{"id":12149,"date":"2002-05-30T00:00:00","date_gmt":"2002-05-30T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12149"},"modified":"2004-08-16T00:00:00","modified_gmt":"2004-08-16T00:00:00","slug":"frontera","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2002\/frontera\/","title":{"rendered":"Frontera"},"content":{"rendered":"
Ciudad Frontera (o Puerto Frontera) es una población con historia. Por aquí pasaron miles de toneladas de caoba hacia Europa. Y muchos productos más. Pero yo estaba ahí, solo, porque el timón de Thor se había roto. Había cruzado la desembocadura del río Grijalva (el más caudaloso de México) y a pesar de que fue muy tranquila, casi tanto como una laguna, justo cuando poco antes de tocar tierra descubrí que el timón se había roto y perdido en el mar. De seguro había sido ahí mismo. Ya venía algo doblado porque se me olvidó levantarlo al hacer tierra días antes. Enderezarlo significó que el aluminio quedara cuarteado y después de días de recibir el oleaje continuo y a veces fuerte pegándole de costado precisamente en los dos puntos donde era más débil, simplemente se quebró. <\/p>\n
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Alex llegó casi una hora después y se lo mostré. Tenía que ir a Frontera para que me hicieran un timón nuevo porque sin él la navegación sería más complicada. Había que cruzar nuevamente la bocana, pero antes dimos una pequeña vuelta por la isla, llena de pelícanos, patos y gaviotas. En una pequeñísima ensenada, Alex descubrió un par de mantas varadas y muertas en la playa. Cuando las revisé, noté que les habían quitado el espolón de la cola. Sólo eso. Ni la carne de las aletas le quitaron. Después, crucé nuevamente la bocana y me resultó muy difícil porque sin timón Thor viraba a la izquierda. Quizá era la corriente que me desviaba, pero algo era seguro: no estaba dispuesto a navegar hasta Veracruz lidiando con ese pequeño giro. <\/p>\n
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