{"id":12746,"date":"2007-06-21T00:00:00","date_gmt":"2007-06-21T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12746"},"modified":"2007-06-21T00:00:00","modified_gmt":"2007-06-21T00:00:00","slug":"desde_el_polo_norte_tras_las_huellas_de_nansen","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2007\/desde_el_polo_norte_tras_las_huellas_de_nansen\/","title":{"rendered":"Desde el Polo Norte, tras las huellas de Nansen"},"content":{"rendered":"
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Como mar congelado, el Océano Ártico se podía convertir en hielo (es el único lugar del planeta donde el mar llega a los 90 grados de latitud) y atrapar a los navíos. De hecho, fue el hielo quien hundió al Jeannette<\/em>. Nansen mandó construir un barco especial que no tenía quilla y cuyo casco era más bien redondeado. Su objetivo: que cuando el mar de congelara a su rededor no lo aprisionara, sino que “flotara” encima del hielo. Lo bautizó como Fram<\/em>. Muchos exploradores polares de la época no le daban la menor oportunidad en mar abierto y mucho menos en el ártico.<\/p>\n

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Sin embargo, el Fram<\/em> se adentró en el casquete polar ártico y se “dejó atrapar” por el hielo. Sin ser aplastado por las enormes presiones que quiebran el hielo y lo pueden levantar por metros, el Fram<\/em> “flotó” y su tripulación pudo estar tranquila durante un invierno mientras las corrientes polares los arrastraban hacia el Polo. Pero no era una sola corriente en dirección norte sino más bien un rumbo errático que los llevaba prácticamente en cualquier dirección (incluyendo el sur).<\/p>\n

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El 1 de mayo comenzaba un recorrido polar poco usual. A los 90 grados de latitud norte, Børge Ousland (Noruega) y Thomas Ulrich (Suiza), comenzaban (sí, iniciaban apenas) un recorrido hacia el sur. El objetivo no era llegar al Polo, sino trazar una línea desde éste hasta la Tierra de Francisco José, en territorio ruso, una distancia aproximada de 900 kilómetros sobre el mar helado más grande del planeta.<\/p>\n

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Pero, ¿por qué una línea desde el Polo? Es como trazarse la meta de bajar del Everest. Algo realmente poco usual. El objetivo del recorrido era seguir la huella que en 1895 dejaran Fritdjof Nansen y su compañero Hjalmar Johansen.<\/p>\n

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A finales del siglo XIX, se habían sucedido varias exploraciones polares y algunas habían tenido como objetivo alcanzar el Polo. Sin embargo, ninguna había tenido éxito. Nansen se fijó en el reporte en que los restos de una embarcación que se había hundido de un lado del Océano Ártico, habían aparecido en el otro. El Jeannette<\/em> había dejado así, una idea: quizá fuera posible que un barco pudiera “navegar” por todo el Ártico, aunque ello implicara quedar “atrapado” por el hielo.<\/p>\n

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Cuando Nansen calculó que el Fram<\/em> ya se dirigía a otro rumbo que no era el norte, decidió hacer un viaje junto con Johansen, en un intento muy ligero de llegar al Polo. Durante días se esforzaron pero la misma corriente que los arrastraba al sur a bordo del Fram<\/em>, los hacía retroceder en el hielo. Finalmente se dieron vuelta para dirigirse a tierra. Durante años, Nansen y Johansen fueron quienes habían alcanzado la mayor latitud en el norte: “Esta latitud la obtuve por cálculo aproximado; al comprobarlo, resultó 86º 13.6′; la longitud era de 95º aproximadamente.”<\/p>\n

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Semanas después, alcanzaron la Tierra de Francisco José y como se estaba acabando el tiempo de viajar con seguridad, construyeron un refugio donde pasaron el invierno a la manera de los osos, hibernando a su manera: comer y dormir lo más posible. Gracias a esto, su comida les alcanzó y además subieron de peso. Terminado el invierno, fueron encontrados y llevados a Noruega, adonde llegó el Fram<\/em> y el resto de la tripulación días después.<\/p>\n

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Este recorrido en el Polo no había sido repetido hasta que Ousland y Ulrich decidieron comenzar desde el punto medio (el Polo) para llegar a la Tierra de Francisco José. Los 900 kilómetros de recorrido no fueron precisamente sencillos pues este año el hielo se abrió con demasiada frecuencia pero los cubrieron en 45 días y llegaron a tierra el 14 de junio, aunque tuvieron que usar un día más para alcanzar un lugar seguro.<\/p>\n

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Como aclaración: 900 kilómetros en el Polo Norte no son precisamente 900, pues debido a la deriva del hielo, generalmente son más y para ello hay que avanzar la mayor distancia posible y así evitar la deriva. Ousland y Ulrich llegaron a caminar 45 kilómetros en 15 horas y media. Pero el costo de ello fueron ampollas en los pies. Los exploradores tuvieron que sortear varios pasajes con agua e incluso nadar en ellos (con ropa especial) para seguir con su viaje y, finalmente, usar sus trineos como kayaks para llegar a tierra.<\/p>\n

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Ahora esperan que los recoja una embarcación para que los lleve al norte de Noruega y de ahí continuar su viaje hasta Oslo, cruzando a pie la península nórdica. El recorrido en el ártico fue sin apoyo y con sólo lo que llevaban ellos, tal como hiciera Nansen, uno de los mejores exploradores polares, a decir de Messner.<\/p>\n

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Para la mayoría de la gente, el Polo Norte es una meta en sí misma. Pero Børge Ousland y Thomas Ulrich significó el punto de arranque para hacer una travesía en el Ártico que los dejaría en la Tierra de Francisco José, la misma en donde pasaran un invierno Nansen y Johansen en 1895.<\/p>\n<\/td>\n

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