{"id":13594,"date":"2008-11-10T00:00:00","date_gmt":"2008-11-10T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=13594"},"modified":"2012-04-30T11:21:37","modified_gmt":"2012-04-30T17:21:37","slug":"kang_nachugo_la_conquista_de_una_montana_olvidada_junto_al_everest","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2008\/kang_nachugo_la_conquista_de_una_montana_olvidada_junto_al_everest\/","title":{"rendered":"Kang Nachugo, la conquista de una monta\u00f1a olvidada junto al Everest"},"content":{"rendered":"
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Aún existen hoy grandes picos no escalados en el Himalaya. Pero en general son muy remotos, cerrados a los montañistas quizás carecen de interés por ser subpicos de grandes montañas. Encontrar uno sin estas características no es sólo raro, sino que también alude a un pico muy especial. Encontrar uno en el que el centro visual se aun valle principal del Himalaya, el Rolwaling; un pico por el que pasan de largo cientos de trekkers y montañistas cada año; un pico tan prominente que se pueden ver desde su cima seis de las montañas de ocho mil metros además de cada pico principal en los valles de Rolwaling y Khumbu, un pico que se eleva más de tres mil metros sobre la población Sherpa más grande del Valle. Esto es extraordinario. Es el Kang Nachugo.<\/em><\/p>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n

El Himalaya es más que los catorce ochomiles o que las montañas más altas del mundo. Ahí, en la cordillera más grande y alta, se encuentran innumerables picos que aún no han sido escalados por nadie y que ni siquiera han sido intentados. Un lugar ideal para los montañistas que se sienten llamados a hacer algo por primera vez.<\/p>\n

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Nuptse, Everest y Lothse, hacia el este, desde el Kang Nachuga.Fotos cortesía de J. Puryear.<\/em><\/p>\n

Joe Puryear y David Gottlieb, estadounidenses con amplia experiencia en la cordillera de Alaska, en los Andes y en el Himalaya, se dirigieron a una zona donde difícilmente hay turistas. “Hay pocas casas de té y ninguna del tamaño o extravagancia como se encuentran en las regiones del Khumbu o del Annapurna. Tiene la misma belleza rugosa como su vecina Khumbu pero hay una verdadera sensación de estar en lo más remoto”.<\/p>\n

Ahí, en el Rolwaling Himal, eligieron una montaña: el Kang Nachugo (6,735 metros), una bella pirámide de base triangular justo en la frontera entre el Tíbet y Nepal. Dos de las tres caras de la montaña están en el lado de Nepal y una en el Tíbet. Había muchos más picos en la zona pero “ninguno tan magnífico como éste”.<\/p>\n

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El Kang Nachugo desde el Rolwaling Valley<\/em><\/p>\n

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David guiando en la cara sur<\/em><\/p>\n

Lo primero fue aclimatarse y dedicaron dos semanas para ello y entre viajes cortos, subieron también el Ramdung (5,930 metros) y el Yalong Ri (5,630). Entonces decidieron escalar su montaña. “Después de estudiar la montaña desde todos los diferentes ángulos, decidimos que había dos rutas principales que podríamos intentar. La cara sur —una escarpada línea y muy directa con hielo y roca, con enormes bandas rocosas desplomadas pero con una rampa perfecta de salida justo cerca de la cumbre. Y la arista oeste —una hoja larga y angosta que se eleva entre la subcumbre llamada Chekigo y la cumbre principal. Ambas parecían perfectas. Decidimos comenzar con la cara sur”.<\/p>\n

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Descendiendo por la cara sur<\/em><\/p>\n

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Vista del Melungtse<\/p>\n<\/div>\n

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Intento a la cara sur<\/strong><\/p>\n

Establecieron un campamento a los 4,800 metros y a la una de la mañana del día siguiente comenzaron a subir por la pared, que se caracterizaba por tener una superficie con valles y crestas, como una ola.<\/p>\n

“Los valles eran de hielo con pasos escarpados de roca pero con buenas protecciones. Las crestas, en cambio, eran mayormente nieve y pocos pasos de roca, pero con ocasionales problemas con más pendiente. Elegimos las crestas porque pensamos que haríamos mejor tiempo. Después de escalar prácticamente en solo, nos olvidamos de las cuerdas. En retrospectiva no estamos seguros por qué. Los ocasionales pitones o tornillos de hielo no tenían más valor en esa nieve compacta que llenar el requisito mental de protección que necesitábamos para continuar.”<\/p>\n

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David Gottlieb en la cara sur del Kang Nachego<\/em><\/p>\n

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David cruzando los valles y crestas de la pared sur<\/em><\/p>\n

Después de catorce horas y mil cien metros ascendidos, llegaron al límite de sus fuerzas y no había un lugar adecuado para el campamento. Pero lo instalaron justo en donde no parecía caber nada, pero tras hora y media de trabajo. “Hogar, dulce hogar”. Pero aunque estaban enterrados en una cresta, no había mucha diferencia con respecto al resto de la pared.<\/p>\n

Al día siguiente, dejaron la tienda para hacer un intento a la cumbre, a tan sólo 800 metros. “pero los 800 metros más difíciles, por supuesto”. Dos largos de cuerda más tarde, la cresta terminó en una banda rocosa y luego el terreno se volvió más complicado. “El progreso era lento pero continuo”. A la una de la tarde tomaron la decisión de bajar porque la montaña estaba muy nublada y comenzaba a nevar.<\/p>\n

La arista oeste<\/strong><\/p>\n

Con la experiencia adquirida con las dificultades halladas en lo más alto de la pared sur, decidieron hacer un intento a la otra ruta: la arista oeste, sobre todo porque el tiempo no era muy estable y meterse de nuevo a esa muralla no era factible. “Sabíamos que una arista no era muy segura, pero era mucho más factible con tormenta. Si la arista era demasiado aguda, con muchas cornisas o lo que fuera, sabíamos que con buen tiempo podríamos regresar a la cara sur para un intento sólido”.<\/p>\n

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Joe punteando. El serac de arriba es "El dedo medio del destino"<\/em><\/p>\n

<\/object>Kang Nachugo South Face Attempt<\/a> from Joe Puryear<\/a> on Vimeo<\/a>. <\/p>\n

El vivac en la pared sur<\/em><\/p>\n

Comenzaron a las 11 de la noche y hacia las 5 de la mañana estaban ya en la parte más complicada de la pared sur para llegar a la cresta que une el Chekigo y el Kang Nachugo. Las bandas rocosas los forzaron a escalar una “arista” por debajo de “El dedo medio del Destino”: un serac solitario muy por arriba y cerca de la arista. Por la tarde ya habían alcanzado la arista e instalaron su vivac y esta vez fue más fácil que en la cara sur.<\/p>\n

“Comencé a cavar y no tomó mucho tiempo el que una pequeña plataforma se materializara. Pero pronto hice un descubrimiento: un golpe más y ya tenía un agujero hacia China. Miré hacia abajo miles de metros hacia el Tíbet… David y yo miramos con horror cómo una sección de una cornisa se colapsaba de la arista justo a nuestro lado, a pocos centímetros de nuestro “anclaje”. Bienvenidos a la escalada de aristas en el Himalaya”. El vivac lo instalaron varios largos después, en algo más “plano” sobre la arista.<\/p>\n

Al día siguiente comenzaron al amanecer y continuaron por la arista siguiendo el principio del “seguro Fairbanks”: “si caes por un lado, me aviento hacia el otro”. Su amplia experiencia en las montañas de Alaska les daba mucha seguridad en este terreno.<\/p>\n

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David se aproxima a la cumbre<\/em><\/p>\n<\/div>\n

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Joe y David en la cumbre del Kang Nachugo<\/em><\/p>\n

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Kang Nachugo Summit<\/a> from Joe Puryear<\/a> on Vimeo<\/a><\/p>\n

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Vista hacia el este hacia el Khumbu, con el Cho Oyu, Everest y Lhotse en la lejanía<\/em><\/p>\n

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David escalando a lo largo de la arista oeste.<\/em><\/p>\n

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David caminando sobre la arista de cornisas<\/em><\/p>\n

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El punto de no retorno y cumbre<\/strong><\/p>\n

Mientras subían por la larga arista, Joe topó con un descenso y mientras bajaba la pendiente se iba acentuando hasta que llegó el momento en que no tocaba la pared con los pies y sus piolets estaban sobre nieve muy inestable y bajaba hacia al vacío, pero tocó accidentalmente una cornisa y pudo continuar pero ¿cómo harían para regresar por el mismo camino? En ese punto se dieron cuenta que tendrían que descender por la escarpada cara sur pues no había otra forma de descender con seguridad por la arista oeste.<\/p>\n

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La arista. Al fondo, el Gaurishankar<\/em><\/p>\n

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El día 17 de octubre comenzaron al amanecer desde su tienda pero encontraron un fuerte viento que les hizo sentir que sus escaladas en Alaska eran relajantes. Conforme se acercaban a la cumbre, la arista se dividió en dos. David, quien iba en la punta, siguió una pero conforme avanzaron parecía que la otra era más alta, así que David hizo una travesía para alcanzar la otra pero vio que era el camino falso y regresó “maldiciendo a David todo el camino de regreso”.<\/p>\n

A las 13:30 (hora de Nepal) ambos llegaron a la cumbre. Sin viento. Así que estuvieron 30 minutos ahí arriba y luego regresaron a su vivac.<\/p>\n

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Esa noche comenzó una fuerte tormenta que duró 24 horas. Tenían que abandonar la arista. Ya casi no tenían comida o combustible. Sabían que tendrían que internarse en la cara sur pero, en medio de la tormenta, no sabían en qué punto debían hacerlo. Estudiaron las fotografías de sus cámaras digitales para ubicarse y comenzaron a descender. “El viento y el frío eran brutales”.<\/p>\n

Pero fueron encontrando los lugares propicios para colocar los anclajes, que iban desde un clavo, un stopper del número 4 o tornillos de hielo y 20 rapeles después estaban de nuevo al pie de la montaña y luego continuaron a Na, donde tenían su campamento base.<\/p>\n

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Joe en la cumbre. Abajo, David, también en la cumbre<\/em><\/p>\n

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El Kang Nachugo visto desde el sur. Se pueden ver las líneas del intento a la cara sur (naranja), de la arista oeste (rojo) y el descenso (amarillo).<\/em><\/p>\n

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Rapeleando durante la tormenta en la cara sur<\/em><\/p>\n

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Los 1800 metros de la cara sur del Kang Nachego<\/em><\/p>\n

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El Kang Nachugo es una montaña muy cercana al Everest y había pasado desapercibida hasta que Joe Puryear y David Gottliebse fijaron en ella y realizaron, el pasado 17 de octubre, su primer ascenso. <\/p>\n<\/td>\n

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