{"id":11411,"date":"2001-06-01T00:00:00","date_gmt":"2001-06-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11411"},"modified":"2012-11-20T14:37:11","modified_gmt":"2012-11-20T20:37:11","slug":"everest_1996","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2001\/everest_1996\/","title":{"rendered":"Everest 1996"},"content":{"rendered":"
Anatoli Bukreev y G. Weston DeWalt. Everest 1996. Cr\u00f3nica de un rescate imposible<\/i>. Ediciones Desnivel, Madrid. 1998, 312 p\u00e1ginas. ISBN: 84-89969-21-3<\/p>\n
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La ascensi\u00f3n del Everest, como cualquier otro empe\u00f1o humano, s\u00f3lo debe ser juzgada por el esp\u00edritu con el que se intenta… Escalamos monta\u00f1as… no porque otros han fracasado, ni porque sus cumbres est\u00e9n a ocho mil metros por encima del mar, ni henchidos de fervor patri\u00f3tico por el honor de una naci\u00f3n, ni por publicidad barata… No las ataquemos con un ej\u00e9rcito, anunciando en la radio a un mundo ansioso de sensaciones la noticia de nuestra partida y los detalles de nuestra progresi\u00f3n en ellas. <\/i><\/p>\n

Eric Shipton<\/div>\n<\/blockquote>\n<\/blockquote>\n

\n Despu\u00e9s de la lectura de Mal de Altura<\/i>, la figura que Anatoli Bukreev representaba para el lector parec\u00eda ser el de alguien desinteresado y ego\u00edsta. Personalmente, me vi arrastrado por los juicios de Krakauer y por ello dej\u00e9 pasar un tiempo antes de leer el libro de Bukreev sobre los acontecimientos que llevaron a la muerte a varios clientes de expediciones comerciales en el Everest. No quer\u00eda confundir los dos relatos y tener la mente en claro. No quer\u00eda sentir que uno se defend\u00eda y el otro dec\u00eda la verdad escueta. Debo confesar que a pesar del tiempo pasado entre las dos lecturas la narraci\u00f3n de Krakauer se sobrepon\u00eda a la de Bukreev.<\/p>\n

No hay mucho que decir al respecto de los acontecimientos que no se haya narrado ya en la rese\u00f1a de Mal de Altura<\/i>, salvo que \u00e9ste es el testimonio de un gu\u00eda de monta\u00f1a experto y no de un cliente que estuvo fuera de muchas decisiones importantes. Everest 1996<\/i> es un libro al que le falta la elegancia descriptiva y la panor\u00e1mica hist\u00f3rica que Krakauer pudo plasmar en su libro, pero sigue siendo un elemento valioso para valorar lo que sucedi\u00f3. "Citar una causa espec\u00edfica ser\u00eda presumir de una omnisciencia que s\u00f3lo es patrimonio de los dioses, los borrachos, los pol\u00edticos y los escritores sensacionalistas." (p. 263)<\/p>\n

Y el sensacionalismo fue algo que persigui\u00f3 a los participantes de las expediciones involucradas en las muertes, pero especialmente a Anatoli Bukreev, a quien Krakauer acusaba de irresponsabilidad. Al leer Everest 1996<\/i> se siente precisamente que el libro fue escrito como defensa a esas acusaciones. Sin embargo, el libro puede ser dividido en dos partes: la primera es aquella donde se dan tantos datos como justificaci\u00f3n a hechos que no se han presentado al lector todav\u00eda que resulta pesado leerlo. Adem\u00e1s, se habla desde el punto de vista de una sola persona de una sola expedici\u00f3n. A esto me refer\u00eda con la perspectiva panor\u00e1mica. Bukreev habla as\u00ed de las numerosas fallas en que su expedici\u00f3n tiene y lo que hace para remediarlas.<\/p>\n

En la segunda parte esta tendencia desaparece bruscamente pues los hechos son mucho m\u00e1s elocuentes que cualquier defensa. Anatoli Bukreev, despu\u00e9s de haber ascendido al Everest colocando cuerdas fijas y sin ox\u00edgeno, sale a mitad de la noche y con la tormenta a cuestas a buscar a los clientes que se hallan extraviados. Solo, porque nadie quiere o puede ayudarlo, ni clientes, ni gu\u00edas, ni sherpas. As\u00ed, rescata a tres personas. Al d\u00eda siguiente, sube con ox\u00edgeno y t\u00e9 caliente hasta donde Scott Fisher hab\u00eda sido encontrado todav\u00eda con vida, pero lo halla muerto.<\/p>\n

Esos son los hechos. As\u00ed de sencillos. Pero hay que recordar que se producen en 1996, cuando Internet empezaba a tener una fuerza que iba m\u00e1s all\u00e1 de donde se pod\u00eda imaginar antes. Por ello se desata una guerra de informaci\u00f3n vac\u00eda:<\/p>\n

"El circo medi\u00e1tico en torno a la tragedia del Everest parece ser un fen\u00f3meno posmoderno americano. En el Himalaya ha habido anteriormente muchas tragedias que se han cobrado vidas de escaladores, pero \u00e9stos no han sido americanos, o no han sido clientes que hayan pagado hasta 65,000 d\u00f3lares por persona, ni presentaban informes diarios por Internet, ni llevaban a un periodista en misi\u00f3n escalando con ellos, ni los medios de comunicaci\u00f3n difundieron la conversaci\u00f3n telef\u00f3nica de un hombre agonizante con su esposa." (Galen Rowell, citado en p. 312)<\/p>\n

Esa informaci\u00f3n es la que llega a miles de lectores de los foros especializados en monta\u00f1ismo. Una informaci\u00f3n tan espectacular que ni el hallazgo del cuerpo de Mallory alcanz\u00f3. La pol\u00e9mica se desat\u00f3, sobre todo entre los monta\u00f1istas especializados que critican las expediciones comerciales, como Hillary: "Hillary hab\u00eda aceptado tomar parte en la conversaci\u00f3n aunque manten\u00eda una bien conocida actitud cr\u00edtica respecto a las expediciones comerciales en el Everest, en la convicci\u00f3n expl\u00edcita de que resultaban denigrantes para las monta\u00f1as." (p. 87)<\/p>\n

El Everest se ha convertido en un negocio: "Hoy en d\u00eda, escalar no es s\u00f3lo una moda, es un negocio, y con \u00e9l llega la creciente tendencia a que las decisiones relacionadas con la escalada "objetivos y decisiones t\u00e1cticas en el curso de la ascensi\u00f3n" sean tambi\u00e9n decisiones de negocios. El lado positivo de esto es que ahora los escaladores "como antes que ellos los esquiadores y los navegantes" puedan ganarse la vida haciendo lo que les gusta hacer. El lado negativo es el aumento del n\u00famero de personas en las zonas de escalada, la proliferaci\u00f3n de nuevas normativas dirigidas a los escaladores, y cada vez m\u00e1s, el "circo" del Campo Base del Everest." (Christian Beckwith, cit. en p. V)<\/p>\n

As\u00ed es como Bukreev, que surgi\u00f3 de la ex-Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica puede ganarse la vida. Pero no deja de ser un monta\u00f1ista en toda forma: "Procedo de una tradici\u00f3n que promueve el monta\u00f1ismo como una actividad deportiva razonable, y no como un juego de ruleta rusa; la muerte de un miembro del grupo es siempre un fracaso que invalida la consecuci\u00f3n de la cumbre. Por encima de los ocho mil metros, el margen de seguridad disminuye exponencialmente para el aficionado, incluso aunque su preparaci\u00f3n f\u00edsica sea buena. No est\u00e1 en mi mano garantizar la seguridad de un grupo de personas que tienen poca o ninguna experiencia en las monta\u00f1as m\u00e1s altas de la Tierra." (p. 269)<\/p>\n

Su criterio sobre las expediciones comerciales son emitidas a partir de la expedici\u00f3n de 1996, aunque posteriormente llev\u00f3 una m\u00e1s.<\/p>\n

"…en mi opini\u00f3n, el precio de escalar el Everest se est\u00e1 calculando hoy en d\u00eda de una manera diferente. Cada vez hay m\u00e1s gente dispuesta a pagar un precio en dinero para tener una oportunidad, pero no pagan el precio f\u00edsico de la preparaci\u00f3n: el gradual desarrollo del esp\u00edritu y de las condiciones f\u00edsicas, desarrollo que se alcanza escalando monta\u00f1as m\u00e1s bajas, pasando de lo sencillo a lo complicado y finalmente a los ochomiles. Me pregunto si acaso no existe sentimiento de logro en un proceso semejante, o si es que la escalada en altitud ha cambiado para siempre debido al uso del ox\u00edgeno, a los adelantos tecnol\u00f3gicos y a la proliferaci\u00f3n de servicios que permiten escalar cada vez m\u00e1s alto a gentes insuficientemente preparadas." (p. 95)<\/p>\n

La pol\u00e9mica segu\u00eda desatada y el libro de Krakauer no muestra a un Bukreev tal como es, con un curr\u00edculum impresionante, as\u00ed que la lectura de Everest 1996<\/i> se convierte pr\u00e1cticamente en obligada si se quiere tener la cabeza fr\u00eda y reconocer los errores para poder evitarlos. Despu\u00e9s de todo, de eso se trata en el monta\u00f1ismo y no de emitir juicios de culpabilidad que no llevan a nada:<\/p>\n

"En los meses posteriores a los tr\u00e1gicos sucesos en el Everest, se han dicho y escrito muchas cosas en torno a los acontecimientos y en torno a las personas relacionados con tales acontecimientos, y esta din\u00e1mica no tiene visos de terminar a corto plazo. Es muy beneficioso que este debate est\u00e9 abierto y contin\u00fae, y los autores de este libro han querido aportar cuanto estaba en sus manos a las discusiones que probablemente seguir\u00e1n desarroll\u00e1ndose. En tanto contin\u00fae la pol\u00e9mica, deseamos que las cuestiones se planteen desde la base de los hechos conocidos, en lugar de proclamarse desde el estrado de la sospecha y el rumor. La verdad es lo que m\u00e1s puede favorecer el futuro del monta\u00f1ismo, y en especial al futuro de las expediciones comerciales." (p. 266)<\/p>\n

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\n Después de haber leído Mal de altura<\/i>, uno tiene una imagen muy bien definida de Anatoli Brukeev, el guía a quien Jon Krakauer critica tan tenazmante. Sin embargo, sería injusto criticar a alguien con la experiencia de Brukeev y no leer su libro. Aunque comienza siendo una defensa, lo sucedido aquel mes de mayo en el Everest rebasa con mucho cualquier tipo de defensa y los hechos hablan por sí mismos. Aunque carece de la agilidad literaria del de Krakauer, Everest 1996<\/i> tiene algo más importante: la perspectiva de un montañista de gran nivel que además rescató a varias personas a casi 8,000 metros.<\/p>\n<\/td>\n

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