{"id":13531,"date":"1996-10-08T00:00:00","date_gmt":"1996-10-08T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=13531"},"modified":"2012-02-10T20:47:28","modified_gmt":"2012-02-11T02:47:28","slug":"erick_gonzalez_y_su_lucha_contra_la_diabetes","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/1996\/erick_gonzalez_y_su_lucha_contra_la_diabetes\/","title":{"rendered":"Erick González y su lucha contra la diabetes"},"content":{"rendered":"
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Jorge Sep\u00falveda Mar\u00edn<\/strong>.<\/p>\n

La muerte vino por \u00e9l, pero se neg\u00f3 a seguirla. Nada quer\u00eda m\u00e1s en aquel momento, en 1991, cuando tuvo la peor crisis hipogluc\u00e9mica de su vida, que seguir viviendo, y desde entonces, entre alucinaciones de diab\u00e9tico, la impotencia de saberse en un camino tal vez sin regreso, Erick Gonz\u00e1lez se aliment\u00f3 con la idea de seguir aqu\u00ed.<\/p>\n

A la vuelta de cinco a\u00f1os, hace apenas unos d\u00edas, la Asociaci\u00f3n Internacional de Atletas Diab\u00e9ticos le entreg\u00f3 una medalla de oro por ser el mejor deportista diab\u00e9tico \u2014entre 187 competidores de todo el mundo\u2014 y uno de los que m\u00e1s conoce acerca de su padecimiento, as\u00ed como por el trabajo hecho a favor de sus iguales, dando pl\u00e1ticas, cl\u00ednicas y conferencias en hospitales sencillos, hasta Harvard, que suman ya cien. Fue el \u00fanico latinoamericano y le gan\u00f3 a dos estadounidenses.<\/p>\n

Y es que desde aquel 1991, Erick Gonz\u00e1lez decidi\u00f3 firmemente que si hab\u00eda de morir, eso de ninguna forma suceder\u00eda entre las s\u00e1banas de una cama, sino entre la nieve del Polo Norte. Se prepar\u00f3 y cuatro a\u00f1os m\u00e1s tarde se lanz\u00f3 a la aventura, una odisea casi, ya que en la soledad camin\u00f3 861 kil\u00f3metros, bajo la protecci\u00f3n de un sat\u00e9lite que le indicaba el camino y con temperaturas de hasta 60 grados bajo cero. Los endocrin\u00f3logos pronosticaron que no sobrevivir\u00eda por mucho tiempo si no se cuidaba.<\/p>\n

Aferrado a la vida, porque le teme a la muerte, el deportista habla de que en su agenda, para febrero de 1997, tiene planeada otra caminata de alrededor de 2 mil kil\u00f3metros por el glaciar de Groenlandia, y dos meses m\u00e1s tarde trotar\u00e1 otros 500 mil metros sobre tierras de Islandia. \u00bfPor qu\u00e9 lo hace? Sencillamente por su af\u00e1n de vivir.<\/p>\n

Dif\u00edcil crecimiento<\/strong><\/p>\n

Todav\u00eda no cumpl\u00eda los tres a\u00f1os de edad cuando en Erick se manifestaron los s\u00edntomas de la diabetes. Desde entonces (ya tiene 30 a\u00f1os), la vidas del menor cambi\u00f3 radicalmente, porque en su casa debieron acostumbrarse a vivir de una manera distinta, darle cuidados intensivos, evitarle situaciones dif\u00edciles, pero sobre todo, estar atentos a inyectarle la medicina o darle una colaci\u00f3n de alimentos a horas que antes eran para dormir.<\/p>\n

Desde ese momento fue un ni\u00f1o diferente y no estuvo exento de crisis provocadas por su enfermedad, de subidas y bajadas de az\u00facar en la sangre que siempre est\u00e1n acechando. Recuerda con tristeza que de los ocho a los doce a\u00f1os de edad fue una de ellas, por lo que debi\u00f3 luchar con ah\u00ednco para superarla y seguir adelante.<\/p>\n

Es m\u00e1s, en su libro Mis d\u00edas de gloria<\/em>, dedic\u00f3 a esa etapa un cap\u00edtulo, que por s\u00ed solo habla de c\u00f3mo le fue: \u201cPido a dios mi muerte\u201d. S\u00f3lo sab\u00eda que algo lo golpeaba muy fuerte y que no hab\u00eda aprendido a dominarlo. Y por eso prefer\u00eda morir a seguir adelante. No ser\u00edan m\u00e1s f\u00e1ciles los a\u00f1os venideros, ya que Erick se sab\u00eda como un agente que pod\u00eda llegar a destruir su hogar, porque as\u00ed ocurre a veces con la diabetes.<\/p>\n

Su propio padre (qepd<\/em>) sent\u00eda que era una carga en su vida. Algo que por alguna raz\u00f3n estaba pagando. \u201cRecuerdo a mi padre antes de morir, se sent\u00eda muy culpable de haberme dado esta enfermedad. Yo pude decirle que \u00e9l no fue culpable. Muri\u00f3 tranquilo. A mi madre, la verdad, creo que no le ha ido mejor, porque ella debi\u00f3 sufrir el miedo de saber que su hijo estaba enfrentando el Polo Norte\u201d, responde, mientras r\u00ede con seriedad.<\/p>\n

Mal end\u00e9mico<\/strong><\/p>\n

Una de las partes que m\u00e1s desalientan al atketa en su lucha por dar a conocer los cuidados que debe de tener un diab\u00e9tico, son las cifras que lo aterrorizan. Unos ejemplos. El a\u00f1o anterior murieron en M\u00e9xico 95 mil 875 personas por ese mal, lo que equivale a que 60 por ciento de las muertes que se dan en los hospitales est\u00e1 relacionada con complicaciones cr\u00f3nicas en el paciente diab\u00e9tico.<\/p>\n

Con una tasa (sic) de caf\u00e9 sin az\u00facar, apenas un poco de crema, el entrevistado saca del bolsillo de su camisa tres tubos de vidrio y una jeringa delgada. Extrae un poco de insulina y, como si nada, se la inyecta en el vientre. Han sido ya cerca de 16 mil aplicaciones las que se ha hecho en sus 30 a\u00f1os de edad.<\/p>\n

Regresa la pl\u00e1tica. Los pacientes fallecidos con como las v\u00edctimas de la guerra, una batalla que dura ya varios cientos de a\u00f1os, pues se tienen noticias que desde varios siglos antes de esta era ya hab\u00eda enfermos de diabetes, y se sab\u00eda porque las moscas se paraban sobre sus orines, buscaban lo dulce, y por los relatos m\u00e9dicos de esas \u00e9pocas.<\/p>\n

\u201cF\u00edjate, en la pasada d\u00e9cada murieron un mill\u00f3n de mexicanos de ese mal y en la actualidad hay 8 millones que la padecen. En el mundo habr\u00e1 para el a\u00f1o 2010 cerca de 210 millones, mucho m\u00e1s que el sida. Eso s\u00ed, hoy en d\u00eda, el diab\u00e9tico vive lo que quiere, si se cuida. Pero, por desgracia, no se la ha dado la seriedad que requiere en su difusi\u00f3n y tratamiento, y all\u00ed es donde se deber\u00eda de invertir mucho m\u00e1s. En ese sentido est\u00e1n equivocadas las pol\u00edticas de salud que se siguen aqu\u00ed\u201d.<\/p>\n

Te aclimatas o aclimueres<\/em><\/strong><\/p>\n

Siempre se es diferente a los dem\u00e1s, contin\u00faa. Platica que, por ejemplo, en la pubertad, cuando la primera relaci\u00f3n sexual, cualquiera est\u00e1 ansioso, es todo un acontecimiento, como un mito. Pero en ese momento su mente se llenaba de otros pensamientos, como si esa intensa actividad variar\u00eda sus mecanismos gluc\u00e9micos. Deb\u00eda hacer c\u00e1lculos cal\u00f3ricos, metab\u00f3licos.<\/p>\n

\u2014en la secundaria, en la preparatoria, donde son comunes las borracheras y fumar, muchas veces uno cae en las depresiones porque sabes que los vicios de ese tipo te est\u00e1n proscritos totalmente, claro, si quieres vivir. Se vuelve un poco m\u00e1s hosco el desarrollo. Y es por ello que lo m\u00e1s dif\u00edcil es hacerse un h\u00e1bito de disciplina diario, porque siempre ha visto a esa enfermedad \u201cno como un obst\u00e1culo, sino como una oportunidad, pero debo de practicar esa frase todos los d\u00edas. Ese ha sido mi gran reto, y ese ser\u00e1, porque luego de 16 mil piquetes, o te ordena o te ordenas. Lo que sucede \u2014sigue sin perder el buen humor\u2014, es que en esta enfermedad o te aclimatas o te aclimueres<\/em>\u201d.<\/p>\n

Adem\u00e1s de las pl\u00e1ticas, que son una de sus grandes satisfacciones, el haber encontrado a Denisse Garrido, su compa\u00f1era, igualmente insulino-dependiente, ha sido lo mejor que le ha ocurrido, porque hablan el mismo idioma y porque, de esa forma lo comparten casi todo. Y claro que no piensan en tener hijos, porque no se perdonar\u00edan heredarles el mal. \u201cEn todo caso, hay miles de ni\u00f1os sin hogar y por eso hemos pensado mejor en adoptar uno o dos. Eso ser\u00eda lo mejor en nuestro caso. Porque yo tuve la fortaleza para soportarlo, pero qui\u00e9n sabe mis hijos. Para qu\u00e9 jugar al valiente\u201d.<\/p>\n

Entre las labores que ha logrado por la comunidad est\u00e1 la creaci\u00f3n de una cl\u00ednica especial de atenci\u00f3n integral para ni\u00f1o con diabetes en el Hospital Infantil, donde se tiene la capacidad para atender a miles de ni\u00f1os, pero igualmente para estudiarlos. Luego, el director de un banco, con un hijo diab\u00e9tico, se decidi\u00f3 tambi\u00e9n a trabajar en el proyecto y as\u00ed es como las ideas se han ido haciendo realidad.<\/p>\n

Inter\u00e9s por el alpinismo<\/strong><\/p>\n

Interesado siempre en el alpinismo, cuando se inici\u00f3 cometi\u00f3 el error de llevar 35kilogramos de equipo en el primer ascenso al Popocat\u00e9petl, y apenas lleg\u00f3 a Las Cruces y debi\u00f3 regresar. La odisea de llegar a la cumbre habr\u00eda de costarle 28 intentos, cada uno como una nueva ense\u00f1anza.<\/p>\n

Luego de la crisis de 1991, pudo m\u00e1s la necesidad de llegar a la cima y se acerc\u00f3 al Club Alpino Mexicano. Estudiaba libros, Carlos Carsolio lo ayud\u00f3 hasta dar con su ahora entrenador, Humberto Pati\u00f1o. Y de all\u00ed, experimentado con la altura y la diabetesm llegando a Alaska para probar el cuerpo a menos 10 grados cent\u00edgrados, a menos 25, 35, y cuando estuvo en el estrecho de Bering le toc\u00f3 una temperatura de menos 60 grados. De muerte. Pero sobrevivi\u00f3.<\/p>\n

Y deb\u00eda correr ese riesgo, con una magnum en el cintur\u00f3n, un cuchillo y una escopeta, porque all\u00ed los osos polares son los amos y se\u00f1ores. \u201cPara que te des una idea, el a\u00f1o pasado, cruzando el estrecho de Bering, me top\u00e9 con animales enteros devorados por los osos, porque se los ponen para que no se acerquen a las poblaciones\u201d.<\/p>\n

Licenciado en comunicaci\u00f3n, su principal trabajo es dar sus pl\u00e1ticas y prepararse atl\u00e9ticamente, a veces en el Ajusco, otras en el Popocat\u00e9petl, en los cerros de por su casa, all\u00e1 en Las Arboledas o en su propia caminadora. Luchar contra la diabetes, que la compara como la \u201ctortura china de la gota\u201d, ya que siempre est\u00e1 all\u00ed y no se puede evitar. Es un mal que, si se deja, doblega.<\/p>\n

Y es que en su caso, de cara llena y mejillas rosadas, ha habido m\u00e9dicos que dudan que sea diab\u00e9tico. Claro, en cada caso se manifiesta diferente. Erick Gonz\u00e1lez se sabe privilegiado y por ello se cuida, para seguirlo siendo, para luchar contra el flagelo que se le meti\u00f3 al cuerpo; nunca lo va a sacar, pero s\u00ed lo mantendr\u00e1 a raya con miles de piquetes m\u00e1s.<\/p>\n

La Jornada<\/strong>
\nOctubre 8 de 1996<\/p>\n<\/div>\n

\"\"<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
La enfermedad le fue detectada desde los tres años<\/em>
El próximo año recorr3erá 2 mil kilómetros por el glaciar de Groenlandia<\/em><\/div>\n

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