{"id":12522,"date":"2006-06-01T00:00:00","date_gmt":"2006-06-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12522"},"modified":"2012-11-23T16:46:50","modified_gmt":"2012-11-23T22:46:50","slug":"mi_vida_subterranea","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2006\/mi_vida_subterranea\/","title":{"rendered":"Mi vida subterr\u00e1nea"},"content":{"rendered":"
\n

Norbert Casteret. Mi vida subterr\u00e1nea. Editorial Bruguera, Barcelona. 1962. 384 p\u00e1ginas. s\/ISBN.\n<\/p>\n

Cu\u00e1ntos de nosotros, en su juventud, tras la lectura de un viaje alrededor del mundo o de una gran exploraci\u00f3n no hemos so\u00f1ado en ser un d\u00eda navegantes o exploradores para poder viajar por los oc\u00e9anos o adentrarnos en un pa\u00eds lejano y maravilloso?<\/p>\n

Norbert Casteret, el hombre que m\u00e1s impulso le dio a la espeleolog\u00eda en sus inicios, escribe sus memorias cuando ya ten\u00eda m\u00e1s de sesenta a\u00f1os y segu\u00eda explorando cavernas. Son las memorias de un explorador subterr\u00e1neo que conoci\u00f3 su primera caverna a los cinco a\u00f1os de edad y que comenz\u00f3 una b\u00fasqueda sistem\u00e1tica de m\u00e1s cavernas desde muy joven.<\/p>\n

\"\"Deporte apenas incipiente, lo que practica Casteret es m\u00e1s la b\u00fasqueda que el logro, la exploraci\u00f3n m\u00e1s que la meta. Sus entradas a las cavernas donde encuentra pinturas rupestres, estatuas de hace miles de a\u00f1os y huellas de hombres que vivieron en ellas con apenas una vela en la mano, har\u00eda temblar de miedo a muchos en la actualidad. A m\u00ed me impresion\u00f3.<\/p>\n

Sin embargo, contin\u00faa: descalzo, con una sola llama, a veces desnudo porque tiene que nadar y\u2026 solo, porque en ese entonces no hab\u00eda nadie a quien le interesara meterse en las cuevas. Bueno, no es completamente cierto: a\u00f1os despu\u00e9s arrastraba tras de s\u00ed a su hermano menor y \u00e9ste se deslizaba por estrechos pasadizos donde s\u00f3lo \u00e9l cab\u00eda.<\/p>\n

Con los descubrimientos que hace, se logra una fama no en el campo deportivo, sino en el cient\u00edfico. Es la ciencia \u2014especialmente los prehistoriadores\u2014 quienes ven en la espeleolog\u00eda la actividad \u00fanica que les puede llevar a nuevas concepciones. Pero tambi\u00e9n se interesan bi\u00f3logos y Casteret se convierte en aficionado de los murci\u00e9lagos.<\/p>\n

A\u00fan dentro de la primera e incluso la segunda guerras mundiales, Casteret sigue explorando y en \u00e9sta \u00faltima sirve para esconder documentos importantes en cuevas de dif\u00edcil acceso.<\/p>\n

Las exploraciones se vuelven cada vez m\u00e1s dif\u00edciles y \u00e9l abandona sus aventuras solitarias y las emprende con compa\u00f1eros o su propia esposa, con quien hace varios descubrimientos. Pero m\u00e1s tarde, el desarrollo de la espeleolog\u00eda es tan fuerte que enfrentar a una caverna nueva implica mucha gente y una organizaci\u00f3n bien planeada. As\u00ed, la sima de la Henne Morte, le da la oportunidad de saber lo que es una caverna muy t\u00e9cnica y de paso un rescate en las profundidades.<\/p>\n

Disc\u00edpulo de \u00c9douard Alfred Martel, el padre de la espeleolog\u00eda, a quien conoce a\u00f1os despu\u00e9s de haber hecho varios descubrimientos, y maestro de Marcel Loubens, quien muriera en la sima de la Pierre Saint Martin apenas once a\u00f1os despu\u00e9s de haber iniciado, Casteret no deja de explorar en todos lados en busca de m\u00e1s cavernas. Su cumplea\u00f1os n\u00famero sesenta es celebrado en el fondo de una sima y anunciado su \u201cjubilaci\u00f3n\u201d que, por otra parte no llev\u00f3 a cabo, al menos cuando lo dijo.<\/p>\n

El libro est\u00e1 escrito en el lenguaje de alguien que ha crecido en la literatura de los a\u00f1os cincuenta o sesenta y puede resultar un poco aburrido a las generaciones actuales, pero la impresionante cantidad de informaci\u00f3n hace de este tomo algo muy valioso y uno se pregunta c\u00f3mo es que Casteret tuvo tanta \u201csuerte\u201d de haber hallado pinturas rupestres, huellas humanas de veinte mil a\u00f1os de antig\u00fcedad, estatuas, explorado cavernas tan profundas.<\/p>\n

Es el privilegio de ser un pionero y por eso escribe:<\/p>\n

\u201cProseguir la exploraci\u00f3n de una gruta o de una sima conocida ya en parte, descubierta por otros, a veces desde largo tiempo, no puede llevar en s\u00ed el entusiasmo y la atracci\u00f3n que posee cuando uno mismo es el descubridor y el explorador de dicha cavidad.<\/p>\n

\u201cPor esta raz\u00f3n es preferible siempre descubrir, a marchar tras las huellas de predecesores. Lo que en alpinismo constituye la emoci\u00f3n de una \u00abprimera\u00bb no es apenas comparable a la emoci\u00f3n de una \u00abprimera\u00bb subterr\u00e1nea.<\/p>\n

\u201cEn efecto, el alpinista no descubre ni improvisa m\u00e1s que el itinerario de una monta\u00f1a conocida y escalada por otros caminos; mientras que en espeleolog\u00eda se descubre realmente un orificio o una entrada; se penetra en \u00e9l primero, y a cada paso, a cada escal\u00f3n que se avanza se descubre lo in\u00e9dito y lo desconocido.\u201d (p. 293)<\/p>\n<\/p align=\"right\">\"\"<\/p>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"\n\n\n
\"\" <\/p>\n

Norbert Casteret, uno de los más fuertes impulsores de la espeleología en sus inicios, escribe sus memorias y aunque son una biografía, la cantidad de información que contiene su libro es impresionante, tanto deportiva como científicamente: hallazgos de estatuas, pinturas rupestres y pies desnudos de veinte mil años de antigüedad, cauces de ríos subterráneos y la gran emoción del descubridor.<\/p>\n<\/td>\n

\n
\"\"<\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

<\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1001,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":""},"categories":[1012],"tags":[10154],"jetpack_featured_media_url":"","jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p51GhY-3fY","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12522"}],"collection":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1001"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12522"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12522\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":22401,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12522\/revisions\/22401"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12522"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12522"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12522"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}