{"id":13581,"date":"2008-10-28T00:00:00","date_gmt":"2008-10-28T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=13581"},"modified":"2012-04-30T11:07:01","modified_gmt":"2012-04-30T17:07:01","slug":"ecuador_de_nubes_y_nieve_el_mal_tiempo_en_los_andes","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2008\/ecuador_de_nubes_y_nieve_el_mal_tiempo_en_los_andes\/","title":{"rendered":"Ecuador de nubes y nieve: el mal tiempo en los Andes"},"content":{"rendered":"
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Hace aproximadamente seis años tuve la oportunidad de participar en la expedición llamada Esfinge 2002<\/em>, en la Cordillera Blanca del Perú. En esa ocasión conocí a un grupo de Ecuatorianos que tenían el mismo objetivo que nosotros: escalar la Esfinge. Dentro de ese grupo se encontraba Juliana García con quien mantuve contacto continuo. Un día, platicando a través de Internet, comenzó una charla y con ella este recorrido por algunas partes del Ecuador.<\/p>\n

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Juliana, durante el ascenso al Iliniza<\/em><\/p>\n

Cuando llegué a Quito, todo estaba listo para salir al día siguiente al Iliniza norte para una buena aclimatación, junto con Juliana. El tiempo había cambiado en cuestión de dos días, todo estaba nublado ventoso y frío. Para llegar a los Ilinizas hay que tomar la carretera panamericana sur rumbo al Chimborazo y pasando la caseta de Machachi tomar la desviación hacia El Chaupi. El Chaupi en una población en las faldas de los Ilinizas donde hay un hostal con todas las comodidades y como nuestro objetivo era ir directamente al Iliniza norte sólo con el material necesario, decidimos dejar el material técnico ahí.<\/p>\n

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En el Iliniza<\/em><\/p>\n

Para acceder a la reserva de los Ilinizas hay que pagar una cuota y subir por una terracería hasta un lugar llamado La Virgen (4,100 metros). Por la gran cantidad de nubes, hasta ese momento sólo habíamos podido ver pequeñas partes del Iliniza norte. Me comentó Juliana que en días anteriores habían tenido un clima espectacular. Nadie sabía por qué ese cambio tan repentino (quizá el calentamiento global). La noche fue tranquila, con pocas ráfagas de viento y con una luna que de vez en cuando se asomaba para iluminar nuestro sueño.<\/p>\n

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Juliana ascendiendo el Iliniza<\/em><\/p>\n

5:30 a.m. Suena el despertador y nos alistamos para el ascenso mientras comíamos avena. Subimos hasta el refugio (4,600 metros) con bastante viento. El Iliniza es una montaña que normalmente se asciende con botas de trekking pero precisamente por ese cambio en el tiempo, tenía bastante nieve. Llegamos a la arista pero el viento no dejaba de soplar y las nubes ocultaban en camino a seguir. Continuamos porque Juliana conocía bien el camino.<\/p>\n

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Ismael y Juliana<\/em><\/p>\n

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Ismael en la cumbre del Iliniza<\/em><\/p>\n<\/div>\n

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Avanzábamos lentamente con la nieve por encima de las rodillas y decidimos continuar por las rocas. Después de varios metros de ascenso nos encontramos con unas increíbles estructuras de hielo, formadas con la humedad del aire y el viento. Juliana comentó que esto no era normal en el Iliniza en esa temporada y que parecía que estuviéramos en invierno: demasiado hielo en zonas donde no solía haberlo. Juliana decía que enfrente estaba el Iliniza Sur, pero jamás pudimos verle.<\/p>\n

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En el Iliniza<\/em><\/p>\n

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Juliana e Ismael al descenso del Iliniza<\/em><\/p>\n

Tardamos cuatro horas en llegar a la cima, donde el viento siguió soplando con intensidad. Tomamos unas fotos y emprendimos el regreso.<\/p>\n

Por supuesto el paisaje era todo nubes.<\/p>\n

Para el regreso tomamos el camino corto por un arenal que hace que el descenso sea rápido y divertido. Cuando salimos de las nubes, llovía en algunas partes. Los cerros aledaños estaban cubiertos de nubes.  Juliana decía que ahí, enfrente, estaba el Cotopaxi, pero sólo veíamos nubes.<\/p>\n

Bajamos hasta El Chaupi y partimos al rumbo al Cotopaxi, donde esa misma noche iniciaríamos el ascenso a la montaña. Rumbo a Quito encontramos a otro guía y nos comentó que el Cotopaxi estaba muy cargado de nieve. Así no se podía subir. Nuestra opción era el Cayambe.<\/p>\n

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Allá, detrás de las nubes, debe estar el Antisana<\/em><\/p>\n

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Flora de Pichincha<\/em><\/p>\n

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Desde Coca-Caya<\/em><\/p>\n<\/div>\n

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A las 10 de la noche salimos de Quito en compañía de Sthepi Langpap rumbo a Cayambe, una provincia al norte de Quito y punto de partida hacia el refugio Oleas Rivas a unos 4,600 metros. Aunque desde Quito pudimos apreciar partes del Cayambe, el paisaje seguía siendo todo nubes.<\/p>\n

Cuando nos aproximábamos al refugio inició una ligera lluvia que se convirtió en nevada. La temperatura bajaba más. En el refugio sentimos la verdadera fuerza del viento. Ahí era más intenso y frío que en el Iliniza. En el suelo comenzó a formarse una capa de hielo.<\/p>\n

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Ismael, Juliana y Stephi<\/em><\/p>\n

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Zorro en Pichincha<\/em><\/p>\n

Entramos al refugio con la esperanza de que el viento amainara pero aguardamos hasta las tres de la mañana y la fuerza del viento no bajaba. A veces era incluso más fuerte.<\/p>\n

Para iniciar el ascenso al Cayambe hay que trepar por unas rocas y subir por una arista para llegar al glaciar. A las rocas se les había formado una capa de hielo, lo que hacía el ascenso más peligroso. Decidimos desistir aunque tuvimos que pernoctar sin bolsas de dormir porque la idea había sido subir y bajar esa noche, por lo que no llevábamos nuestras bolsas. Solo Sthepi llevaba uno porque sólo nos acompañaba hasta el refugio. Lo compartió con nosotros.<\/p>\n

Una vez que el día clareó, tomamos el auto y regresamos a Quito con caras largas. El paisaje siguió siendo nubes y nieve, una vez mas sólo vimos nubes. “El intento valió la pena”, decíamos en Cayambe, comiendo bizcochos con café.<\/p>\n

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El Cayambe<\/em><\/p>\n

Reestructuramos el plan original por el mal tiempo y después de visitar “La Mitad del Mundo” —el lugar donde cruza la línea imaginaria del Ecuador—hicimos un trekking al Pichincha, que se encuentra al lado occidental de Quito y cuenta con un teleférico. El trekking fue, también, un paisaje de nubes por doquier. Y nos fuimos a la reserva Coca-Cayambe.<\/p>\n

Coca-Cayambe es una reserva ecológica al oriente de Quito, que cuenta con un Páramo muy húmedo donde la vegetación es muy frágil, por lo que sólo hay que caminar por los senderos marcados. Lo ideal era caminar por las lagunas y poder ver hacia el Cayambe, pero nubes y lluvia fue nuestro paisaje nuevamente. Stehepi y Juliana nos decían que por allá (señalándome con la mano) estaba el Antisana: más nubes.<\/p>\n

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Pichincha<\/em><\/p>\n

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Los Ilinizas<\/em><\/p>\n

Pero no, no todo fue nubes. Una mañana amaneció despejado hacia el sur y salimos a dar un paseo en auto. Tal vez podríamos ver el Cotopaxi. Sí, lo vimos. Increíble, un cono con mucha nieve por las nevadas recientes. Para suerte, la mía: no pude tomar fotos. “Todo el tiempo nubes y más nubes y cuando tuve oportunidad no tomé fotos”.<\/p>\n

La montaña siempre selecciona a sus espectadores. <\/p>\n

A mi regreso a México puede ver desde el avión cómo la nieve recién caída cubría los alrededores de Quito. El colmo: el tiempo mejoró en cuanto nos fuimos de Ecuador. Acaso necesitemos una limpia.<\/p>\n

Ahora solo espero el momento para regresar a Ecuador con la esperanza de tener mejor suerte.<\/p>\n<\/div>\n

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Cuando las condiciones del tiempo no lo permiten, la montaña no sólo no permite que nadie suba sino que ni siquiera se le puede mirar estando cerca de ella. <\/p>\n<\/td>\n

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