{"id":11503,"date":"2002-12-01T00:00:00","date_gmt":"2002-12-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11503"},"modified":"2003-04-24T00:00:00","modified_gmt":"2003-04-24T00:00:00","slug":"los_arboles_hablan","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2002\/los_arboles_hablan\/","title":{"rendered":"LOS ÁRBOLES HABLAN"},"content":{"rendered":"
Nosotros éramos un pueblo sin leyes, pero éramos muy buenos y vivíamos en buenos términos con el Gran Espíritu, Creador y Dueño de toda cosa. Ustedes presumen que nosotros éramos salvajes. Ustedes no comprendían nuestras alabanzas al sol, a la luna o al viento, ustedes nos trataban de idólatras. Sin comprender, ustedes nos condenaron como almas perdidas, simplemente porque nuestra religión era diferente a la de ustedes.<\/p>\n
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Nosotros veíamos la mano del Gran Espíritu en todo: el solo, la luna, los árboles, el viento y las montañas y a menudo nos acercábamos a él por sus intermediarios. ¿Era eso malo? Yo pienso que nosotros creíamos sinceramente en el Ser Supremo con una fe más fuerte que la de muchos blancos que nos trataban de paganos…<\/p>\n
Los indios, viviendo cerca de la naturaleza y del Dueño de la Naturaleza, no viven en la oscuridad.<\/p>\n
¿Ustedes sabían que los árboles hablan? Pues sí, hablan. Se hablan entre ellos y les hablarán a ustedes si saben escucharlos. El problema con los blancos es que no escuchan y por eso creo que ellos no escucharán tampoco las otras voces de la Naturaleza. Sin embargo, los árboles me han enseñado mucho, tanto sobre el tiempo, como sobre los animales y sobre el Gran Espíritu.<\/p>\n
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Este texto de Tatanga Mani fue tomado de T.C. McLuhan (recopilador). <\/i>Pies desnudos sobre la tierra sagrada. Outerbridge y Lazard, New York, 1971. Traducción de Andrés Hurtado García.<\/div>\n
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