{"id":12480,"date":"2006-01-25T00:00:00","date_gmt":"2006-01-25T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12480"},"modified":"2006-01-25T00:00:00","modified_gmt":"2006-01-25T00:00:00","slug":"las_torres_del_brujo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2006\/las_torres_del_brujo\/","title":{"rendered":"Las Torres del Brujo"},"content":{"rendered":"
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Tres días después, habíamos abierto la ruta Mexicanos Calientes<\/em>, con 420 metros verticales y una dificultad de 5.11c, A1 en doce largos. Para descansar rápidamente en el campamento base, decidimos dejar equipo y las cuerdas por el momento, sólo por bajar rápido.<\/p>\n <\/div>\n <\/p>\n \n <\/p>\n <\/p>\n Lalo ni se movió: estaba paralizado. Cuando todo pasó grité. Me emocionó ver que estaba vivo ese cabrón y las rocas no lo habían tocado. Cuando Lalo me alcanzó en la base de la ruta me dijo que nunca en su vida había sentido tanto miedo ni pensado en su familia desde que llegamos a este lugar.<\/p>\n <\/div>\n <\/p>\n La caminata de regreso fue un suplicio para mí. <\/p>\n <\/p>\n \n <\/p>\n <\/p>\n Nunca en mi vida me había sentido así ni me había detestado tanto por no aguantar pero el dolor de la rodilla era insoportable. No podía ni dormir. Al medio día resbalé en la morrena y todo el peso cayó sobre la rodilla lastimada. Fue un dolor tan intenso como nunca había sentido (ni quiero volver a sentir). Empecé a llorar. Lalo y Daniel estaban muy lejos de mí.<\/p>\n <\/div>\n <\/p>\n \n <\/p>\n <\/p>\n De pronto veo al arriero que venía con un caballo extra. Recuerdo que se dibujó una sonrisa en mi rostro batido por las lágrimas y la mugre de los 15 días fabulosos que habían sido para mí… hasta el mediodía.<\/p>\n <\/div>\n <\/p>\n Un poco de Patagonia<\/strong><\/p>\n <\/p>\n Después de de burlar el retén, nos introducimos en la sierra chilena para encontrarnos con el arreador (porteador) y así comenzó una caminata de tres largos y dolorosos días. Cruzamos ríos peligrosos que por poco se llevan una mula con la mitad del equipo. La sorpresa es que el último río que cruzamos estaba demasiado crecido y no podíamos continuar. El arriero nos ofrece una alternativa: medio día más de caminata para llegar adonde nace el río y lograr pasar. El único inconveniente es que tiene un costo adicional de 400 dólares. <\/p>\n <\/p>\n \n <\/p>\n <\/p>\n Tratamos de negociar pero no pudimos bajar el costo así que con 400 dólares menos continuamos el recorrido y llegamos al valle de noche. Fue fabuloso ver ese enorme glaciar con muchos murallones cubiertos de nieve y nubes. Llegué primero mientras que Lalo y Daniel venían como una hora atrás. Empecé a montar el campamento y ellos no llegaban; la verdad estaba tan cansado que lo único que hice después de montar el campamento fue acostarme.<\/p>\n <\/div>\n <\/p>\n \n <\/p>\n <\/p>\n Pero del otro lado me di cuenta que estaba encerrado. Tenía que regresar por el mismo horrible camino que había pasado. Por más que buscábamos no encontrábamos el camino y sólo teníamos otra opción: escalar los murallones que se encuentran del lado noroeste; el único problema es que nos tardaríamos un día más de porteo y teníamos que pasar por unas morrenas en donde todo el tiempo están cayendo avalanchas y derrumbes de rocas y trozos de hielo del tamaño de un carro.<\/p>\n <\/div>\n <\/p>\n \n <\/p>\n <\/p>\n Bajamos por los dos costales que nos faltaban. Lalo y yo íbamos por ellos cuando de repente escuchamos un estruendo que nos paralizó. Era una avalancha que cayó a unos ocho metros de donde estábamos. En ese momento no sentí nada. Fue demasiado rápido y Lalo y yo sólo nos miramos y gritamos de la emoción de que no fuimos aplastados.<\/p>\n <\/div>\n <\/p>\n El resto es historia. <\/p>\n <\/p>\n \n <\/p>\n <\/div>\n <\/p>\n <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" En Patagonia, además del Fitz Roy y del Cerro Torre, que han marcado hitos en el montañismo mundial, también hay numerosas paredes por escalar, sin tantos problemas como los grandes de la región pero con la misma intensidad. Una de ellas son las Torres del Brujo y un grupo de tres mexicanos abrieron una nueva ruta de 420 metros.<\/p>\n<\/td>\n\n\n
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