{"id":11440,"date":"2000-11-15T00:00:00","date_gmt":"2000-11-15T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11440"},"modified":"2012-03-12T20:13:52","modified_gmt":"2012-03-13T02:13:52","slug":"ascenso_al_cho_oyu","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2000\/ascenso_al_cho_oyu\/","title":{"rendered":"Ascenso al Cho Oyu"},"content":{"rendered":"
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\n La primera parte de la expedici\u00f3n fue la m\u00e1s larga porque hab\u00eda durado un a\u00f1o. Hab\u00edamos iniciado con la b\u00fasqueda de una expedici\u00f3n ya formada a la que pudi\u00e9ramos integrarnos, reunir el equipo especializado de alta monta\u00f1a, realizar entrenamientos en la ciudad y en las monta\u00f1as de M\u00e9xico y lo m\u00e1s pesado: tocar puertas para conseguir el dinero. Patrocinadores, familiares y amigos, impartimos cursos de capacitaci\u00f3n en horas extra que invent\u00e1bamos, la venta de playeras alusivas al evento e incluso la venta de nuestro autom\u00f3vil y otros objetos apreciados por nosotros. Y adem\u00e1s continu\u00e1bamos con nuestras actividades laborales pero siempre d\u00e1bamos el mejor esfuerzo.<\/p>\n

Pero esta primera parte hab\u00eda quedado atr\u00e1s y el d\u00eda 24 de agosto de 2000 partimos hacia el Himalaya. Nuestro objetivo: escalar el Cho Oyu, la sexta monta\u00f1a m\u00e1s alta del mundo, con 8,201 metros, sin uso de ox\u00edgeno adicional. Adem\u00e1s, lo quer\u00edamos hacer como pareja y no individualmente. Nuestra expedici\u00f3n se llama: “Bad\u00eda y Mauricio… Una pareja en ascenso”<\/p>\n

Tras 36 horas de vuelo y tres transbordos de avi\u00f3n, llegamos a Kathmand\u00fa. Como el acercamiento a la monta\u00f1a lo har\u00edamos por el Tibet (China), y ten\u00edamos que entrar y salir de nuevo de Nepal, tuvimos que pagar 140 d\u00f3lares por la visa de entrada y salida. En el aeropuerto nos esperaba una persona de la expedici\u00f3n, quien nos llev\u00f3 al hotel “Nirvana Garden”, en el barrio de Thamel, a bordo de camioneta con todo y nuestro voluminoso y pesado equipaje. Ah\u00ed encontramos a los dem\u00e1s miembros de la expedici\u00f3n.<\/p>\n

Nos recibi\u00f3 y dio la bienvenida Tom Richardson, el l\u00edder de la expedici\u00f3n. Por la noche tuvimos una reuni\u00f3n en donde conocimos al resto de los expedicionarios y a los sherpas. \u00edramos seis: Hamas, de Inglaterra; Louis, de Holanda; Michael, de Hawai; Mary Pierre, de Francia, y nosotros, Bad\u00eda y Mauricio, mexicanos. Los sherpas ser\u00edan Phenden, Nima y Pemba, m\u00e1s un cocinero y un ayudante de cocinero. Michael y Mary Pierre no hab\u00edan llegado a Kathmand\u00fa a\u00fan por lo que la salida a la monta\u00f1a se retrasar\u00eda. Esos d\u00edas los aprovechamos para realizar las \u00faltimas compras y adaptarnos al cambio de horario.<\/p>\n

El 29 de agosto a las 6:30, lleg\u00f3 por nosotros un cami\u00f3n y luego se dirigi\u00f3 a otro hotel para recoger a otra expedici\u00f3n compuesta de cinco escaladores (dos ingleses, un canadiense, un venezolano y un estadunidense), tres sherpas, un cocinero y dos ayudantes de cocina, adem\u00e1s del l\u00edder de esa expedici\u00f3n: Henry Todd, reconocido escalador. Despu\u00e9s nos enterar\u00edamos que se unieron a nosotros por cuestiones pr\u00e1cticas y econ\u00f3micas.<\/p>\n

En camino, al fin<\/b><\/p>\n

Partimos rumbo al poblado de Kodari, aproximadamente 100 km de Kathmandu. La carretera era de doble sentido y muy angosta que estaba m\u00e1s interrumpida por arroyos y deslaves causados por lo escarpado de las monta\u00f1as y el monz\u00f3n (estaci\u00f3n de lluvias) as\u00ed que varias veces bajamos del cami\u00f3n para cruzar caminando al otro lado y tomar un cami\u00f3n diferente hasta llegar a la frontera con el Tibet a 2,300 msnm. Al llegar a Kodari, los l\u00edderes de las expediciones contrataron porteadores para cruzar la frontera y llevar las aproximadamente siete toneladas de carga de la expedici\u00f3n hasta el poblado tibetano Sagnum, ya que la carretera estaba completamente destruida por los deslaves.<\/p>\n

El gobierno de China no permite un arribo directo al denominado “campamento base chino” y por ello es necesario dormir cuando menos una noche en los poblados de Sagnum y en los siguientes Nyalam y Tingri. Esta situaci\u00f3n tiene dos resultados finales: la aclimataci\u00f3n y que exista un mayor ingreso econ\u00f3mico en cada poblado en donde llega todo el turismo, as\u00ed que pasamos nuestra primera noche en China en Sagnum e iniciamos as\u00ed nuestra aclimataci\u00f3n de altura.<\/p>\n

Dormimos una noche en Nyalam y dos en Tingri a 3,800 y 4,200 metros. Antes pasamos en jeep por el collado de Langma La a 5,100 metros, desde donde tuvimos una magnifica vista de la cordillera de los Himalayas. De Tingri nos dirigimos en jeep al campamento base chino a 4,500 metros, donde las autoridades tienen instalado un puesto de control provisional para revisar permisos, pasaportes, coordinar la renta de yaks y el transporte de regreso a Katmand\u00fa. En este lugar pasamos la noche ya en las tiendas de campa\u00f1a y realizamos una caminata en los alrededores hasta alcanzar los 5,000 metros.<\/p>\n

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Campamento base<\/b><\/p>\n

Despu\u00e9s del “campamento base chino” nos dirigimos al campamento base avanzado (CBA). Cruzamos un r\u00edo y varios arroyos y sal\u00edamos del agua con las piernas rojas por el fr\u00edo del agua que nos llegaba a la cintura con una fuerte velocidad. El CBA se encuentra a dos d\u00edas de distancia por lo que hicimos un campamento intermedio y el d\u00eda cinco de septiembre llegamos a lo que ser\u00eda nuestro hogar por un mes: el Campamento Base Avanzado. Aqu\u00ed, Bad\u00eda ya presentaba gripe y yo una fuerte infecci\u00f3n en la garganta y con fiebre, as\u00ed que mientras todos realizaban un primer entrenamiento de aclimataci\u00f3n llegando al Campamento Uno (C1, 6,400 metros) para luego regresar al CBA, nosotros descansamos dos d\u00edas.<\/p>\n

La vida en el CBA era un tanto sencilla. A las siete de la ma\u00f1ana pasaban los ayudantes de cocina a cada una de las tiendas a ofrecer t\u00e9 caliente. Luego \u00edbamos a la tienda comedor a desayunar. El men\u00fa era variado: huevo, hot cakes, cereal de avena, arroz con leche, pan de caja, mermelada, leche, t\u00e9, caf\u00e9 o agua caliente con saborizante en polvo. Dispon\u00edamos de tiempo libre para realizar nuestras actividades como arreglar nuestro equipo, mejorar el lugar donde estaba la tienda, visitar a otras expediciones o hacer una peque\u00f1a caminata por los alrededores. A la una de la tarde nos llamaban para tomar el almuerzo: papas cocidas, carne enlatada, pastas, frijoles con sabor dulce, verduras cocidas. Como la expedici\u00f3n era inglesa, el obligatorio t\u00e9 de las cinco y, finalmente, la cena a las siete de la noche, donde generalmente hac\u00edamos sobremesa hasta las nueve de la noche. Los alimentos en esta hora iniciaban con una sopa caliente, palomitas y variaba el men\u00fa entre tortillas de harina fritas, carne enlatada, papas cocidas, garbanzos, lentejas, arroz y empanadas.<\/p>\n

A su regreso del C1, Tom nuestro l\u00edder nos pregunt\u00f3 si est\u00e1bamos recuperados para poder llevar carga y dormir en el campamento uno, de lo contrario podr\u00edamos dormir en una tienda que hab\u00edan instalado a la mitad del camino. Cada carga representaba un promedio entre ocho y doce kilos de peso.<\/p>\n

Tambi\u00e9n nos coment\u00f3 que al d\u00eda siguiente se realizar\u00eda la ceremonia denominada Pooja. \u00edsta es organizada por los sherpas y el sirdar (el jefe de los sherpas) y consisti\u00f3 en levantar un altar donde colocaron un m\u00e1stil con las banderas de Nepal y el Tibet con oraciones budistas, comida y flor de rodondedro. Los sherpas y el sirdar rezaron a los Dioses de la monta\u00f1a para que no se molestaran y nos permitieran llegar a la cima y regresar con bien, no s\u00f3lo por ellos, sino tambi\u00e9n como un ejemplo para toda la humanidad por nosotros, sus sahaibs.<\/p>\n

La ceremonia dur\u00f3 aproximadamente 90 minutos y al finalizar los sherpas nos colocaron un fino lazo de estambre de color amarillo anudado, s\u00edmbolo de la magnanimidad divina. Tambi\u00e9n desplegaron banderas con oraciones budistas a los cuatro puntos cardinales, desde el altar, abarcando toda el \u00e1rea donde se encontraba el CBA a manera de bendici\u00f3n.<\/p>\n

Campamento uno<\/b><\/p>\n

Al d\u00eda siguiente todos nos dirigimos al campamento uno. Deb\u00edamos caminar dos horas en el glaciar del pie de la monta\u00f1a, cruzando arroyos y grietas hasta llegar a la base de una empinada cuesta de aproximadamente 400 metros de desnivel, que ascendimos en tres horas hasta llegar a la tienda de campa\u00f1a, donde pasamos la noche. La primera noche en este campamento fue el pre\u00e1mbulo de lo que ser\u00eda dormir en los campamentos superiores pues la baja temperatura y el escaso ox\u00edgeno no evitaron un descanso profundo y continuo. Michael y Louis decidieron dormir una noche m\u00e1s en el C1 y los dem\u00e1s bajamos al CBA, donde descansamos dos d\u00edas.<\/p>\n

Aprovechamos este descanso para preparar la comida que utilizar\u00edamos en los campamentos superiores: sopas instant\u00e1neas (pastas, jitomate, hongos) y dos tipos de guisados, unos deshidratados (pasta con frijoles en salsa de chili, alb\u00f3ndigas con pasta y verduras) y otros que \u00fanicamente se met\u00edan en agua caliente con todo y empaque (salchichas con ch\u00edcharos, cuadritos de pollo en pipi\u00e1n). Tambi\u00e9n alistamos el equipo de escalada que utilizar\u00edamos en las cuerdas fijas: ascensor, piolet, descensor, crampones, etc., y nuestra ropa m\u00e1s abrigadora: chamarras de pluma, guantes m\u00e1s gruesos, balaclavas, trajes de tormenta, botas dobles, etc. El plan fue llevar todo nuestro equipo hasta la mitad del camino del campamento uno, regresar a dormir al CBA y luego recoger el equipo en la mitad del camino y subirlo hasta el campo uno. Esto nos tom\u00f3 dos d\u00edas.<\/p>\n<\/div>\n

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\n Campamento dos<\/b><\/p>\n

Del C1 subimos por una arista hasta una pared de hielo de aproximadamente 100 metros de altura la que subimos con la ayuda del ascensor y el piolet y nos condujo a la base del glaciar colgante a 6,750 metros. Este glaciar empieza con una pendiente muy suave que parecen dos canchas de futbol juntas, para luego levantarse abruptamente entre grietas y paredes de hielo hasta terminar donde se establece el campamento dos. Bajamos a dormir nuevamente al campo uno, satisfechos por lo que hab\u00edamos hecho y al d\u00eda siguiente nos dirigimos al campo dos. R\u00e1pidamente llegamos encima de la pared de hielo y cruzamos el glaciar con la ayuda de las cuerdas hasta llegar a una pendiente que nos llev\u00f3 al campamento dos a 7,200 metros.<\/p>\n

Fue un trayecto largo, dif\u00edcil y cansado. Era la primera vez que escal\u00e1bamos a esa altura y hab\u00edamos empleado siete horas en llegar. Bad\u00eda no pod\u00eda asimilar los alimentos por la altura a la que nos encontr\u00e1bamos y volv\u00eda el est\u00f3mago. Dormir signific\u00f3 todo un reto pues el cansancio nos venc\u00eda pero no tard\u00e1bamos ni 15 minutos en despertar por la falta de ox\u00edgeno.<\/p>\n

En la ma\u00f1ana del siguiente d\u00eda tuvimos una vista espectacular, las monta\u00f1as adyacentes al Cho Oyu quedaban poco a poco debajo y la cumbre m\u00e1s cercana. Tambi\u00e9n vimos el camino hacia el campamento tres, una inclinada pendiente expuesta al peligro de avalanchas. Desde aqu\u00ed confirmamos nuestras sospechas: cerca del campamento se hab\u00edan producido dos avalanchas y el lugar no era cien por ciento seguro.<\/p>\n

\u00c9sta fue nuestra \u00faltima noche en la altura antes de intentar la cumbre, la aclimataci\u00f3n hab\u00eda terminado. Regresamos al CBA en s\u00f3lo ocho horas. Hasta entonces el clima hab\u00eda sido relativamente bueno; aunque nevaba todos los d\u00edas no hac\u00eda mucho viento ni fr\u00edo, y pod\u00edamos trabajar m\u00e1s o menos c\u00f3modamente.<\/p>\n

Planes<\/b><\/p>\n

Descansamos en el CBA tres d\u00edas, aprovech\u00e1ndolo en comer bien, dormir y relajarnos. Tom nos explic\u00f3 el plan para subir y bajar de la cumbre. El 21 de septiembre subir\u00edamos al campo uno, donde pasar\u00edamos la noche para luego subir al campo dos. Al siguiente d\u00eda subir\u00edamos al campo tres sin bolsas de dormir pues saldr\u00edamos a las 2 de la ma\u00f1ana del d\u00eda 24 hacia la cima. Regresar\u00edamos a dormir al campo dos, y al siguiente d\u00eda bajar\u00edamos hasta el CBA. Tambi\u00e9n nos coment\u00f3 que como medida de seguridad s\u00f3lo dispondr\u00edamos de ocho horas para alcanzar la cumbre desde el \u00faltimo campamento. De no alcanzarla en ese tiempo, tendr\u00edamos que regresar, adem\u00e1s se hab\u00eda comunicado por tel\u00e9fono satelital con el servicio meteorol\u00f3gico de Austria, que pronosticaba cuatro d\u00edas de buen tiempo a partir del 21.<\/p>\n

As\u00ed que partimos el 21 hacia la cumbre, pero antes hicimos llamadas telef\u00f3nicas a dos estaciones de radio como parte del compromiso con nuestros patrocinadores y a nuestros familiares inform\u00e1ndoles que est\u00e1bamos listos para intentar la cumbre.<\/p>\n

Hacia arriba<\/b><\/p>\n

Michael, Mary Pierre y Loui hab\u00edan decidido adelantarse un d\u00eda. En el camino al campo uno nos encontramos a Loui: ven\u00eda de regreso y nos coment\u00f3 que no se encontraba bien de salud. Renunciaba as\u00ed a cualquier intento de cumbre. Mary Pierre y Michael tambi\u00e9n tuvieron que abandonar el intento en los campamentos superiores, aunque no por los mismos motivos. Nuestro avance hacia los campamentos superiores fue r\u00e1pido, sent\u00edamos los beneficios de la aclimataci\u00f3n y el descanso. Sin propon\u00e9rnoslo restamos varias horas a los trayectos entre campamentos. Cuando llegamos al campo dos, nos percatamos que el camino hacia el campo tres, hab\u00eda sido barrido por una avalancha: deber\u00edamos pasar por ese lugar lo m\u00e1s r\u00e1pido posible.<\/p>\n

Al campo tres a 7,500 msnm arribamos a las cinco de la tarde del d\u00eda 23 de septiembre. Hac\u00eda mucho viento y fr\u00edo y de inmediato nos metimos a nuestra tienda a esperar la hora de salida hacia la cumbre. Mientras, preparamos comida y derretimos nieve para preparar bebidas e hidratarnos, lo que es muy importante a estas alturas, en la espera y para llevar en el camino a la cumbre.<\/p>\n

Cuando se est\u00e1 por per\u00edodos largos en alturas extremas, el cuerpo genera m\u00e1s gl\u00f3bulos rojos para captar m\u00e1s ox\u00edgeno, pues a la altura del campamento tres la cantidad de oxigeno disponible es de un 35% en comparaci\u00f3n al 100 % a nivel del mar. Esto hace que la sangre se vuelva m\u00e1s viscosa y no llegue con normalidad a los capilares de manos y pies, adem\u00e1s de que se pueden formar co\u00e1gulos. As\u00ed, si uno no bebe continuamente, est\u00e1 expuesto a posibles edemas cerebrales y congelaciones. Es por esta raz\u00f3n que se beben entre 4 y 6 de litros de agua diario.<\/p>\n

La espera en este campamento fue realmente dif\u00edcil, las condiciones climatol\u00f3gicas cambiaron. La velocidad del viento se increment\u00f3 al grado que pensamos que volar\u00edamos con la tienda. La temperatura tambi\u00e9n bajo y cuando salimos hacia la cumbre en la madrugada, era de -25 grados cent\u00edgrados, con una la velocidad del viento de 60 km por hora.<\/p>\n

La decisi\u00f3n<\/b><\/p>\n

Al principio subimos con la luz de nuestras l\u00e1mparas frontales aunque el fr\u00edo era tan intenso que las bater\u00edas no duraron m\u00e1s de 10 minutos por cambio. Esta primera parte consisti\u00f3 en superar resaltes rocosos por medio de cuerdas fijas hasta llegar a un peque\u00f1o collado a 8,000 metros. Aqu\u00ed empez\u00f3 amanecer y tomamos la decisi\u00f3n que creemos fue la diferencia entre alcanzar o no la cumbre: nos sent\u00edamos fuertes y pod\u00edamos ascender m\u00e1s r\u00e1pido que Hamas y que nuestro l\u00edder y podr\u00edamos alcanzar a los sherpas m\u00e1s adelante. Tom estuvo de acuerdo y nos adelantamos.<\/p>\n

Despu\u00e9s nos enteramos que de este punto se regresaron junto con el sherpa Pemba por problemas de congelamiento en una mano y un pie de Hamas. Seguimos caminado por una empinada rampa de hielo que nos llev\u00f3 hasta la antecumbre a 8,100 metros, donde nos tocaron los primeros rayos del sol. Desde aqu\u00ed vimos como hab\u00edamos superado todas las cumbres norte alrededor del Cho Oyu. Sab\u00edamos que la cumbre era amplia, con una ligera inclinaci\u00f3n y para saber que se llega a lo m\u00e1s alto, se debe ver hacia el sureste, al macizo del Everest.<\/p>\n

Minutos m\u00e1s tarde alcanzamos a los sherpas Phenden y Nima, Bad\u00eda les pregunt\u00f3 cu\u00e1nto tiempo faltaba para llegar y nos comentaron que dos horas, lo que nos desanim\u00f3. No utiliz\u00e1bamos ox\u00edgeno adicional y est\u00e1bamos cansados y sent\u00edamos mucho fr\u00edo. Vimos el reloj; marcaba las 10:20. Hab\u00edamos rebasado el tiempo l\u00edmite para llegar a la cumbre, pero nos sent\u00edamos tan cerca que decidimos alargarlo hasta las 11:00.<\/p>\n

La cima<\/b><\/p>\n

La velocidad del viento aument\u00f3 aproximada-mente a 90 km\/hora y la temperatura baj\u00f3 aun m\u00e1s, hasta los -35 grados cent\u00edgrados. Conscientes de que las condiciones del tiempo se deterioraban r\u00e1pidamente, supimos que ser\u00eda nuestra \u00fanica oportunidad y apresuramos el ritmo a ocho pasos por un descanso, al frente iba Nima, luego yo, Badia y por \u00faltimo Phenden. La pendiente se hac\u00eda m\u00e1s suave y levant\u00e9 la vista. Vi parado a Nima y, detr\u00e1s de \u00e9l, el macizo del Everest: en primer plano el Everest (8,850 metros), al fondo el Lohts\u00e9 (8,500 metros) y a la derecha el Nupts\u00e9 (7,900 metros).<\/p>\n

Hab\u00edamos llegado a la cima del Cho Oyu. Est\u00e1bamos a 8,201 metros por encima del niovel del mar. Era el 24 de septiembre. Las 11:00 hrs.<\/p>\n

Bad\u00eda y yo nos abrazamos, no hubo necesidad de palabras, el sentimiento nos gan\u00f3 y derramamos algunas l\u00e1grimas. Hab\u00edamos conquistado en pareja, como matrimonio, la cumbre de la sexta monta\u00f1a m\u00e1s alta del mundo y a nosotros mismos, pero m\u00e1s que eso, respondimos a la confianza de toda la gente que nos apoy\u00f3.<\/p>\n

Tomamos fotos con la bandera de M\u00e9xico, de nuestros patrocinadores, familiares y por supuesto con nuestros sherpas: Nima y Phenden.<\/p>\n

No duramos m\u00e1s de ocho minutos en la cumbre, los sherpas nos apresuraban para bajar. La falta de ox\u00edgeno a esta altura y el fr\u00edo nos debilitaba cada vez m\u00e1s. La prueba de esto fue que, al girarse para iniciar el descenso, Bad\u00eda perdi\u00f3 el equilibrio dos veces y cay\u00f3 en la nieve. As\u00ed que decidimos bajar despacio pero sin detenernos y en el mismo orden en que hab\u00edamos subido.<\/p>\n

La bajada<\/b><\/p>\n

Llegamos nuevamente a las cuerdas fijas y bajamos de rapel, asegur\u00e1ndonos de no cometer ning\u00fan error. Durante el descenso se origina una falta de atenci\u00f3n en lo que se hace y piensa porque se est\u00e1 cansado. Por ello, la mayor\u00eda de los accidentes se producen en el descenso.<\/p>\n

Despu\u00e9s del \u00faltimo rappel, faltaban cien metros para el campo tres, pero la nieve estaba muy floja y nos hund\u00edamos hasta la mitad de los muslos. Hubo momentos en los que tuvimos que ayudarnos a bajar sentados, pues el cansancio en las piernas era tal que no pod\u00edamos sostenernos. Nos cost\u00f3 mucho esfuerzo avanzar pero llegamos al campamento a las 16 horas.<\/p>\n

Phenden Â?que se hab\u00eda adelantado Â? nos recibi\u00f3 con t\u00e9 caliente y algo de sopa, pero sinceramente s\u00f3lo quer\u00edamos dormir. Est\u00e1bamos exhaustos, hab\u00edamos escalado durante 14 horas a m\u00e1s de 8,000 metros y aunque sab\u00edamos que el plan era bajar al campo dos, decidimos quedarnos aqu\u00ed a pasar la noche, aunque no tuvi\u00e9ramos bolsas de dormir y s\u00f3lo muy poca comida. En un acto de humanidad y de ejemplo para muchos de nosotros, Phenden nos prest\u00f3 su bolsa de dormir para que en la medida de lo posible Bad\u00eda y yo pudi\u00e9ramos tener un poco de calor en la noche.<\/p>\n

Mal tiempo<\/b><\/p>\n

El clima segu\u00eda empeorando. La velocidad del viento aumentaba continuamente y luego nos enterar\u00edamos por otros escaladores que la tienda del campamento tres fue arrancada por el viento a las pocas horas de haberla dejado. Al siguiente d\u00eda bajamos junto con Tom y Phenden s\u00f3lo al campo dos. No sent\u00edamos suficiente fuerza para ir hasta el C1. Hamas hab\u00eda podido bajar hasta all\u00e1 en compa\u00f1\u00eda de Nima Sherpa.<\/p>\n

La noche en el campamento dos fue dif\u00edcil. El viento segu\u00eda soplando con mucha fuerza, arrastrando una gran cantidad de nieve y pr\u00e1cticamente sepult\u00f3 la tienda donde nos encontr\u00e1bamos. Adem\u00e1s nos enfrentamos a uno de los problemas m\u00e1s dif\u00edciles de grandes alturas: las congelaciones. Bad\u00eda presentaba congelaciones en cuatro de los dedos de la mano izquierda en las yemas y u\u00f1as, yo en todos los dedos del pie izquierdo y en tres del pie derecho. Sab\u00edamos que de no hacer algo en ese momento, podr\u00edan complicarse hasta llegar a la amputaci\u00f3n. As\u00ed que nos dimos masajes en las partes afectadas y yo puse mis pies en contacto directo con la piel a la altura del est\u00f3mago de Bad\u00eda durante toda la noche. Esto nos evit\u00f3 mayores complicaciones m\u00e1s adelante.<\/p>\n

De regreso<\/b><\/p>\n

Al siguiente d\u00eda, aunque no pod\u00edamos maniobrar bien por las congelaciones que present\u00e1bamos, bajamos con mucha precauci\u00f3n al campo uno por las cuerdas fijas y de ah\u00ed al CBA, en un solo d\u00eda. Los dem\u00e1s miembros de la expedici\u00f3n nos recibieron con gran entusiasmo, nos felicitaron sinceramente, ya que hab\u00edamos sido los \u00fanicos Â?junto con Pheden y Nima Â? en alcanzar la cumbre. Mary Pierre ya hab\u00eda salido de regreso Katmandu, Loui, Hamas y Michael har\u00edan lo mismo al siguiente d\u00eda. S\u00f3lo nos quedamos Tom, Bad\u00eda, yo y los sherpas.<\/p>\n

Descansamos dos d\u00edas para recuperarnos y dar tiempo para que mis pies se desinflamaran. El d\u00eda 29 de septiembre salimos muy temprano hacia el campamento base chino. El trayecto fue verdaderamente doloroso para m\u00ed pues los pies se hab\u00edan inflamado m\u00e1s. Cada paso constitu\u00eda un verdadero esfuerzo pero est\u00e1bamos decididos a llegar lo antes posible a Kathmand\u00fa para tratarnos las congelaciones.<\/p>\n

Despu\u00e9s de nueve horas de caminata continua llegamos al campamento, donde pasamos la noche. Al d\u00eda siguiente tomamos una camioneta que nos llev\u00f3 hasta Sagnum. Aunque ya hab\u00edan reparado la carretera pero tuvimos que cruzar la frontera con Nepal caminando y tomar un taxi para Kathmand\u00fa adonde llegamos a las 20:00 horas. Recibimos atenci\u00f3n m\u00e9dica para las congelaciones y ocho d\u00edas despu\u00e9s est\u00e1bamos otra vez con nuestras familias en M\u00e9xico.<\/p>\n

¿Qu\u00e9 sigue? <\/b><\/p>\n

En la actualidad Bad\u00eda se ha recuperado en 95% de sus congelaciones y se ha reincorporado a sus actividades y Mauricio se encuentra en franca recuperaci\u00f3n y si bien hemos logrado alcanzar la cima del Cho Oyu fue gracias a nuestros amigos y familiares y al gran apoyo que nos prestaron la Asociaci\u00f3n de Monta\u00f1ismo y Exploraci\u00f3n de la Universidad Nacional Aut\u00f3noma de M\u00e9xico, Mastercard, Choco-Milk, Seiko, Enerplex y Playeras Bechelany. A todos les estamos agradecidos pero ahora estamos pensando en nuestro pr\u00f3ximo reto como matrimonio: escalar el techo del mundo: Everest.<\/p>\n<\/p><\/div>\n

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En la mañana del siguiente día tuvimos una vista espectacular, las montañas adyacentes al Cho Oyu quedaban poco a poco debajo y la cumbre más cercana. También vimos el camino hacia el campamento tres, una inclinada pendiente expuesta al peligro de avalanchas. Desde aquí confirmamos nuestras sospechas: cerca del campamento se habían producido dos avalanchas y el lugar no era cien por ciento seguro.<\/div>\n

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