{"id":11223,"date":"1999-10-01T00:00:00","date_gmt":"1999-10-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11223"},"modified":"2012-10-26T12:03:26","modified_gmt":"2012-10-26T18:03:26","slug":"ideario_23","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/1999\/ideario_23\/","title":{"rendered":"Ideario 23"},"content":{"rendered":"
El que se acerca a las rocas y realiza una ascensi\u00f3n sin m\u00e1s, sin reflexionar ni lo m\u00e1s m\u00ednimo, ha conseguido automatizar sus habilidades, escala de forma intuitiva y concentrada. \u00c9sta ser\u00eda la situaci\u00f3n \u00f3ptima. Pero es m\u00e1s probable que escale por debajo de su nivel de rendimiento. Quien quiera alcanzar ese l\u00edmite o incluso lo quiera ampliar, no podr\u00e1 evitar someter su cabeza a un cierto esfuerzo. Para escalar una ruta debe prepararse un plan. Este proceder seg\u00fan un plan se denomina t\u00e1ctica.<\/p>\n
T. Hepp, W. G\u00fcllich y G. Heidorn
\nLa Escalada Deportiva<\/i><\/p>\n<\/div>\n