{"id":12150,"date":"2002-06-01T00:00:00","date_gmt":"2002-06-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12150"},"modified":"2004-08-16T00:00:00","modified_gmt":"2004-08-16T00:00:00","slug":"pescadores","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2002\/pescadores\/","title":{"rendered":"Pescadores"},"content":{"rendered":"
La noche del viernes fue interminable. Primero fue la plática con los pescadores, hombres sanos, que no bebían ni cerveza porque estaban trabajando fuera de su pueblo. Uno de ellos era el dueño de las tres lanchas en que venían. Los demás pescaban, limpiaban el pescado y lo vendían. El dueño (un tipo algo obeso pero fuerte y ágil que trabajaba como cada uno de ellos y que dijo no importarle el dinero) cobraba la venta del pescado y al final de la semana le daba a cada uno lo que le correspondía de acuerdo a lo que pescaba. Algo así como un sueldo. El sueño de todos ellos era seguir pescando como hasta ahora: amigos, pero con "paños", que es como llaman a las redes. Me sorprendí. Hasta ahora todos los pescadores usaban redes y ellos usaban sólo la atarraya en la costa y anzuelos mar adentro. <\/p>\n
<\/p>\n
Cenamos juntos y luego nos fuimos a dormir, aunque dormir no es la palabra adecuada porque afuera siguió el relajo entre ellos y hablaban tan recio que no podíamos dormir. Uno de ellos hablaba justo como "Tres Patines", el de "La Tremenda Corte" y me daba risa escucharlo, aunque nunca le dije nada al respecto. Además, el viento se redujo a nada y dentro de la tienda hacía tanto calor que sudábamos, pero no nos atrevíamos a salir por temor a los chaquistes. A pesar de ello, una vez salí y me tendí en una plancha de cemento y estaba tan caliente que parecía la tapa misma del infierno. Ni modo: la tienda de campaña de nuevo.<\/p>\n
<\/p>\n
<\/p>\n
<\/p>\n
…estábamos durmiendo en el faro todos y de ahí salió que uno de ellos, don Pancho Córdoba, nos ofreció que cuando llegáramos a Chiltepec él nos daría un cuarto con ventilador. Esa noche fue dura porque el calor estaba insoportable, sin viento y además los pescadores iban a salir a pescar a las 3 de la mañana así que esa noche no durmieron y se la pasaron de fiesta y platicando de apariciones, brujos, etc. etc. Como la pesca no estaba bien en su pueblo salieron 5 días a frontera y pues creo que tampoco les fue muy bien así que el sábado pasado se regresaron a casa y el domingo ya los alcanzamos para disfrutar de róbalo, fruta. <\/em> <\/p>\n <\/p>\n Los pescadores se fueron como a las tres y media de la mañana con bastante ruido y nosotros a las siete, ya con luz. Es duro abandonar la tienda a la hora en que comienza a ser agradable en temperatura. Después de cruzar la bocana por tercera vez, vimos hacia el mar una cantidad enorme de lanchas, todas con al menos tres pescadores encima. Esperaban pescar algo pero en los últimos tiempos la pesca había estado realmente baja. ¿Qué pescarían más de cien lanchas, aún estando en la desembocadura del Grijalva? <\/p>\n <\/p>\n Nos detuvimos en Miramar a descansar y luego en Los Doctores, que la gente conoce como Playa Pico de Oro. Ahí estuvimos a punto de comer, pero preferimos seguir y nos detuvimos en Playa Azul, un lugar totalmente propicio para descontrolar a cualquiera: un hombre completamente ebrio afirmaba haber estado en el ejército, desertado y matado varias personas y si no nos gustaba, nos podíamos ir muy lejos, que al fin que él era muy hombre; otro, drogado, nos invitaba a comprar droga o a dar un paseo adonde estaban las "chicas", con la clara intención de vivir una noche a expensas nuestra… Habíamos aprendido y acordado que en situaciones así, la gente sabría por nosotros que hacíamos el recorrido como una "promesa" hacia alguna virgen por un milagro pedido. De alguna manera, la gente veía una barrera que nos separaba de los demás y así podíamos evitar la bebida y más explicaciones. <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/td>\n <\/tr>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n
<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n