{"id":13332,"date":"2008-03-30T00:00:00","date_gmt":"2008-03-30T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=13332"},"modified":"2012-05-28T14:27:31","modified_gmt":"2012-05-28T20:27:31","slug":"el_andinismo_de_exploracion","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2008\/el_andinismo_de_exploracion\/","title":{"rendered":"El andinismo de exploraci\u00f3n"},"content":{"rendered":"
p>Es una enorme satisfacción recorrer zonas inexploradas o poco conocidas y ascender cumbres vírgenes. El ser humano tiene el innato instinto de recorrer, buscar, descubrir y el deseo de descollar siendo el primero. El andinismo de exploración conjuga esto y mucho más ya que el que practica esta rama del deporte también se interesa en todo lo que puede observar de interés arqueológico, antropológico, geológico, ecología, faunístico, florístico, etc., y se ocupa de preservarlo y cuidarlo. Para ello aprende por lo menos lo básico de estas ramas científicas y se convierte en un verdadero auxiliar de ellas.<\/p>\n

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Las bestias de carga<\/em><\/p>\n

Es un poco volver a los comienzos del andinismo moderno, llenos de mística, donde los primeros andinistas forzosamente debían recorrer zonas inexploradas y aún no cartografiadas. Ellos se convirtieron en naturalistas, montañistas avezados en diferentes disciplinas que al finalizar sus viajes volcaban las experiencias y conocimientos en extensas y voluminosas obras que fueron —y siguen siendo— guías para las generaciones posteriores. Al principio fueron todos extranjeros pero poco a poco algunos argentinos siguieron el ejemplo y luego muchos. Sus nombres han quedado grabados en letras de oro.<\/p>\n

Sin embargo, muchos se han dejado seducir por el “andinismo de masas” con los consabidos inconvenientes: rutas hipertransitadas, basura por todos lados, depredación de flora y fauna, pérdida de la aventura en el verdadero sentido de la palabra y qué decir del espíritu altruista del montañista. La zona del Aconcagua es un fiel y triste ejemplo. Por supuesto existe allí gente consciente, la cual sigue al pie de la letra las leyes no escritas de la práctica montañística. Pero otros hacen justo lo contrario.<\/p>\n

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Penitentes en la cordillera de la provincia de San Juan<\/em><\/p>\n

Lamentablemente, también ha sido desprestigiado. Algunas personas, generalmente cegadas por su ego, proponen la absoluta superioridad de la escalada sobre el andinismo de exploración y de alta montaña diciendo que “no tiene importancia”.<\/p>\n

Están equivocados: ambas actividades son muy diferentes y cada una posee su mérito. Por eso una no se puede imponer sobre la otra. Ambas están unidas por el amor y el respeto hacia la montaña y su entorno.<\/p>\n

El montañista completo sabe conjugarlas, aunque se incline por una, y conoce sus virtudes.<\/p>\n

En nuestro país existen cientos de cincomiles vírgenes en regiones nula o escasamente recorridas. ¿Vamos a dejarlas inexploradas, inescaladas o esperar que algún extranjero las descubra? Es tiempo de que empecemos a abrir los ojos y concientizarnos y no perder esta oportunidad única. Somos quizás la última generación que pueda darse el lujo de subir una cumbre de alta montaña virgen y no podemos dejar pasar esta oportunidad tan valiosa.<\/p>\n

Aunque escrito en 1990, en un boletín del Grupo de Montaña Huaman (hoy lamentablemente desaparecido), esta versión ampliada y corregida es válida en todos sus conceptos. Mucho se ha avanzado y descubierto pero todavía nuestro país, junto a Chile, China, Pakistán, Nepal y otras contadas regiones siguen siendo los países con más cumbres sin escalar del Planeta.<\/p>\n

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En la Cordillera de Olivares<\/p>\n<\/div>\n

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La Cordillera de los Andes es una de las más largas del planeta pero pocos se dedican a explorarla porque pareciera que en el siglo XXI ya todo ha sido visto. Marcelo Scanu nos dice que no. <\/p>\n<\/td>\n

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