{"id":11727,"date":"2001-03-15T00:00:00","date_gmt":"2001-03-15T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11727"},"modified":"2012-11-18T22:08:43","modified_gmt":"2012-11-19T04:08:43","slug":"vida_o_muerte_en_la_mar","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2001\/vida_o_muerte_en_la_mar\/","title":{"rendered":"Vida o muerte en la mar"},"content":{"rendered":"
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Dougal Robertson. Vida o muerte en la mar. 37 d\u00edas a la deriva. Editorial Juventud, Barcelona, 1974 (segunda edici\u00f3n de 1978). 272 p\u00e1ginas. ISBN: 84-261-5697-5<\/p>\n\n\n
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Para vivir hay que estar de pie<\/i><\/p>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n

En pleno Pac\u00edfico, a poca distancia de las Gal\u00e1pagos, un hombre siente algo extra\u00f1o bajo su velero: “…not\u00e9 unos golpes como dados con un gran mazo con incre\u00edble fuerza contra el casco, justo por debajo de mis pies, y sal\u00ed despedido contra la litera; el ruido del impacto, acompa\u00f1ado por el estr\u00e9pito producido por el agua que entraba a raudales, casi me ensordeci\u00f3. O\u00ed chillar a Lyn al mismo tiempo que llegaba a mis o\u00eddos el grito de «¡Ballenas!»” (p. 22) En pocos minutos el Lucette<\/em> se va a pique mientras su antigua tripulaci\u00f3n se acomoda en dos embarcaciones: una balsa inflable y un peque\u00f1a lancha.<\/p>\n

La actitud de la familia es la de esperar que alguien los rescate, pero cuando un barco pasa de largo sin haberlos visto, la “consigna” cambia: “S\u00ed, sobrevivir\u00edamos sin su ayuda, eso es; y la consigna era ahora “supervivencia”, no “salvamento” o “ayuda” o subordinaci\u00f3n a la asistencia que otros puedan prestarnos, sino simplemente esto: supervivencia. Not\u00e9 que el vigor renac\u00eda en m\u00ed, al punto que mi depresi\u00f3n, producto del desenga\u00f1o sufrido, desaparec\u00eda para dejar paso a un estado de \u00e1nimo que rayaba casi en la tranquilidad. Ten\u00eda plena conciencia de la existencia de los grandes peces que viven de sus presas. Ciertamente, aquel ambiente distaba de ser el nuestro, y las bestias que nos rodeaban se nos comer\u00edan si fracas\u00e1bamos en nuestro prop\u00f3sito. Nos esforzar\u00edamos por crear un hueco entre ellas; cierto es que ellas ten\u00edan de su parte millones de a\u00f1os de adaptaci\u00f3n, pero nosotros cont\u00e1bamos con nuestro cerebro y algunas herramientas. Vivir\u00edamos del mar tres meses, o seis, si era necesario, pero, como Lyn hab\u00eda dicho, “llevar\u00edamos a los muchachos a tierra”. Y lo har\u00edamos con nuestro solo esfuerzo, si no hab\u00eda otro remedio. A partir de aquel instante, me volv\u00ed salvaje.” (p. 78)<\/p>\n

Treinta y siete d\u00edas en alta mar en una actitud de sobrevivencia continua hace que la familia que iba a dar la vuelta al mundo cambie de un modo radical y que tambi\u00e9n tenga sus roces debido a la situaci\u00f3n en que se encuentran y a que el espacio es sumamente reducido. “…todos comprend\u00edan la diferencia que existe entre las rega\u00f1inas sin importancia y las instrucciones que hab\u00edan de cumplirse por su propio bien. Robin, no. A los veintid\u00f3s a\u00f1os era el producto, desde luego no por su culpa, de un sistema de educaci\u00f3n, de ocho a\u00f1os de duraci\u00f3n, que ofrec\u00eda a los estudiantes pocas oportunidades para asimilar los principios de la existencia f\u00edsica, y los lanzaba al torbellino de la vida carentes de conocimientos pr\u00e1cticos, obstinados en obrar solamente al dictado de sus propias opiniones, y con un fondo de conocimientos prefabricados tan in\u00fatiles como una vaquilla en un campo de heno, cuando la vida es lo que est\u00e1 en juego.” (p. 100-101)<\/p>\n

Y sin embargo, la actitud positiva contin\u00faa presente: “…tuve la impresi\u00f3n de que me identificaba con aquel ambiente, que pod\u00edamos seguir all\u00ed, no simplemente vivir, sino crear otro modo de vida, sin otro objetivo que pasar la vida en el mar, viviendo de la mar.” (p. 131) “…me di cuenta de que nadie pensaba ya en t\u00e9rminos de supervivencia. En realidad est\u00e1bamos viviendo de la mar como si hubi\u00e9ramos adoptado ese modo de vida, y no s\u00f3lo viv\u00edamos bien, sino que incluso mejor\u00e1bamos f\u00edsicamente.” (Vig\u00e9simo quinto d\u00eda, p. 149)<\/p>\n

El d\u00eda 37, el Toka Maru II<\/i>, encuentra una familia bastante unida que sigue viva en una embarcaci\u00f3n tan peque\u00f1a como pestilente. “Vida o muerte en la mar” puede parecer un t\u00edtulo amarillista pero en realidad es s\u00f3lo el reflejo de la “consigna”: “La supervivencia es la escuela m\u00e1s dura de la vida; \u00e9sta no admite ning\u00fan fallo.” (p. 254)<\/p>\n

Adem\u00e1s de ser un libro que narra minuciosamente los pormenores de los supervivientes, el autor presenta un cap\u00edtulo final de an\u00e1lisis donde se encuentran citas como estas:<\/p>\n

“Se presta una gran ayuda a quienes tienen miedo si uno es capaz de ocultar el suyo propio; ahora bien, es preferible trabajar a toda prisa aunque con ello se d\u00e9 la impresi\u00f3n de tener miedo, especialmente cuando la p\u00e9rdida de tiempo pueda acarrear la p\u00e9rdida de vidas humanas. Los desastres imprevistos no dan tiempo a tomar grandes decisiones: as\u00ed, pues, deben hacerse las cosas por orden de su importancia.” (p. 235)<\/p>\n

“Desde el punto de vista del n\u00e1ufrago, hay una enorme diferencia entre la lucha activa por la vida y la pasiva espera de la muerte o del salvamento; en el primer caso el n\u00e1ufrago es due\u00f1o de su destino y por ello encontrar\u00e1 medios para vivir aunque ning\u00fan libro se los indique. La mejor ayuda que se le puede prestar es darle una buena informaci\u00f3n y material de confianza; el resto depende exclusivamente de \u00e9l, y si no le falta resoluci\u00f3n saldr\u00e1 bien librado.” (p. 250)<\/div>\n

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Una manada de orcas golpean el casco de un velero al poniente de las islas Galápagos. La familia propietaria de la embarcación y que se encuentra a bordo tienen que usar de todo su ingenio cuando la ven hundirse. Treinta y siete días después, un carguero japonés los rescata.<\/p>\n<\/td>\n

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