{"id":11659,"date":"1999-08-10T00:00:00","date_gmt":"1999-08-10T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11659"},"modified":"2012-02-23T15:15:50","modified_gmt":"2012-02-23T21:15:50","slug":"genesis_de_los_escaladores","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/1999\/genesis_de_los_escaladores\/","title":{"rendered":"G\u00e9nesis de los escaladores"},"content":{"rendered":"
Al principio exist\u00eda la Tierra, y sobre ella los escaladores.<\/p>\n
El primer d\u00eda, los escaladores se dirigieron al Se\u00f1or y le dijeron: “El gimnasio es muy aburrido, \u00bfnos puedes proveer con algo m\u00e1s que escalar?”<\/p>\n
Y el Se\u00f1or cre\u00f3 las monta\u00f1as.<\/p>\n
El segundo d\u00eda, los escaladores volvieron a hablar con el Se\u00f1or: “Amamos las monta\u00f1as, pero s\u00f3lo los mediocres quieren estar escalando roca siempre. ¿Puedes mejorarlo un poco?” <\/p>\n
Y el Se\u00f1or cre\u00f3 el hielo y la nieve.<\/p>\n
El tercer d\u00eda, los escaladores volvieron a dirigirse al Se\u00f1or: “¡Esto es grandioso! Pero hay un detalle: siempre que nos queremos sujetar del hielo y la nieve, nuestras manos resbalan y nos caemos. ¿Qu\u00e9 podemos hacer?”<\/p>\n
As\u00ed que el Se\u00f1or murmur\u00f3 algo sobre la ingratitud, y cre\u00f3 los piolets.<\/p>\n
Al cuarto d\u00eda, el Se\u00f1or not\u00f3 que los escaladores a\u00fan ten\u00edan problemas, esta vez con sus pies. As\u00ed que cuando vinieron a \u00e9l, dijo: “S\u00ed, ya s\u00e9. Quieren algo como \u00e9sto” y el Se\u00f1or les dio los crampones.<\/p>\n
El quinto d\u00eda los escaladores se acercaron al Se\u00f1or y le preguntaron: “¿Podemos tener algo que mantenga nuestros pies secos y tibios, pero que a\u00fan nos permita patear y dar pasos con facilidad? Y estar\u00eda de pelos que adem\u00e1s tuvieran entradas para el cramp\u00f3n”.<\/p>\n
El Se\u00f1or dud\u00f3, pero les dio las botas pl\u00e1sticas. Luego dijo: “Ya que me han hecho trabajar por cinco d\u00edas, los har\u00e9 trabajar de la misma manera cinco d\u00edas cada semana. Esos d\u00edas siempre ser\u00e1n bellos y soleados.”<\/p>\n
Los escaladores estaban aturdidos y el Se\u00f1or se compadeci\u00f3: “Tendr\u00e1n, sin embargo, los d\u00edas sexto y s\u00e9ptimo para escalar. El clima ser\u00e1 mugre, las mejores fiestas ser\u00e1n los s\u00e1bados en la noche, y siempre se enfermar\u00e1n en el momento m\u00e1s inoportuno. Pero a\u00fan as\u00ed tendr\u00e1n esos dos d\u00edas.”<\/p>\n
Y los escaladores se regocijaron y entonaron oraciones y canciones al Se\u00f1or: “¡Escalemos!”\n <\/p>\n<\/div>\n
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