso cubre dos funciones: relaci&oacute;n y control. Recibe  informaci&oacute;n del exterior y del interior del cuerpo, la jerarquiza, organiza,  codifica, almacena, y responde a trav&eacute;s del resto de los &oacute;rganos y sistemas de  una manera coordinada para permitir que todo un ser vivo opere en conjunto y  con equilibrio. Y todo debe ser comunicado en un &uacute;nico lenguaje, el c&oacute;digo  neural, compuesto por impulsos el&eacute;ctricos precisos, generados por el movimiento  de part&iacute;culas el&eacute;ctricas.<\/p>\n<p>Esto se lleva a cabo en receptores espec&iacute;ficos: la energ&iacute;a  luminosa se recibe en la retina, por ejemplo. Pero para cada uno de los  sentidos hay varias formas de receptores. Si hablamos del sentido del tacto,  existen por lo menos seis receptores distintos que codifican en general para distintas  sensaciones de la piel y que dan en general la informaci&oacute;n que corresponde a  este sentido. Lo mismo podemos decir del o&iacute;do, olfato y gusto. No son cinco en  total, suman m&aacute;s de treinta en conjunto. Algunos a&uacute;n no han sido diferenciados.<\/p>\n<p align=\"center\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" width=\"326\" height=\"400\" border=\"0\" align=\"middle\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/dolor-10.jpg\" alt=\"\" \/><\/p>\n<p>Llegados a este punto, en lugar de hablar de &ldquo;sentidos&rdquo; es m&aacute;s  propio hablar de &ldquo;modalidades sensoriales&rdquo;. Una de ellas es la sensaci&oacute;n de  dolor y justo &eacute;sta es la &uacute;nica de todas que es diferente en su conformaci&oacute;n.<\/p>\n<p>No existen receptores especiales para el dolor, pero s&iacute; v&iacute;as  neurales espec&iacute;ficas para ello. Por ejemplo: un rasp&oacute;n en la rodilla &iexcl;c&oacute;mo  arde!, pero no inmediatamente. Primero existe una respuesta de retracci&oacute;n  porque el cuerpo tiende a defenderse y alejarse de la fuente que lo da&ntilde;a. La  sensaci&oacute;n de punzada y el dolor aparece unos segundos despu&eacute;s. Ya que uno se ha  retirado del objeto punzo cortante. Y se mantiene varios minutos m&aacute;s&#8230;  dependiendo de la lesi&oacute;n. <\/p>\n<p align=\"center\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" width=\"300\" height=\"400\" border=\"0\" align=\"middle\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/dolor-11.jpg\" alt=\"\" \/><\/p>\n<p>Las v&iacute;as neurales que producen esa molesta sensaci&oacute;n de ardor en  la rodilla son terminales nerviosas libres sin ninguna especializaci&oacute;n y eso  hace suponer que la sensaci&oacute;n de dolor es algo no especializado, aunque deber&iacute;a  serlo. Cada receptor tiene un l&iacute;mite m&aacute;ximo, pasado el cual deja de tener su  funci&oacute;n especializada, y se convierte en un &ldquo;nociceptor&rdquo; o receptor de dolor.  Se llega as&iacute; al concepto exacto de lo que es el umbral del dolor: el momento en  que cualquier terminal se satura por la intensidad del est&iacute;mulo y lo convierte  en un solo tipo de c&oacute;digo: la nocicepci&oacute;n.<\/p>\n<\/div>\n<p><!--nextpage--><script language=\"javascript\">function imgGrandeChica_old(nombreImagen, formato, ancho, alto){\tdocument.write('<a href=\"javascript:;\" onClick=\"window.open(\\'..\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_g.'+formato+'\\',\\'nombreImagen\\',\\'width='+ancho+', height='+alto+'\\')\"> <img decoding=\"async\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/'+nombreImagen+'_k.'+formato+'\" border=\"0\" \/><\/a>')\t}<\/script><\/p>\n<div align=\"justify\">\n<p>Por mucho tiempo se pens\u00f3 que el dolor era una especie de anomal\u00eda  del sistema. Hasta que se descubri\u00f3 lo que es la fuente del placer y del vicio  de los humanos: las endorfinas. Son sustancias qu\u00edmicas producidas dentro del  cuerpo, normalmente en cantidades m\u00ednimas pero cuyos niveles se disparan cuando  hay eventos particulares como el miedo o la euforia. Aumentan el estado de  alerta, evitan la depresi\u00f3n, generan placer, disminuyen el hambre, dilatan  pupilas, aumentan sudoraci\u00f3n y, sobre todo, causan una fuerte dependencia.<\/p>\n<p align=\"center\"><script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('dolor-02', 'jpg',820,442)<\/script><\/p>\n<p align=\"center\"><em>Competidores en la l\u00ednea de salida.<\/em><\/p>\n<p>Las endorfinas est\u00e1n \u00edntimamente relacionadas con la percepci\u00f3n  del dolor y todo lo que involucra. Al descubrirse su presencia, ya no se  considera la nocicepci\u00f3n como algo simple. Se producen en la m\u00e9dula espinal en  regiones que son compuertas para el control muscular, en la base del cr\u00e1neo  (donde se recibe informaci\u00f3n de muchos transductores especializados &quot;vista,  o\u00eddo, gusto&quot;) y en los t\u00e1lamos, un grupo de c\u00e9lulas en el cerebro que sirven de  puente para todo. La forma como operan, controlan y se liberan a\u00fan son objeto  de muchos estudios. Aqu\u00ed hay algunos datos interesantes: <\/p>\n<ul>\n<li>La  funci\u00f3n primaria del dolor es aviso y protecci\u00f3n: el umbral de dolor aparece  antes de que el est\u00edmulo cause da\u00f1o f\u00edsico<\/li>\n<li>En  la m\u00e9dula espinal existen sustancias que se liberan cuando hay est\u00edmulos  dolorosos con efectos &quot;parad\u00f3jicos&quot; que pueden inhibir la sensaci\u00f3n dolorosa,  cuando hay un comando &quot;superior&quot; (desde el cerebro) que le da prioridad a la  actividad, o bien puede potenciarse la sensaci\u00f3n del dolor cuando existe un  est\u00edmulo que sea interpretado como un riesgo latente, y no real. Por ejemplo,  el monta\u00f1ista extasiado que es capaz de escalar con un tobillo fracturado y no  siente dolor. O el ni\u00f1o que va corriendo, se cae y s\u00f3lo por el susto pero sin  ning\u00fan moret\u00f3n, llora desconsoladamente, o un nadador en trance que nada un  marat\u00f3n completo con los t\u00edmpanos reventados sin inmutarse.<\/li>\n<\/ul>\n<p align=\"center\"><script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('dolor-04', 'jpg',609,434)<\/script><\/p>\n<p align=\"center\"><em>Salida del pelot\u00f3n puntero.<\/em><\/p>\n<ul>\n<li>A  nivel del cerebro, la liberaci\u00f3n de endorfinas y la activaci\u00f3n o selecci\u00f3n de  v\u00edas del dolor est\u00e1 asociada con sustancias relacionadas con la conducta. Las  endorfinas mismas tienen parientes bioqu\u00edmicos relacionados con las v\u00edas del  placer y de los instintos elementales (huida, comer, dormir, por ejemplo). Un  desbalance bioqu\u00edmico puede generar una sensaci\u00f3n dolorosa &quot;fantasma&quot;, es  decir, sin ninguna lesi\u00f3n f\u00edsica. Tambi\u00e9n el miedo al dolor puede generarlo en  s\u00ed sin existir est\u00edmulo. El exceso de placer o la euforia, por s\u00ed mismos, est\u00e1n  relacionados con el aumentar el umbral al dolor en los receptores. En  cuestiones como depresi\u00f3n neurosis o la falta de autoestima, la percepci\u00f3n del  dolor es determinante.<\/li>\n<li>La  presencia de estos mecanismos a nivel del cerebro est\u00e1 relacionada con el aviso  de situaciones de riesgo futuro de lesi\u00f3n, muerte o de circunstancias que  generar\u00e1n una experiencia dolorosa.<\/li>\n<li>Dependiendo  del estado psicol\u00f3gico, el dolor es tolerable y manejable, incluso comparable  con una experiencia placentera.<\/li>\n<\/ul>\n<p>Esto \u00faltimo se ve reflejado en los deportes extremos que, si se  conducen bien, resultan en conductas muy sanas. Otros por el otro lado podr\u00edan  ser tendencias patol\u00f3gicas como el manejar el concepto de dolor como una forma  de vida, como un fin, como un entorno.<\/p>\n<p align=\"center\"><script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('dolor-05', 'jpg',620,470)<\/script><\/p>\n<p align=\"center\"><em>En la primera boya.<\/em><\/p>\n<p><strong>&iquest;Qu\u00e9 es el dolor y para qu\u00e9 sirve?<\/strong><\/p>\n<p>Con todos estos datos en mente, lo que debe quedar claro es que se  trata de una herramienta de protecci\u00f3n y defensa. Cuando los est\u00edmulos que  recibimos van m\u00e1s all\u00e1 de lo que podemos soportar, la sensaci\u00f3n dolorosa es un  aviso. A medida que maduramos, nos llenamos de experiencias que nos permiten  tener una prevenci\u00f3n al dolor y as\u00ed ajustar nuestra conducta para llegar m\u00e1s  lejos y de la manera menos dolorosa posible, pero tambi\u00e9n para saber que el  dolor que podemos soportar o que prevemos, &quot;vale la pena&quot; si hacemos un balance  del beneficio, como en el caso del deporte. Desde este punto de vista, la  nocicepci\u00f3n nos apalanca para llevarnos m\u00e1s lejos en nuestras experiencias. <\/p>\n<p>Entender lo que es el dolor evita convertirse en v\u00edctimas.  Sabiendo que el liberar endorfinas nos genera adicci\u00f3n, si nuestro estado  psicol\u00f3gico no es equilibrado y no tenemos recursos para controlarnos,  podr\u00edamos creer que vivir con dolor es una forma de vida. O que justifica  nuestra actividad.<\/p>\n<p align=\"center\"><script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('dolor-06', 'jpg',620,470)<\/script><\/p>\n<p align=\"center\"><em>En alta mar, entrando de regreso a la bah\u00eda de Acapulco.<\/em><\/p>\n<p>Hay quienes hacen deporte para sentir dolor y cubren as\u00ed  situaciones graves, como una depresi\u00f3n que se va profundizando cada vez m\u00e1s.  Otros apalancan las experiencias dolorosas para justificar inseguridades,  crisis personales o traumas que requieren tratamiento. La compleja qu\u00edmica  involucrada en las v\u00edas del dolor las relaciona \u00edntimamente con estados de  estr\u00e9s, depresi\u00f3n, neurosis y muchos otros trastornos que no deben ser ni  potenciados ni resueltos a trav\u00e9s de estas experiencias. <\/p>\n<p>La mayor\u00eda no nos percatamos de nuestra actitud incorrecta ante el  dolor. Podr\u00eda decir que para hacer escalar, nadar, rodar o vivaquear, no  necesito sentir dolor. Las experiencias dolorosas s\u00f3lo son incidentes.<\/p>\n<p>En estos momentos estoy fuera de combate, enfrentando las  consecuencias de una lesi\u00f3n muy dolorosa. No fui a nadar para lastimarme. Un  incidente me produjo esta lesi\u00f3n que me costar\u00e1 meses de recuperaci\u00f3n y todo un  cambio de estrategia para continuar con mi preparaci\u00f3n sin perder el rumbo. He  perdido audici\u00f3n por alg\u00fan tiempo, cosa que &quot;una vez m\u00e1s&quot; cambia la vida. Por  nadar con los t\u00edmpanos rotos &quot;se me meti\u00f3 el mar al cerebro&quot; que, por m\u00e1s  rom\u00e1ntico que suene, me provoc\u00f3 es una fuerte infecci\u00f3n, que exacerb\u00f3 el dolor.  Aprovecho para concentrarme en otras tareas mientras me recupero, aprendo y me  hago m\u00e1s fuerte. Valoro para compensar. Debo disfrutar mucho m\u00e1s que el dolor  que siento. Las endorfinas que libero sin lesi\u00f3n, por puro est\u00edmulo sensorial,  opacan el dolor, que s\u00f3lo me sirve para que mi sistema nervioso me avise, me  proteja, me d\u00e9 fuerza.<\/p>\n<p align=\"center\"><script language=\"javascript\">\timgGrandeChica('dolor-07', 'jpg',592,399)<\/script><\/p>\n<p align=\"center\"><em>Llegada a la meta: hab\u00eda alcanzado mi objetivo.<\/em><\/p>\n<p>He escuchado con frecuencia la siguiente frase: &quot;El monta\u00f1ismo es  el arte de sufrir&quot;. Si lees esto y eres de aquellos que lo dicen, si te duelen  los pies al esforzarte para ascender una monta\u00f1a, si siempre lloras y te  malhumoras por hacerlo, si te la pasas diciendo &quot;&iquest;qu\u00e9 hago aqu\u00ed?&quot; y crees que  el sufrir es parte del costo, si crees que el \u00fanico gozo es los segundos que  pasas en cumbre y no subirla o bajarla, aunque todos lo digan, aunque parezca  que sea lo que debes sentir&#8230; quiz\u00e1 debas recapacitar sobre ti mismo y sobre  este deporte.<\/p>\n<p>Sentir dolor no es el prop\u00f3sito, sino una herramienta, y hay que  saberla usar. Si crees que con s\u00f3lo ponerte tus crampones y empu\u00f1ar tu piolet  puedes ser monta\u00f1ista, puedes correr con suerte, como la mayor\u00eda, al caminar  torpemente en un glaciar sin que pase nada y terminar creyendo que naciste para  ello. Pero tambi\u00e9n corres el riesgo de matarte, sin el menor esfuerzo y sin  entender porqu\u00e9.<\/p>\n<\/div>\n<p><\/p>\n<div align=\"right\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" src=\"\/images\/upload\/puma.gif\" width=\"15\" height=\"14\"><\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<table width=\"100%\" cellspacing=\"2\" cellpadding=\"2\" border=\"0\" summary=\"\">\n<tbody>\n<tr>\n<td width=\"329\">\n<p align=\"justify\">He escuchado con frecuencia la siguiente frase: &ldquo;El monta&ntilde;ismo es el  arte de sufrir&rdquo;. Si lees esto y eres de aquellos que lo dicen, si siempre lloras y te malhumoras  por hacerlo, si te la pasas diciendo &ldquo;&iquest;qu&eacute; hago aqu&iacute;?&rdquo; ?&rdquo; y crees que el sufrir es parte del costo&#8230; quiz&aacute; debas recapacitar sobre ti mismo y sobre este  deporte.<\/p>\n<\/td>\n<td width=\"129\">\n<div align=\"center\"><img decoding=\"async\" loading=\"lazy\" width=\"110\" height=\"100\" align=\"center\" alt=\"\" src=\"http:\/\/montanismo.org\/images\/upload\/k_dolor.jpg\" \/><\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n<p> <a href=\"https:\/\/montanismo.org\/2010\/el_dolor_una_herramienta_para_vivir\/\"><\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1019,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":""},"categories":[1011],"tags":[],"jetpack_featured_media_url":"","jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p51GhY-3E6","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/14018"}],"collection":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1019"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=14018"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/14018\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":18134,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/14018\/revisions\/18134"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=14018"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=14018"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=14018"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}