{"id":13223,"date":"2008-01-24T00:00:00","date_gmt":"2008-01-24T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=13223"},"modified":"2016-05-15T19:55:08","modified_gmt":"2016-05-16T01:55:08","slug":"la_conquista_de_el_gigante_","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2008\/la_conquista_de_el_gigante_\/","title":{"rendered":"La Conquista de El Gigante"},"content":{"rendered":"
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La repisa 1 (R-l)<\/strong><\/p>\n

V\u00edctor y yo llegamos al final del canal\u00f3n y empezamos a acumular las mochilas con el equipo general. De un par de encinas amarr\u00e9 un cable que calcul\u00e9 nos alcanzar\u00eda para llegar a la repisa, misma que bautizamos como Repisa 1 (R-1).<\/p>\n

Durante los meses en que estuvimos preparando esta expedici\u00f3n, fuimos un par de veces al Cerro de la Corona para tomar una serie de fotos de El Gigante y poder estudiar bien cu\u00e1l ser\u00eda la mejor ruta para descender la gran pared, fue entonces cuando descubrimos la R-1 y nos dimos cuenta que ser\u00eda clave para lograr la conquista de El Gigante.<\/p>\n

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Una vez concentrado todo el equipo al inicio del tiro de 80 metros, V\u00edctor y yo fuimos los primeros en bajar a R-1 mientras los del grupo de apoyo se regresaron al campamento general ya que la noche se aproximaba, s\u00f3lo se quedaron Oscar Cuan, Pino Paz y Ramiro Ch\u00e1vez. Ellos nos estuvieron mandando costales de cable y equipo terminando hacia las 9 de la noche en que bajaron e instalamos un peque\u00f1o campamento en la R-1 .<\/p>\n

R-1 es una repisa muy amplia, calculo que tendr\u00e1 m\u00e1s de 150 metros de largo, por unos 70 u 80 metros de ancho. Su mayor parte est\u00e1 muy inclinada y s\u00f3lo encontramos un sitio c\u00f3modo para acampar que es justamente a donde finaliza el tiro de 80. Grandes \u00e1rboles de muy diversas especies cubren la repisa, \u00fanicamente vimos un pino. Aqu\u00ed ya es notorio el cambio de clima con respecto a la parte alta de la meseta, por lo que la variaci\u00f3n en la vegetaci\u00f3n es notable y el clima muy agradable, mucho menos fr\u00edo que en la meseta.<\/p>\n

Todo R-1 est\u00e1 cubierto por gran cantidad de rocas sueltas, muchas de ellas del tama\u00f1o de un pu\u00f1o. El piso en donde acampamos no era la excepci\u00f3n, as\u00ed que tuvimos que dormir con el piso todo pedregoso, aunque ven\u00edamos tan cansados que ni lo notamos y dormimos r\u00e1pidamente como angelitos. Hab\u00eda suficiente espacio e incluso pudimos encender una fogata y preparar una cena caliente que nos cay\u00f3 como gloria.<\/p>\n

Antes de dormir, acostado, desde mi bolsa de dormir contempl\u00e9 el cielo lleno de estrellas. Le di las gracias a Dios porque todo arrancaba bien. Todos los grupos tra\u00edamos varios radios, ten\u00edamos 10 en total, as\u00ed and\u00e1bamos muy bien comunicados y esto hab\u00eda sido parte importante del buen desempe\u00f1o y lo ser\u00eda seguramente en lo que nos faltaba.<\/p>\n

30 de diciembre de 1996. Durante la noche estuvo soplando algo de viento, pero no nos molest\u00f3 mucho ya que el sitio donde acampamos se encuentra bien abrigado entre amplias paredes de piedra y los \u00e1rboles. Desde mi bolsa de dormir vi c\u00f3mo los primeros rayos del sol iluminaron con bellos tonos naranja la cumbre del Cerro de la Corona, entonces nos levantamos, desayunamos y nos dispusimos a explorar la R-1 que hasta ese momento no conoc\u00edamos m\u00e1s que la parte donde nos encontr\u00e1bamos.<\/p>\n

Mientras V\u00edctor, Ramiro y Pino preparaban unos cables, Oscar y yo exploramos la repisa. Como lo mencion\u00e9, R-1 est\u00e1 muy inclinada y tiene mucha piedra suelta, as\u00ed avanzamos con mucho cuidado. Primero lo hicimos siguiendo el curso de un breve arroyo que cruza la repisa transversalmente. Nos cost\u00f3 trabajo avanzar por la mucha vegetaci\u00f3n, pero finalmente alcanzamos la orilla de la repisa y pudimos asomarnos. De inmediato nos dimos cuenta que este sitio no era muy adecuado para proseguir el descenso.<\/p>\n

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Nos encontr\u00e1bamos en la orilla este de la repisa, la parte alta de la misma y calcul\u00e1bamos que al bajar por aqu\u00ed no alcanzar\u00edamos a una segunda repisa que se encontraba como a 300 metros abajo, tambi\u00e9n hab\u00edamos previsto que de descender por aqu\u00ed no llegar\u00edamos directamente al r\u00edo de Candame\u00f1a y nuestra intenci\u00f3n era llegar directo a \u00e9ste, as\u00ed que decidimos explorar m\u00e1s al oeste de la repisa, bajando un poco por su inclinada ladera.<\/p>\n

Descendimos un poco m\u00e1s, colocando algunos cables de seguridad, hasta que vimos una saliente rocosa que bien podr\u00eda ser un sitio para alcanzar la segunda repisa o R-2. Para poder asomarnos a esta orilla, tuve que amarrar un cable a un encino que estaba colocado estrat\u00e9gicamente. Me coloqu\u00e9 mi equipo de descenso, baj\u00e9 un poco y vi que est\u00e1bamos en el sitio correcto, e inclusive localic\u00e9 otros encinos y unas grietas por donde f\u00e1cilmente podr\u00edamos anclar el cable prinncipal de descenso, ya que desde aqu\u00ed, hasta la R-2 se iniciaba una ca\u00edda vertical de cuando menos 300 metros.<\/p>\n

Tambi\u00e9n vi, muy abajo de m\u00ed el R\u00edo de Candame\u00f1a que serpenteaba por entre la gran barranca, se encontraba m\u00e1s abajo cuando menos unos 550 metros. Oscar y yo regresamos al campamento en donde ya nos estaban esperando V\u00edctor, Pino y Ramiro con los cables listos.<\/p>\n

Trasladamos entre los cinco todo el equipo y cables hasta la orilla que hab\u00edamos seleccionado y procedimos a instalar el cable m\u00e1s grande que tra\u00edamos, de 550 metros, uni\u00e9ndole en su extremo otra l\u00ednea de 160 metros, para de esta manera estar seguros de que alcanzar\u00eda a llegar hasta el r\u00edo, aunque sab\u00edamos de antemano que cuando menos se detendr\u00eda en la R-.2. Colocamos el cable utilizando como anclajes unos encinas enanos y una peque\u00f1a grieta en la roca Jonde pude colocar tres nueces que son unos aditamentos de aluminio que se encu\u00f1an en las grietas y sirven muy bien para de ellos amarrar los cables. Eran las 2 de la tarde cuando dejamos instalado este cable, dej\u00e1ndolo caer poco a poco, aunque pronto nos dimos cuenta de que se hab\u00eda enredado en alg\u00fan sitio de la pared, mucho antes de llegar a R-2.<\/p>\n<\/div>\n

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En la pared de El Gigante<\/strong><\/p>\n

Yo ser\u00eda el primero en descender en esta parte, as\u00ed que me instal\u00e9 en la l\u00ednea principal ya con todo mi equipo puesto, tanto para descender como para ascender. Colocamos una l\u00ednea auxiliar de unos 40 metros por la cual descendi\u00f3 Oscar Cuan para auxiliarme en las maniobras iniciales de descenso. Estas maniobras a veces son algo inc\u00f3modas debido al peso del cable que en este caso era soportar los 300 metros de longitud que cuando menos estar\u00e1n arriba de los 30 kilogramos, adem\u00e1s yo ir\u00eda bajando con un costalito que pend\u00eda de mi arn\u00e9s en donde tra\u00eda mi bolsa de dormir, algo de comida, equipo y otras cosas necesarias como mi c\u00e1mara fotogr\u00e1fica con sus aditamentos.<\/p>\n

Al ir bajando, la primera cosa que me sorprendi\u00f3 fue constatar que el cable no se iba libre, sin tocar la cara de la pared como hab\u00edamos supuesto, sino que casi siempre rozaba la pared rocosa, esto ten\u00eda algunas implicaciones importantes ya que el cable vendr\u00eda rozando mucho por la piedra y \u00e9se es uno de los mayores peligros que siempre se tienen en este tipo de descenso: los roces de los cables contra las piedras, los pueden desgastar y cortar.<\/p>\n

Otro factor negativo con el que no cont\u00e1bamos fue la abundancia en la pared de un vegetal conocido como palmilla, el cual se agarraba fuertemente a la roca e imped\u00eda que el cable descendiera libremente, enred\u00e1ndose constantemente en este vegetal. Con grandes trabajos fui desenredando la l\u00ednea hasta que como a los 100 metros de bajar llegu\u00e9 a una palmilla grande donde el cable estaba totalmente enredado y no pod\u00eda seguir descendiendo, adem\u00e1s consider\u00e9 que hasta ese punto el cable ya llevaba demasiados roces y lo m\u00e1s prudente era buscar un punto en la pared donde pudiera reanclarlo para as\u00ed evitarle m\u00e1s da\u00f1os al seguir bajando. Para mi suerte, la palmilla en donde estaba enredado el cable era como una cort\u00edsima repisa y pude detenerme con cierta facilidad, adem\u00e1s de que localic\u00e9 una buena grieta en donde coloqu\u00e9 unos anclajes logrando cargar todo el peso del cable y de mi mochila en ellos.<\/p>\n

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Enredos <\/strong><\/p>\n

Como vi que el cable estaba hecho una mara\u00f1a, le ped\u00ed a V\u00edctor, por el radio que bajara hasta donde yo me encontraba para que me ayudara a desenredarlo, adem\u00e1s de que ya me sent\u00eda algo agotado por el esfuerzo de haber venido haciendo eso hasta aqu\u00ed. Mientras que V\u00edctor descend\u00eda, yo me instal\u00e9 en el anclaje que acababa de poner y descans\u00e9 un poco. Pude liberar un tramo m\u00e1s de la l\u00ednea y \u00e9sta cay\u00f3 a una distancia que no logr\u00e9 determinar en el momento.<\/p>\n

Esper\u00e9 a que V\u00edctor llegara y cuando lo hizo le expliqu\u00e9 la manera en que se pasara de su cable al anclaje donde yo estaba y as\u00ed pudiera seguir bajando por la l\u00ednea principal una vez que yo concluyera mi descenso. Esta t\u00e9cnica de colocar anclajes intermedios en la pared es muy utilizada en espeleolog\u00eda y la conoc\u00eda muy bien; sin embargo, V\u00edctor me manifest\u00f3 que aunque sab\u00eda de ella, no la dominaba bien por no haberla practicado lo suficiente. Record\u00e9 que en nuestras pr\u00e1cticas de preparaci\u00f3n para esta expedici\u00f3n, le hab\u00eda insistido a \u00e9l y a los dem\u00e1s miembros del grupo que ensay\u00e1ramos lo mejor posible esta t\u00e9cnica, pero no lo hicimos confiados en que no se necesitar\u00eda ya que en ese entonces supon\u00edamos que el cable caer\u00eda libremente sin tocar las paredes de El Gigante y as\u00ed lo pens\u00e1bamos porque hasta ese momento la gran mayor\u00eda de las paredes de la regi\u00f3n en que hab\u00edamos rapeleado el cable ca\u00eda libremente, pero aqu\u00ed fue la sorpresa, y tuvimos que aplicarla en ese sitio con la probabilidad de volver a utilizarla m\u00e1s adelante. A esta maniobra se le llama fraccionamiento ya que justamente fracciona o divide una ca\u00edda grande en dos o m\u00e1s tiros seg\u00fan se necesite y sus dos principales objetivos son evitar y disminuir los roces y permitir que m\u00e1s de una persona a la vez suba o baje por una l\u00ednea principal.<\/p>\n

Mientras V\u00edctor me esperaba en el primer fraccionamiento, yo continu\u00e9 el descenso y tuve que seguir enfrent\u00e1ndome a numerosas enredadas en la palmilla, aunque ya no puse m\u00e1s fraccionamientos. Hacia las 6 de la tarde logr\u00e9 llegar a la R-2; por un momento pens\u00e9 que no lo lograr\u00eda y tendr\u00eda que regresarme a R-1; de desenredada en desenredada lo logr\u00e9, aunque aterric\u00e9 encima de una gran madeja del cable sobrante que faltaba por utilizar en el descenso entre R-2 yel r\u00edo.<\/p>\n

Cuando inici\u00e9 el descenso olvid\u00e9 mi navaja en el campamento de R-1 si no es por esto, desde el fraccionamiento habr\u00eda cortado el cable de 160 metros para aliviar el problema y poder bajar m\u00e1s aprisa.<\/p>\n

Este descenso que calcul\u00e9 en 300 metros lo hab\u00eda hecho en cuatro horas cuando normalmente no me habr\u00eda llevado m\u00e1s de 45 minutos, considerando la instalaci\u00f3n del fraccionamiento. Pero en fin, pese a todo y que estaba algo agotado hab\u00eda logrado completar el tramo e inmediatamente avis\u00e9 a V\u00edctor quien me alcanz\u00f3 hacia las 7 de la tarde ya casi de noche.<\/p>\n

Para esto V\u00edctor tuvo muchos problemas para brincar el fraccionamiento debido a lo que ya mencion\u00e9 y sobre todo a que su mosquet\u00f3n que aseguraba su descensor se apret\u00f3 tanto que no lo pudo destrabar, al grado de que se vio en la necesidad de cortar el cable con su navaja para poder destrabarse. Una vez destrabado los volvi\u00f3 unir con un nudo pescador y pudo continuar bajando.<\/p>\n<\/div>\n

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Los grupos de apoyo<\/strong><\/p>\n

A las 11 de la ma\u00f1ana llegamos al entronque de Las Estrellas, ah\u00ed nos dividimos en dos grupos. Uno de ellos, forrmado por El Casca, Ra\u00fal Z\u00e1rate, David Z\u00e1rate, Nelson Moegel, Jorge Moegel y Mayita, se dirigieron a la Cascada de Basase\u00e1chic. Ellos descender\u00edan por la Barranca de Candame\u00f1a y caminar\u00edan por su cauce hasta llegar a la base de El Gigante. Calculamos que har\u00edan d\u00eda y medio hasta la base, ah\u00ed acampar\u00edan y esperar\u00edan a que baj\u00e1ramos de la cumbre de la pe\u00f1a. El objetivo de este grupo era el de dar apoyo desde la base de El Gigante y lo denominamos el grupo del r\u00edo, por el R\u00edo Candame\u00f1a. Los dem\u00e1s seguimos hacia la comunidad de Cajurichi.<\/p>\n

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Se inicia la expedici\u00f3n<\/strong><\/p>\n

Pasamos Cajurichi y hacia las 2:30 de la tarde llegaamos a Sapareachi, nos dividimos el trabajo y mientras unos instalaban el campamento general, otros preparaban la salida hacia El Gigante, ya que dese\u00e1bamos iniciar el descenso cuanto antes.<\/p>\n

Eran casi las 3:30 de la tarde cuando salimos de Sapareachi rumbo a El Gigante. Aqu\u00ed nos concentramos la mayor parte de la gente, ya que el trabajo pesado de la expedici\u00f3n se realiza desde arriba. El grupo de apoyo de arriba lo compon\u00edan las siguientes personas: Ramiro Ch\u00e1vez y su hijo Ramirito, Andr\u00e9s Rodr\u00edguez, hijo de V\u00edctor, Mario Gonz\u00e1lez, Bobi Longoria, Daniel Almaraz\u00a0y su hermana Maribel.<\/p>\n

En Sapareachi el campamento general qued\u00f3 a cargo de Don Ramiro Ch\u00e1vez, pap\u00e1 de Ramiro y abuelo de Ramirito; aunque Don Ramiro tiene como 75 a\u00f1os, posee una condici\u00f3n f\u00edsica enviidiable para su edad y nos ha acompa\u00f1ado a algunas explooraciones. Aparte de todo este personal de los grupos de apoyo, nos acompa\u00f1aba Don Rafael S\u00e1ens y su hijo Francisco, quienes eran nuestros gu\u00edas para toda la regi\u00f3n. Faltaban otras personas de los grupos de apoyo que ir\u00edan llegando en los pr\u00f3ximos d\u00edas.<\/p>\n

Adem\u00e1s hay dos grupos de ataque que ser\u00e1n los que armar\u00e1n toda la ruta de descenso y efectuar\u00e1n el descenso de la gran pared; el primer grupo de ataque lo formamos V\u00edctor y yo, y el segundo Oscar Cuan y Alfonso Paz. Para esta caminata todos ven\u00edamos bastante cargados con equipo, cuerdas, bolsas de dormir, comida, agua y muchas cosas m\u00e1s.<\/p>\n

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El canal\u00f3n<\/strong><\/p>\n

Como en hora y media llegamos a la cumbre de El Gigante, hasta el puerto. Encontramos el equipo que hab\u00eda dejado V\u00edctor dos semanas atr\u00e1s y empezamos a descender por el canal\u00f3n. Este canal\u00f3n es una gran grieta que se desprende de la cumbre y desciende con una fuerte inclinaci\u00f3n, m\u00e1s o menos paralela a la pared principal de El Gigante hasta desembocar a una repisa, localizada a unos 300 metros abajo de la cumbre, donde pens\u00e1bamos acampar los dos grupos de ataque este d\u00eda y concentrar los cables y equipo.<\/p>\n

El canal\u00f3n se encuentra cubierto por densa vegetaci\u00f3n, lo que nos oblig\u00f3 a instalar una serie de cables para poder bajar con mayor seguridad y comodidad. Cerca del final del canal\u00f3n hay un peque\u00f1o tiro de unos 6 metros de ca\u00edda, el cual tuvimos que descender con nuestros equipos para rapelear.<\/p>\n

Unos metros abajo se encontraba el final de el canal al iniciarse una ca\u00edda libre de 80 metros que daba justo a una de las orillas de una gran repisa, ya en plena pared de El Gigante. De hecho ya desde la parte final del canal\u00f3n ten\u00edamos una visi\u00f3n incre\u00edble de la Barranca de Candame\u00f1a y frente a nosotros la cumbre del Cerro de la Corona, al otro lado de la barranca.<\/p>\n<\/div>\n

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El descenso hacia el r\u00edo <\/strong><\/p>\n

Cuando V\u00edctor termin\u00f3 de desenredar los cables yo ya hab\u00eda instalado una l\u00ednea auxiliar y seleccionado un sitio donde har\u00eda un fraccionamiento para poder seguir descenndiendo. Como hab\u00eda visto que la pared segu\u00eda igual, o sea que no permit\u00eda que el cable cayera libremente por la gran cantidad de palmillas, decid\u00ed cambiar la t\u00e9cnica para bajar el cable. En vez de irlo dejando caer poco a poco, lo metimos cuidadosamente dentro de un costal especial el cual colgu\u00e9 de mi arn\u00e9s y as\u00ed fui descendiendo y el cable sal\u00eda del costal en la medida que se necesitara, sin que se enredara en ning\u00fan momento; esto hizo facil\u00edsimo la continuaci\u00f3n del descenso.<\/p>\n

Como unos 60 o 70 metros m\u00e1s abajo aument\u00f3 la inclinaci\u00f3n de la pared y pas\u00e9 por unas brev\u00edsimas repisas que aumentaron las zonas de fricci\u00f3n en el cable. Aqu\u00ed decid\u00ed utilizar una de estas repisas para poner otro fraccionamiento. Mientras decid\u00eda c\u00f3mo fraccionar esta parte le ped\u00ed a V\u00edctor que bajara hasta donde me encontraba.<\/p>\n

Para ese momento, en la primera repisa Oscar y Pino se aprestaban a descender hasta R-2. Ayudados por el grupo de apoyo instalaron un cable de 260 metros. Oscar fue el primero en descender y mientras lo hac\u00eda fue conduciendo el otro cable para que no se enredara como nos hab\u00eda pasado el d\u00eda de ayer.<\/p>\n

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La idea de instalar otra l\u00ednea era para que pudieran subir dos personas a la vez y as\u00ed agilizar los movimientos cuando tuviera que desarmarse la ruta, adem\u00e1s consider\u00e1bamos que resultaba un gran apoyo subir o bajar en parejas que hacerlo solo. Aunque sab\u00edamos que este segundo cable no alcanzar\u00eda a llegar a R-2 debido a que s\u00f3lo ten\u00eda 260 metros, uno de los dos de las parejas que subieran se cambiar\u00eda de un cable a otro para poder utilizar las dos l\u00edneas simult\u00e1neamente. Una vez que bajara Oscar le correspond\u00eda el turno a Pino.<\/p>\n

En lo que V\u00edctor me alcanzaba, estuve observando el paisaje que se me presentaba de la Barranca de Candeme\u00f1a. Casi no lo pod\u00eda creer, se ve\u00eda tan imponente la serie de paredes que conformaban esta barranca, ser\u00edan igual o m\u00e1s altas que el mismo Gigante, aunque lo que hac\u00eda destacar a \u00e9ste era que su ca\u00edda es de un solo tajo, mientras que en las otras, la verticalidad era interrumpida por enormes repisas. Aunque nosotros hab\u00edamos utilizado dos repisas para auxiiliarnos en nuestro descenso, \u00e9stas resultaban chicas commparadas con las de las dem\u00e1s paredes m\u00e1s grandes, adem\u00e1s El Gigante ten\u00eda una parte donde desde su cumbre y casi hasta el r\u00edo se iba totalmente libre y esto ninguna otra lo ten\u00eda, aunque fueran m\u00e1s altas.<\/p>\n

Estaba encantado y me daba cuenta que nos encontr\u00e1bamos ya muy cerca de lograr nuestro objetivo, es decir, completar el descenso de esta gran cima, quer\u00eda brincar de gusto en la diminuta repisa en que estaba, pero no era muy conveniente. En esas cavilaciones me encontraba cuando aterriz\u00f3 V\u00edctor, me provoc\u00f3 tanto gusto verlo y de compartir con \u00e9l el \u00e9xito que est\u00e1bamos logrando, y eso a pesar de que para estas alturas el agotamiento ya se empezaba a hacer presente, la conquista de El Gigante se nos hab\u00eda hecho m\u00e1s pesada de lo que esper\u00e1bamos, pero bueno, eso era lo que m\u00e1s sabor le daba al caldo.<\/p>\n

El final… del cable<\/strong><\/p>\n

Pero todav\u00eda no deb\u00edamos cantar victoria.<\/p>\n

En cuanto V\u00edctor lleg\u00f3 continu\u00e9 descendiendo y para mi sorpresa el cable no alcanz\u00f3, ah\u00ed colgado tuve que unir el cable extra que tra\u00eda, que era de unos 60 metros de longitud, lo dej\u00e9 caer y logr\u00e9 que no se enredara y se desplegara en toda su longitud, sin embargo, a trav\u00e9s de la radio el grupo del r\u00edo me confirm\u00f3 que tampoco alcanz\u00f3, que faltaban unos 20 metros.<\/p>\n

iNo era posible!<\/em> pens\u00e9, \u00e9se era el \u00faltimo cable de que dispon\u00edamos, para entonces ya hab\u00edamos instalado en la pared los casi 1500 metros de cables que tra\u00edamos. Tuve que regresarme a la peque\u00f1a repisa donde estaba V\u00edctor y ah\u00ed \u00e9l me record\u00f3 que todav\u00eda dispon\u00edamos de un cable, el de 160 metros que se hab\u00eda quedado en R-2. Como era demasiado cable le ped\u00ed a V\u00edctor que subiera all\u00e1 y bajara un cable de 50 metros que hab\u00edamos dejado como l\u00ednea de apoyo en la orilla de R-2 y que dejara el de 160 metros como cable de apoyo. V\u00edctor subi\u00f3 y yo de nuevo me qued\u00e9 esperando. A estas alturas con el cansancio y considerando que en todo el d\u00eda casi no hab\u00edamos probado bocado nos hac\u00eda desear enormemente el que finaliz\u00e1ramos el descenso.<\/p>\n

Meditaba en esto cuando lleg\u00f3 Oscar en lugar de V\u00edctor, tra\u00eda el cable que faltaba. V\u00edctor prefiri\u00f3 que Oscar completara el descenso conmigo y que nosotros sali\u00e9ramos por el R\u00edo de Candame\u00f1a junto con el grupo del r\u00edo. Con esta decisi\u00f3n para Oscar y para m\u00ed terminar\u00eda la expedici\u00f3n, porque desde el r\u00edo ya nada podr\u00edamos hacer m\u00e1s que caminar para salir de la barranca y reunimos con el resto del grupo en Rancho San Lorenzo como hab\u00edamos establecido, y eso nos llevar\u00eda como d\u00eda y medio m\u00e1s de caminata. En cambio a V\u00edctor y a Pino todav\u00eda les esperaban al menos dos d\u00edas pesados por la recogida de los cables y equipo y su traslado al campamento general con ayuda de los grupos de apoyo en la R-l y el campamento general.<\/p>\n<\/div>\n

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La conquista<\/strong><\/p>\n

En cuanto lleg\u00f3 Oscar comenc\u00e9 a descender.<\/p>\n

R\u00e1pidamente alcanc\u00e9 el final del cable y brinqu\u00e9 el primer nudo. Continu\u00e9 descendiendo por el siguiente cable hasta que llegu\u00e9 al final y un\u00ed el \u00faltimo cable de que dispon\u00edamos. Me encontraba como a unos 15 metros del r\u00edo y ya pod\u00eda comunicarme verbalmente con el grupo del r\u00edo. Brinqu\u00e9 el nudo y lentamente descend\u00ed.<\/p>\n

Si hubiera bajado directamente habr\u00eda llegado al agua de una poza, pero Casca me ayud\u00f3 y con un \u00e1gil brinco alcanc\u00e9 una peque\u00f1a isla de arena en medio de la poza, me desembarac\u00e9 del cable, un par de brincos entre unas piedras y alcanc\u00e9 la orilla del r\u00edo: El Gigante hab\u00eda sido vencido.<\/p>\n

Casca y los dem\u00e1s miembros del grupo del r\u00edo me dieron un amplio abrazo y nos felicitamos mutuamente, ya que el \u00e9xito hab\u00eda sido de todo el grupo. Por radio avisamos a todos los dem\u00e1s grupos; a R-2, R-1 Y campamento general. Eran las 5 de la tarde y llegu\u00e9 todo deshidratado ya que en todo el d\u00eda no hab\u00eda probado una gota de agua, Casca me ofreci\u00f3 un litro de agua y me lo absorb\u00ed de un solo trago. Hab\u00edamos logrado el sue\u00f1o que un a\u00f1o antes nos hab\u00edamos planteado.<\/p>\n

Lo primero que hice inmediatamente despu\u00e9s de aterrizar fue dar aviso a Oscar para que iniciara su descenso. Al ir bajando fue desarmando la ruta, quitando los fraccionamientos para que V\u00edctor y Pino pudieran recuperar las cuerdas sin problemas. Hacia las 6 de la tarde lleg\u00f3 Oscar y de nuevo se repitieron las felicitaciones de todo el grupo. El descenso estaba terminado, faltaba desarmar la pared lo cual yo calculaba tomar\u00eda cuando menos unos 2 d\u00edas. No pas\u00f3 m\u00e1s de media hora antes de que V\u00edctor y Pino empezaran a recoger los cables que hab\u00edamos instalado entre R-2 y el r\u00edo. En el \u00faltimo cable les amarramos un costalito con comida y con cuatro litros de agua, la cual mucho les hac\u00eda falta. Esa noche, la \u00faltima del 96 y primera del 97, V\u00edctor y Pino la pasar\u00edan en R-2, nosotros en el r\u00edo. Despu\u00e9s del descenso de Oscar nos dimos una tremenda comida que Casca nos hab\u00eda preparado y que nos cay\u00f3 de maravilla.<\/p>\n

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A\u00f1o nuevo<\/strong><\/p>\n

1 de enero de 1997. Para recibir el a\u00f1o nuevo encendimos una gran fogata junto al r\u00edo y nos la pasamos platicando. Hacia las 12 de la noche enviamos todos a coro una felicitaci\u00f3n a los dem\u00e1s grupos a trav\u00e9s del radio, a los pocos minutos recibimos otra de R-1, entre vivas y gritos de alegr\u00eda. Ten\u00edamos muchas razones para estar contentos. La gran fogata que hicimos iluminaba un amplio sector de la parte baja de la pared de El Gigante, era una visi\u00f3n bella, como dantesca, la pared se percib\u00eda como m\u00e1gica al influjo de la luz suave y naranja de la fogata, que parec\u00eda estar danzando.<\/p>\n

A la una de la ma\u00f1ana busqu\u00e9 la soledad de la noche y me apart\u00e9 un poco del grupo. Levant\u00e9 la vista y vi c\u00f3mo la imponente mole de El Gigante se levantaba hacia el cielo nocturno. Parec\u00eda la silueta de un gigantesco tri\u00e1ngulo que apuntaba al firmamento. El cielo estrellado hac\u00eda resaltar la silueta de la gran mole que parec\u00eda dirigirse al infinito en un viaje fant\u00e1stico a trav\u00e9s del espacio. Se ve\u00eda tan hermosa, me pareci\u00f3 que era m\u00e1gica y de alguna forma nos hab\u00eda contagiado con su magia. Tambi\u00e9n me sent\u00ed solo de pronto y me di cuenta de c\u00f3mo la naturaleza se hab\u00eda convertido en mi refugio.<\/p>\n

A las 8 de la ma\u00f1ana se levantaron Casca y Mayita y se fueron a Basase\u00e1chic. Se ir\u00edan a paso r\u00e1pido, quer\u00edan llegar hoy mismo a la cascada y de ser posible a Chihuahua ya que Casca tiene que presentarse ma\u00f1ana a su trabajo. Como los dem\u00e1s no ten\u00edamos prisa nos fuimos levantando a la hora que ten\u00edamos que levantarnos.<\/p>\n

Desayunamos y a las 10:30 iniciamos el retorno caminando lentamente. Nos deten\u00edamos con frecuencia ya que quer\u00edamos ver cuando V\u00edctor y Pino comenzaran a subir hacia R-1. Como a las 11 y cuarto los distinguimos que empezaban a subir, apenas los not\u00e1bamos, iban en las dos l\u00edneas. Despu\u00e9s, como al ir avanzando por el r\u00edo nos alej\u00e1bamos de El Gigante, ya no los distinguimos m\u00e1s, pero a trav\u00e9s del radio nos enter\u00e1bamos de su avance.<\/p>\n

A las 2 de la tarde llegaron al fraccionamiento, su avance era lento, pero ven\u00edan cansados y tuvieron todav\u00eda que hacer algunas maniobras y desarmar los anclajes. A esa misma hora nosotros nos encontr\u00e1bamos comiendo pl\u00e1cidamente a la orilla de una hermosa poza junto al r\u00edo, protegidos por la sombra de unos alisos.<\/p>\n

A las 4 de la tarde V\u00edctor y Pino finalmente alcanzaron la R-1, iniciando entonces el grupo de apoyo a recoger los cables. Nosotros a las 5:45 de la tarde llegamos a la uni\u00f3n del arroyo de Cahuisori, ya muy cerca de Basase\u00e1chic, yah\u00ed decidimos acampar. Durante el d\u00eda llegaron a Sapareachi Rub\u00e9n Ch\u00e1vez y Daniel Benzojo, quienes de inmediato se integraron al grupo de apoyo de R-1 .<\/p>\n

2 de enero de 1997. Nos levantamos a las 8:30 de la ma\u00f1ana y despu\u00e9s del ritual del desayuno hacia las 11 continuamos caminando. A poco de caminar vimos la immponente cascada de Basase\u00e1chic. A las 12 del d\u00eda llegamos a la vereda que sube hasta la parte alta de Basase\u00e1chic y coomenzamos a subir lentamente, teniendo grandes descansos en el mirador de La Ventana y en la parte alta de Basase\u00e1chic.<\/p>\n

A las 2 de la tarde alcanzamos el estacionamiento. Ah\u00ed nos estaba esperando el pap\u00e1 de los Moegel. Nos dirigimos en veh\u00edculo al rancho San Lorenzo en donde Fernando Dom\u00ednguez ya nos estaba esperando. En este rancho quedamos de reunirnos todos los grupos, nosotros fuimos los primeros en llegar y nos dispusimos a esperarlos con una buena comida que tanta falta nos hac\u00eda. Por la tarde lleg\u00f3 en su troca el Nono Corral y Mayita, ven\u00edan de Cuauht\u00e9moc y tra\u00edan provisiones para el grupo de apoyo, as\u00ed es que nom\u00e1s nos saludaron y siguieron hacia Sapareachi. Esa noche la pasamos en una de las caba\u00f1as de Fernando Dom\u00ednguez que son muy c\u00f3modas y creo que las que dan uno de los mejores servicios tur\u00edsticos de la regi\u00f3n.<\/p>\n

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El adi\u00f3s<\/strong><\/p>\n

3 de enero de 1997. Hoy comenz\u00f3 a llegar la gente de Sapareachi. Los primeros lo hicieron como a las dos y el resto a las cuatro. Los grupos de apoyo de R-1 y el campamento general hab\u00edan completado la retirada y desarmado con \u00e9xito. Todav\u00eda este d\u00eda por la ma\u00f1ana fue un grupo hasta el puerto para recoger los \u00faltimos cables que se hab\u00edan dejado listos desde ayer ya muy tarde. El Gigante estaba conquistado.<\/p>\n

Vinieron las felicitaciones, las fotos del grupo, el reparto del equipo y mochilas y el regreso a Cuauht\u00e9moc de la mayor\u00eda, yo me ir\u00eda directo hasta Chihuahua ya que deseaba salir lo m\u00e1s pronto posible a Guadalajara. Ten\u00eda mucho que meditar en el viaje. El Gigante ya era historia y nuevos retos nos esperan para este a\u00f1o, retos de todo tipo.<\/p>\n

A los pocos d\u00edas de que terminamos esta expedici\u00f3n, con algunas mediciones que hicimos de los cables y observaciones de campo, pude precisar que la pared de El Gigante tiene una magnitud de 885 metros verticales, casi los 900 metros. Sin lugar a dudas se trata de una de las paredes de piedra m\u00e1s altas del pa\u00eds en ca\u00edda libre. La conquista de El Gigante fue la culminaci\u00f3n de las exploraciones en Candame\u00f1a, pero no la \u00faltima, ya que ah\u00ed los retos son infinitos y siempre los hay. Lo que hace falta son personas que afronnten estos retos que se nos ofrecen.<\/p>\n

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Tomado de Carlos Lazcano. Candame\u00f1a, la barranca de las cascadas<\/em>. Gobierno del Estado de Chihuahua, Secretar\u00eda de Turismo. 1997. 169 p\u00e1ginas. s\/ISBN. Cap\u00edtulo 9, p\u00e1ginas 130-145<\/p>\n<\/div>\n

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La segunda repisa (R-2)<\/strong><\/p>\n

Mientras V\u00edctor bajaba explor\u00e9 un poco de R-2, sobre todo para encontrar un lugar donde acampar. R-2 era una repisa mucho m\u00e1s chica que R-l, tiene igualmente una pendiente muy pronunciada, llena de gran cantidad de piedras sueltas y cubierta por densa vegetaci\u00f3n, m\u00e1s densa que en R1. No logr\u00e9 encontrar ning\u00fan sitio plano ni adecuado, por lo que cuando lleg\u00f3 V\u00edctor lo mejor que pudimos hacer fue acondicionar un poco un sitio, haci\u00e9ndolo plano perpendiicularmente a la pendiente, pero s\u00f3lo pudimos aplanar relatiivamente justo el espacio para dormir, utilizamos unos encinos como apoyo para evitar que nos pudi\u00e9ramos caer mientras dorm\u00edamos.<\/p>\n

El sitio era bastante inc\u00f3modo y nos dispusimos a pasar una mala noche y adem\u00e1s empez\u00f3 a soplar un fuerte viento helado que aqu\u00ed s\u00ed nos peg\u00f3 de lleno por que no est\u00e1bamos tan protegidos como en R-l. Nos encontr\u00e1bamos durrmiendo en medio de una gigantesca pared de piedra, pisando sitios que jam\u00e1s hab\u00edan sido explorados por ser humano alguno. Era nuestro privilegio y as\u00ed lo sent\u00edamos.<\/p>\n

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Gracias a los radios constantemente nos comunic\u00e1bamos y est\u00e1bamos enterados de lo que ocurr\u00eda en cada grupo. El grupo del r\u00edo lleg\u00f3 hacia el medio d\u00eda al pie de El Gigante y acamparon a la orilla para esperar a que baj\u00e1ramos, yo los vi llegar cuando estaba colgado haciendo las maniobras para descender a R-2. Entre R-l y el campamento general hubo un intenso movimiento ya que se trasladaron m\u00e1s personas a R1, transportando agua, comida y bolsas de dormir.<\/p>\n

Fue consstante la transportaci\u00f3n de agua a R-1, ya que en toda la pared de El Gigante no encontramos ning\u00fan manantial o fuente de agua. Estas operaciones entre R-l y el campamento general las hab\u00eda estado coordinando Don Ramiro. Tambi\u00e9n este d\u00eda llegaron m\u00e1s personas que se unieron a la expedici\u00f3n como H\u00e9ctor S\u00e1nchez, Salvador Rodr\u00edguez y Gil, uno de sus empleados. Ellos tres prontamente se integraron al trabajo uni\u00e9ndose al grupo de apoyo en R-l .<\/p>\n

Un a\u00f1o viejo y enfermo<\/strong><\/p>\n

31 de diciembre de 1996. Varias veces me despert\u00e9 durante la noche, debido a que el viento no ces\u00f3 de soplar. Lo bueno de la noche fue que pude apreciar ampliamente el cielo estrellado entre los huecos de las ramas de los \u00e1rboles. Despu\u00e9s de la media noche sali\u00f3 la luna y aunque no la vi s\u00ed pude apreciar que proyect\u00f3 la sombra de El Gigante sobre la pared rocosa del Cerro de la Corona.<\/p>\n

Hacia las 8 de la ma\u00f1ana nos levantamos, desayuunamos algo muy ligero y mientras V\u00edctor desenredaba los cables, yo me dediqu\u00e9 a explorar la orilla de la repisa para localizar un sitio d\u00f3nde anclar el cable para continuar el desscenso. Explor\u00e9 siguiendo el cort\u00edsimo cauce de un escurriimiento de temporal que desciende bruscamente por R-2 para luego caer libremente por la pared de El Gigante hasta el r\u00edo.<\/p>\n

Aqu\u00ed la vegetaci\u00f3n nos present\u00f3 muchos problemas por lo cerrado, hasta un gran carrizal localizamos que nos cerraba el paso. Pero despu\u00e9s de sortear todo esto localic\u00e9 un buen punto para descender y coloqu\u00e9 un cable de seguridad y luego otro para descender unos metros y observar un poco.<\/p>\n

El r\u00edo me pareci\u00f3 muy cercano, escuch\u00e9 su rumor, e incluso vi el campamento del grupo del r\u00edo, con su fogata encendida y todos ellos continuaban durmiendo a su alrededor. Me pareci\u00f3 tan cercano que decid\u00ed desechar el cable de 160 metros y seguir bajando \u00fanicamente por la l\u00ednea principal de los 550 metros, aunque por seguridad me llevar\u00eda conmigo un cable extra de 60 metros de longitud.<\/p>\n<\/div>\n

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Los grandes logros nacen de sue\u00f1os, pero hay que tener voluntad para que esos sue\u00f1os se hagan realidad. Sin lugar a dudas, la conquista de la pared de El Gigante, que aqu\u00ed relatamos, fue una de las m\u00e1s notables haza\u00f1as de exploraci\u00f3n en Chihuahua en los \u00faltimos a\u00f1os.<\/p>\n

La reuni\u00f3n <\/strong><\/p>\n

28 de diciembre de 1996. \u00a1Por fin! Est\u00e1bamos a punto de iniciar la expedici\u00f3n por tanto tiempo esperada del descenso de la pared de El Gigante. La ruta ya la hab\u00edamos determinado despu\u00e9s de tomar una secuencia fotogr\u00e1fica de la pared desde el mirador de Huajumar. A grandes rasgos el descenso lo iniciar\u00edamos a trav\u00e9s de un canal\u00f3n que da prinncipio en el puerto de la cumbre de El Gigante, \u00e9ste ya lo hab\u00eda explorado V\u00edctor Rodr\u00edguez y otros miembros del GEEC, 15 d\u00edas antes, determinando su total viabilidad, adem\u00e1s que conncentraron parte del equipo pesado en la cumbre. Por el canal\u00f3n se descend\u00edan entre 200 y 300 metros. Del canal\u00f3n bajar\u00edamos un tiro de cerca de 100 metros hasta una gran repisa que ya la hab\u00eda visto la primera vez que fuimos a la cumbre de El Gigante. De esta repisa un tiro de 300 metros, o quiz\u00e1 un poco mayor, nos conducir\u00eda hasta una segunda repisa y de ah\u00ed una ca\u00edda entre 150 y 200 metros nos dejar\u00eda en la orilla del R\u00edo Candame\u00f1a. Oscar Cuan, V\u00edctor Rodr\u00edguez y yo estuvimos preparando la log\u00edstica, la cual analiz\u00e1bamos despu\u00e9s con todo el grupo.<\/p>\n

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En [Ciudad] Cuauht\u00e9moc nos reunimos en la casa de V\u00edctor Roodr\u00edguez. Poco a poco fueron llegando los dem\u00e1s participantes, \u00e9ramos 31 en total, y fueron dejando sus mochilas y equipo. El plan era salir ma\u00f1ana temprano, a m\u00e1s tardar a las 7. Me qued\u00e9 a dormir en la casa de V\u00edctor.<\/p>\n

29 de diciembre de 1996. Despu\u00e9s de reunirnos todos en casa de V\u00edctor y acomodar el equipo en los veh\u00edculos partimos. Tra\u00edamos bastante equipo, yo creo que m\u00e1s de una tonelada, adem\u00e1s de 1,500 metros de cable.<\/p>\n<\/div>\n

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Después de haber descendido Basaseáchic y la Cascada de Piedra Volada, surgía un nuevo reto: descender por la pared de El Gigante. Este primer ascenso, realizado en diciembre de 1996, se convirtió en histórico para Chihuahua. Y también en un destino para los escaladores.<\/p>\n<\/td>\n

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