{"id":11324,"date":"2001-02-01T00:00:00","date_gmt":"2001-02-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11324"},"modified":"2012-12-25T11:14:36","modified_gmt":"2012-12-25T17:14:36","slug":"aspectos_psicologicos_en_expediciones_de_montana","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2001\/aspectos_psicologicos_en_expediciones_de_montana\/","title":{"rendered":"Aspectos psicol\u00f3gicos en expediciones de monta\u00f1a"},"content":{"rendered":"
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Introducci\u00f3n<\/b><\/p>\n

La posibilidad de participar como m\u00e9dicos en seis expediciones de monta\u00f1a nos ha permitido acumular cierta experiencia sobre problemas psicol\u00f3gicos planteados en las mismas, consecuencia de las especiales condiciones de vida y la influencia de factores derivados del aspecto ecol\u00f3gico (terreno, altura, clima) y la forzada convivencia en peque\u00f1os grupos.<\/p>\n

Somos conscientes de las lagunas que pueden sembrar nuestras apreciaciones debidas a una formaci\u00f3n fundamentalmente asistencial, sin profundos conocimientos psicol\u00f3gicos ni psiqui\u00edtricos. Pero pensamos como Ren\u00e8 Leriche que llega un momento en el que lo que se ha visto debe ser exteriorizado aunque la obra se considere incompleta ya que la idea, a veces, no adquiere cuerpo m\u00eds que con el esfuerzo que uno realiza pro expresarla. En este sentido hemos tratado de esquematizar las distintas formas de pensamiento de los diferentes individuos que compusieron las expediciones en las que participamos, tratando de relacionarlo con lo que, previo estudio, hab\u00edamos considerado su temperamento. Creemos que este estudio esquematizado de nuestra experiencia en la forma de conducirse los distintos individuos frente a la agresi\u00f3n del medio, la convivencia en peque\u00f1os grupos y las extremas condiciones planteadas en el terreno de juego, puede ser de gran utilidad aplicativa para futuros m\u00e9dicos expedicionarios a fin de prever el posible comportamiento de los miembros de la expedici\u00f3n.<\/p>\n

Aspectos generales<\/b><\/p>\n

Al hacerse cargo de un grupo expedicionario, el m\u00e9dico se encuentra con una serie de individuos de cuyo estado de salud ha procurado obtener el m\u00edximo de informaci\u00f3n a trav\u00e9s de los reconocimientos m\u00e9dicos previos. Partimos pues de la base de unos deportistas sanos sin enfermedad org\u00ednica reconocida y con buena capacidad f\u00edsica. No obstante, la informaci\u00f3n que el m\u00e9dico posee sobre sus estructuras psicol\u00f3gicas suele ser muy escasa. En cambio es suficientemente conocido el problema que puede plantearse en un grupo cuando afloran discrepancias en que se basan muchas veces los serios motivos por los que se produce la divisi\u00f3n del mismo. Seg\u00fan esto, es importante concederle la atenci\u00f3n necesaria a lo que muchas veces dejamos pasar desapercibido: el grupo humano desde el punto de vista psicol\u00f3gico.<\/p>\n

La constituci\u00f3n de este conjunto expedicionario plantea fundamentalmente dos puntos a tener en cuenta:<\/p>\n

    \n
  1. Formaci\u00f3n del grupo teniendo en cuenta las relaciones interpersonales\n
  2. El impacto que los distintos factores externos pueden crear sobre el grupo y sus caracter\u00edsticas.<\/ol>\n

    1. Formaci\u00f3n del grupo teniendo en cuenta las relaciones interpersonales<\/b><\/p>\n

    La composici\u00f3n del equipo expedicionario puede llevarse a cabo de diversas formas con su indudable repercusi\u00f3n sobre las futuras relaciones entre los componentes del mismo.<\/p>\n

    Cuando est\u00ed formado por amigos con larga experiencia de convivencia entre ellos las relaciones quedan muy matizadas dando lugar a un grup\u00fasculo social que podr\u00eda considerarse como compensado. En este tipo de asociaci\u00f3n es donde suele existir de entrada una jerarquizaci\u00f3n t\u00e9cnica e intelectual aceptada y reconocida por todos. Por ello, las decisiones del jefe, en caso de haberlo, suelen ser bien aceptadas o cuando menos f\u00edcilmente consensuadas, mientras que el resto del grupo asume un papel bien delimitado.<\/p>\n

    Solamente las lagunas o situaciones imprevistas o extremas afectar\u00edn de forma grave a este tipo de grupos.<\/p>\n

    En otros casos, el grupo expedicionario est\u00ed formado por la uni\u00f3n de dos o m\u00eds subgrupos de individuos que pueden no ser afines o incluso antag\u00f3nicos y que se ven moment\u00edneamente unidos por la empresa en com\u00fan. La estabilidad de este tipo de expediciones depende de la ausencia de roces entre miembros pertenecientes a los distintos subgrupos que la componen. En estas situaciones suele ser de capital importancia la existencia de individuos dominantes dentro de cada subgrupo capaces de consensuar debidamente entre ellos las aspiraciones comunes.<\/p>\n

    Cuando el grupo est\u00ed compuesto por individuos distintos: caso de las selecciones de tipo nacional o internacional motivadas por intereses diversos. Cada elemento es en principio una individualidad que deber\u00ed integrarse posteriormente dentro del grupo. Es l\u00f3gico pensar que en estas expediciones se padecer\u00edn mayores dificultades a la hora de establecer las relaciones entre sus componentes, ya que en este sentido parten precisamente de cero. A esto cabr\u00eda a\u00f1adir el ambiente competitivo, consecuencia de hacer prevalecer las ideas o pareceres que como seleccionado mantendr\u00ed cada componente.<\/p>\n

    Cuando el grupo est\u00ed formado en base a una organizaci\u00f3n paramilitar con un jefe preestablecido que marca rigurosamente la forma de actuar. En esta clase de asociaciones raras veces existir\u00edn decisiones conjuntadas por la mayor\u00eda, siendo sus individualidades piezas mecanizadas con misiones perfectamente delimitadas de antemano. Las situaciones tensas son raras entre los componentes y la empresa culmina por lo general en un rotundo \u00e9xito o un estrepitoso fracaso, seg\u00fan la capacidad del jefe.<\/p>\n

    Ocasionalmente pueden constituirse grupos que participan de algunas o de todas las caracter\u00edsticas anteriormente descritas. Tal es el caso de la uni\u00f3n de fragmentos de expediciones previamente disgregadas, encuentros casuales entre individuos desconocidos que se unen moment\u00edneamente con un objetivo com\u00fan, etc. En ellos podremos encontrar la asociaci\u00f3n de los inconvenientes citados en los anteriores grupos.\n<\/p>\n<\/div>\n

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    2. Impacto que los distintos factores externos pueden crear sobre el conjunto y sus caracter\u00edsticas<\/b><\/p>\n

    Es indudable que los distintos componentes de los grupos expedicionarios, constituidos habitualmente seg\u00fan el patr\u00f3n antedicho, van a verse sometidos a diferentes tensiones desencadenadas por lo que desde el pinto de vista psicol\u00f3gico hemos dado en denominar agresi\u00f3n humana<\/em> y la agresi\u00f3n ambiental<\/em>.<\/p>\n


    \n a) Agresi\u00f3n ambiental<\/b><\/p>\n

    Aparte de los infinitos problemas de todo tipo que se plantean en la preparaci\u00f3n y transcurso de una expedici\u00f3n, existen muchas situaciones imprevistas que por desatar discusiones y opiniones encontradas tender\u00edn a desestabilizar el grupo.<\/p>\n

    Estas situaciones imprevistas, tales como problemas burocr\u00edticos, de transportes, accidentes, climatol\u00f3gicos, etc., plantean una situaci\u00f3n de urgencia en su resoluci\u00f3n cuyo car\u00edcter fundamental viene dado por las circunstancias siguientes:<\/p>\n

    aa) Aparici\u00f3n s\u00fabita y brusca que enfrenta a quienes la padecen ante un dilema para el que no est\u00edn preparados de antemano.<\/p>\n

    ab) La resoluci\u00f3n acertada de estas situaciones coloca a los expedicionarios ante la disyuntiva de tomar una decisi\u00f3n en el menos plazo posible, por lo que tal decisi\u00f3n lleva en s\u00ed misma la impronta de la impremeditaci\u00f3n.<\/p>\n

    De estas dos consideraciones se deduce que las situaciones descritas, al incidir bruscamente sobre el grupo expedicionario, provocan en sus componentes reacciones que forzosamente est\u00edn matizadas por su propia personalidad ps\u00edquica, siendo de todos bien sabido que tanto el papel de la emotividad como la acci\u00f3n de la voluntad se ven afectados en estos casos por aspectos tales como el sentido de responsabilidad., la sensaci\u00f3n de incapacidad y otros por el estilo que pueden llegar a anularlas.<\/p>\n

    Planteado el problema y si se trata de un grupo bien avenido, la discusi\u00f3n sobre sus posibles soluciones tiene su base en el principio de solidaridad entre todos los expedicionarios, mientras que cuando la cohesi\u00f3n del grupo es imperfecta se suele asentar, generalmente, sobre intereses menos encomiables. Se\u00f1alemos que el efecto de estos problemas incide sobre el grupo humano de muy distinta forma, en dependencia de que exista o no en el mencionado grupo alg\u00fan individuo capaz de amortiguar el impacto transfiri\u00e9ndolo a trav\u00e9s de su especial idiosincrasia. As\u00ed, es cl\u00edsico el ejemplo del jefe de expedici\u00f3n ante un problema de burocracia, o del m\u00e9dico ante un problema de su incumbencia, manifestando clara seguridad en la conducta a seguir, y esta seguridad, sobre la base de su prestigio, hace que el acatamiento de sus decisiones no suela plantear problemas. Muy otras son las cosas cuando la decisi\u00f3n a tomar es dudosa u ofrece posibilidades varias, m\u00edxima si se piensa que un error en tal decisi\u00f3n puede suponer el fin de una expedici\u00f3n costosa, larga y penosamente preparada, sin que pueda alcanzar sus objetivos. Surgen en estos casos las diferencias de criterios, las discusiones se eternizan y ello no suele tener demasiadas consecuencias cuando de una u otra forma el problema se resuelve en un tiempo aceptable, pero en cambio puede llevar a graves enfrentamientos si al no encontrarse una soluci\u00f3n las discusiones derivan hacia el terreno de los estrictamente personal.<\/p>\n


    \n b) Agresi\u00f3n humana<\/b><\/p>\n

    Como hemos dicho, los problemas planteados en la expedici\u00f3n influyen de forma importante sobre la emotividad y la voluntad de los expedicionarios. Pero estos factores se ven adem\u00eds matizados por las distintas razones que han movido a cada individuo a enrolarse en la empresa, y que posteriormente se van definiendo en el transcurso de la expedici\u00f3n a medida que \u00e9sta consigue o no sus objetivos.<\/p>\n

    Es indudable que en el comportamiento de cada expedicionario hay gran diversidad de peculiaridades que dependen, fundamentalmente, de su temperamento; pero d\u00edndose gran variedad de posibilidades de reacci\u00f3n en dependencia de otros tantos temperamentos distintos, y de las que nos ocuparemos m\u00eds adelante, se encuentra coincidencia ps\u00edquica en las tres fases que a nuestro juicio atraviesa el monta\u00f1ero expedicionario.<\/p>\n

    ba) La fase de preparaci\u00f3n en la que el monta\u00f1ero se carga de exigencias para poder sacar adelante su proyecto se caracteriza por una vivencia de frustraci\u00f3n ante la posibilidad de fracaso, el incremento progresivo de responsabilidades y las numerosas posibilidades de elecci\u00f3n entre su trabajo, familia, etc. Todo ello lleva a actitudes compulsivas de evitaci\u00f3n, y estas vivencias, que se mantienen hasta el mismo momento de la salida, provocan una necesidad agon\u00edstica de partida, es decir, fuertes deseos de que todo empiece pronto.<\/p>\n

    bb) M\u00eds adelante, durante los interminables tr\u00edmites burocr\u00edticos, se siente un aumento brusco del estado de ansiedad que puede desencadenar desde un estado hipoan\u00edmico, con inestabilidad emocional, hasta brotes depresivos m\u00eds o menos profundos que suelen coexistir con periodos de reflexi\u00f3n en los que se experimenta cierto grado de desconfianza en s\u00ed mismo y en sus compa\u00f1eros. Esta fase suele mantenerse con altibajos m\u00eds o menos claros durante todo el transcurso de la expedici\u00f3n.<\/p>\n

    bc) Una \u00faltima fase aparece entremezclada con la anterior en los momentos \u00edlgidos de ataque a las m\u00edximas dificultades t\u00e9cnicas de la monta\u00f1a.. En ella aparecen la ansiedad, el nerviosismo, la irritabilidad, la inquietud psicomotora, las conductas estereotipadas de manierismos y rituales, etc. Esta sintomatolog\u00eda se refleja en sequedad de boca, palpitaciones, hiperton\u00eda muscular, sensaci\u00f3n de agotamiento, despe\u00f1os diarreicos, alteraciones en el ritmo cardiaco y respiratorio, etc. Todo ello alcanza su mayor intensidad en el campo base, los intermedios de los largos de cuerda y las noches que preceden al asalto a la monta\u00f1a.<\/p>\n

    As\u00ed las cosas, cabe pensar que el fin de la expedici\u00f3n supone una aut\u00e9ntica liberaci\u00f3n para el individuo y sirve para que aprecie su \u00e9xito o su fracaso. Si es \u00e9xito se fortalecer\u00ed en su capacidad de esfuerzo experimentando una inefable sensaci\u00f3n de triunfo, mientras que si fracasa, su sensaci\u00f3n de derrota le llevar\u00ed a buscar innumerables justificaciones que son en muchas ocasiones los motivos que aducir\u00eda para resaltar su \u00e9xito en caso de triunfo.<\/p>\n

    En todo este periodo hay que resaltar el momento en que se alcanza la cima. En \u00e9l surge una vivencia de bienestar profundo que se puede acompa\u00f1ar de una sensaci\u00f3n de superhombre. Pero si tenemos en cuenta que todav\u00eda queda el descenso, hay que pensar en la alteraci\u00f3n biol\u00f3gica de algunos par\u00edmetros afectados por el esfuerzo que, unidos al factor ps\u00edquico del triunfo, desencadenan a veces reacciones de verdadero s\u00edndrome man\u00edaco que puede llevar a omisiones e imprudencias funestas durante el descenso.<\/p>\n

    En otro orden de cosas, nuestra opini\u00f3n est\u00ed en l\u00ednea con la de la mayor\u00eda de los expertos en el tema, al considerar que el deporte de la competici\u00f3n es peligroso e incluso perjudicial. Quede claro que no nos referimos al deporte como ocio, pero el de alta competici\u00f3n puede ser absolutamente perjudicial si se piensa en un n\u00famero elevado de deportistas de este nivel, entre ellos el monta\u00f1ero, [que] han sufrido lesiones graves, algunas de ellas con consecuencias muy serias.<\/p>\n

    Pero la agresi\u00f3n, adem\u00eds de f\u00edsica, se puede mantener tambi\u00e9n a nivel psicol\u00f3gico y as\u00ed, en menor grado que en otras especialidades deportivas, el monta\u00f1ero expedicionarios est\u00ed sometido a presiones externas del medio que le rodea: exigencias de marcas comerciales, federativos, directivos de clubes, el ambiente competitivo que se crea y sobre todo el dinero. Un apartado importante es el que se plantea cuando es preciso responder a todo ello. En gran medida el individuo se llega a sentir obligado frente a la "galer\u00eda" cuando su decisi\u00f3n m\u00eds segura pudo ser en alg\u00fan momento la de desistir.<\/p>\n

    Pero la mente del escalador es susceptible a comentarios y posibles reacciones sociales cuando va a una expedici\u00f3n de la que est\u00ed pendiente una masa social. Es algo que, aunque trata de evitar condiciona su forma de actuar y, l\u00f3gicamente, la de escalar, si lo que pasa a hacer es defender su posici\u00f3n a costa de lo que sea en vez de practicar el deporte seg\u00fan le gusta, disfrutando dentro de un "sufrimiento l\u00f3gico" que impone la dureza de la ascensi\u00f3n. Hay tanto y tan poco entre el \u00e9xito y el fracaso… De la misma forma que el primero le incita pensando en una superaci\u00f3n personal y en un triunfo, quer\u00edmoslo o no, frente a la masa, el fracaso lo convierte en una persona resignada y obligada a explicaciones.<\/p>\n

    ¿Hasta qu\u00e9 punto pues uno es uno mismo o es producto de una carga social que puede acarrear desde el momento en que parti\u00f3? ¿Hasta qu\u00e9 punto est\u00ed permitido el fracaso en una expedici\u00f3n?<\/p>\n

    ¿Todo ello constituye una deuda a la que se obliga el monta\u00f1ero y que puede desencadenar cuadros psicopatol\u00f3gicos espec\u00edficos tales como el s\u00edndrome preag\u00f3nico, el de campe\u00f3n o el de fracasado, por citar algunos. Por otro lado tiene indudables repercusiones en todas las facetas de su comportamiento social ya que no hay duda de que el monta\u00f1ero canaliza hacia su deporte determinados problemas personales que no est\u00edn bien vistos en el contexto social.<\/p>\n

    A la vez lo convierte en un "vividor" de la monta\u00f1a estimulado \u00fanicamente por unos motivos que deber\u00edan ser secundarios, que evidentemente no son capaces de compensar el sufrimiento que exige este tipo de actividad y que s\u00f3lo proporcionan una compensaci\u00f3n superior cuando se interpreta como un sufrimiento de realizaci\u00f3n personal.<\/p>\n

    Afortunadamente la "lucha" a estos niveles entre unas y otras expediciones no ha pasado por ahora de los simples "piques", y m\u00e9todos "mafiosos" como se dan en otros deportes no han aparecido, aunque todo puede llegar si se persiste en popularizar la idea de que s\u00f3lo quien alcanza la cima triunfa en el monta\u00f1ismo. En este sentido es triste comprobar c\u00f3mo un deporte que hunde sus ra\u00edces profundamente en el ecologismo, la satisfacci\u00f3n personal y el planteamiento de un reto individual que constituye un m\u00e9todo personal\u00edsimo de entender la vida, va poco a poco acerc\u00edndose a los deportes t\u00edpicamente competitivos que a sus secuelas de postraciones por fracaso en esta actividad y delirios irracionales e il\u00f3gicos plasmados en alg\u00fan tipo de persecuci\u00f3n, de autoacusaci\u00f3n o de protagonismo, propios de quien olvida que el monta\u00f1ismo expedicionario es una labor fundamentalmente de equipo e influido por los agentes extradeportivos antedichos, se siente \u00edvido de aplausos y de sensacionalismos que le conviertan en "divo". No se olvide que \u00e9sta es la situaci\u00f3n ideal para que aparezcan reacciones de angustia y neurasteniformes como la irritabilidad, as\u00ed como los estados obsesivos en los que se realizan acciones extra\u00f1as, se tienen fobias o dudas y se ejecutan rituales a la busca de un personalismo mal entendido.\n <\/p>\n<\/div>\n

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    Influencia de la personalidad del expedicionario ante la agresi\u00f3n del medio humano y ambiental<\/b><\/p>\n

    Nuestra experiencia en la asistencia m\u00e9dica prestada a expediciones de monta\u00f1a nos ha permitido comprobar c\u00f3mo frente a situaciones imprevistas que requieren soluciones eficaces, quien en principio parec\u00eda un hombre discreto y secundario ha sido capaz de resolver los m\u00eds serios problemas. Ello no es sino la muestra m\u00eds evidente de la importancia que puede llegar a tener la personalidad de los expedicionarios para la viabilidad de su empresa. Por esto es tambi\u00e9n importante para el m\u00e9dico procurarse un estudio psicol\u00f3gico previo lo m\u00eds completo posible.<\/p>\n

    Como al hablar de personalidad lo hacemos comprendiendo en ello "la organizaci\u00f3n de los aspectos cognoscitivo, afectivo, conativo, fisiol\u00f3gico y morfol\u00f3gico del individuo", inserto en una realidad social y ligado al lugar que ocupa en su ambiente, ya se comprende que los matices de la respuesta ante la agresi\u00f3n pueden variar tanto como las variables pueden ser los diversos factores dentro de la personalidad del monta\u00f1ero. As\u00ed, desde la capacidad de reacci\u00f3n del especialista en roca, que habitualmente es un nervioso, hasta el especialista en hielo caracterizado por su solidez, su alta resistencia y su introversi\u00f3n, y por tanto poco r\u00edpido de inicio e incluso algo "pastoso", existe una gran diversidad de peculiaridades.<\/p>\n

    Si para seguir un orden expositivo echamos mano de la clasificaci\u00f3n caracterol\u00f3gica de Le Senne, nos encontramos con que la respuesta a la agresi\u00f3n es en sus distintas familias como sigue:<\/p>\n

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    1. El nervioso<\/b>. Inconstante y vers\u00edtil casi siempre, reacciona con un comportamiento que oscila entre la indiferencia de los amorfos y la insolencia de los col\u00e9ricos. Con esta objetividad intenta imponer su propia interpretaci\u00f3n de los hechos callando incluso aspectos importantes y describiendo otros que nada importan para centrar el tema. Por otra parte, cuando el jefe del grupo se mantiene firme en su decisi\u00f3n, busca la aquiescencia de sus compa\u00f1eros, lo que lleva a enfrentamientos in\u00fatiles.\n
    2. El sentimental<\/b>. En cambio, el sentimental, cuando ve que el jefe del grupo es hombre preocupado y con inter\u00e9s por los problemas, conf\u00eda en \u00e9l plenamente y acepta sus indicaciones sin inconveniente alguno. Este tipo de elementos son los que m\u00eds se desilusionan ante el fracaso de la expedici\u00f3n o al comprobar lo err\u00f3neo de una decisi\u00f3n que hab\u00edan tomado por excelente.\n
    3. El col\u00e9rico<\/b>. Para \u00e9ste la idea se centra en resolver lo antes posible cualquier problema que se plantee, lo que resulta peligroso por su impremeditaci\u00f3n y porque suele exigir combinativamente que se llevan a cabo acciones resolutivas de inmediato.\n
    4. El pasional<\/b>. Tiene confianza en su l\u00edder y acepta sin reserva sus indicaciones y puesto que habitualmente los pasionales son correctos, naturales y directos, son los que mayor eficacia demuestran al llevar a la pr\u00edctica la acci\u00f3n. Por el contrario, suelen ser muy suspicaces y el resto de expedicionarios tendr\u00ed que medir con atenci\u00f3n las palabras, ademanes y gestos con que se dirigen a ellos y de los cuales est\u00ed pendiente.\n
    5. El sangu\u00edneo<\/b>. Persona que matiza con inteligencia las posibles soluciones y, si bien por su indiferencia no reclama se pongan en pr\u00edctica con la urgencia que lo hace el col\u00e9rico, por su sentido pr\u00edctico y su gran capacidad de acomodaci\u00f3n acepta las decisiones con docilidad y alegr\u00eda si considera que son oportunas.\n
    6. El flem\u00edtico<\/b>. En ellos predomina la prudencia por lo que piensan antes todos los riesgos que puede comportar la decisi\u00f3n a tomar, y por la sistematizaci\u00f3n de su pensamiento unida a la secundariedad de que gozan, ayudan extraordinariamente a matizar dichas decisiones. Aceptan impasibles las situaciones m\u00eds graves y, gracias a la falta de emotividad y a la actividad de su car\u00edcter, responden con entereza incluso a las circunstancias m\u00eds adversas.\n
    7. Los amorfos o ap\u00edticos<\/b>. Son raros en una expedici\u00f3n, y su respuesta ante los problemas de la misma, al igual que entre las distintas circunstancias que le plantea la vida, se caracteriza por el desinter\u00e9s. Sus razonamientos suelen ser farragosos y no es f\u00edcil que tomen decisiones importantes refugi\u00edndose en sus amigos m\u00eds \u00edntimos cuando deben hacerlo.\n <\/ol>\n

      La actitud del m\u00e9dico<\/strong><\/p>\n

      Nos parece evidente que la aplicaci\u00f3n pr\u00edctica de los precedentes conceptos puede resultas de gran utilidad al m\u00e9dico que se enrola en una expedici\u00f3n para cubrir los siguientes objetivos:<\/p>\n