{"id":11994,"date":"2002-04-21T00:00:00","date_gmt":"2002-04-21T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11994"},"modified":"2003-11-16T00:00:00","modified_gmt":"2003-11-16T00:00:00","slug":"atras_el_caribe","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2002\/atras_el_caribe\/","title":{"rendered":"Atrás, el Caribe"},"content":{"rendered":"
Isla Boca Iglesia, Quintana Roo<\/p>\n Día de navegación 2: domingo 21 de abril de 2002<\/strong> <\/p>\n <\/p>\n Por la mañana salimos antes de amanecer hacia Isla Contoy. Sería la primera vez que navegáramos hacia el sol y no queríamos que nos diese de lleno en los ojos. También era una carrera contra el viento, que se soltaría contra nosotros. Palada tras palada, nos acercábamos a la isla, un poco en secreto, porque nadie sabía que íbamos, salvo los jarochos y ellos le tienen un especial rencor a los biólogos de la isla porque no los dejan pescar sardina, que es el cebo con que pescan y que allí abunda mucho. Y claro: les hacía gracia el que fuéramos a meternos de incógnitos. <\/p>\n <\/p>\n La única desgracia que habíamos tenido hasta ahora era que la cámara sumergible que llevábamos se había inundado y, por supuesto, ya no servía. Así que no tendríamos fotos desde el mar, pero no quisimos retroceder a Cancún. Ya en Mérida veríamos la forma de solucionar eso. <\/p>\n <\/p>\n El viaje fue breve y la isla muy larga y estrecha. Recuerdo que me vino a la mente el pensamiento "como pueblo tarahumar en las barrancas", así: larguísimo y… sin pájaros. Habíamos llegado tarde para verlos salir y tendríamos que esperar todo el día para verlos llegar. Mientras tanto, conocimos la zona turística de la isla, bastante corta pero en buen estado. Sobre todo, me gustó que las áreas protegidas para las aves estuvieran lejos. "Sin embargo, aquí se ven muchas aves por las mañanas y las noches." La noche. No había dado ni medio día cuando ya habíamos recorrido la isla turística. ¿Nos detendríamos 24 horas para salir de nuevo? <\/p>\n <\/p>\n Prácticamente ni lo pensamos: nos subimos a los kayaks y volvimos a remar. Esta vez hubo algo diferente: el viento y el oleaje nos daba en popa, así que el avance era rapidísimo. Llegamos bastante rápido a Isla Boca Iglesias y no quisimos ir más allá. Estábamos al borde de nuestro tiempo de remada y no había que exagerar: quedarían otros días para probar nuestra resistencia, no ahora. <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/td>\n <\/tr>\n <\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n
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