{"id":12057,"date":"2004-03-29T00:00:00","date_gmt":"2004-03-29T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12057"},"modified":"2012-11-21T21:18:47","modified_gmt":"2012-11-22T03:18:47","slug":"querida_esto_es_el_everest","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2004\/querida_esto_es_el_everest\/","title":{"rendered":"Querida, esto es el Everest"},"content":{"rendered":"
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Arantza L\u00f3pez Marug\u00e1n. Querida, esto es el Everest<\/i>. Ediciones Desnivel, Madrid. 2003. 224 p\u00e1ginas. ISBN: 84-95760-94-0<\/p>\n\n\n
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En 1924, una francesa llamada Anne Bernard dirigi\u00f3 una carta al Comit\u00e9 Brit\u00e1nico del Everest ofreciendo sus servicios para participar en cualquier expedici\u00f3n que se organizara para escalar la monta\u00f1a. Los responsables del Comit\u00e9 respondieron a la se\u00f1orita Bernard en los siguientes t\u00e9rminos:Â?En estos momentos es imposible contemplar la petici\u00f3n de una dama de cualquier nacionalidad para tomar parte en una futura expedici\u00f3n al Everest. Las dificultades ser\u00edan demasiado grandes.Â? <\/p>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n

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\n Arantza L\u00f3pez Marug\u00e1n ha vuelto a escribir otro de esos libros que "pecan" de feminismo y que, de entrada, retan al lector a darse la vuelta o a enfrentarse con el contenido:<\/p>\n

"Cada vez que he ido a una de esas grandes expediciones con una mujer ha sido la misma historia. Las he visto tratando de demostrar que son tan fuertes como los hombres. La gente me critica por lo que digo, pero todav\u00eda no he estado en ninguna gran monta\u00f1a con una mujer que merezca la pena." (John Roskelley, 1978, citado en la p\u00e1gina 5)<\/p>\n

"Qu\u00e9 esperar de un libro as\u00ed?<\/p>\n

Arantza ha dividido el libro en dos grandes secciones para dar diferentes aspectos de la historia de las mujeres en la monta\u00f1a: desde los tiempos en que "el viajar era una profesi\u00f3n y explorar una aventura" (p. 46) hasta las grandes expediciones al Himalaya. Esta \u00faltima la divide tambi\u00e9n para mostrar los triunfos de las monta\u00f1istas y las tragedias que les han ocurrido a algunas.<\/p>\n

Cuesta trabajo separar la vista de la lectura por la agilidad de la narraci\u00f3n y porque, para tratar la \u00e9poca victoriana, Arantza usa un sarcasmo muy sutil y fino para re\u00edr de lo que pasa. "La expedici\u00f3n Mazuchelli llev\u00f3 consigo mesas, sillas, alfombras, tres camas, varias cocinas de campa\u00f1a, l\u00e1mparas y vajillas para comer como Dios mandaba." (p. 31) "¿Ser\u00eda esto un juego de cartas ingl\u00e9s que impon\u00eda apagar las luces?" (p. 32). Por desgracia, este dif\u00edcil estilo no estar\u00e1 presente m\u00e1s adelante, cuando los viajes son narrados con mucha seriedad.<\/p>\n

Y entre todo ello hay grandes descubrimientos para el lector: Alexandra David Neel, la gran exploradora del T\u00edbet que se gan\u00f3 por m\u00e9rito propio un lugar en la historia de la humanidad por visitar Lahsa:<\/p>\n

"Adem\u00e1s de atravesar lugares de los que se ignoraba su existencia, inaugur\u00f3 una nueva forma de viajar en solitario que contraven\u00eda todas las reglas del viaje tal y como se conceb\u00eda hasta entonces… viaj\u00f3 siempre en solitario, evitando los lugares frecuentados por europeos, con el \u00fanico apoyo de Yongden, que le serv\u00eda como gu\u00eda, traductor y asistente. Aprendi\u00f3 el chino y el tibetano para pasar lo m\u00e1s desapercibida posible y, con frecuencia, se disfraz\u00f3 con las ropas corrientes de una campesina. S\u00f3lo se alojaba en cuadras y los corrales que le ofrec\u00edan al paso y, cuando se encontraba en alg\u00fan lugar en medio de ninguna parte, montaba una peque\u00f1a tienda de campa\u00f1a para protegerse del fr\u00edo de la noche. Com\u00eda lo que hab\u00eda o lo que pod\u00eda, y lleg\u00f3 un momento, despu\u00e9s de a\u00f1os de experiencia viajera, que aprendi\u00f3 a pensar como una tibetana, y as\u00ed pudo salir del paso de varios incidentes con las autoridades." (p. 80)<\/p>\n

Tambi\u00e9n est\u00e1 Fanny Workman, quien subiera al Pinnacle Peak y con ello estableciera el r\u00e9cord de altitud femenil por muchos a\u00f1os. Son ellas dos (Alexandra y Fanny) quienes son la aut\u00e9ntica revelaci\u00f3n. Pero tambi\u00e9n est\u00e1n relatos de Wanda Rutkiewicz en el Everest y Chantal Maudit en un ascenso estilo alpino al Cho Oyu.<\/p>\n\n\n
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