{"id":11246,"date":"2000-09-15T00:00:00","date_gmt":"2000-09-15T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11246"},"modified":"2012-11-17T18:34:40","modified_gmt":"2012-11-18T00:34:40","slug":"ideario_46","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2000\/ideario_46\/","title":{"rendered":"Ideario 46"},"content":{"rendered":"
Estoy al principio del viaje. Y aunque a mi alrededor no hab\u00eda muchos m\u00e1s extranjeros que en otros aeropuertos del mundo, sent\u00ed la satisfacci\u00f3n de encontrarme a miles de kil\u00f3metros de mi casa, de mis costumbres, de m\u00ed mismo. Aqu\u00ed, a lo lejos, podr\u00eda inventarme, durante un tiempo, una nueva vida. Porque viajar, como escribir, es eso: inventar nuevas vidas para escapar a las limitaciones de la propia.<\/p>\n
Jos\u00e9 Ovejero<\/p>\n
Parad\u00f3jicamente, la realidad de la muerte reafirma mucho la vida. No es algo que busques ni desees, pero resulta necesario. Si se enfrenta a la muerte, el alpinista har\u00e1 todo lo posible por sobrevivir y si lo consigue seguir\u00e1 yendo monta\u00f1a tras monta\u00f1a, a\u00f1o tras a\u00f1o, a bailar la misma enloquecida danza al borde mismo de la vida. Al ir a arriesgarte a la monta\u00f1a, creas la posibilidad de morir, pero aun as\u00ed no lo deseas. Parece absurdo. Y lo es hasta que has pasado demasiado cerca del l\u00edmite. Entonces comprendes por qu\u00e9 vas all\u00ed y sientes que tu vida merece la pena, que has asimilado lo que supone estar vivo al darte cuenta de lo que ser\u00eda morir.<\/p>\n
Joe Simpson<\/p>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"