{"id":12047,"date":"2004-03-01T00:00:00","date_gmt":"2004-03-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=12047"},"modified":"2012-11-21T20:51:52","modified_gmt":"2012-11-22T02:51:52","slug":"el_ultimo_desafio","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2004\/el_ultimo_desafio\/","title":{"rendered":"El \u00faltimo desaf\u00edo"},"content":{"rendered":"
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Jos\u00e9 Luis de Ugarte. El \u00faltimo desaf\u00edo. La m\u00e1s dura regata de altura, narrada por el \u00fanico participante espa\u00f1ol.<\/i> Editorial Juventud, Barcelona. 1997. 160 p\u00e1ginas. ISBN: 84-261-3057-7<\/p>\n

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Durante a\u00f1os, el oc\u00e9ano Ant\u00e1rtico se mantuvo vac\u00edo; pocos barcos se aventuraban por all\u00ed, con excepci\u00f3n de los exploradores polares y de los balleneros, porque ya no hab\u00eda necesidad de utilizarlo. Y entonces empezaron a llegar los batistas. Este viaje es el Everest de los mares y a\u00fan hoy en d\u00eda pocas son las personas que lo hayan completado, en solitario y sin paradas.<\/p>\n

Sir Robin Knox Jonhston<\/p>\n<\/blockquote>\n<\/blockquote>\n

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\n Un hombre, solo en el mar, es siempre una experiencia muy fuerte, pero si se trata de dar la vuelta al mundo en solitario y sin escalas, es algo a\u00fan m\u00e1s dif\u00edcil. Pero en el caso de la regata Vend\u00e9e Globe<\/i>, cuyo objetivo es dar la vuelta a la Ant\u00e1rtida en un velero de competencia, las cosas se ponen a\u00fan m\u00e1s graves, al grado de rayar en la supervivencia.<\/p>\n

"…algunas veces todo parece muy irreal, participar en una regata como \u00e9sta no puede ser de verdad, es demasiado, el sufrimiento f\u00edsico a veces se pasa de los l\u00edmites." (p. 110) "…esta regata no tiene rival, es demasiado, es inhumana y esto lo pensaba incluso cuando las cosas ya iban mejorando d\u00eda a d\u00eda, de camino a casa y con la mar cada vez en condiciones \u00f3ptimas." (p. 111)<\/p>\n

Un navegante espa\u00f1ol participa en la Vend\u00e9e Globe en 1996-1997 y narra su experiencia de navegar solo por el oc\u00e9ano m\u00e1s dif\u00edcil del planeta, donde:<\/p>\n

"…las olas pueden recorrer toda la distancia alrededor de nuestro planeta sin encontrar obst\u00e1culo alguno en su camino. El resultado es que esas olas pueden alcanzar una altura de 35 metros, el doble de la mayor altura de ola en el Atl\u00e1ntico; y a\u00fan as\u00ed, esto no constituye la mayor amenaza. Ã?sta llega con la cara frontal de una ola sobre otra, formando lo conocido como ola piramidal, y que se yergue vertical con una cresta curvada rugiente y que comienza a romperse todo lo que encuentra a su paso. Una ola gigante lleva un ruido especial, atronador, va rompiendo y le avisa al marinero de que est\u00e1 a punto de golpear. Este ruido hace que incluso los hombres m\u00e1s valientes se acurruquen dentro de su ropa de agua y se agarren fuertemente donde puedan, esperando que llegue el horrendo impacto." (Sir Robin Knox Jonhston, cit. en p. 5-6)<\/p>\n

Marino de toda la vida, Jos\u00e9 Luis de Ugarte participa en esta regata a la edad de sesenta y cuatro a\u00f1os, pero con una idea ligeramente diferente de la de sus compa\u00f1eros de regata (porque curiosamente se refiere a ellos como "compa\u00f1eros", no como competidores, algo notable):<\/p>\n

"…los ambiciosos j\u00f3venes franceses, que lo arriesgar\u00edan todo por ser los primeros en la l\u00ednea de llegada y as\u00ed ganar fama y prestigio. Piensan que si no se hunden a lo mejor ganan, y si se hunden alguien los rescatar\u00e1 y podr\u00e1n probar suerte otra vez. Yo ten\u00eda que terminar la regata…" (p. 14)<\/p>\n

As\u00ed de sencillo. Aunque no tanto, porque desde el principio tienen un temporal de fuerza 11 que hace regresar a varios yates por problemas con v\u00edas de agua, porque se les rompe el m\u00e1stil o no estaban todo lo preparados que la regata exig\u00eda e incluso a un capit\u00e1n que "hab\u00eda sido encontrado muerto en una peque\u00f1a balsa inflable de salvamento…" (p. 36)<\/p>\n

Quiz\u00e1 no sea bien entendido lo que significa dar la vuelta al mundo alrededor de la Ant\u00e1rtida, pues uno tiende a creer que se trata de mucha distancia solamente, que hay que ser tenaz y ya, como el mismo autor lo confiesa: "Bien, pens\u00e9, la regata no va a ser demasiado larga, solamente 27,000 millas y cuatro meses; s\u00f3lo estaba queriendo enga\u00f1arme a m\u00ed mismo." (p. 34)<\/p>\n

Pero el cuadro cotidiano es muy diferente:<\/p>\n

"Cada vez que sub\u00eda a cubierta ten\u00eda que ponerme mi fr\u00eda y mojada gruesa chaqueta de agua, mi mojado y congelado gorro de lana y mis congelados guantes de neopreno, cerrar toda la ropa a tope con las cremalleras y velcros y enganchar mi cintur\u00f3n de seguridad antes de salir de la cabina y cerrar la puerta (tipo frigor\u00edfico industrial) detr\u00e1s de m\u00ed. Despu\u00e9s me pon\u00eda a gatas y escuchaba, atento a la t\u00edpica ola piramidal que sonaba como un tren por encima del rugir de las olas y el aullar del viento. Cuando la o\u00eda, me agarraba r\u00e1pidamente a un punto s\u00f3lido y esperaba lleno de ansiedad el chapuz\u00f3n en agua helada, cuando el barco se tumbaba o incluso daba la voltereta. Ocasionalmente la mar me arrancaba dolorosamente de mi sujeci\u00f3n y, aguantado solamente por el arn\u00e9s, quedaba frenado abruptamente contra el balc\u00f3n de popa, que era el final de la l\u00ednea de vida." (p. 76)<\/p>\n

Esta es una de las pocas veces que Jos\u00e9 Luis de Ugarte menciona a lo largo de la narraci\u00f3n que el barco se tumba o da volteretas. As\u00ed de sencillo, podr\u00eda pasar desapercibido, pero era algo muy frecuente, como lo menciona en las conclusiones: "…meter el palo en el agua no era demasiado frecuente…" (p. 149)<\/p>\n

Otro extracto puede dar la idea de lo que pasaban los capitanes en cada uno de sus yates:<\/p>\n

"Cada vez que colocaba mi posici\u00f3n en la carta y calculaba la distancia recorrida en la singladura y las millas que me quedaban para llegar a Cabo de Hornos, me sent\u00eda terriblemente miserable: 5900 millas, al d\u00eda siguiente 5600, al otro 5410, y as\u00ed un d\u00eda tras otro. Mis provisiones de comida disminu\u00edan, las velas se desintegraban en jirones, mis pies como esponjas semicongeladas metidas en congeladas botas de agua, el insufrible olor a orina de mi traje polar t\u00e9rmico cada vez que abr\u00eda la cremallera, y siempre esperando que algo se rompiera." (p. 12)<\/p>\n

¿Qu\u00e9 algo se rompiera en un velero de \u00faltima generaci\u00f3n donde los materiales son casi indestructibles? "…la tela [de la vela mayor] estaba totalmente destruida, la pod\u00eda rasgar con mis manos y eso que era de spectra." (p. 99)<\/p>\n

Pasa tormentas de olas enormes y viento fort\u00edsimo donde la velocidad adquirida es enorme: "Ah\u00ed est\u00e1bamos, bajando olas, planeando a m\u00e1s de 20 nudos. En una ocasi\u00f3n la corredera marc\u00f3 26 nudos." (p. 65) Pero tambi\u00e9n pasa por calmas chichas donde el viento no sopla y tiene que aguantar el calor: "Al mediod\u00eda la temperatura en cubierta es de 50º a la sombra y al sol de 55º, igual que dentro del barco. El mar est\u00e1 a 30º." (p. 115)<\/p>\n

"…mi velocidad es de 1.5 nudos… Me siento muy mal, estoy destrozado." (p. 117) "Trabajo como loco d\u00eda y noche tratando que el maldito barco se mueva, que cree su propio viento. Sediento, hambriento y psicol\u00f3gicamente destrozado. Como no s\u00e9 cu\u00e1nto tiempo durar\u00e1 esta situaci\u00f3n he tenido que reducir a\u00fan m\u00e1s mi raci\u00f3n de comida." (p. 118)<\/p>\n

Pero finalmente, los regatistas van llegando a la meta, uno a uno, con diferencia de d\u00edas. "…la flota parece un grupo de soldados heridos volviendo a casa despu\u00e9s de una batalla." (p. 133)<\/p>\n

Pese a ser marino, Jos\u00e9 Luis de Ugarte no hace mucho uso de los t\u00e9rminos n\u00e1uticos y se centra en la narraci\u00f3n propia de su vivencia y adem\u00e1s tiene la lucidez de dejar descansar al lector de sus penurias cont\u00e1ndole un par de historias que \u00e9l ha vivido a\u00f1os antes y que constituyen una historia en s\u00ed mismas.<\/p>\n

Posiblemente El \u00faltimo desaf\u00edo<\/i> sea de utilidad s\u00f3lo a los marinos, pero es, indudablemente, una muestra del car\u00e1cter del ser humano que siempre busca un l\u00edmite: "No s\u00e9 d\u00f3nde est\u00e1 el l\u00edmite de una persona, pero estoy convencido que no ando muy lejos del m\u00edo. El buen humor se me ha acabado." (p. 83)<\/p>\n

\n Erratas<\/b><\/p>\n

P\u00e1gina 5, dice: "…invierno del 1996-1997 en el oc\u00e9ano Ant\u00e1rtico…" El autor se refiere al invierno del hemisferio norte, pero navega en el ant\u00e1rtico en pleno verano.<\/p>\n<\/div>\n

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\n El Antártico es el océano más difícil del mundo y es una de las metas de todos los marineros que quieren llegar más lejos. La Regata Vendée Globe, cuya primera versión fuera en 1988, tiene como objetivo dar la vuelta al mundo dando la vuelta al continente antártico en solitario, sin escalas y sin apoyo externo. Es considerada una de las regatas más inhumanas. José Luis de Ugarte navegó en ella y esta es su versión.<\/p>\n<\/td>\n

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