{"id":11512,"date":"2000-04-15T00:00:00","date_gmt":"2000-04-15T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11512"},"modified":"2003-04-26T00:00:00","modified_gmt":"2003-04-26T00:00:00","slug":"mochilas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2000\/mochilas\/","title":{"rendered":"Mochilas"},"content":{"rendered":"
<\/p>\n

Durante la marcha se exige al cuerpo la ejecución simultánea de varias funciones, como son el movimiento de brazos y piernas, balanceo de los hombros y del tronco, rotación de las caderas, etc. Por este motivo, para un óptimo transporte, la mochila debe adaptarse a nuestra morfología y a la utilización que vayamos a darle. <\/p>\n

<\/p>\n

El desarrollo de una mochila eficaz, exige profundos conocimientos de los principios de biomecánica y ergonomía, así como intensas pruebas sobre el terreno para comprobar el resultado. <\/p>\n

<\/p>\n

El sistema de porteo ideal requiere repartir bien la carga y evitar la presión de ésta sobre nervios, vasos sanguíneos, músculos y huesos. De este modo obtenemos comodidad y al limitar el movimiento de la carga, mejoramos nuestra estabilidad y aprovechamiento de la energía. <\/p>\n

<\/p>\n

Existen diversos materiales que se utilizan para la confección de una mochila, aunque el más utilizado, debido a su ligereza y resistencia a la abrasión, es la Cordura®. El Kevlar© es mucho más resistente, pero al ser mucho más caro se utiliza en muy poca proporción. <\/p>\n

<\/p>\n

Los bolsillos laterales aumentan la capacidad de carga, aunque, por contra, desestabilizan la marcha y dificultan el paso por lugares estrechos. Algunos modelos disponen de bolsillos accesorios que pueden adaptarse a las cintas porta-esquís. <\/p>\n

<\/p>\n

CLASIFICACIÓN<\/strong><\/p>\n

Dependiendo del uso que le demos a la mochila, podremos clasificarlas en distintos grupos: <\/p>\n

<\/p>\n