{"id":13429,"date":"2008-06-21T00:00:00","date_gmt":"2008-06-21T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=13429"},"modified":"2012-05-22T14:25:24","modified_gmt":"2012-05-22T20:25:24","slug":"las_patranas_de_las_expediciones","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2008\/las_patranas_de_las_expediciones\/","title":{"rendered":"Las patra\u00f1as de las expediciones"},"content":{"rendered":"

Fotografías: Jerry Kobalenko<\/span><\/p>\n

\n

Las patrañas de expedición han estado siempre por ahí. Esas sagas pintorescas del Renacimiento de alguien navegando hacia el Polo Norte y encontrando un túnel hacia el centro de la tierra probablemente se remontan a algún tipo von gola y pantalones abombados (estilo edad media) que buscan la versión isabelina de la celebridad, o esperando convencer a un rey crédulo que financie sus futuros esfuerzos.<\/p>\n

Las patrañas de expedición inundan todas las disciplinas al aire libre, aunque las escaladas al Everest y las caminatas al Polo Norte tienen más de ello debido a su estatura icónica. Mientras menos técnico es algo y más famoso puedas llegar a ser de inmediato al hacerlo, más atrae a aficionados con motivos muy cuestionables. En los viajes árticos de hoy, es común escuchar alardear a aquellos con grandes egos y poca experiencia  de emprender “la exploración más grande del ártico jamás hecha” o de viajar “al último lugar importante en la tierra que nadie ha alcanzado.”<\/p>\n

\"\"<\/p>\n

Ennumeraré mi lista Top Ten de las Patrañas de Expedición: las 10 formas más egregias de formas de postura y\/o para tratar de engañar al público.<\/p>\n

1. Falsear un logro<\/strong><\/p>\n

Las demandas de los exploradores eran tomadas por su propio valor antes de que quedara claro que los caballeros podían —y lo hacían— mentir. Sea si se trata de un primer ascenso al Monte McKinley o de subir una aguja estética en Patagonia, una regata alrededor del mundo o una caminata en un lugar tan resbaladizo como el Polo Norte, donde no pueden dejarse notas o erigir señales fijas, la exploración tiene una rica historia en mentiras.<\/p>\n

La pregunta es ¿cuánto de esto aún existe? Bezal Jesudason acostumbraba carraspear siempre que la conversación girara en torno a cierto italiano que reclamaba haber alcanzado el Polo Norte en la década de 1970. Ahora y entonces, corren rumores sobre expediciones supuestamente sin apoyo externo que reciben subrepticiamente cargas aéreas, por ejemplo, o sobre conferencistas motivacionales que no hicieron realmente la cumbre. Pero la mayoría de la falsedad moderna ocurre probablemente en proyectos menos complicados, especialmente en los solitarios. Los medios nunca investigan si el viajero está diciendo la verdad o no. ¿Por qué molestarse?<\/p>\n

\"\"<\/p>\n

Por otro lado, se gana poco al mentir si solo vas allá tranquilamente e intentas algo. Los proyectos que tienen atención requieren mayor escrutinio.<\/p>\n

En general, la mayoría de las patrañas no vienen de lo que uno hace, sino por qué se hace. La exploración es uno de los caminos más fáciles a la celebridad. Un principiante lanza un comunicado de prensa y así inicia todo. En contraste, imaginen cuanto trabajo le tomó a un atleta o un físico llegar a ser bien conocido.<\/p>\n

Al compilar esta lista, primero las revisé con otros aventureros, puesto que este Top Ten está definidamente definido hacia las patrañas polares. El escalador y paraglider Will Gadd, uno de los mejores atletas al aire libre, sugirió otro punto: “La denigración de todos los intentos futuros sobre su objetivo como indigno”. Nunca había escuchado de esto, así que pregunté a otro reconocido montañista: “¿Es algo propio del montañismo?”<\/p>\n

“Es algo propio de Reinhold Messner”, respondió.<\/p>\n

Consideré otros puntos, tales como excusas por fallas. Por ejemplo, las tres excusas más comunes en las expediciones al Polo Norte son:<\/p>\n

1.) Me duele la espalda2) Se rompió mi trineo3) Mi teléfono satelital está descompuesto y tengo un sentido de responsabilidad demasiado grande hacia mi familia para seguir bajo tales condiciones peligrosas.<\/p>\n

\"\"<\/p>\n

Pero estos conciertos de violín son realmente una respuesta humana, demasiado humana, más que específicamente una patraña de expedición. Greg Deyermenjian del Explorers Club<\/em>, quien realmente explora más que sólo comer bichos de vez en cuando bajo la falange de cabezas de rinoceronte horneadas, prometió enviar algunas patrañas sobre expediciones tropicales.<\/p>\n

Mientras tanto, estoy por remar mil kilómetros a lo largo de la costa sur de Labrador, desde Goose Bay hasta Blanc Sablon, en Quebec.  Diré poco en los próximos dos días. Puesto que no llevo reportes de campo, la siguiente anotación será a mediados de agosto.<\/p>\n<\/div>\n

<\/p>\n

Fotografías: Jerry Kobalenko<\/span><\/p>\n

\n

2. Reclamar algo como una primera, cuando no lo es<\/strong><\/p>\n

Comúnmente esto es sólo holgazanería de autoservicio. ¿Por qué mirar tan cercanamente a lo que se ha hecho antes cuando la ignorancia te permite con creces reclamar la prioridad? Otros tiempos implica quebrarse la mente, así que si una expedición anterior hizo algo microscópicamente diferente de lo que tú hiciste, puede, para tu conveniencia, ignorarse. Rara vez se trata de una mentira franca de alguien para quien el fin justifica los medios, como cuando Robert Peary trató de arrebatar el descubrimiento de la isla Axerl Heiberg a Otto Sverdrupp: “No, no, no, él no la descubrió. Yo vi esa isla el año anterior”. Claro, por supuesto.<\/p>\n

Hoy en día, esto no funciona con esfuerzos icónicos en los que se conoce bien quién hizo qué, cuándo y cómo. Pero aún está en juego con retos más oscuros.<\/p>\n

\"\"<\/p>\n

3. Pretender que una expedición es sobre todo algo socialmente relevante<\/strong><\/p>\n

Hace un siglo, los montañistas acostumbraban hervir un termómetro en las cumbres para estimar la altitud de la montaña y reclamar que contribuían a la ciencia. Después, otros hicieron lo suyo tomando muestras de hielo, de sangre o de agua a lo largo de la ruta. Esta ciencia-pasatiempo fue por años una herramienta y aún tiene sus practicantes. A la larga, sin embargo, ha sido reemplazada por el mantra de la Creciente Consciencia, el de la Creciente Consciencia de Esclerosis Múltiple o, especialmente, la Creciente Consciencia del Calentamiento Global. Si veo una sola expedición más que murmure sobre cómo el Ártico ha cambiado desde que estuvieron ahí diez años antes, o cómo hay realmente áreas de mar abierto en el Océano Ártico en verano, voy a gritar.<\/p>\n

Muy ocasionalmente hay gente para quienes la preocupación ambiental es el verdadero eje central que conduce su proyecto. Son increíblemente admirables, pero también son tan escasos como un garbanzo de a libra. Con la mayoría se trata sólo de un truco publicitario para conseguir patrocinadores.<\/p>\n

\"\"<\/p>\n

4. Reclamar que una expedición prueba algo que no prueba<\/strong><\/p>\n

Vestir pantalones de lana y botas claveteadas al escalar el Segundo Escalón del Everest no prueba que Mallory e Irvine lo hicieron. Ni tampoco lo hace el cortarte ocho dedos de los pies y dejarte arrastrar en tu trineo de perros hasta el Polo Norte para probar que Peary tuvo éxito.<\/p>\n

Siempre he envidiado de los montañistas su sentido de la historia. Por otro lado, muchos viajeros polares, aún los buenos, parecen haber leído mal la versión de Coles Notes de la historia ártica. No obstante, si estás intentando conseguir que tu expedición sea notoria, hay pocas maneras mejores que reclamar que tu esfuerzo resuelve una cierta controversia histórica.<\/p>\n

No hay nada malo en seguir las huellas de los exploradores pasados. Es una forma legítima de investigación histórica, tan válida como escarbar en los archivos. Pero debes haber hecho tu tarea en casa primero. De otra manera sólo es mala información o desinformación.<\/p>\n

\"\"<\/p>\n<\/div>\n

<\/p>\n

Fotografías: Jerry Kobalenko<\/span><\/p>\n

\n

5. Esconder el hecho de que una expedición es guiada<\/strong><\/p>\n

Algunos desafíos siguen siendo tan formidables que están más allá de tener un guía —escalar el K2, por ejemplo. En otros casos, y de las travesías polares en particular, un guía reduce algo que es extremadamente difícil, especialmente en el aspecto psicológico, a una hazaña que la resistencia de cualquier cliente apto y motivado puede lograr.<\/p>\n

\"\"<\/p>\n

Cada vez más expediciones a los Polos Norte y Sur son guiadas. Expediciones no sólo del último grado, que han sido siempre para turistas (de una clase especial, no obstante) sino también proyectos integrales. No soy seguro qué tan necesario sea un guía en una travesía al Polo sur, pero en el caso del más difícil Polo Norte, es una enorme ventaja. Muy pocas personas tienen éxito en terminar la distancia completa al Polo Norte por sí mismos. Menos aún tienen éxito en la primera tentativa. Agregue un guía y la tasa de éxito se convierte prácticamente en 100%.<\/p>\n

Hoy, una expedición puede ser nombrada como Expedición Polar del Pulgar de Tom, pero puede ser (o no) que Tom sea un individuo inútil y ambicioso que controle la forma en que se gasta el dinero, esperando hacer un nombre como explorador y olvidándose a menudo de mencionar en público que uno de sus compañeros de equipo es poco más que un compañero de viaje.<\/p>\n

6. Hacer que una expedición suene más dura de lo que es<\/strong><\/p>\n

Una de las cosas agradables de la escalada o del kayak en aguas bravas es que los desafíos están graduados numéricamente, así que hay poca oportunidad de inflar un logro. No es así en una travesía polar, que el público realmente no entiende y donde no hay criterios claros. Muchos se imaginan, por ejemplo, que tirar de un trineo de 70 kilos es un acto sobrehumano, sin pensar que cualquier abuela que tenga actividad física los domingos puede hacerlo.<\/p>\n

\"\"<\/p>\n

Pero si 70 kilos suena bien, 110 kilos suenan mucho mejor, porque para aquellos que desconocen lo que es tirar de un trineo, es natural que lo comparen a qué tan duro sería cargar en una mochila esos pesos. Consecuentemente, aquellos que desean impresionar lo pueden hacer fácilmente. Es difícil que los medios verifiquen qué tan difícil es algo porque no hay realmente una comunidad polar como tal, apenas algunas personas que hacen cosas independientemente unas de otras.<\/p>\n

El otro lado de esta ecuación —y esto pasa una y otra vez en esta lista— es que muchos aventureros polares son principiantes. Dado que esta clase de proyecto requiere de una cantidad saludable de autoestima para comenzarlo, es fácil que los aventureros piensen de ellos mismos: “¡Vaya! Estoy tirando de un trineo de 110 kilos durante 20 kilómetros a 30 grados bajo cero. Debo ser asombroso.” Qué pena, es más fácil de lo que suena.<\/p>\n

7. Charlas motivacionales<\/strong><\/p>\n

Si usted desea realmente saber cómo hacen para vivir los aventureros, es a menudo por charlas de motivación. No estoy hablando de contar una historia con fotografías hermosas, sino las presentaciones realizadas para una audiencia de negocios, en la que el mensaje es “Trabajo en equipo” o “Liderazgo” o palabras de moda corporativas con similar psicología. Parece que hoy en día cada uno se vende como “portavoz principal”. ¿Por qué no? Si usted puede ofrecer mucho aunque realmente sea poco, el dinero es increíble. Hay gente que hace una fortuna de seis cifras con 10 horas de trabajo al año.<\/p>\n

\"\"<\/p>\n

A veces, los logros de estos aventureros son genuinos. Tristemente, veinte años más adelante, algunos de ellos todavía están dando la misma conferencia, basada en una tarde triunfante. Otros son farsantes fáciles. Ni los montañistas ni los aventureros suben el Monte Everest específicamente para comenzar una carrera en pláticas de motivación. Para mí son tan malos como los que no han hecho nada aún pero presumen de tener lecciones invaluables para impartir al resto de nosotros.<\/p>\n

Hay algo que rescatar en la actitud de aventureros de primera clase como la Pat Morrow, quien admite que nunca ofreció charlas de motivacionales porque “no podría verme a mí mismo diciendo ante una convención de granjeros de cerdo que ellos también podían su Everest personal.”<\/p>\n

8. Decirle a tu audiencia que todo lo que necesitas para vivir es el coraje de seguir tus sueños, cuando estás sentando en una fondo fiduciario<\/strong><\/p>\n

Mucha gente quedaría sorprendida por el número de aventureros que no tienen que vivir de nada más. No tiene nada de malo ser bien nacido, si sacas el mayor provecho de ello: el gran Bill Tillman era un caballero aficionado. Del estilo era Charles Darwin. <\/p>\n

\"\"<\/p>\n

Pero como un tipo pobre, siempre he estado consciente de que la parte más dura de la aventura es hacer de ella una vida. (La aventura en sí es sólo hambre personal, y se logra casi sin esfuerzo.) Cuando los aventureros ofrecen presentaciones y demandan —a menudo en respuesta a preguntas de las audiencias en el extremo— que hacen su vida al vender fotos o los derechos de un libro, se me eriza la piel. Puesto que yo mismo sobrevivo en parte de la fotografía, sé que el negocio y yo podemos decir que los únicos que hacen dinero en serio en la fotografía de aventura son los fotógrafos de tiempo completo, no una expedición mecanografiada.<\/p>\n

Aunque seas un fotógrafo serio, no es fácil. Un fotógrafo de National Geographic<\/em> que conozco obtiene la mayoría de sus ingresos por medio de la compraventa de bienes raíces —compra una casa que necesita reparaciones, la renueva y después la revende con una gran ganancia. Varios aventureros prácticos siguen ese ejemplo. Un escalador de gran pared bien conocido construye cubiertas al aire libre. En cuanto a libros, los derechos son raramente significativos a menos que seas Jon Krakauer o David Roberts. Así que es deshonesto cuando un aventurero “profesional” intenta inspirar sin admitir que él o ella no necesita ganarse la vida como el resto de nosotros.<\/p>\n<\/div>\n

<\/p>\n

Fotografías: Jerry Kobalenko<\/span><\/p>\n

\n

9. Hacer uno o dos expediciones, después retirarse y tomar la actitud de un viejo estadista<\/strong><\/p>\n

Una vez más la naturaleza del viaje polar. Los buenos escaladores trepan a diario o cada dos días, pero la mayoría de los arrastradores de trineos polares no están, disculpando la broma, “durante todo el  aullido”, es decir, por mucho tiempo. Típicamente hacen el Polo Norte o el Sur y después se retiran. Algunos hacen ambos. Si son particularmente serios, también cruzan los océanos Antártico o Ártico. Eso es todo. Fin de los iconos polares. Muy mal, porque la vida arrastrando un trineo es realmente una gran vida. Es como si el 99% de los montañistas sólo hicieran el Everest y quizá las Siete Cumbres.<\/p>\n

Especialmente en Gran Bretaña, parece que una vez retirado, éstos ponies tramposos toman una postura vigorosa como sabios barbones en todo lo que es polar. (Quizá sea una descripción más conveniente la de reyes tuertos más que ponies tramposos.) Esto era más comprensible en el siglo XIX —por años, Adolphus Greely fue considerado el explorador polar vivo más grande de Estados Unidos, basado en una expedición desastrosa. Pero los estándares de la experiencia son diferentes ahora. Will Steger, por ejemplo, estaba haciendo cosas impresionantes en el Ártico casi como un vago mucho antes de su gran expedición.<\/p>\n

\"\"<\/p>\n

10. Erigir placas en el yermo en honor de su propia expedición<\/strong><\/p>\n

Esto puede ser algo puramente ártico, una versión más permanente del pintar con aerosol tu nombre en una roca. Varias veces en sitios históricos he visto elaboradas placas puestas por expediciones recientes, aparentemente para conmemorar al explorador original pero, coincidentemente, también conmemorar a quien puso la placa. El sitio de Franklin en Beechey Island tiene algo de este graffiti que en el ártico durará centenares de años. Pero uno de los ejemplos más notorios es una serie de placas en los varios sitios de Sverdrup en Ellesmere Island. Los noruegos son generalmente viajeros magníficos y minimizados —como Sverdrup mismo— pero hace aproximadamente 15 años un noruego menos modesto hizo un par de viajes en snowmobile guiados, erigiendo placas de bronce en las cuales el nombre de Sverdrup y el suyo propio están en tamaño idéntico. He comprobado con arqueólogos, y mientras que está contra la ley llevarse algo de un sitio histórico, desafortunadamente no parece ser ilegal empotrar una placa de vanidad a una roca. Del lado positivo, es enteramente posible quitar tales placas y lanzarlas en el mar.<\/p>\n<\/div>\n

\"\"<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"\n\n\n
\n

Las patrañas de expedición inundan todas las disciplinas al aire libre, aunque las escaladas al Everest y las caminatas al Polo Norte tienen más de ello debido a su estatura icónica. Mientras menos técnico es algo y más famoso puedas llegar a ser de inmediato al hacerlo, más atrae a aficionados con motivos muy cuestionables… <\/p>\n<\/td>\n

\n
\"\"<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

<\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1309,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":""},"categories":[1004],"tags":[],"jetpack_featured_media_url":"","jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p51GhY-3uB","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/13429"}],"collection":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1309"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=13429"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/13429\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":19353,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/13429\/revisions\/19353"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=13429"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=13429"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=13429"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}