{"id":12148,"date":"2002-05-29T00:00:00","date_gmt":"2002-05-29T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12148"},"modified":"2004-08-16T00:00:00","modified_gmt":"2004-08-16T00:00:00","slug":"un_ataque_inesperado","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2002\/un_ataque_inesperado\/","title":{"rendered":"Un ataque inesperado"},"content":{"rendered":"
Cuando llegamos al destino que pensábamos que era un pueblo pues nos dimos cuenta de que no había nada más que unos seres desquiciados deseosos de acabar con nosotros.<\/em> <\/p>\n <\/p>\n Todo fue salir de la tienda de campaña y nos atacaron a todos a la vez. Estábamos en despoblado. Fuimos atacados con violencia, pero huimos y por eso estamos vivos ahora. El lugar del campamento era un lugar bonito, con una playa de puras conchitas y sin grano de arena. Estábamos en una pequeña bahía, completamente aislados. De noche vimos a lo lejos, hacia tierra, las luces rojizas de los ingenios azucareros. Eso debió darme la alerta, pero no lo percibí, así que al amanecer, saliendo de la tienda, nos atacaron. <\/p>\n <\/p>\n No fueron dos o tres, sino toda una banda de rufianes. Tuvimos que treparnos lo más rápidamente que pudimos a los kayaks y huir. Si no lo hubiéramos hecho así, sencillamente no seguiríamos vivos. Golpeábamos, pataleábamos para todos lados y sin darnos apenas cuenta, pero sufriendo todo el tiempo, de repente ya habíamos montado cada quien en su kayak, sorteado las vigorosas olas de lodo y a un par de cientos de metros de la orilla que había sido nuestro campamento, veíamos nuestras heridas. <\/p>\n <\/p>\n ¿Quiénes nos atacaron? Los chaquistes: una banda de maleantes tan diminutos que miden un milímetro y que en cada picadura sacan sangre y producen un dolor enorme. Yo había despertado al amanecer y los vi desde dentro, rondando la tienda. Podíamos salir y que nos picaran o esperar a que el sol estuviera algo fuerte (un par de horas) para que no hubiera tantos. Mientras tanto, dudaba en despertar a Alex, pero se me adelantó y le mostré el mosquitero lleno. "¿Salimos?" no nos atrevíamos. De repente nos decidimos y salimos casi simultáneamente. <\/p>\n <\/p>\n Fue un error: dos nubes de mosquitos se abalanzaron sobre nosotros picándonos donde podían. Cientos se enredaron en el cabello y picaban el cuero cabelludo; otros, las piernas, los pies y tobillos (el lugar preferido por todo tipo de bichos), las orejas y todo lo que se pudiera. <\/p>\n <\/p>\n Como pudimos, enredamos todo, lo metimos a los compartimientos de los kayaks y salimos. Todavía en el mar, tuvimos que hacer una especie de fumigación, pues había cantidad de chaquistes dentro del kayak y seguían picándonos las piernas. Alex maldecía nuestra valentía inicial mientras yo seguía asombrado de que auténticas nubes de mosquitos nos hubieran invadido y atacado. Hubo el momento en que La cabeza de Alex se me desaparecía por la densidad de la nube. El resultado fue sangriento, pues ahora parece que tenemos sarampión. <\/p>\n <\/p>\n Así fue el ataque más famoso de la banda y parece que no se conformaron porque hoy nos atacaron de nuevo. Claro que no fueron tantos como ayer pero también hicieron estragos. Y luego, los tábanos. De cualquier manera, los estragos son altos y eso que estamos comiendo bien ahora. En fin. Espero que la desangrada no siga como ahora o terminaremos con anemia. <\/p>\n <\/p>\n …había miles y miles de chaquistes y lo peor es que ya se empezaban a meter en el mosquitero así que no teníamos de otra más que salir y preparar las cosas en menos de cinco minutos, entre gritos, llorar, sacudirme y demás nos picaron miles de estos bichos dejándonos adoloridos por mucho tiempo; lo único que podía hacer era ponerme las manos en los oídos y cerrar los ojos para que no me picaran ahí, realmente sufrí como nunca, de hecho hasta ahora estamos debilitados porque pedimos mucha energía y el sistema inmunológico está bastante débil, pero ya estamos tomando las precauciones necesarias y rehabilitándonos, parece como si me hubiera dado varicela crónica por tanto roncherío como lepra o yo qué sé. Lo bueno es que la comezón ya está pasando. <\/em> <\/p>\n <\/p>\n Así, rascándonos y lamentándonos, pero felices de saber que habíamos sobrevivido (una persona sola ahí por 30 minutos, seguro que muere) a algo tan increíble, continuamos rumbo a la bocana del río San Pedro y San Pablo, la frontera entre Campeche y Tabasco. <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/td>\n <\/tr>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n
<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n