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<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Regres\u00f3 a la Ciudad de M\u00e9xico el equipo universitario de monta\u00f1ismo, luego de su fallido intento de escalar la cumbre del Artesonraju, de 6,025 metros de altura, situado en la Cordillera Blanca de Per\u00fa.<\/p>\n
El mal tiempo que prevaleci\u00f3 durante el ascenso, las dificultades t\u00e9cnicas de escalada que present\u00f3 la monta\u00f1a y la p\u00e9rdida de alimentos, botiqu\u00edn y dinero, contribuyeron al fracaso de la expedici\u00f3n universitaria.<\/p>\n
Integrado por Carlos Rangel, Rodolfo Cobos y No\u00e9 Delgado, el equipo parti\u00f3 el 17 de mayo con rumbo a la Quebrada Llanganuco, el recorrido les llev\u00f3 por la quebrada Huaripampa, monta\u00f1a que en 1981 fue escalada por monta\u00f1istas universitarios [se refiere al Chacraraju], y por el collado "Punta Uni\u00f3n", para llegar finalmente al pie de la "monta\u00f1a nevada a trav\u00e9s del cielo", pico de 2,000 metros de altura.<\/p>\n
Al llegar la noche del 19 de junio, comenz\u00f3 el mal tiempo que imposibilit\u00f3 a los deportistas colocar el campamento base. Tres d\u00edas despu\u00e9s "en medio de una nevada" instalaron su primer campamento.<\/p>\n
El 24 de mayo [junio], de madrugada, los monta\u00f1istas universitarios iniciaron su marcha hacia la cima por la v\u00eda del collado sureste, con el equipo necesario. Al filo de las ocho de la ma\u00f1ana detuvieron la marcha, ya que a pesar de haber elegido la ruta m\u00e1s accesible la nieve les obstaculizaba la marcha, pues les llegaba a la cintura; as\u00ed, tambi\u00e9n la pendiente lleg\u00f3 a ser cada vez m\u00e1s profunda [sic], hasta alcanzar una inclinaci\u00f3n aproximada a los 70 grados.<\/p>\n
Otro de los obst\u00e1culos que present\u00f3 la monta\u00f1a fue una pared cercana a los 10 metros de altura constituida por roca y cubierta de nieve floja. Una vez librados esos obst\u00e1culos, los monta\u00f1istas llegaron a la arista a las 4 de la tarde.<\/p>\n
Al no contar con un sitio seguro en donde colocar su campamento, y ante inminente tormenta, los expedicionarios decidieron regresar al campamento base para cambiar equipo y abastecerse de alimentos.<\/p>\n
El descenso fue bastante peligroso, ya que los aludes se sucedieron en las cercan\u00edas; finalmente, a las once de la noche llegaron al campamento base en donde les hab\u00edan hurtado alimentos y gran parte del equipo. Sin los instrumentos b\u00e1sicos, los universitarios se vieron imposibilitados para continuar su marcha, por lo que decidieron suspender la expedici\u00f3n.<\/p>\n
\n GACETA UNAM, 1984<\/p>\n
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