{"id":12157,"date":"2002-06-10T00:00:00","date_gmt":"2002-06-10T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12157"},"modified":"2004-08-16T00:00:00","modified_gmt":"2004-08-16T00:00:00","slug":"zapotitlan","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2002\/zapotitlan\/","title":{"rendered":"Zapotitlán"},"content":{"rendered":"
Zapotitlán es un nombre común para un pueblo y era, también, el primer nombre en náhuatl que encontrábamos en el recorrido. No cabía duda: estábamos acercándonos a nuestra meta y el sólo encontrar signos conocidos nos hacía sentir mucho más cercanos. Habíamos remado varias horas y buscábamos el lugar adecuado para pasar la noche y yo me acerqué a Zapotitlán, que desde el mar sólo se ve una casa sobre una loma y una palapa a la orilla del estero. Pero el pueblo quedaba arriba, sobre la loma. Un pueblo que podía estar en la Sierra Zongolica o en la Norte de Puebla o de Oaxaca. Todo me era conocido, hasta el acento con que la gente hablaba. <\/p>\n
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Un grupo de mujeres bajaron curiosas a ver qué eran esos dos pequeños "cayucos" amarillos y ahí comenzamos a escuchar de una pareja de "gringos" que habían llegado también en kayaks, pero que iban en sentido contrario. Al parecer habían salido de los Grandes Lagos y se dirigían a Belice, aunque nadie sabía decir si lo habían hecho en un solo viaje. <\/p>\n
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