Mapa de la carrera<\/strong><\/a><\/p>\n<\/p>\n
El día 5 de febrero partimos hacia Santiago de Chile y de ahí a Punta Arenas, pequeña ciudad junto al estrecho de Magallanes. Tuvimos un cálido recibimiento por parte de los chicos de la organización y, como pasa en todas las carreras, tienes poco tiempo para hacer turismo porque siempre hay mucho qué hacer antes de la carrera: armar las bicicletas, ordenar el equipo y planear la comida.<\/p>\n
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Al día siguiente tuvimos la junta de capitanes, donde se dio información de la carrera y los mapas del recorrido. Prácticamente la junta de capitanes es el inicio de la carrera, ya que una vez que te dan los mapas y detalles tienes que hacer tu planeación de acuerdo a la ruta. Hasta el momento en que te dan los mapas con las coordenadas de los puntos de control, ningún equipo sabe el recorrido. Acabada la junta prácticamente corrimos al hotel para organizar la comida y equipo, y trazar la ruta en los mapas de la carrera.<\/p>\n
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El día 11 de febrero, a las 7:40 de la mañana, por fin se dio el disparo de salida en el Parque Nacional Torres del Paine, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1978, con las famosas Torres del Paine en el fondo. Los equipos que participábamos éramos: TSL Outdoors La Clusaz<\/em> (Francia), 7º Grado-Monterrey<\/em> (México), DAP<\/em> (Armada de Chile) y Camelos on the Rocks <\/em>(Brasil). Aunque había más de diez equipos anotados, sólo estos cuatro pudimos llegar.<\/p>\n<\/p>\n
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Comenzamos con un tramo de Mountain Bike de 148 km. Una etapa muy bonita con algunas subidas por un camino en construcción cerrado a vehículos que comunica al parque Nacional con la ciudad de Natales. Llegamos al PC1 una hora detrás del equipo francés y media hora detrás de nosotros llegó el equipo brasileño. Dejamos las bicis para empezar el primer trekking (83km) hacia el PC2. La primera parte fue una agradable caminata con el mar a nuestro lado. Pronto nos alcanzó el equipo de Brasil y avanzamos juntos hasta la media noche, cuando nos separamos.<\/p>\n
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Tarde o temprano teníamos que dejar la comodidad de la playa y seguir el camino dentro de las montañas. Pero el bosque era realmente denso y muy difícil de avanzar. A las dos o tres de la mañana sólo habíamos avanzado un kilómetro y entonces el bosque se cerró completamente, así que decidimos descansar algunas horas en medio de troncos y ramas. Ahí no había caminos sencillos. Al otro día seguimos subiendo y bajando. Ramas y troncos hasta que pudimos ver un claro y ubicarnos con precisión pues llevábamos varias horas sin una referencia definida. <\/p>\n
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Según el libro de carrera debíamos avanzar por la turba (una masa esponjosa muy blanda de material orgánico —era como si camináramos sobre en hule espuma completamente saturado de agua— donde algunas veces se hundía el pie hasta el tobillo y otras hasta la cintura), hasta el río Azocar y cruzar lo más arriba posible, ya que río abajo se hace muy profundo y peligroso de cruzar.<\/p>\n
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En este sentido el Río Azocar es un obstáculo natural de cuidado. El agua sólo está a 8º C y en la zona más baja hacia su desembocadura es muy profundo, por esto se recomienda a los corredores cruzarlo lo antes posible, pero este concejo no siempre es bien recibido, ya que por el lado que no debieran viajar las largas turbas son muy tentadoras en contraste con la zona más boscosa que se presenta en la mitad de este trekking de la Patagonia.<\/em><\/p>\n<\/p><\/blockquote>\n
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Pero la preferíamos al bosque. El bosque era tan denso que nos demandaba mucha energía, incluso en algunas ocasiones nuestro velocidad era de 150 metros en una hora. Así que tratamos de buscar la turba para poder avanzar un poco más rápido y tener mejor visibilidad. Además, aprendíamos muy rápido a caminar en ese terreno.<\/p>\n
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Turba, bosque y cañadas hasta la media noche. Estábamos muy cansados.<\/p>\n
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Tercer día. Mediodía en el PC2. Tomamos de nuevo las bicicletas para el tramo de 104 kilómetros, alrededor del seno Skyring. Teníamos que llegar antes de las 7 de la tarde para tomar un ferry que nos cruzaría a Isla Riesco. Los primeros 50 km fueron muy agradables, con el viento a favor y una increíble vista al mar. Los siguientes 54 (una vez cruzados por el ferry) fueron más pesados pues el viento ahora lo teníamos en contra y los últimos 10 km antes de llegar el PC3 (Cabo León) tuvimos problemas con la orientación y aunque sabíamos que estábamos muy cerca del PC, el camino era muy confuso y pasamos la noche en el camino.<\/p>\n
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Una vez en el PC3 recargamos comida para tres días, pues el siguiente tramo era un trekking muy largo donde cruzaríamos Isla Riesco. Este trekking era técnicamente más complejo porque debíamos pasar por bosques muy densos hasta llegar a un collado entre dos sistemas montañosos, para luego descender hasta Lago Riesco y continuar por bosque y turba hasta el PC4.<\/p>\n
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El Trekking desde PC3 Cabo León a PC4 Sutivan cruza la Isla Riesco transversalmente de Norte a Sur, pasando por una rica variedad paisajística e imponentes vistas a los cordones montañosos aledaños. Se comienza la travesía bordeando la costa, luego se interna rumbo al sur, ingresando a un muy denso bosque sobre ondulantes laderas interrumpidas por pequeños ríos, arroyos y pequeñas quebradas de saturados verdes. La densidad del bosque es tal que a veces es necesario detener la marcha para abrirse paso con las manos entre las ramas. Sumado a esto existen zonas con abundante calafate (arbusto con abundantes espinas) que dejan sus marcas…<\/em><\/p>\n<\/p><\/blockquote>\n
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Para avanzar más rápido decidimos caminar por la orilla del lago, pero dentro del agua, pues era mucho más fácil caminar por ahí que por el espeso bosque, aunque a veces el agua nos llegara hasta la cintura. Para soportar el frío del agua comíamos cada veinte minutos una cucharada de crema de cacahuate. Un tramo muy pesado pues la orientación fue muy compleja y la comida se nos terminó completamente seis horas antes de llegar al PC4.<\/p>\n
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El PC4 era una estancia hermosa, el rancho Sativan. Llegamos alrededor de las ocho de la noche y como pensamos que íbamos a dormir ahí, así que comimos un poco y nos cambiamos la ropa mojada, y justamente cuando nos disponíamos a descansar, nos avisan que tenemos que estar listos para salir en 10 minutos porque nos llevarían en lancha hasta una bahía a dos horas de ahí.<\/p>\n
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Lamentamos dejar tan increíble espectáculo y descendimos por el otro lado de la cordillera. Debíamos llegar hasta el río Cóndor y luego descenderíamos siguiendo un camino a lo largo de toda la cañada del mismo nombre. Era ya nuestro decimotercer día de carrera. Todos estábamos muy cansados y decidimos acampar antes del anochecer. Los organizadores nos habían pedido a todos que nos comunicáramos eventualmente vía teléfono satelital, así que avisamos que nos encontrábamos bien aunque muy cansados.<\/p>\n
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22 de febrero<\/em><\/p>\n21:19. Jacobo Magdub, capitán del equipo mexicano 4-7º Grado Monterrey México informa a la oficina de apoyo en Punta Arenas a través del teléfono satelital TE.SA.M que están muy retrasados en el itinerario y que les ha sido difícil encontrar la ruta. Su posición de este momento es la entrada del Río Cóndor. Esperan descansar durante la noche y retomar el trekking en las primeras horas de la madrugada. Dependiendo de que recuperen la precisión en la orientación y aumenten su velocidad de caminata, alcanzaran a llegar a PC10 Yendegaia para tomar el último tramo de Kayak.<\/em><\/p>\n<\/p><\/blockquote>\n
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Con muchísimo trabajo logramos levantamos al otro día. Seguimos un sendero pero pronto desapareció. El bosque se volvió cada vez más denso y difícil, con cientos de troncos tirados, árboles muy grandes. Era muy cansado andar ahí dentro en una lucha continua por avanzar. Por primera vez en la carrera nos sentíamos desesperados. El plan era encontrar un pequeño sendero que nos llevaría hasta el río Latapaia donde nos esperaba alguien de la organización para cruzarlo por una tirolesa.<\/p>\n
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23 de febrero<\/em><\/p>\nEl equipo mexicano 4-7º Grado Monterey México se encuentra a 10 horas atrás del equipo Francés, pudiendo llegar entre la tarde y la noche de hoy al PC10 Yendegaia. La Cordillera Darwin ha significado un desafío a las habilidades de orientación del equipo, quienes refieren estar bien, aunque muy agotados.<\/em><\/p>\n<\/p><\/blockquote><\/div>\n
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Cerca del anochecer llegamos al final de cañada y decidimos hablar a los organizadores, pues no estábamos muy seguros de nuestra ubicación. Nos pidieron que usáramos el GPS para darles las coordenadas. Aunque el GPS no estaba permitido, nos habían entregado uno para usarlo en caso de emergencia.<\/p>\n
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24 de febrero<\/em><\/p>\n20:38. El capitán del equipo 4-7º Grado Monterrey México se comunica a través de TE.SA.M comunicación satelital para informar que creen estar algo extraviados. Con buen humor, pero preocupados porque tienen poca comida, entregan todos los datos de posición que han levantado con el GPS de su kit de emergencia (kit obligatorio y proporcionado por la organización) datos entregados por su navegador, Armando Dáttoli.<\/em><\/p>\n<\/p><\/blockquote>\n
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Cuando les di las coordenadas pensé que el GPS estaba dando una medición incorrecta (suele pasar), no quería creer que había cometido un error en la navegación, pero después de marcar la coordenadas y estudiar el mapa detenidamente me di cuenta que había cometido un error: habíamos descendido por otra cañada paralela al rio Cóndor. ¡Vaya error! Aunque estábamos a solo a seis km del paso de la tirolesa, habíamos perdido más de diez horas en otra cañada.<\/p>\n
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Finalmente Daniel el Chico, quien nos esperaba en la tirolesa, fue por nosotros y nos encontró gracias a las coordenadas del GPS. Cuando lo vimos llegar nos cambió el humor a todos. Pero nos dijo que teníamos que llegar antes de las cinco de la tarde al PC10 porque ahí nos recogería un ferry que nos llevaría hasta punta Arenas. Y todavía faltaban 25 km por recorrer. Literalmente tuvimos que hacer una carrera dentro de la carrera para llegar al ferry, pues sólo pasa una vez por semana y no lo podíamos perder.<\/p>\n
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Ha sido una carrera dentro de otra carrera, pues contra el tiempo, para alcanzar a llegar al lugar de reunión para recogerlos, han debido bajar muy deprisa. Carabineros de la Tenencia Yendegaia han colaborado una vez más, llevando un caballo de carga para aligerar el paso de los corredores. Bienvenidos 7º Grado Monterrey México! No más turba, no más bosque impenetrable y no mas frío.<\/em><\/p>\n<\/p><\/blockquote>\n
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Cuando llegamos a la bahía Yendegaia, a lo lejos se veía un pequeño barco. Apenas habíamos llegado a tiempo para irnos en él. Se nos había terminado el tiempo de la competencia en los 997 kilómetros.<\/p>\n
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Catorce días de carrera y 997 km recorridos en la carrera más larga del mundo, en la región de la Patagonia. Pero el esfuerzo de Jacobo Magdub, Yolanda Iribarren, Alejandro Cruz y mío nos había colocado en el segundo lugar de la competencia, tras los franceses, que habían llegado a la meta doce días, diez horas y treinta y siete minutos. A nosotros se nos agotó el tiempo de competencia, que se cierra a los 14 días.<\/p>\n
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Imágenes de la Patagonia Expedition Race<\/strong><\/p>\n<\/p>\n
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\n\n\n\n Es la carrera más austral y más larga en el confín del mundo, Patagonia. Durante 14 días, los competidores deben recorrer 1,112 kilómetros en un escenario natural único, con problemas también excepcionales. <\/p>\n<\/td>\n | \n<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n <\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1262,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":""},"categories":[1007],"tags":[],"jetpack_featured_media_url":"","jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p51GhY-3jh","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12727"}],"collection":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1262"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12727"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12727\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12727"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12727"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12727"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}} |