{"id":11554,"date":"2002-08-01T00:00:00","date_gmt":"2002-08-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11554"},"modified":"2012-11-20T13:37:54","modified_gmt":"2012-11-20T19:37:54","slug":"cuadernos_del_vertigo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2002\/cuadernos_del_vertigo\/","title":{"rendered":"Cuadernos del v\u00e9rtigo"},"content":{"rendered":"
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Louis Lachenal y G\u00e9rard Herzog. Cuadernos del v\u00e9rtigo<\/i>. Ediciones Desnivel, Madrid. 2001. 301 p\u00e1ginas. ISBN: 84-95760-10-X<\/p>\n

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En el alpinismo, como en otras cosas, un \u00e9xito lleva a otro. Se comienza por uno peque\u00f1o; despu\u00e9s se logra otro \u00e9xito a\u00fan mayor. As\u00ed se llega al espol\u00f3n Norte de la Punta Walker. \u00bfVamos a saciar aqu\u00ed nuestra sed de aventuras?… Lo que nos lleva hacia esta pared es el deseo de aventura, la feliz perspectiva de revivir las primeras ascensiones, sin anotaciones t\u00e9cnicas, sin informaciones precisas y con grandes jornadas de lucha intensa, intentar encontrar las raras huellas de aquellos que, en el momento de la primera ascensi\u00f3n, estaban a la cabeza del alpinismo mundial.<\/p>\n

Ese d\u00eda experiment\u00e9 la sensaci\u00f3n de moverme en un mundo extra\u00f1o y hostil e, incluso me parec\u00eda extravagante la idea de querer penetrar en ese mundo. Pens\u00e9: "\u00bfQu\u00e9 hemos venido a hacer aqu\u00ed?"… Imagino que los debutantes deben sentir, a veces, esa misma impresi\u00f3n de ser un intruso en medio de seracs ordinarios o cuando se aventuran por primera vez en una cara Norte. El Himalaya nos concedi\u00f3 una segunda juventud. <\/p>\n<\/blockquote>\n<\/blockquote>\n

\n Cuando apareci\u00f3, poco despu\u00e9s de la muerte de su autor (Louis Lachenal), los Cuadernos del v\u00e9rtigo<\/i> fueron ampliamente criticados. Por un lado, Lachenal presentaba una parte de la historia del Annapurna que no coincid\u00eda con el relato oficial escrito por Marice Herzog en Annapurna, primer ocho mil<\/i>. Por otro, no se sab\u00eda hasta d\u00f3nde G\u00e9rard Herzog, escritor y hermano de Maurice, hab\u00eda metido mano para que ambas historias no chocaran entre s\u00ed. De cualquiera de las dos formas, uno se preguntaba qu\u00e9 era lo que Louis Lachenal hab\u00eda escrito, sea con o sin censura porque, despu\u00e9s de todo, \u00e9ste es su \u00fanico libro.<\/p>\n

En general, el resultado es una biograf\u00eda de Lachenal, el pr\u00e1cticamente desconocido "Biscante" que fuera compa\u00f1ero de cordada de Lionel Terray y que ascendiera el 3 de junio de 1950 al Annapurna con Maurice Herzog. De esta forma, uno conoce a un hombre decidido que mantiene una actitud muy peculiar hacia la monta\u00f1a que le hace ser uno de los mejores escaladores del momento.<\/p>\n

"…el esp\u00edritu del alpinismo es como yo me lo imagino, y yo me lo imagino como lo practico. Por otra parte, avanzar r\u00e1pido quiere decir, por encima de todo, no perder tiempo. Y adem\u00e1s, avanzar r\u00e1pido, es ser prudente." (p. 171)<\/p>\n

El estilo alpino est\u00e1 surgiendo tambi\u00e9n en \u00e9l, como lo hace en Hermann Buhl, y es criticado por ello, pero eso no le detiene para realizar la segunda ascensi\u00f3n a la cara norte del Eiger junto con Lionel Terray.<\/p>\n

"El a\u00f1o anterior, despu\u00e9s de nuestra ascensi\u00f3n al Espol\u00f3n de la Walker, algunos consideraron interesante analizar nuestra concepci\u00f3n del alpinismo y publicaron ideas no muy inexactas sobre nuestra imprudencia<\/i>. Incluso algunos criticaron nuestra idea decidida en el momento de la salida de realizar la v\u00eda lo m\u00e1s r\u00e1pido posible para salir el segundo d\u00eda; ciertamente, nosotros ten\u00edamos derecho al t\u00edtulo de alpinistas-cron\u00f3metro<\/i>; en una pared como la del Eiger, nosotros lo llevaremos con orgullo." (p. 127)<\/p>\n

El lector descubre a un hombre lleno de detalles rom\u00e1nticos: "Al pasar junto a un r\u00edo encajado entre bonitas gargantas profundas, muy blancas, env\u00edo una gota de agua a mi mujer. La he tomado entre mis manos, la he guardado y luego la he lanzado al torrente dici\u00e9ndle que deb\u00eda evaporarse y dejarse llevar por una nube hasta Praz, donde esta gota de agua caer\u00e1 sobre la cabeza de mi mujer." (p. 198-199) o "Ahora que vamos a realizar un trabajo preciso en una cima precisa, el tiempo pasa r\u00e1pido. Pronto har\u00e1 dos meses que abandonamos Francia. Para m\u00ed hace ya m\u00e1s de dos meses que dej\u00e9 a mis hijos. Demasiado tiempo." (p. 207)<\/p>\n

Pero tambi\u00e9n est\u00e1 el hombre que escribi\u00f3 "otra versi\u00f3n" del ascenso, aunque Los Cuadernos del V\u00e9rtigo no acusen m\u00e1s diferencias que las normales entre diferentes miembros de una misma expedici\u00f3n:<\/p>\n

"Ante todo debo ponerme en guardia contra una interpretaci\u00f3n abusiva de mis palabras. Que mis recuerdos difieran, a veces, de los recuerdos de Maurice, es algo normal, cuando reparamos en el estado de tensi\u00f3n con el que alcanzamos la cima y en la verdadera desbandada (y mido mis palabras) que sigui\u00f3 de forma inmediata a la haza\u00f1a. He rechazado las proposiciones que me han hecho algunos editores para escribir un libro de reivindicaci\u00f3n, as\u00ed que no adoptar\u00e9 ese tono aqu\u00ed. Hay diferencias, eso es todo." (p. 250)<\/p>\n

"Su" versi\u00f3n la ha escrito por una raz\u00f3n:<\/p>\n

"No quisiera retomar aqu\u00ed la peque\u00f1a historia de la vida cotidiana. Herzog ha escrito el libro oficial de la expedici\u00f3n. Lo que permanece anclado en mis recuerdos, despu\u00e9s de cinco a\u00f1os, y que puede guardar cierto inter\u00e9s, son las grandes l\u00edneas, los grandes momentos. Acerca de ellos quisiera exponer mis ideas." (p. 175)<\/p>\n

\u00bfEn qu\u00e9 difiere Lachenal de Herzog?<\/p>\n

"En este punto, deber\u00edamos cambiar de coolies, pero se ha declarado la c\u00f3lera en Beni. Los hombres mueren, parece ser, como moscas." (p. 226) "Atr\u00e1s, cerrando la marcha, Couzy y Lionel con Ang Tharkey y Adjuba. Para reclutar a los coolies que faltan, los toman a la fuerza, les dan una carga y les obligan a caminar a golpe de bast\u00f3n… Los coolies son reclutados a la fuerza en los arrozales… La brutalidad parece ser una excelente herramienta de persuasi\u00f3n en este pa\u00eds." (p. 231-232)<\/p>\n

Sin embargo, la parte m\u00e1s interesante es aquella en que habla de Herzog:<\/p>\n

"Herzog estaba en una situaci\u00f3n dif\u00edcil. Era el jefe por una decisi\u00f3n del poder y no por una supremac\u00eda alpina indiscutible. Incluso, al inicio, se hubiera podido decir que era una especie de \u00e1rbitro, designado entre los tres profesionales del equipo. De hecho, nos sorprendi\u00f3. Muy r\u00e1pido, descubrimos que no hab\u00eda diferencias entre \u00e9l y nosotros por resistencia f\u00edsica o por t\u00e9cnica, tanto en hielo como en roca. Sencillamente ten\u00eda menos experiencia para juzgar a priori las posibilidades de un itinerario en su conjunto. Adem\u00e1s, su sentido de la organizaci\u00f3n era muy escaso. H\u00e1bilmente, orient\u00f3 su papel hacia lo que realmente le iba bien, el de un extraordinario animador." (p. 249)<\/p>\n

"Pero todo esto no tiene mayor importancia. Si bien quiz\u00e1 nadie perdi\u00f3 la raz\u00f3n en aquel momento, todos est\u00e1bamos, como m\u00ednimo, conmocionados… y es normal que as\u00ed fuera. Herzog Tambi\u00e9n. M\u00e1s a\u00fan, parec\u00eda iluminado. Cuando sub\u00edamos hacia la cima, parec\u00eda que estaba cumpliendo una misi\u00f3n… Yo, por mi parte, s\u00f3lo quer\u00eda descender, y por esta raz\u00f3n creo que conserv\u00e9 la cabeza sobre los hombros. Con relaci\u00f3n a este tema, quisiera se\u00f1alar un incidente que ocurri\u00f3 durante la \u00faltima etapa hacia la cima. Tal vez no es incidente<\/i> la palabra. Se trataba simplemente de decisiones normales que se han de tomar, como suele ocurrir durante las ascensiones normales en los Alpes. Yo notaba que mis pies se estaban congelando y sab\u00eda que la cima me los iba a cortar. Para m\u00ed, esta ascensi\u00f3n era una ascensi\u00f3n como las dem\u00e1s, m\u00e1s alta que otras en los Alpes, pero nada m\u00e1s. Si ten\u00eda que dejar mis pies en el Annapurna, no me interesaba. No ten\u00eda por qu\u00e9 sacrificar mis pies por la juventud francesa.<\/p>\n

"As\u00ed que yo hubiera descendido. Le pregunt\u00e9 a Maurice qu\u00e9 har\u00eda \u00e9l en ese caso, y me dijo que continuar\u00eda. Yo no ten\u00eda por qu\u00e9 juzgar sus razones; el alpinismo es algo demasiado personal. Pero cre\u00eda que si Herzog continuaba solo, no regresar\u00eda. Es por \u00e9l y s\u00f3lo por \u00e9l que yo no me di vuelta.<\/p>\n

"Esta ascensi\u00f3n hasta la cima no era un tema de prestigio nacional. Era un asunto de cordada." (p. 250-251)<\/p>\n

\u00bfEs esto suficiente como para hablar de una historia distinta? Ciertamente, no. S\u00f3lo es una perspectiva diferente de un hombre que no se dejaba atrapar por la sociedad y que era l\u00facido en sus juicios.<\/p>\n

Sin embargo, hay algo que no cuadra bien aqu\u00ed. En la introducci\u00f3n, Michel Gu\u00e9rin menciona:<\/p>\n

"Los Cuadernos del v\u00e9rtigo<\/i> fueron editados en 1956, algunos meses despu\u00e9s de la muerte de Louis Lachenal, a partir de las notas que redact\u00f3 con la intenci\u00f3n de escribir un libro. G\u00e9rard Herzog recuper\u00f3 esas notas, las complet\u00f3 y escribi\u00f3 los textos complementarios" (p. 5)<\/p>\n

Es asombroso que el relato de Lachenal ocupe aproximadamente un tercio del libro cuando \u00e9l mismo se recriminaba de que "M\u00e1s de un tercio de este diario [del Annapurna] ha estado consagrado a mi regreso y s\u00f3lo es una larga retah\u00edla de quejas y recriminaciones." (p. 246)<\/p>\n

La parte complementaria result\u00f3 desproporcionadamente grande y el trabajo de Louis Lachenal queda oculto y lo que hay de original es importante y valioso.<\/p>\n

Lee un cap\u00ed<\/a><\/b>itulo gratis (PDF)<\/a><\/b><\/p>\n

\n Erratas<\/b><\/p>\n

P\u00e1gina 97, primera l\u00ednea del tercer p\u00e1rrafo, dice: "Durante los primeros meses del mes de agosto…" Debe decir: "Durante los primeros d\u00edas del mes de agosto…"<\/p>\n

P\u00e1gina 121, l\u00edneas 6 y 7 del \u00faltimo p\u00e1rrafo, dice: "…intentan retroceder, pero, en la Walker, todo retroceso se ve cortado…" En realidad se trata del Eiger, no de la Punta Walker.<\/p>\n

P\u00e1gina 127, \u00faltima l\u00ednea del primer p\u00e1rrafo, dice: "en el caso un de retroceso forzado." Debe decir: "en el caso de un retroceso forzado."<\/p>\n

P\u00e1gina 140, \u00faltima l\u00ednea del segundo p\u00e1rrafo, dice: "…pudiera suponerle invulnerable." Debe decir: "vulnerable".<\/p>\n

P\u00e1gina 190, tercer p\u00e1rrafo, dice: "Me he paso la tarde en la atienda." Debe decir: "Me he pasado la tarde en la tienda." (p. 190)<\/p>\n

P\u00e1gina 201, tercera l\u00ednea del p\u00e1rrafo quinto, dice: "al tercer grupo con el habituallamiento." Debe decir: "avituallamiento".<\/p>\n

P\u00e1gina 217, final del segundo p\u00e1rrafo, dice: "…la gran pendiente de la Faucille." Debe decir: "…la gran pendiente de la Hoz."<\/p>\n

\n P\u00e1gina 223, pen\u00faltimo p\u00e1rrafo, dice: "Ichac ha grabado bastante pel\u00edcula". La palabra correcta es "filmado" porque las grabaciones no exist\u00edan entonces.<\/p>\n<\/div>\n

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\n Louis Lachenal, el hombre que junto con Maurice Herzog llegara a la cima del Annapurna el 3 de junio de 1950 también escribió, como Lionel Terray y Gaston Rebuffat, su versión de la expedición. Su edición, a cargo de Gèrard Herzog, hermano de Maurice, hizo que desde su primera edición Cuadernos del vértigo fuera muy criticada, pues si ya en ésta versión se criticaba a Maurice Herzog y a otros expedicionarios, ¿qué no podría haber sido el original? Pese a ello, Cuadernos del vértigo<\/i> es un libro que describe a una persona (Louis Lachenal) llena de vida con ideas revolucionarias del alpinismo. <\/p>\n<\/td>\n

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