{"id":11739,"date":"2001-12-01T00:00:00","date_gmt":"2001-12-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11739"},"modified":"2012-11-23T17:48:52","modified_gmt":"2012-11-23T23:48:52","slug":"montanero","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2001\/montanero\/","title":{"rendered":"Monta\u00f1ero"},"content":{"rendered":"
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Chris Bonington. Monta\u00f1ero. Treinta a\u00f1os de escaladas en las grandes cordilleras de la Tierra<\/i>. Ediciones Desnivel, 1993. 192 p\u00e1ginas. ISBN: 84-89969-94-9<\/p>\n\n\n
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Para tener \u00e9xito como escalador hay que ser un poco oportunista. En la monta\u00f1a es preciso cazar al vuelo cualquier posible oportunidad, desde un cambio de tiempo hasta una variaci\u00f3n en la l\u00ednea de la ruta.<\/i><\/p>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n

\nChris Bonington es famoso por haber dirigido en 1975 la expedici\u00f3n que ascendiera la cara suroeste del Everest, que requiri\u00f3 una compleja organizaci\u00f3n y la conjunci\u00f3n de los mejores escaladores de ese tiempo. Sin embargo, ¿qui\u00e9n es Chris Bonington fuera de esa escalada? En el \u00e1mbito del monta\u00f1ismo, hay una gran cantidad de escaladas que lo marcan como pionero al ascender a cumbres v\u00edrgenes o rutas no escaladas con anterioridad. Ejemplo de la segunda es el Pilar Central de Fr\u00eaney, de donde Bonatti y seis m\u00e1s tuvieron que retroceder por el mal tiempo fuera de \u00e9poca que incluso inund\u00f3 algunos valles o incluso la suroeste del Everest. Ejemplos de cumbres v\u00edrgenes hay muchos: el Nupts\u00e9, la Torre Central del Paine, el Changabang y otras m\u00e1s.<\/p>\n

Monta\u00f1ero<\/i> muestra a un personaje que tiene su propio valor en la historia del monta\u00f1ismo pero que pocos conocen. El libro se divide en secciones que unen ascensiones en com\u00fan: los Alpes, las expediciones al Himalaya, las ascensiones con grupos peque\u00f1os (el Changabang, por ejemplo, donde Doug Scott se rompi\u00f3 ambas piernas y se arrastr\u00f3 hasta el campamento base mientras un Bonington lo hac\u00eda con las costillas rotas).<\/p>\n

Monta\u00f1ero<\/i> es una autobiograf\u00eda de ascensiones y aunque Ken Wilson, autor de la nota introductoria y quien dice que el libro queda completado con la gran cantidad de fotograf\u00edas que se explican por s\u00ed mismas y que hacen del libro pr\u00e1cticamente una gu\u00eda para muchos monta\u00f1istas, a mi parecer faltan dos aspectos esenciales: falta el contexto hist\u00f3rico en el que cada escalada se desenvuelve. A manera de ejemplo, Bonington menciona:<\/p>\n

“All\u00ed donde nosotros luch\u00e1bamos laboriosamente calzados con las botas de monta\u00f1a, porteando una mochila pesada y vivaqueando casi inevitablemente por culpa del peso que acarre\u00e1bamos, el “roquero” de hoy en d\u00eda, equipado con ligero u adherente calzado de escalada y un manojo de modernos fisureros y empotradotes de levas, asciende velozmente en cuesti\u00f3n de horas. La experiencia es magn\u00edfica, pero sin embargo se ha perdido algo de la dimensi\u00f3n y la majestad de los Alpes.” (p. 22)<\/p>\n

Comentarios como estos aparecen varias veces a lo largo del libro y uno se pregunta qu\u00e9 tipo de equipo es el que usaban o cual era la mentalidad predominante.<\/p>\n

El otro vac\u00edo es todav\u00eda m\u00e1s notorio: se habla de un Chris Bonington monta\u00f1ista, pero eso nos deja sin la proporci\u00f3n del hombre, sin su historia personal. Yo me niego a creer que de un hombre se puedan decir dos fechas y una serie (larga o corta) de ascensiones. Todo ello nada dice del hombre. Claro que el t\u00edtulo Monta\u00f1ero<\/i> nos indica claramente que se habla precisamente de esa faceta, pero de cualquier manera, la biograf\u00eda queda incompleta.<\/p>\n

Hay, adem\u00e1s, una serie de pensamientos que en otros libros son m\u00e1s frecuentes y que en este quiso evitar, aunque no lo logr\u00f3 del todo: <\/p>\n

“La piedra angular de nuestro deporte consiste en escalas las paredes… tal vez la mejor descripci\u00f3n es “una forma de vivir”. Y es que esta actividad que practicamos influye sobre una buena parte de nuestra vida.” (p. 9)<\/p>\n

“Dado que la mayor parte de las principales l\u00edneas naturales se han escalado ya, incluso en los mayores niveles de dificultad, los j\u00f3venes escaladores de la \u00e9lite que desean extender sus l\u00edmites u establecer su propia identidad se ver forzados a dirigirse a aquellas zonas de roca donde la protecci\u00f3n natural es escasa o inexistente. Unos cuantos contin\u00faan explorando a la manera tradicional, ascendiendo rutas en las que una ca\u00edda ser\u00eda larga y posiblemente fatal, pero cada vez son m\u00e1s los escaladores que prefieren reducir esas posibilidades en contra y optan por un anclaje de expansi\u00f3n bien colocado. Cuando este tipo de seguro se utiliza indiscriminadamente, las caracter\u00edsticas naturales de la roca pierden todo su sentido. Una ruta puede ir por cualquier sitio, especialmente si el escalador est\u00e1 dispuesto a tallar una presa all\u00ed donde la naturaleza olvid\u00f3 ponerla. Todo el componente de aventura y exploraci\u00f3n en sinton\u00eda en el entorno natural queda remplazado por una visi\u00f3n m\u00e1s bien gimn\u00e1stica de la escalada, siguiendo la tendencia marcada en los \u00faltimos a\u00f1os con un mayor \u00e9nfasis por el entrenamiento, utilizaci\u00f3n de paredes artificiales y desarrollo de las competiciones de escalada.” (p. 16)<\/p>\n

“El propio hecho de intentar una gran monta\u00f1a de m\u00e1s de ocho mil metros de altura entra\u00f1a un alto nivel de peligro que, a\u00fan cuando puede reducirse al m\u00ednimo mediante una cuidadosa planificaci\u00f3n absoluta no nos permitir\u00eda siquiera pasar del campamento base, y negar\u00eda lo m\u00e1s esencial de nuestra actividad.” (p. 100)<\/p>\n

“…alcanzar las alturas se ajusta a muchas met\u00e1foras, pero la experiencia de la cumbre es ef\u00edmera en todas las monta\u00f1as, y le emoci\u00f3n ante esa panor\u00e1mica \u00fanica queda nublada casi siempre por la preocupaci\u00f3n de c\u00f3mo lograremos bajar de all\u00ed. La satisfacci\u00f3n de la escalada completa viene m\u00e1s tarde. Hay un reto intelectual en el problema resuelto, la exploraci\u00f3n, el hallazgo de una ruta nueva en una monta\u00f1a que quiz\u00e1s nunca hab\u00eda sido ascendida hasta entonces. Hay la gratificaci\u00f3n del ego, el esfuerzo que hemos puesto en ello, los riesgos que hemos asumido, y quiz\u00e1s tan importante como todo eso, lo bien que hemos estado con nuestros compa\u00f1eros escaladores, lo mucho que hemos dado as\u00ed como lo que hemos recibido; esa sensaci\u00f3n de haber compartido es lo que enriquece a\u00fan m\u00e1s la experiencia.” (p. 188)<\/p>\n

De cualquier manera, Monta\u00f1ero<\/i> es un muy buen libro que relata no s\u00f3lo la vida de un hombre, sino la de la evoluci\u00f3n del monta\u00f1ismo en general.<\/p>\n

\nGaler\u00eda de Im\u00e1genes<\/a><\/b><\/p>\n

Erratas<\/b><\/p>\n

P\u00e1gina 25. Est\u00e1 inconclusa la oraci\u00f3n, que debiera continuar en la siguiente p\u00e1gina.<\/p>\n

P\u00e1gina 84. Dice: “Sebasti\u00e1n Show… ya hab\u00eda realizado un descenso del Amazonas desde sus fuentes en los Andes…” Hay que recordar que el primer recorrido realizado desde las fuentes reconocidas como el origen del Amazonas, se llev\u00f3 a cabo en 1986.<\/div>\n

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\n Uno de los montañistas más conocidos a nivel mundial, Chris Bonington, ofrece en este libro una autobiografía deportiva ilustrada profusamente con fotografías de cada expedición que menciona y en la que él participó, desde sus inicios en las paredes pequeñas cercanas a su hogar, hasta las escaladas de las grandes paredes del Himalaya (cara sur del Annapurna, Cara suroeste del Everest) o las menos conocidas, pero no por ello menos valiosas: el primer ascenso al Ogro, por ejemplo. Pese a ser una biografía, el libro contiene mucha información útil, además de la peculiar manera de acercarse y vivir en la montaña de quien es ahora todo un personaje.<\/p>\n<\/td>\n

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