{"id":11433,"date":"2001-03-15T00:00:00","date_gmt":"2001-03-15T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11433"},"modified":"2012-03-12T22:07:28","modified_gmt":"2012-03-13T04:07:28","slug":"huantsan","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2001\/huantsan\/","title":{"rendered":"Huants\u00e1n"},"content":{"rendered":"
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Martes 28 de mayo de 1984<\/b><\/p>\n

Llegamos a Lima, Per\u00fa, a las 6:45 de la ma\u00f1ana. Hace algunas horas, en M\u00e9xico nuestros amigos y familiares nos despidieron con abrazos, una goya y dese\u00e1ndonos mucha suerte; fue agradable…
\n Inmediatamente partimos rumbo a Huaraz al norte de Lima. Despu\u00e9s de casi siete horas de viaje tenemos el primer contacto con el paisaje andino; observamos la laguna Conococha y el nevado Caullaraju; estamos impresionados por la majestuosidad de la naturaleza dura de la Cordillera Blanca.<\/p>\n

Nos instalamos en el Hotel “Barcelona”, posada preferida de casi toda las expediciones mexicanas. Los pr\u00f3ximos d\u00edas los dedicaremos a comprar la comida faltante y a conseguir el transporte y animales de carga para el acercamiento al campamento base. Pepe y yo nos encargamos de obtener informaci\u00f3n sobre la mejor ruta de acercamiento y costos.<\/p>\n

S\u00e1bado 2 de junio<\/b><\/p>\n

A las cuatro de la ma\u00f1ana est\u00e1n listas las camionetas por lo quo es necesario acomodar los costales y mochilas en una camioneta y en la otra vamos los nueve. Cuando partimos a\u00fan no amanece, hace un poco de fr\u00edo, observamos con inter\u00e9s c\u00f3mo queda atr\u00e1s la ciudad de Huaraz.<\/p>\n

Las camionetas nos dejan en Paso Pit\u00e9c, donde nos esperan el se\u00f1or Juan (nuestro cocinero y guardi\u00e1n) adem\u00e1s de los arrieros, con 17 animales de carga; caminamos durante cuatro horas a trav\u00e9s de la Quebrada Shallap para llegar al campamento base. El paisaje por la ca\u00f1ada es majestuoso; al centro corre el r\u00edo que nace del glaciar del Nevado San Juan. En ambos lados do la quebrada se yerguen impresionantes paredes de roca de hasta 400 metros de altura donde se antoja una “escaladita”.<\/p>\n

El campamento base est\u00e1 cerca de la laguna que forma el glaciar del San Juan; ah\u00ed existen unas habitaciones de piedra que utilizaron los trabajadores de ElectroPer\u00fa que hoy funcionan como albergues: dos de ellas las utilizamos como bodegas y la tercera como cocina y comedor; realmente estamos muy c\u00f3modos.<\/p>\n

Domingo 3 de junio<\/b><\/p>\n

Hoy iniciamos el primer reconocimiento para instalar el campamento I. Hago cordada con Pepe Valencia, y Sergio Cede\u00f1o con Jorge Soriano, para realizar el reconocimiento por diferentes v\u00edas. En la ma\u00f1ana decid\u00ed hacer un recorrido rodeando la Laguna por el norte y localic\u00e9 una posible v\u00eda: bordear la laguna por ci sur hasta un lomo verde de pastizal para despu\u00e9s realizar una traves\u00eda a la izquierda; poco antes de llegar al final se encuentra un canal\u00f3n nevado en su parte m\u00e1s alta; exploramos esta v\u00eda y colocamos algunas banderas de ruta. Dejamos al final de la traves\u00eda todo el equipo quo llevamos, momento en el cual. nos sorprendi\u00f3 una ventisca.<\/p>\n

A las 19:00 horas llegamos al campamento base; el doctor Reynaldo T\u00e9llez nos tom\u00f3 las constantes vitales. Me siento en plena forma adem\u00e1s que no me molest\u00f3 la rodilla derecha en lo m\u00e1s m\u00ednimo.<\/p>\n

Lunes 4 de junio<\/b><\/p>\n

Hoy instalaremos el campamento I (4,800); Jorge y Sergio se quedan en el base, los dem\u00e1s subimos siguiendo la ruta que ayer exploramos. Al final el campamento base queda a la derecha del Nevado San Juan y del Tunarinaraju, y a la izquierda el Huamshpunta. Es un circo perfecto, libre de avalanchas y con suficiente agua. Dejamos el material, levantamos una tienda, comimos algo y bajamos al base.<\/p>\n

Martes 5 de junio<\/b><\/p>\n

Es d\u00eda de descanso, lo que significa atender la cocina, lavar platos, etc. Los dem\u00e1s parten al campamento I para dejar material; Sergio y Jorge se quedan en \u00e9l a fin de continuar abriendo ruta. Por la tarde los muchachos llegaron todos mojados pero con una sopa caliente se reanimar\u00e1n al instante.<\/p>\n

Mi\u00e9rcoles 6 de junio<\/b><\/p>\n

Hoy subimos nuestras cosas de dormir Pepe y yo pues nos quedaremos en el I. Subimos algo tarde y sin prisa, pero a un buen ritmo, con lo que comprobamos nuestra forma f\u00edsica. Al llegar no encontramos a los muchachos; no han bajado a\u00fan, pero poco despu\u00e9s los vemos descender; subieron poco debido a la nieve floja y la nula visibilidad. Dejaron algo de material en una grieta y emprendieron el regreso.<\/p>\n

Jueves 7 de junio<\/b><\/p>\n

Son las 3:30 de la ma\u00f1ana; es la en\u00e9sima vez que despierto a Pepe, est\u00e1 nevando y hay mucha neblina. Me doy vuelta y quiero seguir durmiendo, Pepe prepara un poco de t\u00e9, lo tomamos y decido ir a la otra tienda. Le digo a Jorge que esperemos por si se compone un poco; no podemos acostumbrarnos a la variaci\u00f3n del clima: neblina, nevada continua, a ratos llovizna y a veces, de d\u00eda, mucho calor. Decidimos no subir hoy. Espero que ma\u00f1ana sea favorable el tiempo. Desde este punto por primera vez observamos m\u00e1s completamente al Huants\u00e1n.<\/p>\n

Viernes 8 de junio<\/b><\/p>\n

Hoy el clima es m\u00e1s propicio para ascender, lo cual nos da mucha alegr\u00eda. A\u00fan no amanece y es necesario que utilicemos las l\u00e1mparas para ayudar en la escalada de la pared rocosa. El ascenso por el glaciar es r\u00e1pido gracias a la orientaci\u00f3n de los compa\u00f1eros que pusieron banderas, aunque m\u00e1s adelante tenemos que abrir ruta. A los 16,300 pies fijamos un tramo de cuerda, hicimos una repisa y depositamos el equipo; es tarde y el sol nos atormenta. Javier y Enrique Miranda suben al campamento I.<\/p>\n

S\u00e1bado 9 de junio<\/b><\/p>\n

Hoy fijamos m\u00e1s cuerda; Pepe se encarga de dos tramos y yo instalo el tercero en una pared de roca con tres clavos. El viento es fuerte y en momentos tengo que esperar a que se calme un poco para seguir asegurando el cable. Mientras aseguro el equipo, Pepe baja; ya es muy tarde y no fijaremos el campamento II como hab\u00edamos pensado, por lo que Jorge Soriano y Sergio Cede\u00f1o ponen la tienda al inicio del cable fijo para ma\u00f1ana instalar definitivamente el campamento II.<\/p>\n

Domingo 10 de junio<\/b><\/p>\n

Amanece muy mal; son las cuatro de ha ma\u00f1ana y est\u00e1 nevando; tal vez se componga m\u00e1s tarde, me duermo, sigue nevando. No es propicio subir. Bajamos al campamento base por comida, me surge la idea de quedarme un d\u00eda abajo Â?se acord\u00f3 dos d\u00edas de trabajo por uno de descansoÂ?, pero al final decido subir con los dem\u00e1s.<\/p>\n

Juanito (el cocinero) bajar\u00e1 nuevamente por comida a Huaraz y decidimos mandar correspondencia a M\u00e9xico. Comemos bastante y riqu\u00edsimo; le entrego mis cartas a Juanito y emprendo el regreso al campamento I. En ocasiones me envuelve completamente la niebla; escucho el canto de un p\u00e1jaro pero no logro localizarlo. Siento la atm\u00f3sfera pesada y misteriosa; a pesar de la nevada sigo mi camino.<\/p>\n

Lunes 11 de junio<\/b><\/p>\n

No es aceptable el tiempo para subir. Ya en la ma\u00f1ana recibimos un poco el sol por lo que saco la bolsa do dormir a secar. Arreglamos el equipo, la comida y las cargas del pr\u00f3ximo d\u00eda.<\/p>\n

Martes 12 de junio<\/b><\/p>\n

Son las 3:30 do la ma\u00f1ana y la noche es bella; subo mis cosas para dormir al campamento II, que suponemos ya fijo. Los compa\u00f1eros tardan poco en estar listos por lo que decido empezar a subir. No puedo evitar parar y contemplar esta m\u00e1gica visi\u00f3n de oscuridad y puntos luminosos en el umbral del amanecer.<\/p>\n

Al llegar a la cuerda fija observo que Jorge y Sergio van subiendo rumbo al campamento II mientras atr\u00e1s viene Alfredo Rivera y otros compa\u00f1eros.<\/p>\n

Despu\u00e9s de comentar varios aspectos con Enrique Miranda, jefe de la expedici\u00f3n, fijamos la cuerda en la cumbre de Huamashpunta, bajamos y decidimos que el campamento II se quedar\u00e1 al inicio de la cuerda fija. Llevamos 11 d\u00edas y no se ha podido ubicar el campamento II en el sitio planeado (5,400).<\/p>\n

Mi\u00e9rcoles 13 de junio<\/b><\/p>\n

Jorge y Sergio bajan a descansar al campamento base. Fijamos 110 metros de cable, el mal tiempo nos impide continuar y decidimos bajar.<\/p>\n

La arista en la que fijamos el cable conduce a la parte oeste del Huants\u00e1n Norte (6,119 metros); ya anocheciendo salgo de la tienda y contemplo la luna que se sit\u00faa casi por encima de la cumbre del Huants\u00e1n Chico; hacia el oeste algunas nubes se disipan tomando diversos colores y contrastes, quisiera permanecer m\u00e1s tiempo fuera y admirar esta maravillosa naturaleza pero la idea de levantarme ma\u00f1ana temprano me convence para ir a descansar.<\/p>\n

Jueves 14 de junio<\/b><\/p>\n

Creo que por tomar caf\u00e9 con leche no pude dormir m\u00e1s de tres horas. Javier Riviera hizo cordada con Pepe y conmigo; fijamos 130 metros m\u00e1s de cable a un buen ritmo lo cual me hace sentir m\u00e1s optimista a pesar de que el mal tiempo continua.<\/p>\n

Estoy satisfecho con el trabajo de hoy. Es grande esta monta\u00f1a, realmente respetable. Tal vez nos d\u00e9 oportunidad de estar en la cumbre y, quiz\u00e1, permitir intentos a varias cordadas.<\/p>\n

Viernes 15 de junio<\/b><\/p>\n

Un terrible dolor de cabeza me despierta insistentemente durante toda la noche, la disipo con respiraci\u00f3n profunda, duermo y me vuelve a despertar. Hoy fijamos el campamento III (5,650 metros). Enrique Miranda se qued\u00f3 en el campamento II. Javier trabaj\u00f3 muy bien en nuestra cordada, pues adem\u00e1s de cumplir su tarea principal de filmar en 16 mm la ascensi\u00f3n, nos ayuda equipando la ruta y acarreando material.<\/p>\n

Subimos el \u00faltimo tramo de cuerda ya instalada y le pido el equipo a Pepe pues deseo puntear el siguiente tramo. El viento, el eterno viento, est\u00e1 presente. Estamos cerca de la parte m\u00e1s alta del domo mayor do la arista oeste, justamente el cable s\u00f3lo nos alcanza para llegar a este sitio. Saco la pala para nieve y Pepe empieza a formar la plataforma para la tienda, nos turnamos. Me doy cuenta quo se pueden sacar bloques grandes como para hacer un igl\u00fa, as\u00ed que empiezo a sacarlos y comenzamos a construir un muro para proteger el lugar m\u00e1s expuesto al viento. La tienda es muy peque\u00f1a para los tres. No podemos movernos sin molestar a otro. Me siento un pace cansado.<\/p>\n

Esperamos con impaciencia el equipo que subir\u00e1 Enrique, pero el mal tiempo le impide llegar.<\/p>\n

Tendremos que soportar un d\u00eda m\u00e1s la incomodidad de la tienda. No cesa el viento y al chocar con la tienda aumenta su apariencia. Dormito a ratos, salgo a tensar la tienda, el viento casi me impide respirar, entro, el ruido es menor, duermo un poco.<\/p>\n

Domingo 17 de junio<\/b><\/p>\n

La ma\u00f1ana es tranquila; ha estado nevando y en vista de que no van a subir, decidirnos bajar para saber qu\u00e9 ha pasado. Javier est\u00e1 de acuerdo pero Pepe no est\u00e1 muy seguro pues insiste en seguir esperando.<\/p>\n

Poco antes de llegar al campamento II vemos que alguien esta afuera, parece que es Alfredo. Pepe le pregunta a Enrique por qu\u00e9 no han subido las estacas y dice que el mal tiempo no lo ha dejado. Despu\u00e9s de enterarnos de lo que ha pasado, llegamos a un acuerdo: Pepe y Carlos har\u00e1n el primer intento a la cumbre y los dem\u00e1s fijar\u00e1n el campamento IV.<\/p>\n

Lunes 18 de junio<\/b><\/p>\n

Blanca Arthur Â?la \u00fanica mujer de nuestra expedici\u00f3nÂ? y Alfredo Rivera han subido con nosotros el d\u00eda anterior y bajan par m\u00e1s material que est\u00e1 entre los dos campamentos. Unas horas despu\u00e9s regresa Alfredo agotado y deshidratado par el fuerte sal; entra a la tienda y siente el calor molesta, no la soporta y decide salir. El d\u00eda es espl\u00e9ndido, pero en la tarde empieza a nevar.<\/p>\n

Martes 19 de junio<\/b><\/p>\n

Parece que el mal tiempo no permitir\u00e1 seguir el plan. Leo un poco mientras los dem\u00e1s platican y descansan en la otra tienda. Pepe me llama, no me agrada la idea de salir, pero lo hago. Enrique me dice que el plan original se ha desechado y surge el siguiente:<\/p>\n

Jorge y Enrique intentar\u00e1n armar ha arista oeste del Huants\u00e1n Norte, hasta donde se pueda en un d\u00eda; al d\u00eda siguiente subiremos Pepe y yo a terminar de armar lo que falte.<\/p>\n

Mi\u00e9rcoles 20 de junio de 1984<\/b><\/p>\n

Amanece un poco mal el tiempo por lo que Enrique y Jorge salen muy tarde a equipar la ruta; poco despu\u00e9s los alcanzan Blanca y Pepe. Fijan cerca de 200 metros de cable ya muy noche. Ma\u00f1ana subiremos Pepe y yo.<\/p>\n

Jueves 21 de junio de 1984<\/b><\/p>\n

El tiempo no es muy favorable pero tampoco impide que nos preparemos. Estamos listos, casi olvido la pala. Partimos con un viento bastante fuerte; nos despedimos de Blanca y ella nos desea suerte, esperamos no defraudarla, a nosotros, a todos.<\/p>\n

El viento es terrible, en dos ocasiones me tira y en otras me impide avanzar, tengo que inclinarme para evitar caer. Al llegar a la cuerda fija le doy a Jorge Soriano unos clavos para roca y cuatro “ni\u00f1os muertos”. El cable s\u00f3lo llega por debajo de la mitad de la pared, cerca del “embri\u00f3n” (una cornisa que, vista de perfil, semeja un embri\u00f3n humano de algunas semanas de desarrollo). Con seis tramos de cuerda m\u00e1s llegamos a la antecumbre del Huants\u00e1n Norte. Grande es mi sorpresa al ver que la ruta a seguir es una enorme cornisa que nos separa de ha Arista que lleva a la verdadera cumbre del Huants\u00e1n. Son las cinco de la tarde, descansamos un poco y saco ha estufilla para fundir nieve. Tres horas despu\u00e9s a\u00fan no logramos superar la cornisa; estamos a poco m\u00e1s de la mitad de la cornisa. Es de noche y sopla el viento con fuerza. Saco la pala, empiezo a cavar para establecer un peque\u00f1o refugio y despu\u00e9s de dos horas tenemos un hueco en la nieve que nos permite evitar el viento; estamos a 6,030 metros de altitud.<\/p>\n

Viernes 22 de junio de 1984<\/b><\/p>\n

Amanece nublado y con ligera ventisca. Nos levantamos ya muy tarde, comemos un poco de sopa con carne, t\u00e9 y miel con pan.<\/p>\n

Partimos envueltos por una densa niebla que nos impide continuar. Unos metros adelante del vivac debemos de permanecer parados por m\u00e1s de una hora hasta que se despoja un poco para descender por una fuerte pendiente que nos coloca en otra cornisa. A las ocho de la noche, la ventisca es muy fuerte y tengo fuertes dolores en los pies. Mientras Pepe asegura a Jorge, me quito ha mochila y empiezo a cavar un orificio en la nieve; el esfuerzo es agotador aunque prefiero hacerlo a quedarme inm\u00f3vil y sentir el fr\u00edo. La tormenta no cesa, nuestro refugia va tomando sentido. Formo una cueva suficiente para estar sentados con cierta comodidad a pesar de saber que estamos en condici\u00f3n peligrosa, pues un resbal\u00f3n o un alud nos har\u00eda caer m\u00e1s de dos mil metros.<\/p>\n

En la cueva no pega el viento; es raro, estamos rodeados por hielo y la oquedad parece un cobertor fant\u00e1stico. Tomamos un poco de t\u00e9 con granola. Es nuestro segundo vivac y aqu\u00ed tambi\u00e9n pasaremos el tercero a seis mil metros sobre el nivel del mar. Ma\u00f1ana ser\u00e1 el d\u00eda decisivo.<\/p>\n

S\u00e1bado 23 de junio de 1984<\/b><\/p>\n

Nuevamente este dolor de cabeza. Son las cuatro de ha ma\u00f1ana, sopla un ligero viento, los tres estamos despiertos. Hoy es el d\u00eda: es la realidad y decido incorporarme. Le digo a los muchachos que hay que darle, se entiende, nos preparamos para partir… Es propicio el tiempo.<\/p>\n

Pepe y Jorge se preparan y equipan; casi fundimos dos litros de nieve para preparar t\u00e9 y comemos un poco de granola; s\u00f3lo llevamos medio litro de t\u00e9 para el ascenso. Son las siete de la ma\u00f1ana, el viento es m\u00e1s fuerte, se ven densas nubes en el valle. Tal vez logremos subir la mitad antes que nos envuelvan.<\/p>\n

A las diez de ha ma\u00f1ana las nubes est\u00e1n sobre nosotros s\u00f3lo llevamos un tercio de la escalada. Al inicio del ascenso peque\u00f1as nubes grises surcaban sobre la cumbre como saetas a una velocidad extraordinaria. Me impresionan. Recuerdo los relatos de expediciones al Himalaya, con vientos de 120 kil\u00f3metros por hora. ¿[Nos] enfrentaremos a ese viento cuando estemos m\u00e1s arriba?<\/p>\n

En el octavo tramo, despu\u00e9s de una dura escalada en hielo se presenta una pared de roca, esto parece lo m\u00e1s dif\u00edcil. Logramos esquivarla por ha derecha. En el d\u00e9cimo tramo encontramos una pared formada par una cornisa que bordeamos hacia la izquierda para posteriormente seguir escalando. Fue un tramo de gran dificultad, con una inclinaci\u00f3n de 85 grados.<\/p>\n

El viento del este nos azota incesantemente adem\u00e1s de los embates de una fuerte nevada, lo que ocasiona que todo nuestro costado izquierdo se cubra de nieve. En el onceavo [sic] tramo de escalada sentimos cerca la cumbre.<\/p>\n

Subimos Pepe y yo lo seguro; la neblina nos impide ubicarnos. Jorge llega junta a m\u00ed. El aire helado enfr\u00eda mi cara, no puedo hablar, no puedo articular palabra alguna, intento silbar pero sin tampoco lograrlo. Tengo que hacer gestos y masajear mi cara para que entre un poco en calor. Pepe me grita que est\u00e1 listo, subo, le doy la estaca, la pendiente es m\u00e1s leve, la nieve m\u00e1s floja, le aseguro unos cuantos metros y el cable no corre.<\/p>\n

�¡Cumbre, cumbre!<\/p>\n

La neblina no me permite verlo. Asciende a toda prisa, se me dificulta la respiraci\u00f3n pero me re\u00fano con Pepe.<\/p>\n

�¡Lo conseguimos Charly, estamos en la cumbre!<\/p>\n

Mi alegr\u00eda es grande, abrazo a Pepe, tropezamos, mi j\u00fabilo es incontenible. Llega Jorge y nos abrazamos los tres. La neblina impide ver el panorama, que ha de ser maravilloso. Doce tramos de cuerda de 40 metros cada uno: 480 metros de desplazamiento, cinco horas nos llev\u00f3 recorrerlo, pero al fin estamos en ha cumbre, a 6,395 de altitud.<\/p>\n

Son has 13:20 horas, nuestra alegr\u00eda no se disipa. Tomamos un poco de t\u00e9 con miel, sacamos los banderines de la UNAM y de M\u00e9xico, hacemos un sin fin de combinaciones fotogr\u00e1ficas y luego tenemos que bajar pues la tormenta arrecia; realizamos el descenso sin ning\u00fan problema mientras voy contando de tramo en tramo. A las siete de ha noche llegamos a nuestro vivac en ha cueva de hielo.<\/p>\n

Se siente la presencia del viento, el eterno viento. Nos quitamos el cable y los crampones para meternos r\u00e1pidamente a nuestro refugio. Hablamos lo relacionado con nuestro triunfo. Recordamos que algunas personas en M\u00e9xico dec\u00edan que no lo \u00edbamos a lograr, ahora no importa, lo que requerimos es descansar para ma\u00f1ana bajar al campamento III y al d\u00eda siguiente al base.<\/p>\n

\n Revista Monta\u00f1ismo y Exploraci\u00f3n<\/i>, No. 6, 1984, p. 3-7\n<\/div>\n

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En 1984, un grupo de estudiantes universitarios se dirigió a la Cordillera Blanca, en Perú, para realizar el ascenso al Huantsán. Después de varios días de ascender por la montaña para realizar lo que se convirtió en el primer ascenso latinoamericano a esa montaña.<\/div>\n

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