{"id":11363,"date":"1999-01-10T00:00:00","date_gmt":"1999-01-10T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11363"},"modified":"2012-01-09T17:04:38","modified_gmt":"2012-01-09T23:04:38","slug":"un_viaje_por_rio","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/1999\/un_viaje_por_rio\/","title":{"rendered":"Un viaje por r\u00edo"},"content":{"rendered":"
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\"\"Encima de olas que se deslizan veloces r\u00c3\u00ado abajo, la balsa galopa sobre crestas de agua emblanquecida de tanto chocar entre s\u00c3\u00ad. Una balsa inflable, embarcaci\u00c3\u00b3n de material especial a prueba de casi todo, es la que soporta a aquellos que han decidido hacer un descenso de un r\u00c3\u00ado m\u00c3\u00a1s que inquieto. Todo comienza cuando los gu\u00c3\u00adas inflan las balsas, se pone uno el chaleco y el casco, toma el remo, escucha con atenci\u00c3\u00b3n las instrucciones que dan los gu\u00c3\u00adas y se sube. As\u00c3\u00ad de sencillo. De repente viene la voz primera: “V\u00c3\u00a1monos”.<\/p>\n

Es el principio y, ni dudarlo, uno siente miedo: es el preludio de esa acci\u00c3\u00b3n que lo mete a uno en algo que nunca ha hecho con anterioridad. Las risas, los nervios, las bromas, las primeras paladas para acostumbrarse a las \u00c3\u00b3rdenes de los gu\u00c3\u00adas, al movimiento de la balsa, al equilibrio del cuerpo en esa agua en movimiento.<\/p>\n

Las aguas tranquilas se convierten de repente en algo m\u00c3\u00a1s fuerte, con vida: la balsa se estremece y parece que chocaremos con esa roca, con la de all\u00c3\u00a1 o con aquella. Uno rema seg\u00c3\u00ban lo ordena el gu\u00c3\u00ada. El conoce su trabajo y es especialista en esta actividad. “Adelante”… “Atr\u00c3\u00a1s”… “Alto”… Y la balsa se mete como entre un laberinto de rocas y agua blanca, brinca, se estremece y al final uno descubre que despu\u00c3\u00a9s de ese primer r\u00c3\u00a1pido ha sobrevivido. Entonces la sonrisa se hace m\u00c3\u00a1s relajada y comienza a disfrutarse la actividad. “No est\u00c3\u00a1 tan mal, despu\u00c3\u00a9s de todo”.<\/p>\n

R\u00c3\u00a1pidos y m\u00c3\u00a1s r\u00c3\u00a1pidos. En poco tiempo uno descubre que el equilibrio es esencial, que todo puede hacerse con ese deleite de concentrar toda nuestra atenci\u00c3\u00b3n en hacer las cosas bien. Nos han dicho que todo es sencillo, que hasta los ni\u00c3\u00b1os bajan y lo hacen con seguridad. Es cierto: uno ve en otras balsas y de repente descubre que hay un ni\u00c3\u00b1o, dos. Quiz\u00c3\u00a1 m\u00c3\u00a1s. Y todos disfrutan. \u00c2\u00bfInconsciencia? No: carecen de los miedos que nosotros, como adultos, tenemos.<\/p>\n

\u00c2\u00bfD\u00c3\u00b3nde estamos? En el estado de Veracruz. En el r\u00c3\u00ado Filobobos, con su zona arqueol\u00c3\u00b3gica descubierta hace pocos a\u00c3\u00b1os y deslavada en noviembre de 1995 por una gran crecida que se llev\u00c3\u00b3 la mitad de una pir\u00c3\u00a1mide, con su enorme y preciosa cascada El Encanto, adonde no se llega si no es a bordo de una balsa. O puede ser el r\u00c3\u00ado Actopan, de aguas tan profundamente cristalinas que en el inicio mismo del recorrido el agua se torna azul, azul profundo pero transparente. Un azul mezclado de blanco por el movimiento.<\/p>\n

Tambi\u00c3\u00a9n puede ser el r\u00c3\u00ado Pescados y sus r\u00c3\u00a1pidos con ca\u00c3\u00addas donde hemos de pasar. O el Antigua y entonces nuestro recorrido terminar\u00c3\u00a1 en un balneario de aguas termales. Una cosa es cierta: estamos en Veracruz, eso es lo importante. Rodeados de esos gigantes verdes que se tornan selva, donde el sol tropical nos broncea la piel en un par de horas y donde al cabo de unas cuantas horas de emoci\u00c3\u00b3n continua, habremos cambiado nuestra perspectiva respecto de nosotros mismos y de la naturaleza que nos rodea: el descenso de r\u00c3\u00ados es, tambi\u00c3\u00a9n, ecoturismo.<\/p>\n

Entre el turismo alternativo, el descenso de r\u00c3\u00ados se ha desarrollado mucho en la \u00c3\u00baltima d\u00c3\u00a9cada, sobre todo en el estado de Veracruz, donde siempre hay alg\u00c3\u00ban r\u00c3\u00ado por navegar. El objetivo: bajar por todo el r\u00c3\u00ado hasta un punto espec\u00c3\u00adfico, gozar del paisaje, del sol, de las zonas arqueol\u00c3\u00b3gicas (cuando existen), tomar fotograf\u00c3\u00adas, descubrir un mundo que no es accesible de otra manera. Todo un mundo. Descubrir.<\/p>\n

Ese es el secreto. Cada nuevo r\u00c3\u00a1pido es un descubrimiento, como alcanzar la cima de una monta\u00c3\u00b1a. Lo m\u00c3\u00a1s importante de todo es que el descubrimiento radica en uno mismo, pero adentrado en lugares que jam\u00c3\u00a1s so\u00c3\u00b1\u00c3\u00b3 alcanzar. Descubrir un rinc\u00c3\u00b3n de la naturaleza con las propias capacidades. Ese es el reto.<\/p>\n

Como toda actividad de turismo de aventura, es necesario realizar los descensos con personas capacitadas que nos hagan disfrutar cada momento y cada r\u00c3\u00a1pido. Si hemos de cabalgar en las crestas de las olas de un r\u00c3\u00ado, hag\u00c3\u00a1moslo con personas que nos ense\u00c3\u00b1an a hacerlo bien. \"\"<\/p>\n<\/div>\n

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El rafting se ha puesto de moda en los últimos años. ¿Qué es? ¿En qué consiste? Por supuesto, es más que sólo pagar a una compañía y dejarse llevar por la corriente en busca de emociones que no se obtienen en la ciudad.<\/div>\n

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