{"id":12585,"date":"2006-10-31T00:00:00","date_gmt":"2006-10-31T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12585"},"modified":"2006-10-25T00:00:00","modified_gmt":"2006-10-25T00:00:00","slug":"primer_ascenso_invernal_al_monte_pissis","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2006\/primer_ascenso_invernal_al_monte_pissis\/","title":{"rendered":"Primer ascenso invernal al monte Pissis"},"content":{"rendered":"
09.09.2006<\/strong><\/p>\n Desde temprano en la mañana volvemos al Valle del Río Salado. Rápidamente llegamos el máximo punto alcanzado el día anterior. Poco mas adelante el avance en 4×4 se hace imposible. Almorzamos y decidimos buscar una alternativa por un valle aledaño que vimos unos kilómetros atrás. Todo comienza bien pero rápidamente las camionetas se atoran. Aún faltan 46 kilómetros para el lugar que habíamos planeado fuera el CB. Paleamos un largo rato pero es inútil. Decidimos establecer el CB en el valle, al pie del Veladero (6,436 msnm). <\/p>\n <\/p>\n 10.09.2006<\/strong><\/p>\n Sólo hay una opción: avanzar a pie. Se divide el equipo: Darío Bracali, Rolando Linzing y yo preparamos nuestras cosas. El resto decide quedarse en el CB. Calculamos un total de nueve días entre ida y vuelta, preparamos las raciones y el equipo indispensable para no cargar nada de más. Pasado el mediodía, ponemos las pieles de foca en nuestros esquíes de travesía y partimos. Lentamente, y ensimismados, llegamos a C1.<\/p>\n <\/p>\n Etapa de 1.8 kilómetros en línea recta. Desnivel subida: 65 metros.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n 11.09.2006<\/strong><\/p>\n Seguimos avanzando con los esquíes de travesía por un mundo desconocido. Después de algunas horas llegamos a un filo desde el cual vemos el Pissis por primera vez. Emocionante: estamos solos. Avanzamos como tortugas con una zanahoria por delante, obnubilados con la majestuosidad de esta bella montaña. La capa de nieve no es continua por lo que decidimos dejar los esquíes. Llegamos a C2 en donde Rolando nos deleita con una rica cena caliente.<\/p>\n <\/p>\n Etapa de 9.2 kilómetros en línea recta. Desnivel subida: 282 metros.<\/p>\n <\/p>\n 12.09.2006<\/strong><\/p>\n Es un día transparente y caminamos a buen ritmo. Almorzamos en un mirador natural donde se ve todo el Valle del Río Salado y las montañas que dan marco. Majestuoso escenario. Miramos las cartas y establecemos el mejor lugar por donde seguir. Llegamos al Río Salado, una enorme superficie helada que debemos atravesar. Las cámaras de fotos y video están listas para disparar. Darío es el primero en probar su resistencia. Lo logramos. Después de algunas horas más, establecemos el C3 junto a la única piedra que encontramos. Hacemos un depósito de comida para el regreso.<\/p>\n <\/p>\n Etapa de 15.6 kilómetros en línea recta. Desnivel subida: 59 metros.<\/p>\n <\/p>\n 13.09.2006<\/strong><\/p>\n Ascendemos por un valle angosto con nieve. Aprovechamos a hacer imágenes. Caminamos por laderas cubiertas completamente por hielo y nieve. El viento sopla. Llegamos al C4, que lo armamos entre dos piedras, al reparo del viento.<\/p>\n <\/p>\n Etapa de 11.2 kilómetros en línea recta. Desnivel subida: 658 metros.<\/p>\n <\/div>\n <\/p>\n BITÁCORA<\/strong><\/p>\n <\/p>\n 02.09.2006<\/strong><\/p>\n Vinchina, en La Rioja, es el punto de encuentro para todo el equipo, y así lo hacemos para compartir una cena. A partir de acá, viajaremos en tres camionetas 4×4. Es un camino por quebradas que avanza rumbo al paso internacional a Chile, el Pircas Negras. Somos once: dos de Salta, cuatro de Capital Federal, cuatro de Mar del Plata y yo de Esquel. En un bar compartimos una picada con unas cervezas y lentamente nos movemos a un pequeño salón que oficia de restaurante. Volvemos al Hotel Corona del Inca, hacemos una especie de reunión y a dormir. Cabe aclarar que uno de los objetivos principales de ésta ascensión es realizar un documental. Por ello, parte del grupo no tiene conocimientos en montaña, pero sí de audiovisuales.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n 03.09.2006<\/strong><\/p>\n Desayunamos y cargamos las camionetas. Salimos rumbo a El Peñón, un refugio donde haremos los primeros días de aclimatación. En el camino buscamos los mejores lugares para hacer imágenes de paisajes y las camionetas transitando por éstos inhóspitos paisajes. Pasado el mediodía llegamos al último paraje habitado, Alto Jagüe, donde nos cobran una especie de canon de ingreso a la Reserva Provincial. El encargado de hacerlo es Cirilo Urriche, un viejo baqueano que realizó el primer ascenso al Bonete (5ta. cumbre de América) y es el único argentino vivo en hacer un 6,500 andino en primer ascenso.<\/p>\n <\/p>\n Seguimos avanzando lentamente a través de las quebradas. Llegamos a El Peñón, un refugio cuya construcción tiene la forma de un nido de hornero. Rápidamente nos instalamos y armamos las carpas alrededor de él. Este refugio, junto a otros, fueron construidos entre los años 1864 y 1873, bajo las presidencias de Bartolomé Mitre y Domingo F. Sarmiento y fueron utilizados como sala\/habitación por los arrieros para protegerse de las inclemencias del tiempo que, por el “Camino de los toros”, arreaban ganado hacia Chile en el siglo pasado.<\/p>\n <\/p>\n Hasta acá hemos hecho un cambio de desnivel de 1,650 metros y en algunos la altura empieza a sentirse. Ya estamos a 3,650 msnm. Todos reunidos frente al pequeño fuego, hecho con yareta, dentro del refugio, comienzan a aflorar algunas leyendas. Entre ellas, la “del silbido en la montaña” (adaptada del “pata de gallo”) que dice que si te das vuelta para ver que es, te morís… y el silbido es el ruido que produce el viento entre las piedras.<\/p>\n <\/p>\n 04.09.2006<\/strong><\/p>\n Estadía en el refugio. Aprovechamos a hacer entrevistas a los montañistas protagonistas y recursos de imágenes y sonidos. Experimentamos una extrema sequedad, aumentada por los vientos, y un enrarecimiento del aire producto de la altura. La flora de esta región radica principalmente en especies achaparradas como el cuerno, la añagua, el pasto puna, la yareta y la tola. La fauna con guanacos, vicuñas, vizcachas, chinchillas, pumas, cuises, zorros andinos, lagartijas y en las lagunas, flamencos. Juntamos algunas yaretas que están al borde del camino para el fuego de la noche.<\/p>\n <\/div>\n <\/p>\n 14.09.2006<\/strong><\/p>\n El Pissis está totalmente cubierto de nubes. El avance se ve cada vez más envuelto en una furiosa tormenta. El viento sopla cruzado y nos golpea con la nieve que levanta. En momentos es difícil comunicarnos entre nosotros y la visibilidad se resume a un par de metros. La cámara expuesta a semejantes condiciones se tomará revancha. Establecemos el C5 en medio de la tormenta. Rolando construye un muro con bloques de nieve para proteger la carpa del furioso eolo. Algo caliente dentro de nuestro pequeño receptáculo, junto a los “chocolates de Braese” y “las galletitas de Vreni” (que son una constante en nuestro día a día), nos recupera plenamente. Intentamos convencer a la cámara de video de lo mismo, pero no da señales de vida.<\/p>\n <\/p>\n Etapa de 5.8 kilómetros en línea recta. Desnivel: menos 7 metros.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n 15.09.2006<\/strong><\/p>\n Ni bien abrimos los ojos nos miramos entre los tres y, en simultáneo, la cámara de video. ¿Vivirá? Sacamos las baterías que duermen junto a nosotros dentro de la bolsa de dormir y cruzamos los dedos. La prendemos y… ¡reacciona! El día vuelve a iluminarse. También sale el sol y el cielo se despeja. Avanzamos y llegamos al cambio de pendiente en la ladera de la montaña. Vemos un lugar para ubicar el campamento algunos cientos de metros más arriba. El C6 es perfecto. Dos grandes piedras nos protegen del viento y desde el ábside vemos la ruta que haremos al día siguiente. El clima parece habernos dado una tregua. El cielo está despejado pero el frío es considerable.<\/p>\n <\/p>\n Etapa de 4.8 kilómetros en línea recta. Desnivel subida: 679 metros.<\/p>\n <\/p>\n 16.09.2006<\/strong><\/p>\n Mucho frío. Salimos de la carpa a las 6:00 horas. Ha llegado el momento. Nos ponemos los grampones, prendemos las frontales y comenzamos a avanzar por las lenguas de los neveros en los que dibujamos nuestra línea de ascenso. Darío a la cabeza, Rolando a la retaguardia. El sol no aparece. Al ser la cara oeste, tarda varias horas en asomar.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Ascendemos con una sucesión de interminables zigzagues. El frío es tremendo, por debajo de los -30° C. Lentamente comienza a aclarar y detrás nuestro, el horizonte, se ilumina. El cielo está inmaculado y va desde un celeste profundo hasta un naranja intenso. Seguimos avanzando lentamente, moviendo los dedos de los pies que cada vez se sienten menos. El col al que apuntamos se acerca en cámara lenta. Se termina la nieve y nos sacamos los grampones. Finalmente el col es un hermoso escenario que nos permite ver otro col más adelante.<\/p>\n <\/p>\n El frío y el viento se hacen insoportables. Se siente la pérdida de sensibilidad en los dedos, que ya se mueven en bloque. Decidimos parar al reparo de unas piedras. Comemos algo. Tomamos impulso y salimos nuevamente al ruedo. Ya se ve la cumbre. Apenas una hora y media nos separan. La motivación crece a cada paso.<\/p>\n <\/div>\n <\/p>\n Lo importante para mí no es llegar a la cima, es el camino hacia… vivenciar el camino. La cumbre es la consecuencia de haber hecho las cosas bien, de haber hecho bien el camino, nada más.<\/em> (Rolando).<\/p>\n <\/p>\n Llegamos a la cumbre a las 12:30 horas. Emoción, alegría, abrazos, lágrimas, risas. Hace un frío terrible. Grabamos video, sacamos alguna que otra foto con las tres cámaras que tenemos pero no responden por el frío. Firmamos el libro de cumbre y a las 14:00 horas empezamos a bajar.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n A las 16:00 horas estamos en el C6 y decidimos desarmar el campamento y seguir bajando para tener una mejor noche. Avanzamos unos 4.2 kilómetros, en línea recta, y armamos el C7. Comemos algo calentito, nos hidratamos y hablamos con nuestras familias por teléfono satelital. Esta noche tendremos dulces sueños.<\/p>\n <\/p>\n Etapa de 2.8 kilómetros en línea recta, de subida y 7.0 kilómetros en línea recta, de bajada. Desnivel subida: + 852 metros. Desnivel bajada: 1.506 metros.<\/p>\n <\/p>\n 17.09.2006<\/strong><\/p>\n Tratamos de salir temprano ya que la vuelta al CB es larga. Apuntamos al C3 porque ahí está el depósito que hicimos a la subida. No tenemos agua suficiente, ni encontramos en el camino. Al atardecer llegamos al C3. Cargamos todo lo que dejamos y Darío propone seguir caminando hasta el río para no tener que volver a derretir nieve porque necesitamos tomar bastante líquido. Se hace de noche. Camino sin la frontal encendida. La visibilidad es poca pero sigo la silueta de Darío, algunos metros más adelante. Las constelaciones que vigilan nuestro andar son increíbles. A las 22:00 horas llegamos al punto donde cruzamos el río y armamos la carpa. Es una gran masa de hielo pero logramos encontrar agua y hacemos la “Fiesta del agua”. Tomamos varios litros de jugo, para rehidratarnos.<\/p>\n <\/p>\n Etapa de 23.9 kilómetros en línea recta. Desnivel bajada: 772 metros.<\/p>\n <\/p>\n 18.09.2006<\/strong><\/p>\n Nos metemos dentro del cauce del Río Salado congelado con grampones. Las horas pasan. Un entorno de paisajes indescriptibles acompañan nuestro avance. Las ansias de llegar hacen que, a pesar del cansancio, apretemos el paso. Junto al ronronear del río, almorzamos un salamín entre tres. De pronto, allá a lo lejos, vemos las siluetas de nuestros amigos, que nos están esperando en el máximo punto alcanzado por las camionetas. Abrazos emocionados nos confunden. Nos vamos, mates de por medio, al Obrador Vialmani.<\/p>\n <\/p>\n Etapa de 14.6 kilómetros en línea recta. Desnivel bajada: 290 metros.<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n 19.09.2006<\/strong><\/p>\n Despacito nos levantamos, armamos el equipo, cargamos las camionetas y comenzamos a desandar recordando cada lugar por el que pasamos. Los paisajes han cambiado levemente debido a la falta de nieve. Grupos de vicuñas pastan en cada valle. En Vinchina compartimos unos minutos en una estación de servicio y cada camioneta toma su rumbo. Nosotros, al atardecer, llegamos a La Rioja. <\/p>\n <\/p>\n 20.09.2006<\/strong><\/p>\n Tenemos el día libre. A las 18:40 horas salimos rumbo a Buenos Aires. Darío viaja a Recreo, Catamarca, a devolver la camioneta. Ya comenzamos a proyectar un nuevo ascenso.<\/p>\n <\/p>\n