{"id":11432,"date":"2002-01-15T00:00:00","date_gmt":"2002-01-15T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11432"},"modified":"2003-04-05T00:00:00","modified_gmt":"2003-04-05T00:00:00","slug":"accidente_en_las_jorasses","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2002\/accidente_en_las_jorasses\/","title":{"rendered":"ACCIDENTE EN LAS JORASSES"},"content":{"rendered":"
El presente es un informe de las actividades realizadas por el Entrenador en Jefe de la Asociación de Montañismo y Exploración a partir del viernes 25 de agosto de 1995, fecha de la notificación del accidente ocurrido en la Pared de las Grandes Jorasses (Mont Blanc, Chamonix, Francia) hasta el 2 de septiembre, fecha del retorno a la ciudad de México con Jorge Wingartz y las cenizas de Eusebio Hernández Andrade.
Viernes 25 de agosto<\/b>
A las 8:30 de la mañana, recibo una llamada telefónica del Licenciado Ricardo Cámara Sánchez, Cónsul del Consulado General de México en Francia, en la cual me da la noticia del accidente que sufrieron Eusebio Hernández Andrade y Jorge Wingartz el 24 de agosto en los Alpes franceses, en el cual el primero murió. El Cónsul Cámara había ya hablado con Jorge Wingartz para tener noticias de lo ocurrido y preguntar a quién se debía dirigir para informar en México, pero desconoce otro tipo de información.
Durante el resto del día, la actividad se centra a conseguir lo siguiente:
1. El apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México para traer de regreso a Jorge Wingartz y los restos de Eusebio Hernández.
2. Que la Universidad enviara a una persona de la Asociación de Montañismo y Exploración para realizar todos los trámites necesarios ante el Consulado de México en Francia y ante las autoridades francesas.
3. Toda la documentación legal necesaria para hacer lo anterior.
4. Informar a la familia de Eusebio Hernández de lo ocurrido.
5. La autorización de la familia de Eusebio Hernández para la cremación del cuerpo y la extradición de las cenizas a México.
Para todo lo anterior, se contó con el valioso apoyo de las autoridades de la Dirección General de Actividades Deportivas y Recreativas de la Universidad y con la comprensión de la Embajada Francesa para extender la visa en un horario y circunstancias fuera de lo común.
Sábado 26 de agosto<\/b>
1. A las 9:00 de la mañana, un familiar de Jorge Wingartz me entrega toda la documentación que les fue posible encontrar de él, así como ropa para su retorno a México.
2. A las 12:00 del día se obtiene el permiso de los familiares de Eusebio Hernández para la cremación del cuerpo y su retorno a México.
3. A las 13:00 horas se realiza una ceremonia luctuosa en honor a Eusebio Hernández Andrade, en la que están presentes sus familiares. Asisten más de 200 montañistas y se les da la poca información que hasta entonces se tiene, añadiéndose que por la tarde Carlos Rangel se trasladaría a Francia para hacer trámites y traer de regreso a Jorge Wingartz y las cenizas de Eusebio Hernández, pero sin tener una fecha precisa dada la falta de información.
4. A las 21:30 parte el vuelo 448 de Aeroméxico con destino a la ciudad de París, Francia.
Domingo 27 de agosto<\/b>
Llegada a la ciudad de París, aeropuerto Charles de Gaulle, a las 19:00 horas [tiempo local], con ocho horas de diferencia con respecto al huso horario de la Ciudad de México. Alojamiento en la ciudad.
Lunes 28 de agosto<\/b>
1. Entro en comunicación con el Consulado General de México y presento mis credenciales. El Consulado tenía ya noticia de mi arribo por el fax que le fue mandado por la Dirección General de Actividades Deportivas.
2. Soy presentado ante el Lic. Ignacio Villaseñor, Cónsul General de México en Francia y me ratifica la disponibilidad del Consulado para apoyarme en los trámites necesarios.
3. Desafortunadamente, el Consulado no tiene mucho personal y nadie me podría acompañar a Chamonix, por lo que tengo que iniciar los trámites en París.
4. Se realiza una comunicación vía telefónica con la Gendarmería de Chamonix para averiguar el paradero de los restos de Eusebio Hernández Andrade y pedir su cremación.
5. En otra comunicación con la Gendarmería de Chamonix, se hace la petición de una copia de la declaración hecha por Jorge Wingartz sobre los hechos ocurridos el día 24 de agosto.
6. Una tercera comunicación telefónica me pone en contacto con Jorge Wingartz para notificarle que estoy en París.
7. También en comunicación con el hospital, se pide una copia del expediente médico de Jorge Wingartz.
8. Se inician los trámites para emitir un nuevo pasaporte para Jorge Wingartz.
9. Se busca la manera más rápida y cómoda para regresar desde Chamonix a París, considerando que Jorge Wingartz no pudiera moverse.
10. Contacto con las líneas aéreas para con regreso de Jorge Wingartz a México por la vía más corta.
11. Durante la comunicación telefónica con Jorge Wingartz, le pido una narración sobre el accidente, misma que transcribo para enviarla a México.
12. Se envía a México el primer informe, el cual contiene las actividades realizadas durante ese primer día, así como la narración del accidente hecha por Jorge Wingartz.
13. Durante el día, se avanza mucho, pero los trámites iniciados desde el Consulado hasta la Gendarmería o el hospital, toman su tiempo, por lo que parece ser posible que mi estancia sería de uno o dos días.
Martes 29 de agosto<\/b>
1. Durante la mañana no es posible hacer nada, pues sólo queda esperar que los trámites se agilicen. Por otro lado, las actividades a realizar se ven limitadas al horario de oficina del Consulado (9:00 a 13:00 y 14:30 a 17:00 hora local [1:00 a 5:00 y 6:30 a 9:00, hora de México]).
Por la tarde: <\/b>
2. El hospital de Chamonix pide al Consulado de México una carta de garantía para asegurarse de que la Universidad Nacional Autónoma de México se hará cargo de los gastos.
3. También el hospital de Chamonix se pone en contacto con la Embajada Francesa en México para comunicarle el acuerdo a que se llegó con el Consulado.
4. Se entabla una conversación telefónica con el doctor que atendió la operación de Jorge Wingartz para conocer el estado de salud del paciente y la fecha aproximada en que lo pudieran dar de alta y viajar a París. Nos dice que sería el sábado o domingo porque antes debía pasar con el fisioterapeuta y comenzar la rehabilitación.
5. Se insistió en la posibilidad de darlo de alta el jueves, argumentando los trámites de extradición, pero quedó sin ratificar porque el médico tomaría la decisión al día siguiente después de hacerle una revisión general al paciente.
6. Se terminan los trámites de expedición de pasaporte para Jorge Wingartz, mismo que me es entregado.
7. En Chamonix, la Gendarmería se encargó de recuperar el cuerpo de Eusebio Hernández de la agencia funeraria en la que estaba y procedió a la incineración. También le fue mandada la factura al Consulado por todos estos gastos.
8. Establecí contacto telefónico con la Lic. Ma. Eugenia Valverde para pedir un boleto de avión para Jorge Wingartz e informarle de lo acontecido durante el día.
Miércoles 30 de agosto<\/b>
1. A las 10:15 de la mañana establecimos contacto telefónico con el hospital de Chamonix y nos fue informado que Jorge Wingartz sería dado de alta al siguiente día.
2. Se consiguió una reservación en el tren en la ruta París-Chamonix.
3. Se establece el plan de actividades a seguir en los días siguientes, así como las horas de comunicación telefónica para el día siguiente entre el Consulado y el hospital.
4. También hablé con Jorge Wingartz, comunicándole que sería dado de alta al día siguiente, así como mi llegada a Chamonix y los planes a realizar.
5. Establezco contacto con la doctora Lucía Septién, mexicana, hermana de uno de los integrantes de la Asociación de Montañismo, para pedirle que atienda a Jorge Wingartz durante el tiempo que esté en París.
6. Realizo una reservación en el hotel para la noche del viernes.
7. Por la noche salgo con destino a Chamonix en el tren de las 23:30 horas.
Jueves 31 de agosto<\/b>
1. Llego a Chamonix a las 9:15 y busco a Antonio Sollano Carranza, primo de Jorge Wingartz, pero no lo encuentro en su hotel.
2. Llego al hospital de Chamonix y veo a Jorge Wingartz en la habitación 31.
3. Le comunico los planes a realizar, desde su salida del hospital hasta la llegada a México.
4. Esperamos en el hospital hasta las 14:42, hora en que nos son entregadas las cenizas de Eusebio Hernández, y nos trasladamos al hotel de Antonio Sollano.
5. Antonio Sollano realiza la reservación en el tren París-Chamonix.
6. Conseguimos un resumen del expediente médico de Jorge Wingartz, pues el expediente en sí no es accesible por ningún medio.
7. También nos informan que no es posible obtener una copia de la declaración dada por Jorge Wingartz porque los accidentes de montaña se siguen por ley. La única alternativa para que se diera una copia sería que los familiares de Eusebio Hernández la pidieran directamente o a través del Consulado.
8. A las 20:15 tomamos el tren de regreso a París, en una cabina con literas.
Viernes 1 de septiembre<\/b>
1. Llegamos a París a las 6:38 horas y nos trasladamos al hotel, donde ya había reservado una habitación.
2. A las 10:00 me presento al Consulado para realizar los últimos trámites.
3. Obtengo el acta de defunción de Eusebio Hernández, en la que participo como declarante.
4. Recibo el boleto de avión enviado desde México para Jorge Wingartz.
5. Consigo el apoyo del Consulado para trasladar a Jorge Wingartz desde el hotel hasta el aeropuerto.
6. Establezco comunicación telefónica con la Dirección General de Actividades Deportivas para informar nuestra llegada a la ciudad de México por el vuelo 449 de Aeroméxico en la ruta París-Cancún-México.
7. Doy las gracias al Cónsul Ricardo Cámara Sánchez y a todos los empleados del Consulado que nos apoyaron.
8. El resto del tiempo, atiendo a Jorge Wingartz.
Sábado 2 de septiembre<\/b>
1. A las 9:20 horas, llega un empleado del Consulado por nosotros para llevarnos al aeropuerto Charles de Gaulle.
2. El mismo empleado se encarga de entablar contacto con la autoridad más alta de la aerolínea y facilitarnos el embarque, así como de conseguir para nosotros un trato preferencial. La aerolínea nos ofrece una silla de ruedas para el desplazamiento de Jorge Wingartz.
3. A las 12:20, despegamos del aeropuerto Charles de Gaulle de París, con destino a la ciudad de México.
4. Después de 14 horas de viaje, llegamos al aeropuerto internacional de la ciudad de México a las 20:05 (hora local), donde nos esperan familiares de Eusebio Hernández, Jorge Wingartz y más de 300 montañistas universitarios. <\/div>\n

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RELACIÃ?N DEL ACCIDENTE<\/b>
La siguiente versión del accidente está considerada como la Oficial y está basada en:
1. La narración extensa hecha en Francia por Jorge Wingartz a Carlos Rangel, Entrenador en Jefe de la Asociación de Montañismo y Exploración.
2. Los datos obtenidos de la Gendarmería de Chamonix y del hospital de Chamonix a través del Consulado General de México en Francia.
Es el informe más completo que existe sobre el accidente ocurrido a nuestros compañeros Eusebio Hernández y Jorge Wingartz el 24 de agosto en el Espolón Walker, de la pared de las Grandes Jorasses.
ANTECEDENTES<\/b>
En noviembre de 1994, Eusebio Hernández Andrade, Presidente de la Asociación de Montañismo y Exploración y Entrenador en Jefe del Grupo de Escalada en Roca, planteó ante la Asamblea de Entrenadores de la Asociación el proyecto de escalar varias rutas en los Alpes franceses, entre ellos la pared de El Dru y el Espolón Walker (éste último en la pared de las Grandes Jorasses) en el macizo del Mont Blanc. El proyecto fue aprobado en la asamblea por considerarse que:
a) La trayectoria del Grupo de Escalada en Roca era tan contundente que tales objetivos eran aceptables desde el punto de vista técnico y deportivo.
b) Los participantes reunían las características necesarias para lograr con éxito tales objetivos sin poner en peligro su vida.
Los planes cambiaron cuando la Dirección General de Actividades Deportivas declaró ante los entrenadores de todos los deportes que, dada la crisis económica en la que vivía el país, no habría dinero durante el año para apoyar ningún proyecto deportivo. Entonces, los escaladores se dieron a la tarea de completar una ruta nueva en la pared de El Toro, en Potrero Chico, Nuevo León, misma que fue terminada en la época de Semana Santa y que fue publicada en la Gaceta UNAM a su debido tiempo.
Poco antes del inicio de las vacaciones administrativas de julio-agosto, a Eusebio Hernández le fue comunicado, en su calidad de presidente, que la Asociación de Montañismo podía disponer de un presupuesto para desarrollar proyectos. Los entrenadores responsables decidimos apoyar dos eventos con ese presupuesto:
1. Exploración en la Sierra Norte de Oaxaca, proyecto del Grupo de Exploración, y
2. Escaladas en los Alpes franceses, del Grupo de Escalada en Roca.
La segunda actividad sería realizada por Eusebio Hernández y el mejor de sus alumnos: Jorge Wingartz.
EL VIAJE<\/b>
El profesor Eusebio Hernández y el alumno Jorge Wingartz salieron de la ciudad de México con destino a la ciudad de París, Francia, el día jueves 17 de agosto.
Los primeros días se dedicaron a comprar el equipo que les era necesario y a transportarse a Chamonix, lugar desde el cual comenzarían la ascensión. Estuvieron dos días en Chamonix, durante los cuales terminaron de conseguir el equipo técnico que necesitaban, preguntaron acerca de los servicios de transporte y también se informaron del reporte meteorológico (Estación Meteorológica de Chamonix) y de los pronósticos del tiempo para los próximos días.
El día 22 de agosto subieron de Chamonix al refugio alpino llamado Les Chaux, cercano a la pared de las Grandes Jorasses, donde escalarían el Espolón Walker. Ahí pasaron la noche.
LA ESCALADA Y LA DECISIÃ?N<\/b>
El día 23 a las 3:30 de la mañana comenzaron a escalar por el glaciar y llegaron a subir hasta once largos de cuerda de la pared (aproximadamente 550 metros) durante el resto del día. Sin embargo, la piedra estaba tan podrida y existía tal peligro en la escalada, que decidieron bajar de la montaña, pero como era tarde vivaquearon.
El día 24 amaneció con mal tiempo y en medio de la tormenta comenzaron a bajar con el sistema de rappel. Como montañistas experimentados, los pasos que seguían durante el descenso eran los siguientes:
LA TÃ?CNICA USADA<\/b>
1) Colocaban dos cuerdas de 9 milímetros de grosor y 50 metros de longitud como línea de descenso. Al final le hacían un nudo y pasaban un mosquetón por en medio. Esto lo hacían como una medida de seguridad suplementaria para el caso de que una piedra los golpeara y quedaran inconscientes.
2) Eusebio Hernández comenzaba a bajar primero hasta el punto donde terminaban las cuerdas y pudieran colocar nuevamente el sistema, lugar conocido entre los montañistas como “punto de reunión”.
3) Una vez terminado el descenso de Eusebio Hernández, éste se aseguraba a puntos de anclaje fijos en la pared o que él mismo fijaba y luego daba la señal convenida a Jorge Wingartz para que descendiera.
4) Una vez juntos, Jorge se aseguraba y recuperaba la cuerda mientras Eusebio la colocaba para el nuevo descenso.
Las maniobras realizadas durante todo el descenso eran de la más estricta seguridad.
PRIMER ALUD<\/b>
Aproximadamente en el sexto rappel (300 metros por debajo del punto más alto que habían alcanzado) y mientras descendía Jorge Wingartz, se desprendió de lo alto un pequeño alud de piedras. Eusebio se encontraba bajo un ligero desplome de la pared y se cubrió con la misma pared, mientras Jorge recibía la mayoría de los impactos. De este pequeño alud, Jorge perdió su casco y sufrió algunos golpes ligeros en la cabeza y los hombros.
Cuando se hubieron reunido, Eusebio le comentó a Jorge que había sido un milagro que no le pasara nada más. Dadas las circunstancias, colocaron en el orden descrito anteriormente el siguiente rappel. En ese punto de reunión, había una pequeña fisura en la que no cabía más que medio cuerpo, por lo que Eusebio le dijo a Jorge que si volvían a caer piedras se metiera a como diera lugar en esa fisura.
EL ACCIDENTE<\/b>
A las 10:20 de la mañana, puesta ya la cuerda para descender, Eusebio comenzó a bajar y cuando estaba como a cinco metros de distancia de Jorge, sintieron que la montaña temblaba y escucharon que caían grandes cantidades de rocas. Eusebio alcanzó a gritar a Jorge que se metiera a la fisura mientras trataba de subir con él.
Jorge metió la parte derecha del cuerpo, la cabeza (hay que recordar que no tenía ya un casco) y con el brazo izquierdo se la cubrió todo lo que pudo. Apretaba con todos sus músculos la roca. El alud pasó en unos cuantos segundos y cuando hubo cesado el ruido, Jorge comenzó a sentir un gran dolor en todo el cuerpo, pero sobre todo en la pierna izquierda. No sabía dónde se encontraba, pues no podía ver.
En un principio creyó que estaba doscientos metros abajo, sepultado por las rocas, pero el dolor le volvió a la realidad. No podía sacar su cabeza porque una roca se había metido en la fisura y no lo dejaba moverse, pero finalmente se liberó y comenzó a gritar a Eusebio si se encontraba bien. Cuando volteó hacia el punto donde lo había visto la última vez, no vio nada más que pared. Su compañero había sido arrastrado por el alud.
Lloró con fuerza durante unos momentos (aproximadamente un minuto) y entonces se dio cuenta de que debía hacer algo para vivir. Se revisó y vio que su pie izquierdo no tenía una bota, que el traje de tormenta estaba desgarrado completamente y que tenía inflamada la pierna izquierda. Además, descubrió que la mochila que llevaba puesta le había sido arrebatada por el alud. <\/div>\n

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EL DESCENSO AL GLACIAR<\/b>
Se había quedado sin equipo, sin cuerdas, lastimado y descalzo de un pie. Buscó todo lo que le pudiera ayudar y halló anillas en mal estado, fragmentos de la cuerda que habían utilizado momentos antes y un estribo de nylon. Unió todo esto por medio de nudos para poder descender por esa cuerda de nudos, pero antes se desprendió del pantalón de tormenta, que había quedado destrozado y que le estorbaba en los movimientos.
Después, se dejó deslizar a fuerza de brazos (no con el sistema porque la línea tenía nudos y se atoraría, signo de que pensaba con lucidez) por aproximadamente ocho metros, hasta que quedó colgando de la última punta. Sin embargo, estaba a metro y medio de una pequeña repisa. Se balanceó y, haciendo los mejores cálculos, se soltó.
Cayó en la repisa, donde encontró más restos de las cuerdas. Estaban en muy mal estado y volvió a unirlas con nudos, logrando una cuerda de aproximadamente 25 metros y descendió por ella con el sistema Dühlfer. En esta ocasión, tuvo que hacer un péndulo sobre la pared para alcanzar del lado derecho una zona de pequeñas repisas donde la escalada era más sencilla.
A partir de este punto, ya no encontró ningún resto de equipo, por lo que decidió desescalar por la pared que tenía un grado de dificultad de 5.8 en la escala decimal estadunidense. Se encontraba entonces a una altura de 200 metros sobre la base de la pared.
Después de varios metros, descubrió que no podría seguir bajando sin equipo por la ruta que habían usado para subir (había una pared de hielo de 70 grados de inclinación), así que hizo una travesía sobre roca para dirigirse hacia el glaciar. Para entonces decidió que debía quitarse las medias del pie descalzo, pues no tenía mucha sensibilidad y necesitaba obtenerla. <\/p>\n
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EL GLACIAR<\/b>
Finalmente, después de 200 metros de desescalar, llegó al glaciar. Ahí descansó y se puso la bota del pie derecho en el izquierdo, mientras que en el pie derecho conservaba el zapín interior.
Para entonces, la pierna izquierda ya no le respondía porque se había enfriado. Entonces, Jorge comenzó a arrastrarse con los brazos y con todo lo que pudiera mover.
Se detuvo cuando se halló frente a una serie de grietas profundas por las cuales tenía que atravesar. Las estudió minuciosamente hasta aprenderlas de memoria, pues sabía que una vez internado en ellas, como en un laberinto, no podría hallar el camino correcto si lo dejaba al azar.
Luego, atravesó las grietas, alejándose de los bordes y sintiendo un dolor profundo que le hacía quejarse continuamente. La última grieta tenía como único medio de paso un puente de hielo de medio metro de ancho y de estructura muy endeble, pero consideró que no podía regresar y que si quería vivir debía intentarlo con mucha calma.
Se acostó para repartir el peso de su cuerpo sobre la delgada capa de hielo y que no se quebrara. Poco a poco, fue pasando. Del otro lado se dio cuenta que no había más dificultades por superar. Entonces lloró, porque se sabía, ahora sí, vivo.
LLEGADA AL REFUGIO<\/b>
Después de un rato, continuó arrastrándose por la morrena del glaciar hasta que llegó a la base de una pequeña colina sobre la cual estaba el refugio en el que Eusebio y él habían dormido dos noches antes. Sabía que ya no podía subir, pero que en esos refugios siempre hay una persona encargada de cuidarlos, así que se puso de pie y comenzó a gritar pidiendo ayuda. Eran las 18:30 horas y se había arrastrado por el glaciar aproximadamente seis horas.
Después de un rato, el encargado salió y le preguntó qué pasaba. El explicó a gritos que había sufrido un accidente y que necesitaba que lo ayudara, pero como estaban a distancia, la persona no le entendía bien. Además, como el vigilante lo vio de pie, creyó que Jorge Wingartz había visto un accidente y sólo lo reportaba. Mientras tanto, llamaba por radio al helicóptero de rescate.
EL RESCATE<\/b>
El helicóptero llegó a las 19:00 y descendió cerca de donde estaba Jorge. Bajó un rescatista y Jorge le explicó a grandes rasgos lo que había sucedido. Entonces, el helicóptero se fue rumbo a la pared y estuvo revisándola durante unos minutos mientras un paramédico se quedaba con Jorge y lo ayudaba.
Después de un rato, el helicóptero volvió y dijo que no habían encontrado nada salvo un casco de color rojo, es decir, el casco que llevaba puesto Jorge Wingartz antes del primer alud. Jorge les aseguró que cuando regresaran para buscar el cuerpo de Eusebio Hernández, buscaran precisamente por esa zona.
TRATAMIENTO MEDICO Y POSTERIORES MOVIMIENTOS<\/b>
Jorge fue trasladado al hospital de Chamonix, donde fue atendido inmediatamente haciéndole radiografías de todo el cuerpo antes de proceder a cualquier otro tipo de intervención. No le fue encontrada ninguna fractura y ese mismo día se le suturaron algunas rajaduras de la cabeza.
Al día siguiente, viernes 25 de agosto, el grupo de rescate de Chamonix buscó y encontró el cuerpo de Eusebio Hernández. Al mismo tiempo, el hospital se ponía en contacto con el Consulado General de México en Francia.
Una persona de la Gendarmería de Chamonix que hablaba perfectamente español le pidió a Jorge que contara cómo había sucedido el accidente y tomó su versión como una declaración oficial, que se conserva en Chamonix, pero que es más escueta que la presente.
El día sábado 26 de agosto, Jorge fue intervenido quirúrgicamente para drenar un hematoma interno de gran tamaño que tenía en la pantorrilla izquierda y que no permitía la irrigación de la sangre al pie. Los instrumentos de drenaje del hematoma le fueron quitados el día 30 de agosto.
CONCLUSIONES <\/b>
En mi calidad de Entrenador en Jefe de la Asociación de Montañismo y Exploración de la Universidad Nacional Autónoma de México y como la persona que estuvo en la fuente de la información, me veo precisado a declarar:
1. Ambos montañistas reunieron la suficiente información sobre la montaña antes de su salida de la Ciudad de México y durante su estancia en París y Chamonix, incluyendo reportes meteorológicos.
2. En base a la información de la montaña que pretendían escalar y a su experiencia, el programa de entrenamiento fue intensivo y adecuado.
3. La técnica usada tanto en la escalada de la pared como en su descenso hasta el momento del accidente, es impecable y, por lo tanto, no se trata de un error cometido por uno, otro o ambos.
4. El accidente fue provocado por una avalancha de rocas, es decir, por un factor que no está dentro del dominio de ningún escalador ni ser humano.
5. No existe culpa de ninguna clase de Jorge Wingartz con respecto al accidente y, por lo tanto, respecto de la muerte de Eusebio Hernández.
6. Eusebio Hernández cuidó hasta el último momento la integridad de su compañero. <\/p>\n

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Informe presentado el 6 de septiembre de 1995 a las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México. <\/div>\n

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El 24 de agosto de 1995, Eusebio Hernández y Jorge Wingartz fueron víctimas de una avalancha. El presente es el informe oficial del accidente y todos los pasos seguidos a partir de la primera llamada desde Francia. Hasta el momento es el informe más completo de lo sucedido por la cantidad de fuentes en que se basa y se presenta para análisis a los escaladores.<\/div>\n

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